lunes, 7 de febrero de 2011

El precio secreto del coche oficial de John Fitzgerald Kennedy y mucho más

Foto from lavozdegalicia.es
Coche oficial de los mandatarios franceses

Aunque no ha trascendido el valor final de la venta, el vehículo utilizado por JFK, propiedad de un antiguo agente financiero de Lehman Brothers, tuvo un precio de salida de 250.000 euros
Un bucólico castillo de Montjalin, en Borgoña (Francia), atesoraba hasta hace unos días una pequeña parte de la historia: el Lincoln Continental X100 de John F. Kennedy, el Citroën DS en el que Charles de Gaulle escapó al atentado de 1962 en Petit-Clamart, el vehículo oficial CX con el que Jacques Chirac recorrió París el día de su elección como presidente en 1995 o la limusina en la que se desplazaba por Moscú el ruso Leonid Brezhnev. Estos retazos de memoria con motor y cuatro ruedas estaban expuestos al público en el párking museo de l’Yonne, propiedad de Olivier Delafon, uno de los mayores coleccionistas de coches presidenciales y antiguo agente financiero de Lehman Brothers.
Sin embargo, este fin de semana y en apenas unas horas, Delafon se ha desprendido de lo que le costó más de dos décadas en atesorar. Parte de la colección de su museo –que contaba con 38 vehículos de jefes de Estado– se ha subastado en el salón del coche antiguo (Retromobile) que se ha celebrado en París. Una oportunidad para que este experto en mercados rentabilice su inversión inicial y siga ampliando su colección.
Esta afición sin duda costosa, se la pudo permitir gracias a su empleo como agente financiero en Lehman Brothers. Unos años de trabajo, mucho ahorro y una ardua labor de investigación le permitieron ir engordando su exclusiva lista. Delafon vivía obsesionado por las matrículas y se las ingeniaba para localizar los vehículos y después pujar por ellos.

Foto from strangevehicles.com
el Lincoln Continental X100 de John F. Kennedy

Disciplina y perseverancia
¿Su modus operandi? “Mucha disciplina y sobre todo perseverancia”. Revisa los anuncios en la prensa, contacta con todos los clubs de coleccionistas y se apunta a todos los salones automovilísticos y ventas especiales. Una vez el coche en sus manos, lo clasifica, busca el número de chasis y verifica su identidad.
Cuenta este atípico hombre de negocios que tardó tres minutos en comprar el Lincoln de Kennedy a un viejo militar. Aunque su objetivo era otro. El coleccionista anduvo años obsesionado con un número: el 4PR75. La matrícula del Simca Cabriolet del General Charles de Gaulle. Después de seguirle la pista, lo encontró en un polvoriento hangar.
Este coche, junto con al vehículo oficial de John F. Kennedy, una de las estrellas de este Retromobile, fue diseñado por el maestro de carrocerías Henri Capron por encargo expreso del Elíseo. Sobre sus asientos se sentaron grandes personalidades como el propio JFK durante su visita a París en el año 1961, el expresidente ruso Nikita Khrushchev o el excanciller alemán Konrad Adenauer.
Además de los citados tesoros, entre las piezas a la venta había una buena selección de autos patrios, como el coche oficial Citroën DS del expresidente Valéry Giscard d’Estaing.
Origen de una afición
La primera vez que se prendó de un coche Olivier Delafon apenas levantaba un palmo del suelo. Cuenta que fue en el párking del restaurante Bourguignon, donde su padre le llevaba a cenar a menudo y por donde desfilaban decenas de lujosas limusinas.
Con 20 años Delafon ya no se conformaba con mirar y se compró su primer coche, un Peugeot 203, después un Dauphine… Hasta que empezó a interesarse por los cuatro ruedas de la élite. Un anuncio en la prensa, durante un viaje de negocios a Estados Unidos en 1985, desató su instinto atesorador. “En venta Lincoln 1962 de JFK”. Fascinado por la figura del asesinado presidente de EEUU, Delafon se hizo rápidamente con él por 25.000 dólares.
“Este coche, idéntico al vehículo en el que se desplazaba Kennedy el día de su asesinato en 1963, fue mi primera gran adquisición”, comenta Delafon. Dos décadas y medio globo recorrido después había convertido su castillo en un garaje presidencial. Con más de una treintena de vehículos oficiales estacionados en su terreno, constituía el primer museo del mundo enteramente dedicado a los coches de jefes de Estado.
Un escaparate con la crème de la crème de la historia del motor del siglo XX en la que estaban representados dictadores y demócratas de todos los países, regímenes y colores. En sus vitrinas convivían coches de izquierdas y de derechas, comunistas y capitalistas, ateos y creyentes. Junto a profanos Lamborghini, Aston Martin, Alfa Romeo o Bugatti lucía al público el papamóvil del pontífice Pablo VI, el Renault Vivastella del Mariscal Pétain, el Chrysler Imperial utilizado por el presidente Bongo en 1968, el Austin Martin de los reyes de Bélgica de 1947 o el Chrysler Imperial 1952 de Dwight D. Eisenhower.
Por Raquel Villacija – París – from expansión.com 07/02/2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.