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Un asesor de Gadhafi narra cómo vivió sus últimas horas el exdictador libio en Sirte, donde al final encontró la muerte.
Mansour Daou es conocido como la “caja negra” del régimen de Moammar Gadhafi –como la grabación de datos de un avión, conoce algunos de los secretos más oscuros de Libia.
Como uno de los oficiales de seguridad de Gadhafi que permaneció a su lado hasta sus horas finales, Daou tiene una perspectiva única sobre la impresionante caída del líder.
En entrevista con CNN describe como el dictador, que alguna vez fue uno de los líderes más temidos del mundo, fue forzado a hurgar en la basura por comida y fue escondido en casas abandonadas en la ciudad costera de Sirte.
“Estaba muy preocupado e impredecible –posiblemente porque tenía miedo”, sostuvo Daou.
Según Daou, Gadhafi estaba desesperado por viajar a su natal Jaref, a 20 kilómetros al oeste de Sirte, un viaje el cual Daou temió fuera “suicida”.
“Quería ir a su pueblo, quizá quería morir ahí o pasar ahí sus últimos momentos”, declaró.
Finalmente, después de que aviones de la OTAN atacaran su convoy, Gadhafi trató de escapar a pie a través de ductos de drenaje, pero fue atrapado. Fue asesinado más tarde en circunstancias que están lejos de ser claras.
Daou declaró mientras esperaba juicio en las instalaciones de detención de la ciudad de Misrata, que sufrió lo peor del régimen durante el conflicto. Los cargos más significativos que enfrenta se relacionan con su papel en la prisión de Abu Salim en 1996; así como su papel en la contratación de mercenarios africanos por el régimen durante el conflicto. Declaró a CNN que no participó en esos eventos.
La entrevista fue retrasada un par de horas inicialmente –funcionarios dijeron que Daou estaba siendo interrogado y pidió a CNN regresar esa tarde para hablar con él.
El equipo de CNN fue llevado a la planta baja del edificio, a la sala de conferencias donde Daou estaba sentado con su interrogador –un alto hombre, libio.
Daou, con cerca de 50 años, usaba una tradicional túnica dishdasha gris y parece estar en buenas condiciones de salud.
Durante la larga hora de entrevista, Daou describió como había estado en el mismo carro que Gadhafi mientras hacían el caótico escape de Sirte.
Gadhafi se fue de Trípoli hacia Sirte el 18 de agosto, sostuvo Daou –dos días antes de que combatientes que buscaban derrocarlo, entraran a la capital.
Daou dijo que permaneció en Trípoli hasta que estuviera claro que la ciudad no era segura para el régimen.
Después voló a la ciudad de Bani Walid el 22 de agosto, junto con el hijo de Gadhafi Saif al-Islam y el jefe de inteligencia Abdullah al-Senussi. Se quedó con ellos durante cuatro días antes de reunirse con el ex dictador en Sirte.
Daou relató que sus condiciones de vida fueron empeorando mientras los rebeldes sitiaban la ciudad. Se cambiaban a casas abandonadas cada tres o cuatro días, sobreviviendo de la poca comida que podían encontrar. Hacia el final, no tenían electricidad, agua ni comunicación con el mundo exterior “nuestras vidas habían girado 180 grados”.
Gadhafi pasó sus últimos días escribiendo y leyendo libros que tenía en su equipaje, relata Daou, pero su comportamiento se volvió más impredecible. Mientras los combatientes rodeaban Sirte, el grupo de Gadhafi quería dejar la ciudad.
Daou dijo que él y otros sabían que si no se iba antes de que la ciudad estuviera sitiada, no habría salida. Pero Gadhafi se negó a salir –hasta el 20 de octubre- cuando él y su hijo Mutassem decidieron desplazarse hacia la tierra natal del dictador.
Su grupo, de alrededor de 350 hombres cayó a menos de 200, afirmó Daou “comenzó a descender el número con algunos muertos, otros heridos y aquellos que se fueron con sus familias” dijo.
Daou describió su fuerza civil como la más indisciplinada bajo el comando de Mutassem. No tenían plan –uno para escapar y menos para luchar.
Su convoy de más de 40 vehículos se suponía debía haber salido antes del amanecer cuando pensaron que las fuerzas anti Gadhafi debían estar descansado, pero era muy tarde.
Alrededor de las 8 a.m. salieron hacia la tierra natal de Gadhafi, pero las avionetas de la OTAN rápidamente atacaron uno de los vehículos del convoy. El impacto de la explosión activó las bolsas de aire en el carro y Gadhafi tuvo una ligera herida en su cabeza o pecho. Daou recuerda la escena de caos, confusión y terror.
Mientras trataba de escaper, las fuerzas anti Gadhafi abrieron fuego en sus carros mientras intentaban escapar. A lo que siguió un segundo ataque aéreo de la OTAN.
“Fue entonces cuando tuvimos la mayor cantidad de bajas y vehículos destruidos, nuestro carro fue golpeado después de que salimos de él. Había muchos heridos: algunos habían perdido un brazo, otros una pierna, varios estaban muertos. Fue aterrorizante”, cuenta Daou.
No tenían otra opción más que correr, su escape a pie terminó con fuego de los combatientes que los rodeaban en los ductos de drenaje que estaban usando para huir.
Daou relata que perdió el sentido después de haber sido atacado por una metralla en la espalda y no sabe cómo murió Gadhafi.
El legado del antiguo dictador de Libia está siendo debatido. “Serán los historiadores quienes decidan, cada quien tiene su opinión, algunos lo ven como el dictador que mató a su propio pueblo y hay una visión opuesta. La historia es escrita normalmente por el más poderoso” dijo.
Gadhafi creyó que podía permanecer en el poder, afirmó Daou, añadiendo que él y otros miembros de su círculo trataron de convencer al exdictador a dejar el país desde marzo “a irse con respeto… salvar su cara”. Sus hijos rechazaron la idea, especialmente Saif. “No es fácil para alguien que estuvo en el poder 42 años, creer que todo se acabó en un minuto”, dijo Daou.
Daou mencionó que no tiene idea donde están los hombres más buscados del régimen -Saif y al-Senussi-. Con la Corte Penal Internacional tras ellos, cree que probablemente estén en Libia, ya que ningún otro país los recibirá.
Cuando le preguntaron si pensaba que Saif, quien durante el conflicto llamó a pelear hasta el final, era un luchador, Daou sonrió y dijo “No lo sé; no lo creo”.
Cuando la violencia se desató en la región en enero, oficiales libios estaban preocupados, recuerda Daou. “Había miedo y preocupación de que esta ola alcanzara a Libia y tenían razón” dijo.
Daou cuenta que estaba en el carro con Gadhafi y con al-Senussi de regreso a Trípoli de Sabha en el sur cuando escucharon las noticias sobre el presidente en el vecino Túnez.
Menciona que tuvieron una discusión seria, pero que la amenaza no se tomó en serio. Según Daou Gadhafi se sentía traicionado por los líderes mundiales que consideraba sus aliados.
“Habló de sus amigos que lo habían decepcionado y que no habían estado con él como (el primer ministro italiano Silvio) Berlusconi, (el exprimer ministro británico) Tony Blair, el presidente francés (Nicolas Sarkozy), y (el primer ministro turco Recep Tayyip) Erdogan”, sostuvo Daou.
Pero una mayor traición vendría desde dentro. Daou sostiene que había un plan de defensa en la capital, pero que fue la traición entre los rangos de aquellos que tenían como tarea asegurar Trípoli que llevaron a la caída de la capital en unos pocos días.
Afirmó que más de 3,800 tropas cuidaban las puertas de Trípoli, pero en una noche las fuerzas anti Gadhafistas entraron a la capital, menos de 200 tropas estaban en deber.
“Hubo una gran traición por el general que estaba a cargo –fue su brigada la que estaba a cargo. Tanques y vehículos militares no tenían tropas, las torres de vigilancia estaban abandonadas, las fuerzas de seguridad se retiraron de las calles porque su brigada no estaba presente”, relata Daou.
Con el régimen al que sirvió por décadas terminado, Daou espera el juicio de los nuevos gobernantes libios.
Declaró en presencia de sus interrogadores que ha sido tratado bien, pero que aún tiene que ver a un abogado que ya solicitó.
Daou no ha visitado Trípoli desde agosto. No tiene televisión y no sabe cómo se ve ahora, con las antiguas banderas verdes del régimen remplazadas por las nuevas banderas nacionales y con las paredes cubiertas con graffitis anti Gadhafi.
Afirmó que la revolución fue la voluntad del pueblo y que ganó –ahora, deben de conservarlo- así como la unidad de Libia.
Al preguntársele si lamentaba haber sido parte del régimen, suspiró y sonrió. “A veces lamento todo, hasta he lamentado estar vivo, pero por supuesto las personas lamentan cosas en algún punto de su vida y ven hacia atrás, pero desafortunadamente lo haces cuando es muy tarde”.
Por Jomana Karadsheh from CNN.com 07 de noviembre de 2011
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