"La ley de Moore se está agotando", declaró Satya Nadella, el director ejecutivo de Microsoft.
"El mundo se está quedando sin potencia computacional".
Esas fueron las palabras que Satya Nadella, el director ejecutivo de Microsoft, pronunció este martes en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza.
El ingeniero, que dirige la compañía de Bill Gates desde 2014, sospecha que las computadoras cuánticas —que ya están siendo desarrolladas en laboratorios de todo el planeta— necesitarán enfrentarse a serios problemas en los próximos años.
Y explicó que ese tipo de tecnologías solo podrán lograrse con más poder informático, pero no estamos preparados para ello.
"La Ley de Moore se está agotando", explicó, asegurando que necesitaremos computación cuántica —máquinas ultrarrápidas basadas en cúbits (bits cuánticos) capaces de resolver problemas mucho más velozmente que las máquinas que usamos usualmente— para "crear todas esas experiencias enriquecedoras, toda esa inteligencia artificial.
Pero al ejecutivo de Microsoft no es el único a quien le preocupa este asunto. Analistas informáticos llevan años advirtiendo sobre el tema.
Un antes... y un después
La Ley de Moore existe desde 1965, cuando Gordon Moore, cofundador de Intel, la empresa de microprocesadores, acuñó el término.
Según esa norma, cada dos años —aunque al principio dijo que sería cada 18 meses— se duplica el número de transistores en un chip.
Fue mucho más que un precepto legal; marcó un antes y un después en el universo informático.
De hecho, sirvió para establecer el ritmo que llevaría la revolución digital que le sucedería.
En 1971, Intel lanzó el primer microprocesador al mercado. Después, se convertiría en el primer fabricante de microchips del mundo.
El problema es que los límites que establece la Ley de Moore podrían alcanzarse muy pronto.
Según la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA, por su sigla en inglés), la fecha está cerca: 2021.
Lo que sucede es que , según la SIA, aunque es físicamente posible que los fabricantes de microprocesadores lleguen a crear algunos chips más de lo estipulado por Moore, no sería práctico a nivel financiero, debido a los altos costos que implica.
Y, siendo optimistas, la fecha límite —de acuerdo con el presidente y CEO de la SIA John Neuffer— sería, como mucho, 2030.
En busca de alternativas
"Cada nueva generación produce transistores más veloces capaces de procesar información más rápido que los creados por la generación tecnológica anterior. En el pasado, esa característica permitía a los microprocesadores operar a frecuencias más altas", detalló la SIA en un informe reciente.
Sin embargo, continúa el documento, las computadoras se basan en un sistema que no ha cambiado mucho desde que el matemático y científico John von Neumannintrodujo varios conceptos clave en 1945.
Hasta el año 2000, cada generación de microprocesadores mejoró en cuanto a rendimiento y a consumo de potencia.
Ahora estamos alcanzando límites térmicos y eso se está convirtiendo en un problema, dice el periodista Graeme Burton. Y a ello hay que sumar las trabas económicas.
Para solucionar el problema, la industria se ha visto obligada a desarrollar complejos algoritmos, dice la SIA. Además, el uso creciente de la tecnología móvil en todo el mundo ha aumentado la presión para reducir el consumo energético.
Según la SIA, las mejoras en la memoria flash podrían ser clave para gestionar la situación, pero esa no es la única opción (ni la más fiable).
Durante décadas, el sector informático ha confiado en que los ingenieros encontrarían la manera de hacer que los componentes de los chips fueran más pequeños, rápidos y baratos.
Y la tecnología ha avanzado. Pero tal vez haya llegado el momento de que los fabricantes busquen alternativas reales que conduzcan a una nueva "ley" universal.
Sin el avance de los microchips no existirían los smartphones, ni ls laptops, ni muchas apps, ni la computación cuántica de la que hablaba el jefe de Microsoft.
Lo cierto es que cuando Moore hizo la observación que establecería la ley que lleva su nombre —fue más una observación que una ley como tal—, los chips apenas eran capaces de almacenar 1.000 bits de información.
Hoy tienen una memoria mucho más densa y cuentan con hasta 20.000 millones de transistores.
Y el debate sobre el agotamiento de la Ley de Moore no es nuevo. Pero ¿qué viene después?
La respuesta todavía no está clara. Unos indican que el grafeno podría ser un buen sustituto a los chips.
Para Nadella, la clave está en la educación: "Necesitamos buenos maestros de ciencia computacional", aseguró.
Klaus Schwab, economista y fundador del Foro Económico Mundial, pidió a los líderes de la industria tecnológica que valoren cómo sus productos pueden afectar a la vida económica, política y social.
"Si actuamos ahora, tendremos la oportunidad de garantizar que tecnologías como la inteligencia artificial, mejoren la sostenibilidad y las vidas de muchas personas de todas las maneras posibles".
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