jueves, 18 de enero de 2018

General Electric, una 'reliquia' de 150.000 millones camino de la desintegración

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  • El componente más veterano del Dow podría separarse en varias compañías
  • El CEO reconoce problemas con una estructura que ya no está de moda
  • Su reinvención podría poner fin al paradigma de conglomerado industrial

Tiene 125 años, lleva en el Dow Jones desde el nacimiento del índice de referencia de Wall Street y llegó en su día a ser la compañía más grande de EEUU. Sin embargo, General Electric (GE), al menos en su forma actual, parece tener los días contados. El conglomerado por excelencia busca una nueva forma para poder sobrevivir al siglo XXI. Las acciones de la compañía han abierto la sesión con fuertes caídas, llegando a perder más del 3,5% de su valor en los primeros minutos de negociación.

Además, la firma acumula un descenso en bolsa de más del 40% en el último año, y ayer volvió a sufrir tras anunciar un impacto negativo de hasta 6.200 millones de dólares (5.070 millones de euros) después de impuestos en las cuentas referidas al cuarto trimestre de 2017 sobre su cartera de seguros, vinculada a GE Capital, tras realizar una revisión "exhaustiva" del negocio.
Es el último bache de un largo camino lleno de tropezones en los últimos años. De hecho, el consejero delegado, John Flannery, aterrizó con el objetivo de reflotar una empresa cuyo modelo, el conglomerado, muchos ponen en cuestión. General Electric, que vende desde aviones a todo tipo de máquinas para hospital pasando por frigoríficos o energía renovable, ha desinvertido en activos, cambiado de directivos y recortado dividends para mejorar su desempeño, de momento de manera insuficiente.

No puede no hacer nada

Los primeros pasos, que implicarían una empresa más pequeña pero todavía no el fin de GE, podrían llegar ya en primavera, según las fuentes consultadas por The Wall Street Journal. "No hay ninguna posibilidad de que la compañía no decida hacer nada", añaden remarcando que la propia estructura de la empresa podría dificultar los planes de separar el conglomerado en diferentes empresas independientes.
Flannery trató de calmar a los inversores tras anunciar el nuevo traspié asegurando que el grupo está evaluando su estrategia y estructura, incluida la escisión de sus principales divisiones (energía, aviación y sanidad) en unidades de negocio separadas que incluso podrían cotizar en bolsa de forma independiente.
"Estamos buscando la mejor estructura o estructuras para nuestra cartera con el objetivo de maximizar el potencial de nuestros negocios", indicó. "Los resultados de los últimos años solo amplían mi creencia de que tenemos que seguir avanzando en el propósito de remodelar GE", añadió el directivo.

Cambio de tono

La posibilidad de escisión del conglomerado llega poco después de que Flannery, quien asumió el cargo de consejero delegado el pasado verano, revelara su plan para transformar al 'gigante' y centrarse precisamente es esas tres unidades.
En noviembre también recortó el dividendo a la mitad y aseguró que se desprendería de 20.00 millones de dólares (16.336 millones de euros) en activos). Pero lo anunciado va un paso más allá y supondría un cambio de estrategia total, ya que en ningún momento habló de una escisión de sus negocios.
GE se dedicó durante décadas a crear un imperio que llegó a abarcar prácticamente todos los negocios imaginables, desde un gigante mediático con televisiones como la NBC hasta una división financiera que llegó a ser considerada como un banco sistémico (demasiado grande para caer) por la Reserva Federal en plena crisis financiera. El conglomerado llegó a ser considerado un modelo de gestión, especialmente bajo el mando del mítico Jack Welch, y defendía su estructura en los beneficios que obtenía de tener los equipos directivos, comerciales y de investigación centralizados.

El conglomerado, una reliquia

"GE es una reliquia de una época pasada", explica Robert Salomon, porgesor de la Universidad de Nueva York, al WSJ, quien añade que el concepto de conglomerado, en el que varias compañías de sectores e industrias distintas se gestionan de manera conjunta, no añade valor al accionista. De hecho, a partir de los 90 muchos de ellos han sido resultado de fusiones y adquisiciones catastróficas.
"La viabilidad del modelo de conglomerado está perdiendo relevancia rápidamente", aseguro a Bloomberg Nicholas Heymann, analista de William Blair & Co. Y aunque GE sobreviva y mantenga el control de varios de sus negocios, está cada vez más claro que "tiene que simplificar y reducir el foco". "Los inversores ven una desintegración completa como la conclusión lógica de la saga de GE", añadió Deane Dray, analista de RBC Capital.
General Electric todavía emplea a más de 300.000 personas, tiene un valor de mercado de más de 150.000 millones de dólares y una marca reconocible en todo el mundo. Pero su época parece haber pasado y necesita reinventarse. De momento, hace tiempo que se duda si debería seguir en el Dow Jones, y su salida del selecto club podría ser el primer paso hacia el fin de una época.

17/01/2018 -
http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/8872921/01/18/General-Electric-una-reliquia-de-150000-millones-camino-de-la-desintegracion.html

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