viernes, 4 de octubre de 2024

EEUU va ganando la guerra tecnológica crucial para el futuro de la humanidad



(Inteligencia artificial - Midjourney - Novaceno - OK)



China está un año por detrás de EEUU en el desarrollo de los modelos de lenguaje como ChatGPT. Una distancia que podría ser definitiva teniendo en cuenta la velocidad a la que progresan estas tecnologías



Roey Tzezana, investigador de la facultad de Ciencia, Tecnología y Seguridad de la Universidad de Tel Aviv, asegura que China lleva entre medio año y un año de retraso en el desarrollo de modelos de lenguaje tipo ChatGPT (LLM). Aunque esta brecha es aparentemente estrecha, dice el investigador, puede resultar insalvable en el futuro debido a la velocidad a la que avanza la inteligencia artificial.

"Cada año, en los últimos dos años y medio más o menos, ha habido un cambio importante en las capacidades de la IA", aseguró Tzezana en una entrevista para el South China Morning Post. "Así que un año no parece mucho y no es tan malo, pero es una brecha significativa".

A pesar de los enormes avances de los investigadores chinos durante estos últimos años, que les han convertido en el país con más publicaciones en revistas científicas de prestigio mundial. El diagnóstico de Tzezana se comparte también dentro del país asiático. El empresario chino, Li Dahai, cofundador y director ejecutivo de la start-up china de inteligencia artificial ModelBest, afirmó recientemente para Tencent News que la diferencia entre China y EEUU respecto a los LLM puede ser incluso más abultada, llegando a situarla en dos años.


Las tornas han cambiado

El enfrentamiento entre China y EEUU por la que puede ser la mayor batalla tecnológica de la historia no siempre ha estado del lado de los americanos. En 2021, un informe de la Universidad de Standford —una de las catedrales de la inteligencia artificial del planeta — aseguraba que en 2020, el 20,7% del total de citas académicas sobre IA fueron de investigaciones chinas, contra el 19,8% de científicos estadounidenses.

La diferencia se incrementaba observando el número de estudios publicados en revistas científicas, como apuntaba en su momento el diario económico japonés Nikkei. El centro de estudios británico Clarivate ha contabilizado que China ha publicado 240.000 trabajos de investigación desde 2012 hasta 2021. Estados Unidos, 150.000. Y no son malas investigaciones, aseguran. Según esa organización, los desarrollos chinos son excelentes en multitud de campos, incluyendo el reconocimiento y la generación de imágenes.

China puso en marcha en 2017 un plan nacional de desarrollo de la inteligencia artificial en el que inyectó miles de millones en decenas de universidades punteras que van desde la Tsinghua University hasta la Shanghai Jiao Tong University y la Academia de la IA de Pekín.

En total, cuentan con 2.000 investigadores a la cabeza del sector a nivel mundial. Y eso sin contar a los investigadores chinos que trabajan ahora en universidades norteamericanas. Algo que quedó patente en la conferencia internacional de IA de 2019, que contó con un 29% de presentaciones chinas por 20% de las norteamericanas.
Una ventaja que se ha esfumado

El caso es que ninguno de los modelos de lenguaje chinos actuales ha alcanzado o superado a GPT-4 de OpenAI, según los expertos del país asiático. Y la distancia se agranda aún más con la nueva versión, OpenIA o1, lanzada el pasado 12 de septiembre, que supuestamente tiene la capacidad de razonar.

Tzezana asegura que cuando estas técnicas de razonamiento se hacen bien, pueden generar buenos resultados sin tener que aumentar significativamente la potencia de cálculo. Esto, asegura, podría ser útil para las empresas chinas que carecen de acceso a chips avanzados debido a las restricciones a la exportación impuestas por Estados Unidos.

"Aliviará algunas de las dificultades que la falta de computación tendrá para China", afirma el investigador. "Así que podría ser muy interesante ver si la escasez de computación en China dará lugar a una mejor innovación en este ámbito".


Las fuerzas se igualan en otras IAs

Más allá de los modelos de lenguaje, la distancia no es tan grande. La generación de vídeo a partir de texto es un área en la que las empresas chinas están avanzando rápidamente y se sitúan a la cabeza, asegura Tzezana.

En este año, los inversores han inyectado cientos de millones de yuanes en empresas chinas de tecnología y start-ups de generación de vídeo con inteligencia artificial para plantarle cara a Sora, la herramienta de OpenAI anunciada el pasado febrero. Sin embargo, Sora no está disponible para el público: "Están avergonzando un poco a OpenAI, porque OpenAI nos prometió Sora hace mucho tiempo y todavía no ha cumplido su promesa", afirma Tzezana.

Otro campo en el que parece que China lleva ventaja es en la IA militar. Según Paul Scharre, director de estudios del Centro para una Nueva Seguridad Americana (CNAS), “Las dos grandes potencias mundiales en inteligencia artificial son ahora mismo China y los EEUU, por ese orden”. Scharre señala que ambas naciones no solo desarrollan IA para sus sistemas armamentísticos, sino que también están creando armas autónomas, como enjambres de drones autónomos para acompañar cazas de combate y atacar enemigos.

China es el único país que no ha firmado el tratado mundial contra el control de armas nucleares por la inteligencia artificial. La negativa de Pekín a prohibir esta práctica durante la cumbre sobre Inteligencia Artificial Responsable en el Dominio Militar (REAIM) 2024, que tuvo lugar el mes pasado en Seúl, Corea del Sur, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional. Rusia tampoco ha firmado el tratado por no estar invitada al evento como consecuencia de la invasión ilegal de Ucrania.

Aunque el acuerdo no es vinculante, la negativa de China llega en un momento crítico en el que las grandes potencias avanzan a pasos agigantados en el desarrollo de tecnologías autónomas.