miércoles, 16 de octubre de 2024

¿Es el robotaxi demasiado futurista? Las otras veces que Musk intentó cambiar el transporte y fracasó

 

El Cybercab de Tesla. Foto: Tesla.


  • Cybercab quiere ser alternativa al transporte de masas y desplazar al coche privado
  • Tecnológicamente es viable, pero el cambio en el sistema de transporte es ambicioso
  • Además, Musk no dio detalles sobre cómo implementará esta estrategia


Hace solo unos días, el proyecto del robotaxi de Elon Musk seguía siendo solo una promesa. Tras años de espera -y retrasos-, había mucha expectación por ver lo que Tesla venía anunciando durante tanto tiempo. El emprendedor presentó por fin el Cybercab la semana pasada. Sin embargo, en vez de causar euforia, predominó la decepción, ya que el planteamiento sigue teniendo mucho de promesa y poco de realidad.

La buena noticia es que ya hay un modelo de robotaxi y dos decenas de ellos fabricados. El coche, sin volante, ni pedales, ni caja de cambios, ya ha realizado sus primeros trayectos de prueba, y con éxito. Es decir, Musk no ha presentado un boceto a ordenador de un coche futuro, sino que el vehículo ya existe y ya ha movido a sus primeros pasajeros, como se vio en el evento del jueves pasado. A nivel tecnológico y de ingeniería es viable, lo que hace que el Cybercab pueda ser una realidad a corto o medio plazo.

Se trata de un coche totalmente autónomo, en vez de un vehículo autónomo supervisado, lo que son los Tesla actualmente. El planteamiento se basa en liberar a las personas de la conducción y de sus incomodidades. Los pasajeros podrán dormir durante el trayecto, ver una película, trabajar o aprovechar el tiempo como prefieran, en vez de maniobrar.

"Queremos tener un futuro divertido y emocionante. Si pudieras mirar al futuro a través de una bola de cristal, la idea es que quisieras estar ahí ahora, que quisieras vivirlo. Eso es lo que queremos", decía el empresario. En cuanto a puesta en escena, la compañía logró el objetivo. En los estudios de Warner Bros recrearon una película fascinante.

La mala noticia es que el planteamiento de Musk es demasiado ambicioso o futurista, o ambas a la vez, y carente de hoja de ruta. Aunque el coche totalmente autónomo en sí no parece algo tan lejano, el sistema que ha concebido el empresario para el robotaxi dista mucho del transporte tal y como hoy lo conocemos y funciona. El Cybercab lo que pretende es ser un transporte de masas individualizado y acabar con el coche privado de hoy en día. Lo que no dice Musk es cómo piensa lograr ese objetivo, qué pasos va a dar la compañía o cuál es su estrategia.

El robotaxi es como un taxi, pero sin conductor. El consejero delegado de Tesla quiere que el coche pase a ser un servicio y no un bien. En vez de tener vehículo propio en el garaje, Cybercab se inserta en una flota de Tesla que se usará como Uber o Cabify o incluso Airbnb. Quienes quieran desplazarse simplemente reservarán su viaje mediante una aplicación propia de la firma.

"La gran mayoría del tiempo, los coches no hacen nada. Si fueran autónomos, se podrían usar cinco veces más, quizás diez veces más", reflexionaba Musk. Sin embargo, no llegaba a dar planes concretos: ni de ejecución de ese plan, ni de producción, ni de inversión, ni de entregas de coches, ni de los mercados en los que estará disponibles, ni de seguridad, entre otras muchas incógnitas que quedaron en el aire.

Aunque el coche impresiona y llama la atención, lo que ha hecho dudar es la viabilidad del proyecto o la fecha en la que un cambio tan drástico del sistema de transporte pueda materializarse. Primero, habría que ir sustituyendo los cientos de miles de vehículos que copan las carreteras mundiales actualmente. Paralelamente, habría que eliminar el concepto de coche como propiedad privada e incluirlo en la red de transporte público o de masas. Son cuestiones que Musk no abordó.

Para que esto funcione, se necesita una flota de Cybercabs lo suficientemente grande como para garantizar el servicio. Tiene que haber muchos más robotaxis que taxis y VTCs juntos, ya que seguirán existiendo el autobús o el metro, pero se irá desplazando el coche individual. En el tercer trimestre de 2024, Tesla fabricó 469.796 coches semiautónomos y entregó unos pocos menos, casi 463.000. Es decir, la capacidad de producción actual es limitada como para conformar una flota estadounidense, no ya global.

Además, los propietarios de cualquier marca seguramente querrán aprovechar la vida útil de sus coches, por lo que una hipotética integración del Cybercab podría tardar muchos años, lo que hace que se contemple como algo de muy largo plazo. Todo ello también requeriría de la entrada de nuevos competidores que apuesten por este modelo. Esto es algo muy preliminar, ya que las grandes tecnológicas, como Alphabet o Amazon, trabajan en sus coches autónomos, pero los fabricantes tradicionales todavía están lejos de ello. Ni siquiera se ha adoptado el vehículo eléctrico, un ámbito en el que se ha comprobado que las estimaciones eran demasiado optimistas.

El calendario de Musk contempla empezar la producción en 2026 o antes de 2027. "Ya sabéis que suelo ser bastante optimista con los plazos", bromeaba. Como poco, quedan dos años para que los primeros Cybercabs salgan de las fábricas. Una vez más, el multimillonario se refirió a estimaciones, sin mayor concreción sobre cómo y cuándo va a llevar a cabo su estrategia.

Otra de las dudas que ha suscitado el Cybercab es el marco regulatorio. El software de conducción autónoma de Tesla se conoce por sus siglas FSD. Su nivel de autonomía se va mejorando y supervisando. Según Musk, los reguladores de California y Texas empezarán a probar el sistema sin supervisión, el completamente autónomo, el año que viene. Aunque se está avanzando al respecto, es otra de las patas del proyecto que están pendientes de resolver.

La seguridad es otro de los aspectos clave. El empresario dijo que los coches autónomos eliminan el error humano y que el robotaxi sería mucho más seguro. Sin embargo, no detalló en qué consistía el sistema de seguridad o qué medidas incluye el modelo para proteger a los usuarios. Faltó información.

El punto positivo es que no habría que cambiar la infraestructura actual. El Cybercab funciona en las carreteras convencionales y, en principio, no se necesitarían balizas o sensores externos que conecten al coche a la vía.

Aunque Musk ha logrado innumerables hitos como emprendedor, sin ir más lejos la maniobra conseguida este fin de semana con el cohete del Starship, también ha fracasado en otros intentos de cambiar el sistema de transporte convencional.

El Hyperloop no fue viable

Con el Hyperloop le pasó algo parecido. Entonces, el magnate quiso liberar a las personas de los grandes atascos y de los tiempos de desplazamiento. En ese caso, quiso cambiar el transporte ferroviario como existe en la actualidad. Se trataba de un tren compuesto por cápsulas aerodinámicas de aluminio, que podrían ser propulsadas a velocidades de hasta 1.200 kilómetros por hora.

Aunque muchas empresas en todo el mundo, incluido España con Zeleros, empezaron a desarrollar el Hyperloop, el proyecto acabó cayendo por su propio peso. Requería una inversión descomunal y transformar toda la infraestructura ferroviaria, lo que hizo que las compañías que trabajaban en ello acabaran por no encontrar un modelo viable.

Igualmente, Musk trabaja ahora el Loop, a secas. "El Loop es un sistema de transporte público exprés que se parece más a una carretera bajo tierra que al metro", explica The Boring company, otra empresa del sudafricano centrada en el transporte. El empresario está intentando implementarlo, pero este sistema todavía está en una fase muy preliminar y cuenta con numerosos obstáculos antes de poder convertirse en un transporte de masas y no de unos pocos. Tiene que ser escalable.

No hay duda de que el fundador de Tesla, SpaceX, Neuralink o The Boring Company, entre otras, es uno de los empresarios más revolucionarios de nuestros días. Con su compañía aeroespacial no hay competidores que le reten y la creación del chip cerebral es algo prácticamente único. Musk ha sido capaz de trasladar muchas de sus ideas más futuristas o ambiciosas a la realidad.

De hecho, el Cybercab como dispositivo podría ser una realidad muy pronto, pero el sistema que conlleva el robotaxi parece un planteamiento de futuro. No es casualidad que Musk hiciera referencia a las películas Blade Runner o Yo, robot durante la presentación del evento. Consciente o insconscientemente, el emprendedor estaba dibujando una ciudad del futuro. A los inversores no les convencieron los futuribles y vieron en el robotaxi una puesta en escena, en vez de un modelo de negocio monetizable en el corto plazo.