lunes, 1 de septiembre de 2025

¿A qué edad puede empezar la demencia de inicio temprano?



Hace falta acelerar el diagnóstico de la demencia 
(iStock).



Las personas con demencia son diagnosticadas un promedio de cuatro años después de que aparecen los primeros síntomas, según un estudio dirigido por investigadores de la UCL



La demencia de inicio temprano es la forma de demencia que aparece antes de los 65 años y que trastoca la vida del que lo padece, aun estando en plena actividad laboral y familiar. Puede aparecer desde los 30 y 40 años en casos raros, pero lo más habitual es que los primeros síntomas aparezcan entre los 45 y 64 años.

Este tipo de demencia suele presentarse con señales distintas a la simple pérdida de memoria del envejecimiento: aparecen cambios de personalidad o conducta (irritabilidad, desinhibición), se produce un deterioro del lenguaje (dificultad para encontrar palabras o para hablar con coherencia), también surgen problemas ejecutivos (para planificar, manejar finanzas u organizar tareas), aparecen dificultades visuoespaciales (como perderse en lugares bien conocidos) y también se produce la pérdida progresiva de habilidades laborales o sociales.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) ha descubierto que las personas con demencia suelen esperar demasiado para recibir un diagnóstico; con un tiempo promedio desde los primeros síntomas hasta el diagnóstico de 3,5 años o incluso de más de 4 años. Esto no redundan en nada positivo para el paciente.

Los expertos realizaron una revisión sistemática y metaanálisis con datos de 13 estudios de cohorte publicados hasta diciembre de 2024, donde se incluyeron más de 30.000 pacientes de Europa, Estados Unidos, Australia y China con diagnóstico de demencia, con una edad de inicio comprendida entre los 54 y los 93 años.

Registraron el tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros síntomas (percibidos por las familias o los pacientes) hasta el diagnóstico formal por parte de los médicos. Los resultados dejaron claro esta importante dilación en el diagnóstico que dificultan el acceso a la atención y provocan la pérdida de oportunidades de apoyo en los pacientes.


¿Por qué tarda tanto en diagnosticarse?

"El diagnóstico oportuno de la demencia sigue siendo un importante desafío mundial, condicionado por un complejo conjunto de factores, y se necesitan urgentemente estrategias sanitarias específicas para mejorarlo", afirma Vasiliki Orgeta, de la División de Psiquiatría del University College London, de Inglaterra y autora principal del estudio publicado en la revista Geriatric Psychiatry. "La capacitación de los médicos es fundamental para mejorar el reconocimiento temprano y la derivación, junto con el acceso a la intervención temprana y al apoyo individualizado, para que las personas con demencia y sus familias puedan obtener la ayuda que necesitan", concluye la experta.

"Los síntomas de la demencia a menudo se confunden con el envejecimiento normal, mientras que el miedo, el estigma y la escasa concienciación pública pueden disuadir a las personas de buscar ayuda", aclara Phuong Leung de la División de Psiquiatría de la UCL y coautor del trabajo.

Además, factores sociodemográficos, como la raza, el nivel de ingresos y la educación, jugaron un papel importante en este sentido. En un estudio estadounidense, las personas negras registraron demoras significativamente mayores que los blancos. De la misma forma, un menor nivel educativo y la falta de seguro médico contribuyeron a estas brechas diagnósticas.

Aún persiste la falsa creencia de que la demencia solo ataca a los mayores, un prejuicio que deja sin diagnóstico a las personas más jóvenes y retrasa intervenciones cruciales, con el inevitable coste de una peor calidad de vida. De ahí que los investigadores aboguen por más inversión en investigación, mejores diagnósticos y sistemas de atención más inclusivos.