lunes, 15 de septiembre de 2025

Los cruzados no fueron valientes caballeros, sino mercenarios y asesinos




Grabado de la toma de Belén durante la primera cruzada, el 6 de junio de 1099. (Getty/Hulton Archive)



No todos luchaban movidos por la fe, sino que fueron también traidores sin escrúpulos. En este adelanto de 'Cruzados y criminales', el historiador Steve Tibble rescata las historias de quienes conspiraron por la causa que protegían



Un silogismo medieval nos sirve para explicar muchas cosas. No todos los hombres eran criminales, pero la inmensa mayoría de criminales eran hombres; sobre todo jóvenes con acceso a las armas. Los cambios poblacionales experimentados durante la época de las cruzadas no fueron normales, como tampoco lo fueron sus efectos en las sociedades que intentaron absorberlos.

Los extraordinarios movimientos demográficos ejercieron un enorme efecto distorsionador en las sociedades medievales de Oriente Próximo, y la inexorable naturaleza de estos cambios se hizo más evidente con el paso del tiempo. Estos grupos se extrajeron principalmente del arquetipo demográfico de criminal: individuos muy jóvenes, de sexo masculino, sin restricciones y muy bien pertrechados.

No todos los hombres eran criminales, pero la inmensa mayoría de criminales eran hombres

La proporción de estos hombres en la población general de Oriente Próximo, y sobre todo en los nuevos Estados cristianos, experimentó un enorme crecimiento. Todo esto tuvo serias consecuencias, obvias para la reflexión, pero normalmente pasadas por alto en los libros de historia dedicados a las cruzadas.


Soldados ladrones

Uno de los problemas fue la a menudo imprecisa diferencia entre un acto criminal y uno militar o entre un “civil” y un guerrero. La situación anárquica de la zona ya era habitual. Pero para muchos cruzados y miembros de otros ejércitos trasladados a Tierra Santa desde territorios extranjeros la criminalidad había comenzado mucho antes de su llegada.

Si tomamos la Segunda Cruzada como ejemplo, se puede observar que el problema de mantener el orden se agravaba día a día. El rey Luis VII de Francia hizo todo lo que estuvo en su mano. Desde el principio realizó, con bastante acierto, grandes esfuerzos para imponer entre sus hombres cierta disciplina y un código de conducta aceptable durante la marcha a través de Europa hacia Tierra Santa. Cuando los contingentes cruzados comenzaron a concentrarse y "después de disponer el campamento a las afueras de la ciudad, aguardó unas jornadas a la llegada del ejército; promulgó leyes necesarias para asegurar la paz y otros requerimientos a lo largo el viaje, y los jefes aceptaron acatarlas mediante un solemne juramento".

En teoría eso está muy bien. Sin embargo, en la práctica estas leyes se obviaron hasta el punto de que ni siquiera sabemos cuáles eran. Como señaló con amargura un frustrado cronista real: “Como ellos no las observan, yo no las conservo”.

Mantener la disciplina dentro de un gran ejército compuesto por dispersos y pendencieros contingentes feudales resultó un asunto cada vez más difícil de conseguir. En algún momento de la marcha desde Filipópolis (la actual Plovdiv, en Bulgaria) hasta Constantinopla se desbordaron las tensiones entre los ejércitos alemán y francés. Más tarde, un narrador francés escribirá que el problema estalló cuando “algunos de los nuestros estaban deseosos por escapar de la presión del gentío alrededor del rey y, por con siguiente, se dirigieron a la vanguardia, acampando cerca [de los alemanes]”.

Mantener la disciplina de un ejército compuesto por pendencieros contingentes feudales resultó un asunto cada vez más difícil de conseguir

La competición por los escasos suministros alimenticios fue la causa probable de la reyerta que comenzó poco después, aunque esta pudo estallar por alguna otra razón. “Ambos grupos fueron al mercado”, escribió un cruzado francés… pero los alemanes no permitieron a los francos comprar nada hasta haber conseguido ellos todo lo que deseaban. A partir de esa situación estalló una riña, o mejor dicho una reyerta, pues cuando una persona interpela a otra dando muy grandes e ininteligibles voces, hay pelea. A continuación, los francos, tras ese intercambio de golpes, regresaron del mercado con sus suministros.

Sin embargo, esto solo fue el comienzo de los desórdenes. Los alemanes, “zahiriendo el orgullo de unos pocos franceses, pues ellos eran muchos, blandieron sus armas y cerraron contra ellos con gran furor, y los francos, también armados, resistieron con bravura”. La reyerta solo se extinguió con la caída de la noche y después “hombres sensatos, cayendo de hinojos frente a los necios, calmaron este sinsentido con humildad y buena razón”.

Ni siquiera en sus propias reseñas, los francos intentaron librarse de culpa; resulta evidente que la disciplina se encontraba al borde del colapso absoluto. Cuando su ejército llegó a Constantinopla la situación no hizo sino empeorar. Los bizantinos… cerraron las puertas de la ciudad a la muchedumbre, pues esta había quemado muchas de sus casas y olivos, ya fuese por necesidad de leña o por la arrogancia y el abuso de la bebida por parte de los necios. El rey castigó en numerosas ocasiones a los malhechores cortándoles orejas, manos y pies, pero ni aun así pudo controlar los desmanes del gentío. Lo cierto es que solo podía hacer dos cosas: o matar a miles de ellos, o soportar sus numerosas maldades.

Un incidente en concreto casi llevó a la guerra entre los francos y sus muy sufridos anfitriones bizantinos. Mientras los ejércitos se internaban en Asia Menor, un francés miembro de la expedición informó de que… nos seguían mercantes con alimentos y cambistas a bordo. Los cambistas mostraban sus tesoros a lo largo de la costa; sus mesas brillaban con el oro y crujían bajo los recipientes de plata que nos habían comprado. Del ejército llegaba gente que hacía trueques a cambio de cosas necesarias y a estos se unieron hombres que codiciaban los bienes ajenos.

El cronista intentó distanciar al ejército de lo sucedido tanto como fue posible, pero resultaba evidente que la causa fueron los robos perpetrados por miembros de la hueste franca. “Por tanto, un día cierto flamenco digno del látigo y el fuego del infierno —escribió—, al ver la gran riqueza y cegado por una descontrolada codicia, gritó: “¡Caos! ¡Caos! [¡Sembrad el caos!]”, tomando cuanto quiso. Y así su atrevimiento, además de la valía del botín, incitó a hombres como él a perpetrar crímenes”.

No requerían mucha incitación. En cuanto se presentaba la oportunidad de robar todos se apiñaban para llenar sus sacas y "quienes tenían dinero en mano corrían huyendo en todas direcciones". El mercado se disolvió en cuestión de segundos y a medida que "los puestos caían el oro era pisoteado y tomado. Los expoliados cambistas huyeron temiendo por sus vidas, y al huir los barcos los recibieron a bordo; y cuando los barcos zarparon devolvieron a la ciudad a muchos de los nuestros que en ellos se encontraban comprando alimentos". Naturalmente, las autoridades bizantinas estaban muy contrariadas. Arrestaron a los francos apresados a bordo de los barcos. Y a pesar de que, evidentemente, estos no formaban parte de las partidas de maleantes, los “apalearon y expoliaron. Y la ciudad saqueó a sus invitados como si fuesen enemigos”.

Este fue un desastre autoinfligido que los cruzados no necesitaban en absoluto. De nuevo le tocó al rey de Francia limar asperezas. "Los hechos fueron puestos en conocimiento el rey", escribió el cronista Odón de Deuil… y este, presa de una gran ira, exigió la captura del criminal, quien una vez rendido por el conde de Flandes fue colgado en ese mismo lugar, bien a la vista de la ciudad. Después el rey ordenó apurarse en encontrar los bienes perdidos y perdonar a quienes los entregasen, amenazando a quienes los ocultasen con castigos similares a los sufridos por los flamencos; y para que no se sintiesen atemorizados o intimidados por su presencia, les ordenó devolverlos al obispo de Langres. Por la mañana llamaron a los cambistas que habían huido la jornada anterior y les devolvieron todo aquello que juraron haber perdido.

Este violento incidente fue consecuencia, sin duda, de la pobre disciplina del ejército francés. Sin embargo, y a pesar de todo, los cronistas franceses se apresuraron a culpar a los demás, a los actos de un soldado flamenco o a la “desmesurada reacción” de las autoridades bizantinas frente al asalto a los mercaderes. Tras el incidente, los franceses acusaron de fraude a los cambistas robados y vapulea dos por los cruzados. Al llegar el momento de recibir su compensación, se dijo que “muchos pidieron [bastante] más de lo que debe rían; pero el rey prefirió restaurar los artículos perdidos cediendo sus propiedades antes de turbar la paz en su ejército”.

Del mismo modo, el rey Ricardo I de Inglaterra, quien tenía unas ideas muy firmes respecto a la disciplina, se vio obligado a promulgar una muy clara y draconiana lista de castigos para sus hombres durante la Tercera Cruzada. En caso de robo, se decretó que “al ladrón […] se le rapará bien la cabeza y sobre ella se derramará pez hirviendo, y después se le esparcirán las plumas de un cojín para que sepan de su condición”.


placeholderCubierta de 'Cruzados y criminales'. (Editorial Almuzara)
Cubierta de 'Cruzados y criminales'. (Editorial Almuzara)

Este ejemplo clásico de “emplumamiento” puede parecer casi un chiste, pero es mucho más doloroso de lo que parece. De hecho, y esta es la razón principal de su práctica, causa terribles cicatrices en la cabeza: muchos de los que padecieron este castigo habrían tenido enormes áreas de tejido blando en el que no crecía pelo. En una época donde no existían documentos de identidad ni registros de antecedentes criminales, esta era una advertencia muy clara para todo el mundo.

A menudo la diferencia entre la soldadesca y la gentuza era muy tenue.

Quizá parezca contraintuitivo, pero los cruzados podían ser igual de pendencieros una vez llegados a Tierra Santa. Santa o no, la escasa observancia de la ley durante su marcha a través de Europa y más allá no se alteró al llegar a sus destinos. Hubo constantes reyertas entre soldados, incluso entre hombres nombrados caballeros; resultaba muy difícil mantener la testosterona bajo control con tantos jóvenes agresivos y armados en la región.

A menudo la diferencia entre la soldadesca y la gentuza era muy tenue

Juan de Joinville se vio envuelto en uno de esos incidentes. Más tarde escribió que durante su servicio en el ejército francés destacado en Cesarea, desde 1250 a 1251, hubo un forcejeo entre un grupo de caballeros del rey y unos monjes guerreros de la Orden Hospitalaria. Las causas fueron prosaicas, como suele suceder, pero se caldearon los ánimos. Los caballeros franceses, de caza, se habían internado en las propiedades de la Orden persiguiendo a una gacela. La situación se les fue un poco de las manos y los monjes hubieron de enfrentarse a las exageradas excentricidades de los caballeros: al final “los monjes hospitalarios cerraron contra ellos, los expulsaron y persiguieron”.

Había muchas propiedades de la Orden Hospitalaria en los aledaños de Cesarea, de modo que los monjes pudieron tomar a los cruzados (con cierta razón) por intrusos o furtivos. O, dada la categoría de los monjes guerreros como “profesionales” de los ejércitos cruzados, podían simplemente haber decidido divertirse un poco a costa de los recién llegados, a quienes consideraban unos bulliciosos e irritantes aficionados”.

En cualquier caso, Joinville se quejó al maestre de la Orden Hospitalaria por la reyerta. Sin duda, el maestre tenía asuntos más importantes entre manos de los que preocuparse, pero dijo que “compensaría [a Joinville] según la costumbre de Tierra Santa, la cual se tradujo en obligar a los monjes perpetradores de la ofensa a comer sentados sobre sus capotes hasta que sus víctimas les permitiesen levantarse”.

A nosotros nos cuesta comprender cómo “sentarse sobre un capote” puede ser un duro castigo. Pero se trataba de caballeros, hombres próximos a la cima de la jerarquía social, y para jóvenes de esa categoría resultaba difícil soportar esa humillación. El castigo funcionó: los monjes quedaron como unos tontos, y quizá todos comenzaron a ver el lado cómico del asunto. El incidente concluyó rápido. Joinville y sus hombres se unieron a ellos para cenar y los caballeros hospitalarios fueron perdonados.

El incidente de caza con los mojes hospitalarios concluyó de modo bastante amigable, sobre todo porque sucedió entre hombres de la misma posición y origen social. En circunstancias más des equilibradas las cosas podían llegar a ponerse bastante feas. Como un temprano y mucho menos romántico precursor de Los tres mosqueteros, uno de los sargentos el rey Luis IX, un corpulento gorila al que llamaban Glotón, tuvo un altercado con uno de los caba lleros al servicio de Joinville y, según se dice, "le puso las manos encima".

El rey aconsejó contención (curiosamente mostraba una actitud más relajada frente a la etiqueta que algunos de sus nobles). Le dijo a Joinville que debería pasar por alto el incidente, pues "el sargento solo había empujado al caballero". Además, desde un punto de vista práctico existían buenas razones para olvidar lo antes posible un asunto tan trivial: había una fuerte demanda de soldados experimentados en los Estados cruzados y resultaba difícil encontrar sargentos capaces.

Sin embargo, Joinville se negó a entrar en razón. Era un individuo pretencioso y un rigorista de la jerarquía social, no como su rey. Así, "de acuerdo con las costumbres del país", escribió el puntilloso señor, "el sargento acudió a mis aposentos descalzo, ataviado solo con sus calzas y una camisa y con una espada desnuda en la mano". El hombre estaba obligado a arrodillarse frente a la parte ofendida y "tomar la espada por la punta y ofrecer el pomo al caballero". Y por sorprendente que parezca, debía permitirle al caballero cortarle la mano si tal era su deseo. Tanto Joinville como el caballero rehusaron. El asunto estaba cerrado, se habían observado los buenos modales y se había humillado al sargento. Pero la posibilidad de sufrir una mutilación por un altercado sin importancia era real, o al menos lo era si uno no tenía la fortuna de nacer entre las clases más elevadas.

Las tensiones siempre están a flor de piel cuando se reúnen gran des grupos de hombres armados (sobre todo si pertenecen a diferen tes etnias y culturas). Los ingleses de la Tercera Cruzada, por ejemplo, se sorprendieron por el tratamiento recibido cuando en septiembre de 1190 llegaron a Mesina, en el noreste de Sicilia. Con miles de soldados sin inhibiciones arremolinándose por los alrededores de la ciudad, se dieron casos de asesinatos y otros deli tos, sin duda perpetrados por miembros de ambas comunidades. "Había gente de toda condición —escribió un cronista—, con sus tiendas, pabellones y pendones dispuestos a lo largo del litoral, pues tenían prohibido el acceso a la ciudad. Permanecieron cerca de la costa hasta la llegada de los reyes, pues los vecinos […] nos maltrataban, asesinaban a nuestros peregrinos y arrojaban sus cadáveres a las letrinas. Sus actividades están muy bien registradas". Los agravios no tardaron en multiplicarse.

Muchos de esos agravios estaban relacionados con las mujeres. Los celos sexuales eran una fuente natural de conflicto. Se contemplaba con gran sospecha a los recién llegados, extranjeros endurecidos, y a menudo con buenas razones. Los ingleses se quejaban mucho, pero resulta evidente que incluso en sus propias crónicas a duras penas se pueden librar de la culpa. "Al llegar los dos reyes —escribió un cronista—, los [sicilianos] mantuvieron la paz, pero los “longobardos” peleaban y amenazaban a nuestros peregrinos con la destrucción de sus tiendas y la toma de sus bienes, pues temían por sus esposas, con quienes los peregrinos [ingleses] hablaban". Posteriormente el inglés admitió que solo lo hacían para enfrentarse con sus rivales extranjeros, como acostumbran los seguidores más radicales de su selección cuando juega fuera de casa; charlaban con sus mujeres "para molestar a quienes no habían pensado en hacer nada".


domingo, 14 de septiembre de 2025

Cómo se explica la caída del 60% de las acciones de Novo Nordisk, el fabricante de Ozempic que llegó a ser la empresa europea más valiosa

La firma anunció una reducción de su fuerza laboral de 11%.

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 Su éxito había sido espectacular.

Hace dos años la empresa danesa Novo Nordisk, fabricante de las inyecciones para bajar de peso Ozempic y Wegovy, llegó a convertirse en la firma más valiosa de Europa, destronando al conglomerado de lujo francés LVMH (Louis Vuitton).

Pero en los últimos 12 meses sus acciones han caído un 60%.

La empresa anunció este miércoles que recortará 9.000 empleos, semanas después de advertir que sus beneficios caerán a medida que surjan más medicamentos para bajar de peso de empresas competidoras.

Los despidos representan el 11% de la plantilla de la empresa danesa y suponen el primer paso importante del nuevo director ejecutivo, Mike Doustdar, mientras Novo Nordisk se enfrenta a una creciente presión de otras empresas que también fabrican medicamentos para perder peso, un mercado en rápida expansión.

"Nuestros mercados están evolucionando, especialmente el de la obesidad, ya que se ha vuelto más competitivo y está más orientado al consumidor. Nuestra empresa también debe evolucionar", dijo Doustdar.

La compañía, agregó que se "han incrementado la complejidad y los costos organizativos".

Novo Nordisk afirma que pretende ahorrar US$1.300 millones para finales de 2026, reinvirtiendo el dinero en el desarrollo y la venta de nuevos fármacos.

Por otro lado, el gigante farmaceútico señaló que tomará otras medidas para impulsar el rendimiento de su fuerza laboral.

La firma es conocida por mantener la cultura corporativa danesa enfocada en el equilibrio laboral y personal. Los empleados tienen derecho a más días de vacaciones que otros países, como Estados Unidos, o terminan su jornada laboral más temprano.

A pesar de ser la primera empresa en comercializar Ozempic, algunos ensayos clínicos demostraron que Mounjaro y Zepbound, ambas fabricadas por la farmaceútica estadounidense Eli Lilly, parecen ser más eficaces para bajar de peso que Ozempic y Wegovy.

Además, Novo Nordisk también se ha enfrentado a un aumento del número de medicamentos falsos para bajar de peso, a tal punto que la Organización Mundial de la Salud emitió una alerta sobre la falsificación de Ozempic.

Ante la caída de sus ventas en Estados Unidos, la firma danesa ha presentado más de 100 demandas en decenas de estados para impedir que otros fabricantes copien sus inyecciones, aunque algunos analistas de mercado afirman que es poco probable que esto tenga un gran impacto.

Y es que EE.UU. es el mayor mercado de vacunas contra la obesidad y se ha convertido en el centro de la batalla entre las farmacéuticas por dominar el negocio de ese tipo de medicamentos.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha mostrado su apoyo al director ejecutivo de Eli Lilly, Dave Ricks, elogiándolo como un "gran caballero" que ha hecho un "trabajo fantástico".

En mayo, Trump afirmó que Eli Lilly, en particular, no enfrentaría aranceles porque está construyendo nuevas plantas en Estados Unidos.

La dura batalla en el mercado de Estados Unidos

Expertos en el sector farmacéutico citados por Bloomberg, argumentan que algunas de las decisiones que tomó Novo Nordisk sobre su modelo de fabricación de medicamentos han tenido repercusiones en sus resultados comerciales.


Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Wegovy y Ozempic son las dos inyecciones que fabrica la danesa Novo Nordisk.

A diferencia de Eli Lilly, que optó por producir sus medicamentos para bajar de peso mediante procesos químicos rápidos y externalizados a otros fabricantes, Novo Nordisk decidió enfocarse en fabricar sus productos internamente utilizando cultivos de levadura, que han resultado ser más difíciles de producir rápidamente a gran escala.

Otro factor que destacan los analistas es que Novo Nordisk subestimó la gigantesca demanda que tendrían sus inyeciones y cuando se enfrentó al desafío, tuvo que hacer un gran esfuerzo para construir más fábricas, agregan.

Por otro lado, su rival estadounidense comenzó a vender una versión más económica de Zepbound a los pacientes a través de su plataforma de venta directa al consumidor, LillyDirect.

Además de la competencia, la firma tuvo dificultades para cumplir las expectativas que tenía el mercado en relación a CagriSema, una inyección de nueva generación, y respecto al desarrollo de una pastilla contra la obesidad, según han señalado los expertos en el sector farmacéutico.

Sin embargo, Novo Nordisk intenta mejorar su posición de mercado impulsando activamente la aprobación actual de Wegovy como un medicamento para la prevención de accidentes cerebrovasculares e infartos, algo que podría ayudarla a enfrentar las dificultades actuales.

La demanda mundial de los medicamentos contra la obesidad ha aumentado rápidamente en los últimos años, sobre todo después de que los confinamientos por la pandemia obligaran a la gente a quedarse en casa.

¿Cómo funcionan las inyecciones para bajar de peso?

Existen dos grande tipos de medicamentos en el mercado: semaglutida, (comercializada bajo la marca Ozempic o Wegovy) y tirzepatida (comercializada como Mounjaro).

Las inyecciones de semaglutida se utilizan para tratar la diabetes, pero en los últimos años se han vuelto muy populares entre quienes buscan perder peso.

Se administran a través de inyecciones semanales en la parte superior del brazo, el muslo o el abdomen.

Ambos medicamentos actúan como supresores del apetito al imitar una hormona que produce una mayor sensación de saciedad. Mounjaro también afecta el metabolismo y ayuda a regular el equilibrio energético.

Los pacientes generalmente comienzan con una dosis baja, que se aumenta gradualmente hasta alcanzar una dosis de mantenimiento.

Estos medicamentos suelen tener efectos secundarios, como náuseas, estreñimiento y diarrea.


    • Cecilia Barría
    • Título del autor,BBC News Mundo

El escándalo de los protectores solares en Australia, el país con las tasas de cáncer de piel más altas del mundo

Los protectores solares están en el centro de un escándalo nacional en Australia.

Marianna Massey/Getty Images



Como muchos australianos, Rach creció aterrorizada del sol en el país con las tasas de cáncer de piel más altas del mundo.

Su infancia se caracterizó por la infame regla de "sin sombrero, no se juega", común en las escuelas australianas, anuncios de los 90 que advertían que el sol causaba cáncer y tubos de protector solar por toda la casa.

Esto convirtió a esta mujer de 34 años en el tipo de persona que se aplica religiosamente protector solar varias veces al día y rara vez sale de casa sin sombrero.

Por eso se sorprendió cuando los médicos le detectaron un cáncer de piel en la nariz durante una revisión en noviembre, algo que consideraron anormal dada su edad y su rutina de protección solar.

Aunque técnicamente se clasificó como un cáncer de piel de "grado leve" —un carcinoma basocelular—, tuvo que ser extirpado quirúrgicamente, dejándole a esta madre de Newcastle una cicatriz justo debajo del ojo.

"Estaba confundida y un poco enojada porque pensaba: '¿Es broma?'", declaró Rach —quien pidió que no se revelara su apellido— a la BBC. "Pensé que lo había hecho todo bien y aun así me pasó".

Su ira aumentó cuando descubrió que el protector solar que había usado durante años no era fiable y, según algunas pruebas, prácticamente no ofrecía protección.

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ABC News/Billy Cooper

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Ultra Violette está en el centro de la controversia sobre los protectores solares.

Un análisis independiente realizado por una prestigiosa organización de defensa del consumidor ha descubierto que varios de los protectores solares más populares y caros de Australia no ofrecen la protección que prometen, lo que ha desatado un escándalo nacional.

Se ha producido una reacción masiva de los consumidores, una investigación iniciada por el organismo de control médico del país y la retirada de varios productos de los anaqueles, y han surgido dudas sobre la regulación de los protectores solares en todo el mundo.

"Definitivamente no es un problema exclusivo de Australia", declaró la química cosmética Michelle Wong a la BBC.

El ajuste de cuentas

Los australianos tienen una relación complicada con el sol: lo adoran, pero también le temen.

Los mensajes de salud pública eficaces compiten con una cultura de la belleza que a menudo idolatra la piel bronceada.

El país tiene la mayor incidencia de cánceres de piel del mundo y se estima que dos de cada tres australianos se harán al menos un corte de piel a lo largo de su vida.

Por eso, cuando Choice Australia publicó su informe en junio, causó revuelo de inmediato. El grupo había probado 20 protectores solares en un laboratorio australiano independiente acreditado y descubrió que 16 no cumplían con el FPS (factor de protección solar) indicado en el envase.

El protector solar Lean Screen SPF 50+ Mattifying Zinc Skinscreen de Ultra Violette, un producto facial que Rach afirma haber usado exclusivamente, fue el "fallo más significativo" identificado.

Arrojó un FPS 4, algo que sorprendió tanto a Choice que encargó una segunda prueba que arrojó una lectura similar. Otros productos que no cumplieron con las afirmaciones de FPS incluyeron los de Neutrogena, Banana Boat, Bondi Sands y Cancer Council, pero todos ellos rechazaron los hallazgos de Choice y dijeron que sus propias pruebas independientes demostraron que sus protectores solares funcionaban como se anunciaba.

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Durante décadas se ha instado a los australianos a ponerse una camisa, aplicarse protector solar y ponerse un sombrero.

La indignación fue inmediata para las marcas mencionadas en el informe y también provocó una rápida respuesta de la Asociación de Productos Terapéuticos (TGA, por sus siglas en inglés), que afirmó que investigaría los hallazgos y "tomaría las medidas regulatorias necesarias".

Ultra Violette contraatacó, afirmando que "confiaban en que Lean Screen es seguro y eficaz" y detallando las exhaustivas pruebas del producto, que se ha vendido en casi 30 países y cuesta más de 50 dólares australianos (US$33).

Sin embargo, menos de dos meses después, anunció que retiraría Lean Screen del mercado tras obtener resultados inconsistentes en ocho series de pruebas de laboratorio diferentes.

"Lamentamos profundamente que uno de nuestros productos no haya cumplido con los estándares que nos enorgullecen y que esperan de nosotros", se leía en un comunicado publicado en la cuenta de Instagram de la marca.

Añadió que "desde entonces ha finalizado la relación con el laboratorio de pruebas inicial". En las últimas dos semanas, otras marcas han "pausado" la venta de al menos cuatro productos más, ninguno de los cuales se incluyó en el informe Choice.

Rach sabe que no hay forma de demostrar que exista una relación entre su diagnóstico y la marca de protector solar que usó. Afirma que no está alegando tal conexión.

Pero afirmó que la respuesta de Ultra Violette al escándalo fue como una patada en el estómago.

Sintió que no asumieron ninguna responsabilidad real por las deficiencias de su producto y se sintió decepcionada por su decisión de seguir vendiéndolo durante dos meses a pesar de las dudas sobre su eficacia.

"Simplemente pasé por las cinco etapas del duelo, ¿sabes?", dijo. "Estaba enojada, molesta, casi en negación".

Al igual que Rach, una multitud de clientes molestos afirman que el escándalo ha afectado su confianza en la industria.

"¿Un reembolso no va a revertir años de daño solar, verdad?", escribió un consumidor en respuesta al anuncio de la retirada de Ultra Violette. Un portavoz de la compañía informó a la BBC que habían vuelto a analizar todos sus demás productos y confirmado sus índices de FPS.

"Fuimos los primeros, y actualmente los únicos, de los 16 productos que no superaron la prueba de Choice en no solo suspender las ventas, sino en retirar el producto por completo, priorizando la seguridad y ofreciendo a los clientes acceso a reembolsos y un cupón para el producto", declararon en un comunicado.

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Ava Chandler-Matthews y Rebecca Jefferd fundaron Ultra Violette en 2019.

El portavoz de Ultra Violette añadió que la marca estaba trabajando con la TGA y otras entidades para garantizar que este momento decisivo no se desperdiciara.

Choice ha instado a la TGA a realizar más investigaciones sobre el mercado de los protectores solares y también ha instado a las marcas que tuvieran motivos para cuestionar el FPS indicado en sus productos a retirarlos de la venta de inmediato.

"Es evidente que existe un grave problema en la industria australiana de los protectores solares que debe abordarse con urgencia", declaró Rosie Thomas, directora de campañas, en una declaración a la BBC.

¿Cómo ocurrió esto?

Mientras que en Europa los protectores solares se clasifican como cosméticos, en Australia se regulan como productos terapéuticos —esencialmente un medicamento—, lo que significa que están sujetos a algunas de las regulaciones de protección solar más estrictas del mundo.

Y eso es algo que muchas de las marcas implicadas en este escándalo usan a su favor. Entonces, ¿cómo sucedió esto?

Una investigación de la Australian Broadcasting Corporation (ABC) descubrió que un solo laboratorio con sede en EE.UU. había certificado al menos la mitad de los productos que no habían superado las pruebas de Choice, y que este centro registraba sistemáticamente resultados altos en las pruebas.

También descubrió que varios de los protectores solares retirados de los estantes compartían una fórmula base similar y los vincularon con un fabricante de Australia Occidental.

ABC afirma que no suele hablar sobre las investigaciones en curso para no comprometerlas, pero que también está estudiando la posibilidad de "revisar los requisitos de prueba de FPS existentes", que pueden ser "muy subjetivos".

"ABC también es consciente de que es práctica común que diferentes productos de protección solar compartan fórmulas base iguales o similares", declaró un portavoz a la BBC. En última instancia, es responsabilidad del patrocinador [vendedor] garantizar que su medicamento cumpla con todos los requisitos legislativos aplicables.

Los protectores solares consistentes y cómodos que ofrecen alta protección son muy técnicos y difíciles de fabricar, afirma la Dra. Wong, fundadora de Lab Muffin Beauty Science.

La piel de cada persona responde de forma diferente al producto, añade, y casi siempre se somete a pruebas de estrés: sudor, agua o maquillaje.

Es muy difícil evaluar la eficacia por las mismas razones. Históricamente, se ha realizado aplicando el protector solar en 10 personas con la misma densidad y luego cronometrando el tiempo que tarda la piel en empezar a quemarse, con y sin el producto aplicado.

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Los expertos afirman que es difícil encontrar protectores solares eficaces y populares.

Si bien existen directrices claras sobre lo que se debe buscar, la Dra. Wong afirma que aún existe mucha variabilidad. Esto se debe a la textura o el tono de la piel, o incluso al color de las paredes del laboratorio, y a que "cada laboratorio obtiene resultados diferentes".

Sin embargo, afirma que los resultados también son bastante fáciles de falsificar, y menciona una investigación realizada en 2019 por las autoridades estadounidenses sobre un laboratorio de análisis de protectores solares, que terminó con su propietario en la cárcel por fraude.

Muchas marcas de protectores solares de todo el mundo utilizan los mismos fabricantes y laboratorios de análisis, por lo que es poco probable que este problema se limite a Australia, añade.

"Hasta que alguien pruebe un montón de protectores solares en otros países, simplemente no sabremos su alcance".

Afirma que el escándalo es un recordatorio de que la eficacia de las regulaciones depende de su cumplimiento.

Pero si bien el escándalo ha tocado la fibra sensible de muchas personas con alto riesgo de cáncer de piel, la Dra. Wong dijo que sentía que el pánico provocado por la investigación se había exagerado.

La experta señala el mayor ensayo clínico de protector solar del mundo, realizado en la década de 1990, que reveló que el uso diario de un protector solar con FPS 16 redujo drásticamente las tasas de cáncer de piel.

"El 95 % de los protectores solares analizados [por Choice] tienen un FPS lo suficientemente alto como para reducir a más de la mitad la incidencia de cáncer de piel", afirmó la Dra. Wong.

"Creo que algunas pruebas de FPS se han convertido más en un ejercicio de marketing que en un reflejo real de su eficacia".

Lo más importante al elegir un protector solar, afirma, es aplicar la cantidad suficiente: al menos una cucharadita para cada parte del cuerpo, incluida la cara.

Y lo ideal es aplicarlo aproximadamente cada dos horas, especialmente si se ha sudado mucho o se ha nadado.

Los expertos también recomiendan combinar el protector solar con otras medidas de seguridad, como usar ropa protectora y buscar la sombra.


    • Tabby Wilson y Tiffanie Turnbull
    • Título del autor,BBC News, Sydney