jueves, 29 de enero de 2015

¿Qué tan probable es que le sea infiel a su pareja?


Me sorprendió mucho un reciente estudio que señalaba que las personas serían más propensas a engañar a su pareja en el año previo a un cumpleaños importante. Esto sugiere que si se encuentra en una relación seria, está en un ciclo en el que las probabilidades de cometer infidelidad aumentan más o menos cada 10 años.
Los investigadores trabajaron con Ashley Madison, un sitio web de citas amorosas para personas que buscan romances extramaritales, con el fin de analizar datos de más de ocho millones de hombres que se habían registrado en el sitio. El estudio era uno de seis publicados juntos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en 2014 que examinaron cuándo las personas realizan grandes cambios en sus vidas. Halló 950.000 hombres que tenían 29, 39, 49 o 59 años, edades que terminan en 9, y que su cantidad en el sitio web era 18% mayor de lo que se esperaría en una selección al azar, según los investigadores de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York y la Escuela de Administración Anderson de la Universidad de California en Los Ángeles. La investigación también analizó datos de mujeres y encontró un patrón similar aunque menos pronunciado.
La infidelidad es una de las áreas más complejas y más difíciles de definir de los estudios sobre relaciones. La mayoría de las personas no quiere admitir que ha sido infiel.
Todos, incluso los expertos, tienen una definición distinta de “infidelidad”. Algunos la definen como simplemente un encuentro sexual con alguien que no es su cónyuge o pareja formal. Otros la definen de manera más amplia para incluir una variedad de actividades sexuales, o incluso infidelidad emocional, como coqueteos o compartir secretos.
Para empezar, si rompe las reglas de un compromiso sexual o emocional en su relación, sea lo que este sea, eso es infidelidad. Diferentes relaciones tienen diferentes reglas. Uno sabe cuándo las rompe.
Mientras más amplia sea la definición de infidelidad, más común será. El número que parece interesar más a la gente es qué tan seguido los casados tienen sexo con alguien que no es su pareja. La mayoría de los estudios indica que entre 20% y 25% de las personas casadas admiten haber estado en una infidelidad sexual, dice Justin Lehmiller, un psicólogo de la Universidad de Purdue que estudia sexo y relaciones y es autor de The Psychology of Human Sexuality (algo así como La psicología de la sexualidad humana).
De todos modos, los expertos dicen que casi todos han pensado en engañar a su pareja en algún momento u otro, ya sea que han fantaseado con una cita con Bradley Cooper o coqueteado con un colega durante el almuerzo.
¿Alguna vez se ha preguntado si está en riesgo de ser infiel? Los expertos recomiendan que evalúe estas categorías de riesgo. Las personas que se involucran en una infidelidad usualmente entran en más de una.
Género
Si es hombre, tiene más probabilidades de engañar. “La testosterona es un factor de riesgo”, dice Kelly Campbell, profesora de psicología y desarrollo humano de la Universidad Estatal de California en San Bernardino, quien estudia la infidelidad.
La brecha de género no es tan amplia como solía ser, señala Campbell, y mientras más amplia sea la definición de infidelidad, menor será la brecha. En comparación con generaciones anteriores, las mujeres hoy en día tienen más opciones, más poder y más dinero para gastar (los romances cuestan). Internet hace más fácil conocer gente.
Estudios muestran que los hombres y las mujeres tienden a ser infieles por razones distintas. En 2007, investigadores de la Universidad de Chapman en Orange, California, y la Universidad Estatal de California en Los Ángeles analizaron los resultados de una encuesta a alrededor de 60.000 personas —heterosexuales, homosexuales y bisexuales— con más de 100 preguntas sobre la infidelidad. En líneas generales, los hombres que habían sido infieles dijeron que lo fueron porque no se sentían satisfechos sexualmente.
“Buscaban emoción y variedad sexual”, dice David Frederick, profesor adjunto de psicología de salud de Chapman y el principal investigador del estudio. Las mujeres dijeron que habían engañado a sus parejas porque no se sentían emocionalmente satisfechas. “Eran más propensas a enamorarse de otro o a buscar reafirmación de que seguían siendo deseadas”, explica Frederick.
El estudio también halló que a los hombres les disgustaba más la idea de que su pareja tuviera un romance sexual y las mujeres rechazaban más la idea de que sus parejas tuvieran un romance emocional, un hallazgo que fue publicado en enero en el sitio web de Archives of Sexual Behavior.
Edad
No sólo los que tienen edades que terminan en 9 tienen un mayor riesgo de caer en una infidelidad. Las personas que están en la mitad de sus vidas tienen menos riesgo porque cuentan con menos tiempo y energía, señala Campbell. “Entre más o menos los 35 y 50 años, las personas tienden a enfocarse en sus carreras y criar hijos”, dice. “Hay una mayor probabilidad de ser infiel cuando no es más joven o viejo”.
Oportunidad
Algunos investigadores llaman esto el riesgo “ambiental”. ¿Está usualmente rodeado de personas atractivas que podrían ser buenos candidatos para compañeros ocasionales? Vivir en una ciudad, pasar largas horas en el trabajo y viajar con frecuencia sin su pareja lo coloca en un mayor riesgo de infidelidad. Lo mismo sucede si trabaja de cerca con otros en dúo.
Un ascenso o avance en su carrera lo puede poner en riesgo. “Tendrá más oportunidad”, dice Campbell. “Puede invitar a alguien a almorzar o pagar por cuartos de hotel”.
Historial
¿El que engañó una vez, lo volverá a hacer? No necesariamente, dicen los expertos. Mucho depende de las razones por las que fue infiel la primera vez. Si las razones son más personales que de la relación, uno está en riesgo de volver a ser infiel, asevera Campbell. Si el motivo fue más la relación, el riesgo de que lo repita no es grande.
¿Qué pasa si uno o ambos padres fueron infieles? Si fue testigo del dolor que causó la infidelidad de un padre, podría tener cuidado de no caer en ese comportamiento.
No obstante, puede que herede algún rasgo de personalidad que lo predisponga a engañar, como la inclinación a asumir riesgos. Además, si su papá y mamá fueron infieles, podría creer que la infidelidad es la norma. Puede que hasta haya notado que ser infiel tiene ventajas. Quizás ayudó a su mamá a salir de un mal matrimonio.
Insatisfacción con la relación
Estudios muestran que este es un alto factor de riesgo. Sin embargo, muchas personas que no son felices en sus relaciones no son infieles, señalan los expertos, y muchas que sí engañan es por otras razones también.
La infidelidad y la insatisfacción con las relaciones operan en ambas direcciones: puede que usted engañe porque está infeliz en su relación, pero ser infiel lo hará aún más infeliz. Las personas que están satisfechas con su matrimonio son menos propensas a ser infieles, dicen los expertos.
La insatisfacción sexual es una subcategoría importante de la satisfacción de la relación. Cuando Frederick, de la Universidad de Chapman, sondeó a las 60.000 personas, les pidió que calificaran qué tan identificados se sentían con la siguiente postulación: “Estoy satisfecho con mi relación con mi pareja”. Cerca de 40% de los que expresaron que estaban rotundamente en desacuerdo con el enunciado habían sido infieles, en comparación con sólo 10% de los que estaban fuertemente de acuerdo. El investigador obtuvo resultados similares cuando preguntó acerca de esta oración: “Estoy satisfecho con la vida sexual con mi pareja”.
Personalidad
Dos de los llamados Cinco Grandes rasgos de personalidad muestran lazos consistentes con la infidelidad, según estudios. Las personas que sacan bajas notas en “afabilidad” (ser amable y sensible a los sentimientos de otros) y “diligencia” (ser confiable y tener autodisciplina) son más propensas a ser infieles, afirma Lehmiller, de Purdue.
Otros rasgos ligados a un mayor riesgo de infidelidad incluyen narcisismo (tener una opinión exageradamente buena de uno mismo) y la búsqueda de sensaciones (la tendencia a buscar actividades emocionantes y riesgosas).
Y luego están los que huyen del compromiso, que tienen lo que se llama un estilo de personalidad “evasiva”. Estas personas son mucho más propensas a engañar, dice Nathan DeWall, profesor de psicología de la Universidad de Kentucky cuyos ocho estudios sobre infidelidad fueron publicados en 2011 por el Journal of Personality and Social Psychology.
“Cuando les preguntas qué piensan sobre la infidelidad dicen que no es mala”, señala DeWall.

martes, 27 de enero de 2015 19:00 EDT
http://lat.wsj.com/articles/SB10615956846048424422204580426090463179862?tesla=y

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