martes, 3 de julio de 2018

Estos son los 10 timos más habituales que sufren los turistas





Los viajeros son, en muchas ocasiones, un blanco fácil para los malhechores de la ciudad o pueblo que visitan. Motivo suficiente para andar con especial cuidado si no quieres ser víctima de una estafa


Aunque lo intente disimular, el turista apesta a turista. Algo que puede ser bueno o malo, según el destino. En algunos pueblos o regiones, la condición de visitante es admirada y respetada, gozando de la simpatía y cortesía de los oriundos. Pero, a veces, también es motivo suficiente para que los granujas y delincuentes de la zona intenten timar al viajero. Como no queremos que esto arruine tus vacaciones de verano, a continuación detallamos las estafas más comunes a las que se enfrentan los turistas cuando viajan.

El timo del taxímetro

En muchos países, incluido España, existen taxistas de dudosa ética que se aprovechan de la buena voluntad, de la inseguridad o del cansancio de los viajeros. Ya no sólo que callejeen más o que busquen rutas en las que pueda haber tráfico, para que engorde el coste final, también hay quien aplica tarifas nocturnas a viajes diurnos. Para evitar cualquier irregularidad, se recomienda pedir el taxi, uber o cabify a través de una aplicación y solicitar siempre la factura del taxímetro -para denunciar cualquier anomalía-. En caso de no poder pedir el transporte vía móvil, hay que verificar que el taxímetro funcione. En algunos países, éste se estropea 'casualmente' y, al final del trayecto, el taxista te cobra lo que buenamente quiere.

Engaño a los falsos Don Juanes

Dos amigos salen a conocer el ambiente nocturno de la ciudad. Un par de jóvenes atractivas se acercan a ellos y les camelan para que entren a un bar (en el cual trabajan, pero esa información no será revelada). Una vez dentro, las chicas piden copas, algo de cena y lo que surja. Ellos no solicitan la carta de precios, no vayan a pensar ellas que son unos pobres diablos. En un momento de la noche, las chicas van al baño juntas. No volverán a aparecer. ¿Adivinan quién pagará toda la cuenta? Y no, no será barata.

Otras veces, todo sucede mucho más rápido. Las mujeres intentan que los turistas se encariñen de ellas y, en un momento de debilidad, aprovechan para sustraerles la cartera o el móvil.

Cuidado con las falsificaciones

Si lo que quieres es comprar alguna imitación para regalar a algún familiar o amigo, por aquello de ahorrarte algo de dinero, puedes saltarte este punto. Ahora bien, si lo que quieres son objetos originales y de primera calidad, debes de estar bien atento y comprarlos únicamente en establecimientos oficiales. Te pueden colar hierbas y matojos prensados como auténticos habanos en Cuba, algún brebaje etílico como ron jamaicano o algún harapo como pieles africanas. Un descuido que te podría salir muy caro ya que te lo venderán a un precio similar al original, para que no sospeches. Eso sí, con algún pequeño descuento ya que te harán ver que tú eres especial. A veces dudarás ya que te lo venderán en su envoltorio, caja o botella original.


Ojo con los alojamientos

Si viajas a determinados países de América Latina o Asia como Cuba o Tailandia puede que caigas en este timo, uno de los más habituales. Mientras te dispones a llegar al hospedaje que has reservado, alguien te parará por la calle. Te dirá que trabaja en ese mismo hostal o airbnb, que te estaba esperando, pero que ha habido un problema con tu reserva. Acto seguido te tranquilizará ya que "se ha encargado de buscarte una solución". Te acompañará hasta otra residencia cercana, regentada por amigos suyos, y normalmente peor mantenida. No suele ser peligroso, pero sí te pueden sacar algo más de dinero.

Regalos aparentemente "gratis"

Este timo tiene cientos de formas. Un masaje gratuito, personas que se acercan para ofrecerte pulseras, estampitas o una ramita de romero, ese guía local que te quiere hacer un tour privado, ese hombre disfrazado del personaje de televisión del momento que quiere hacerse una foto contigo... todos, a priori, gratis. Pero no son más que señuelos con el fin de sacarte unas monedas.

Una caída "accidental"

Alguien te pide que le saques una foto junto a sus amigos. Se la haces. Cuando le vas a devolver la cámara, éste la dejará caer accidentalmente. La cámara estaba ya rota, tranquilo. Pero, aun así, exigirá que se la pagues. Si protestas, ahí estarán sus amigos. Incluso, en mitad del alboroto y de algún que otro empujón, no descartes que tu cartera vuele.

El timo del pasaporte

Algunos turistas no lo saben, pero es obligatorio llevar siempre encima un documento identificativo con foto, algo que muchos prefieren dejar en el hotel por seguridad. En determinados países de Asia y América Latina existen policías falsos que se dedican a parar a los extranjeros, llegándoles a imponer multas instantáneas si no llevan consigo su pasaporte.


La estafa del cambio de divisa

Aunque en pleno 2018 se puede pagar con tarjeta en cualquier parte del mundo, aún quedan regiones que no conocen ni poseen TPV. Por ello, y porque muchos viajeros clásicos se sienten más seguros con dinero en metálico, han de cambiar de divisa. Se recomienda realizar este canje en oficinas oficiales ya que, de no hacerlo, puedes ser estafado. Los locales no autorizados o los puestos callejeros de dudosa reputación, aunque tengan cola y haya gente que se fíe de ellos, pueden ocasionarte un disgusto. La técnica más habitual es que te devuelvan billetes que ya no estén en circulación. En el peor de los casos, te darás cuenta tarde, cuando vayas a pagar en algún establecimiento. Si estás hábil, te percatarás al instante. La persona que te lo ha cambiado se hará la despistada, te pedirá disculpas ya que "no se ha dado cuenta", y te entregará, ahora sí, dinero legal.

Agencias que te tramitan el visado

Existen casos en los que el viajero tiene que cruzar la frontera de un país para continuar su ruta. La aglomeración de personas y las prisas pueden confundir al turista, momento que aprovechan 'agencias' para ofrecer sus servicios. Éstas te garantizan poder tramitar tu visado a cambio de una determinada cantidad de dinero. Te lo venden como un proceso muy complejo cuando, en realidad, tan sólo tienes que hacer cola para que te pongan un sello. Y sin coste alguno.

Carteristas al acecho

Para los ladrones, tu cartera siempre será como la guapa en una fiesta. Y te la pueden sustraer de muchas formas. Para empezar, si ves un monedero en el suelo vigila tus impulsos. La mayoría de personas, cuando ven uno de estos tirado, se tocan los bolsillos para ver si es el suya. Error. Cerca habrá vigilantes que están esperando esa reacción. Ya saben dónde llevas el dinero guardado. Minutos más tarde, un tropiezo fortuito, un joven que 'sin querer' te mancha con ketchup o café y que te quiere limpiar, o esos niños que te rodearán para que les compres alguna postal o firmes a saber qué documentos se encargarán de desvalijarte.




D. S.
2 JUL. 2018 02:12
http://www.elmundo.es/viajes/el-baul/2018/07/02/5b3387abca4741561c8b45ff.html

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