lunes, 15 de abril de 2019

¡Olvídate de mí!: cómo entrenar la memoria para borrar los malos recuerdos

¡Olvídate de mí!: cómo entrenar la memoria para borrar los malos recuerdos
Los psicólogos recomiendan procesar las experiencias traumáticas para intentar darles un significado (Getty Images/iStockphoto)


Vivir el presente y convertir las experiencias traumáticas en aprendizajes son algunas herramientas


Dentro de dos días habrá olvidado el 95% de lo que va a leer en este artículo. Y eso que en él vamos a hablar acerca de la memoria. Losrecuerdoscómo se forman y qué papel desempeñan en la vida de las personas es algo que siempre ha fascinado al ser humano. En el cine y la literatura existen incontables ejemplos de ello. Sin ir más lejos, la última novela del escritor británico Julian BarnesLa única historia, en la que su autor se cuestiona cuánto hay de verdad en las memorias que atesoramos y que nos vamos contando una y otra vez a lo largo de la vida. Quizá el lector recuerde Olvídate de mí, la película dirigida en 2004 por el norteamericano Michel Gondry en la que Kate Winslet (Clementine) y Jim Carrey (Joel) se sometían a un proceso de borrado de recuerdos para eliminar de su memoria cualquier rastro del otro y de su tormentosa relación.
Pues bien, lo que la ficción cinematográfica narró hace algunos años podría estar más cerca de la realidad de lo que creemos. Y es que, según una publicación reciente de la revista Science Advances, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid, la Fundación Reina Sofía-CIEN, la Universidad de Nueva York y la Radboud University Medical Centre de Nijmegen (Países Bajos) han demostrado que, aplicando anestésico antes de evocar un recuerdo desagradable, se puede borrar ese momento de nuestra memoria. Una técnica que podría ayudar a los pacientes con estrés postraumático.

Según una reciente investigación, aplicando anestésico antes de evocar un recuerdo desagradable se puede borrar

Los recuerdos no son ni buenos ni malos en sí mismos, y no conviene que gobiernen nuestras vidas. StockPlanets / Getty Images
Los recuerdos no son ni buenos ni malos en sí mismos, y no conviene que gobiernen nuestras vidas. StockPlanets / Getty Images

Anatomía de la memoria


Para comprender cómo se graba en el cerebro una experiencia traumática primero debemos señalar que la memoria es plástica y no funciona como una grabadora o una cámara. Esto quiere decir que las personas no podemos recordar hechos, sino aquello que pensamos y sentimos acerca de una experiencia del pasado. “Nadie puede recordar la presión atmosférica que había hace cinco años o el nivel de radiación UV”, afirma el investigador y divulgador David del Rosario. Pero, si no funciona como un archivo audiovisual, ¿cómo trabaja la memoria? ¿Se limita el cerebro a rellenar los huecos de las cosas de las que no se acuerda? ¿Son fiables entonces nuestros recuerdos? “A decir verdad, no sabemos a ciencia cierta cómo funciona, aunque tenemos algunas ideas”, afirma del Rosario. 
“Saltándonos las clasificaciones clásicas y aburridas de memoria episódica, autobiográfica o de trabajo, lo que todas ellas tienen en común es que ningún tipo de memoria es una caja fuerte, sino que cambia con el tiempo. Aquello que recuerdas acerca de tu último encuentro conmigo, es decir, aquello que pensaste y sentiste, no ocurrió exactamente así, sino que se va refrescando con nueva información acerca de mí, y tu cerebro se va encargado todo el tiempo de que tu recuerdo sea coherente con la nueva información que recibe. La memoria es plástica porque se almacena en un medio plástico, el cerebro, y siempre antepondrá la coherencia a la veracidad”.
Las experiencias traumáticas activan las alarmas del cerebro. KatarzynaBialasiewicz / Getty Images/iStockphoto
Las experiencias traumáticas activan las alarmas del cerebro. KatarzynaBialasiewicz / Getty Images/iStockphoto
El autor de El libro que tu cerebro no quiere leer aclara también qué sucede en el organismo cuando vivimos una experiencia traumática: “La experiencia traumática activa todas las alarmas. Tu corazóncomienza a bombear sangre a más velocidad, tus pulmones hacen lo propio con el aire, se abren las compuertas de las reservas energéticas y los procesos a largo plazo ‒reproducción, digestión, regeneración celular o crecimiento‒ se ponen bajo mínimos. 
Todo este proceso es orquestado por, principalmente, dos hormonas: el cortisol ytestosterona (aunque también entran en juego la noradrenalina, prolactina o glucagón). Resulta que el cortisol está relacionado con la memoria. Cuando sus niveles son muy elevados puede llevar alhipocampo, la parte del cerebro donde suceden los procesos que tienen que ver con la memoria, a meter la pata. Si esto ocurre, la probabilidad de que los sistemas del olvido, tan necesarios para nuestra salud mental, fallen, aumenta”.
Mireia Darder, psicóloga y terapeuta, autora del libro La sociedad del abuso, en el que estudia el trauma relacionado con los abusos sexuales, explica que existen tres niveles de seguridad ante una amenaza, y que el cerebro reacciona de manera distinta ante cada una. “Ante una amenaza, lo primero que hacemos los mamíferos es recurrir a la interacción social, es decir, cuando hay peligro buscamos el apoyo, la ayuda y la protección de nuestros semejantes. Pero si el peligro persiste y la amenaza es más grave, nuestro cerebro activa mecanismos de lucha-huida y nos enfrentamos a nuestro atacante o nos refugiamos en algún lugar seguro. 
Sin embargo, si eso falla, si no podemos escapar del peligro porque estamos retenidos o atrapados, entonces nos colapsamos, el organismo se preserva, bloqueándose, gastando el mínimo de energía posible para mantener la supervivencia. Para sobrevivir a esta situación el sistema nervioso pone en marcha ese mecanismo de defensa que consiste en desconectarse completamente y entrar en una especie de parálisis o colapso”.

“La reacción del cerebro ante una amenaza: primero promueve que busques ayuda, después que ataques o huyas y, si persiste, se desconecta, colapsa”


En Olvídate de mí, Kate Winslet y Jim Carrey vuelven a conocerse en un tren sin saber que tiempo atrás fueron pareja... y decidieron olvidarse mutuamente. ¿Podría tener algún efecto pernicioso el hecho de olvidar los sucesos traumáticos o desagradables de nuestra vida? David del Rosario afirma: “Los recuerdos no tienen nada de malo en sí mismos. Sé que esta respuesta es muy malinterpretable. No estoy diciendo que recordar un abuso o la muerte de un familiar sea bueno. De hecho, si esto ocurre de una manera que perturbe a la persona le recomendaría acudir a un especialista. 
Simplemente, me gustaría subrayar que cotidianamente otorgamos a los recuerdos un poder que no tienen: el poder de dirigir nuestra vida. ¿Y por qué hacemos esto? Lo hacemos porque tenemos miedo de la vida y por eso tratamos de anticiparnos. No hay más que estudiar el cerebro para darse cuenta de esto. El cerebro superviviente trata todo el tiempo de anticiparse a las situaciones, es cierto, pero no lo hace porque piensa que el futuro es cruel. Lo hace por una cuestión de ahorro energético. De hecho, muchas veces sucede que nos torcemos un pie o tenemos un accidente por estar evocando recuerdos o proyecciones futuras”.
Para Mireia Darder, lo mejor que podemos hacer tras vivir una experiencia traumática es “procesarla para poder integrarla y darle significado. Esto permite convertirla en aprendizaje y que pase a formar parte del mundo de los recuerdos. Alguna veces, advierte, hay episodios muy traumáticos que se repiten en las personas en forma de flashback, y en estos casos su “borrado” puede ser conveniente, sobre todo cuando lo sucedido es realmente atroz”. Me asalta la duda de, si como en la película, pese al borrado de la memoria quedan en el cuerpo, en las células, en la piel, vestigios de lo vivido. ¿Se almacenan los recuerdos solamente en el cerebro, o son capaces de revivirlos otras partes de él?
Fotograma película 'Olvídate de mi', protagonizada por Kate Winslet y Jim Carrey
Fotograma película 'Olvídate de mi', protagonizada por Kate Winslet y Jim Carrey
David del Rosario aporta datos fascinantes en este sentido: “Sabemos que la grasa tiene el potencial de generar neurotrasmisores y que los huesos pueden conversar entre sí. Las bacterias o las plantas tienen “memoria” y pueden activar en el presente ciertos mecanismos porque tuvieron éxito en una situación de vida pasada”. Mireia Darder afirma: “De alguna manera podríamos decir que hay memoria en los músculos y tejidos del cuerpo, pues se pueden despertar memorias simplemente tocando partes del cuerpo, lo que no quiere decir que ahí haya un recuerdo propiamente dicho, como si se tratara de un cajón. 
El nervio vago que pasa por fuera de la espina dorsal se encarga de la regulación emocional de los pulmones y del corazón, y forma parte del Sistema Nervioso Autónomo, con dos ramas: simpática y parasimpática. Captamos el peligro en nuestras vísceras, se nos contraen las vísceras cuando hay peligro y esta información llega al cerebro para avisar del peligro. El 80% viaja de abajo arriba. Podríamos decir que tanto el corazón como otras vísceras nos ayudan a pensar”.
“Puedes borrar a una persona de tu mente, sacarla de tu corazón es otra cosa”, es una de las frases memorables de Olvídate de mí. ¿Encontrará algún día la ciencia la manera de lograrlo? Ante esa posibilidad, sugerente y a la vez aterradora, me quedo con una última idea de David del Rosario: “La mejor prevención es vivir el presente y conocer cómo funciona tu mente y tu organismo. De este modo, descubres que un recuerdo no está diseñado para dirigir una vida y es solo una herramienta. Desde mi punto de vista, la pregunta adecuada no sería si tiene sentido acabar con los “malos” recuerdos sino por qué le damos a una herramienta como la memoria la capacidad de dirigir una vida cuando no fue diseñada para ello”.

“¿Por qué le damos a la memoria la capacidad de dirigir una vida; es solo una herramienta”


Vivir el presente es la mejor manera para gestionar los malos recuerdos. marrio31 / Getty Images/iStockphoto
Vivir el presente es la mejor manera para gestionar los malos recuerdos. marrio31 / Getty Images/iStockphoto


ROCÍO CARMONA    14/04/2019 08:00

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