viernes, 26 de diciembre de 2025

tecnología de cara al futuro - Juan Ignacio Cirac, experto en física cuántica: "Comprar por Internet o poner tu pin en un banco dejará de ser seguro"



Juan Ignacio Cirac (The Wild Project)



Hace pensar en replantear algo tan cotidiano como la forma en la que protegemos nuestro dinero, nuestros datos y nuestras comunicaciones digitales



Juan Ignacio Cirac lleva décadas moviéndose en una frontera científica que hasta hace poco parecía reservada a la ciencia ficción. Referente mundial en física cuántica y uno de los nombres españoles que más suenan para el Nobel, el investigador alerta en The Wild Project de un cambio digital: los sistemas de seguridad digital que usamos hoy tienen fecha de caducidad. “Cuando los ordenadores cuánticos sean operativos a gran escala, muchas de las tecnologías de cifrado actuales dejarán de ser seguras”, explica.

La clave está en la enorme potencia de cálculo que promete la computación cuántica. A diferencia de los ordenadores tradicionales, que trabajan con bits (ceros y unos), los cuánticos utilizan cúbits, capaces de estar en varios estados a la vez gracias a la superposición cuántica. Esa propiedad permite realizar cálculos de una complejidad inalcanzable para las máquinas actuales. Y ahí surge el problema: los algoritmos que hoy protegen compras online, claves bancarias o historiales médicos podrían romperse en cuestión de minutos.

Cirac insiste en que no se trata de una amenaza lejana ni teórica. “No hablamos de ciencia ficción, sino de un desarrollo tecnológico realista a diez o quince años vista”, señala. El riesgo no afecta solo a los datos futuros: también podría comprometer información cifrada en el pasado, que hoy se considera segura. Por eso, gobiernos e instituciones ya trabajan en nuevos sistemas de criptografía resistentes a ataques cuánticos.

Paradójicamente, la misma física que pone en jaque la seguridad digital también ofrece la solución. La comunicación cuántica, basada en principios como el entrelazamiento, permite crear canales prácticamente imposibles de espiar sin dejar rastro. En ese terreno, Cirac ha sido pionero con sus investigaciones sobre repetidores cuánticos, dispositivos clave para extender este tipo de comunicaciones a largas distancias y sentar las bases de un futuro “internet cuántico”.

Más allá de la seguridad, el impacto de esta tecnología promete ser transversal. Los ordenadores cuánticos podrían revolucionar la industria farmacéutica, acelerando el diseño de nuevos medicamentos, optimizar procesos industriales complejos o ayudar a comprender mejor materiales avanzados. “Son herramientas especialmente potentes para simular sistemas físicos y químicos que hoy no podemos calcular”, explica el físico.

Eso sí, Cirac llama a la prudencia frente a expectativas desmedidas. Los ordenadores cuánticos actuales son todavía prototipos, enormes, caros y propensos a errores. “Hoy cuestan decenas de millones de euros y ocupan salas enteras”, recuerda. Su uso, al menos en las próximas décadas, estará limitado a centros de investigación, grandes empresas y gobiernos, no a ordenadores domésticos.

En el tablero geopolítico, la carrera ya está en marcha. Estados Unidos y China lideran la inversión y el desarrollo, mientras Europa trata de no quedarse atrás apostando por la cooperación científica. “El problema no es que alguien tenga un ordenador cuántico, sino que lo tenga antes que los demás”, advierte Cirac.