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La foto olvidada de ayer ...
No eres de donde vienes .... eres adonde vas...
viernes, 26 de diciembre de 2025
tecnología de cara al futuro - Juan Ignacio Cirac, experto en física cuántica: "Comprar por Internet o poner tu pin en un banco dejará de ser seguro"
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jueves, 25 de diciembre de 2025
El impresionante tren ártico que cruza el norte de Europa y es perfecto para Navidad: ves auroras boreales y todo nevado
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miércoles, 24 de diciembre de 2025
¿Qué tan monógamos somos los seres humanos? El ranking de emparejamientos de las especies animales elaborado por científicos

Las suricatas son animales increíblemente sociales y viven en grandes grupos conocidos como manadas o clanes.
Getty Images
Un estudio que examinó los estilos de vida monógamos de diferentes especies halló que los humanos nos parecemos un poco a las suricatas en lo que respecta a la formación de parejas.
En nuestra vida amorosa, nos asemejamos más a estas mangostas sociales y unidas que a nuestros primos primates, según sugiere una clasificación de monogamia elaborada por científicos.
Con un 66% de monogamia, los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas.
Sin embargo, no somos ni mucho menos la criatura más monógama.
El primer puesto lo ocupa el ratón californiano, un roedor que forma vínculos inseparables para toda la vida.

Fuente de la imagen,
"Existe una liga de élite de la monogamia, en la que los humanos se encuentran cómodamente, mientras que la gran mayoría de los demás mamíferos adoptan un enfoque mucho más promiscuo para el apareamiento", afirmó Mark Dyble, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.
En el mundo animal, el emparejamiento tiene sus ventajas, lo que podría explicar por qué ha evolucionado de forma independiente en múltiples especies, incluida la nuestra.
Los expertos han propuesto diversos beneficios para la llamada monogamia social, en la que las parejas se unen durante al menos una temporada de reproducción para cuidar a sus crías y ahuyentar a los rivales.
Dyble examinó varias poblaciones humanas a lo largo de la historia, calculando la proporción de hermanos de padre y madre (individuos que comparten la misma madre y el mismo padre) en comparación con los medio hermanos (individuos que comparten la madre o el padre, pero no ambos).
Se recopilaron datos similares para más de 30 mamíferos monógamos sociales y de otras especies.
Los humanos tienen un índice de monogamia del 66% de hermanos de padre y madre, por delante de las suricatas (60%), pero por detrás de los castores europeos (73%).
Mientras tanto, nuestros primos evolutivos se sitúan en la parte inferior de la tabla: los gorilas de montaña con un 6%, y los chimpancés con solo un 4% (al igual que el delfín).
En último lugar se encuentra la oveja de Soay, de Escocia, donde las hembras se aparean con múltiples machos, con un 0,6% de hermanos de padre y madre.
El ratón californiano ocupó el primer puesto, con un 100%.
Sin embargo, estar clasificados junto a suricatas y castores no significa que nuestras sociedades sean iguales: la sociedad humana es completamente diferente.
"Aunque la proporción de hermanos de padre y madre que observamos en los humanos es muy similar a la de especies como las suricatas o los castores, el sistema social que vemos en los humanos es muy distinto", declaró Dyble a la BBC.
"La mayoría de estas especies viven en grupos sociales similares a colonias o, quizás, en parejas solitarias que se desplazan juntas. Los humanos somos muy diferentes. Vivimos en lo que llamamos grupos con múltiples machos y múltiples hembras, dentro de los cuales existen estas unidades monógamas o de pareja estable", explicó.

Fuente de la imagen,
Kit Opie, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, afirmó que este es otro elemento clave para comprender cómo surgió la monogamia en los seres humanos.
"Creo que este artículo nos proporciona una comprensión muy clara de que, a lo largo del tiempo y en diferentes lugares, los humanos son monógamos", declaró.
"Nuestra sociedad se parece mucho más a la de los chimpancés y los bonobos; simplemente hemos tomado un camino diferente en lo que respecta al apareamiento", agregó.
El nuevo estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences.
- Helen Briggs
- Título del autor,Corresponsal de Medio Ambiente, BBC
martes, 23 de diciembre de 2025
Conrado Estol, neurólogo: “Aburrirse es una de las herramientas más poderosas que tiene nuestro cerebro”
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lunes, 22 de diciembre de 2025
¿Por qué Google y Nvidia quieren construir centros de datos en el espacio?

- Las grandes tecnológicas exploran la viabilidad de instalar centros de datos fuera de la atmósfera alimentados con energía solar. El buscador prevé desplegar el primer piloto en 2027.
Se llama Proyecto Suncatcher (Proyecto Atrapasol, en su traducción al castellano) y es la gran apuesta de Google para llenar el espacio de centros de datos. El plan era un secreto hasta que el pasado domingo su consejero delegado, Sundar Pichai, desveló sus intenciones durante una entrevista con el canal estadounidense Fox News. En ella, el ejecutivo explicó que el proyecto comenzará con el lanzamiento de dos satélites piloto en 2027 para probar el hardware en órbita terrestre, con la meta de que en alrededor de una década sea normal construir centros de datos extraterrestres.
El objetivo de esta iniciativa es encontrar formas más eficientes de alimentar los centros de datos para inteligencia artificial, que requieren de mucha más agua y energía que los convencionales para enfriar los servidores. "Uno de nuestros grandes objetivos es cómo lograr que algún día tengamos centros de datos en el espacio para que podamos aprovechar mejor la energía del sol, que es 10.000 veces mayor que la que producimos hoy en toda la Tierra", dijo Pichai.
El consejero delegado de Google no es el único que contempla un futuro en el que los grandes modelos de inteligencia artificial (LLM) se entrenen fuera de la atmósfera terrestre. "Estos gigantescos centros se construirán mejor en el espacio, porque allí tenemos energía solar las 24 horas del día, los 7 días de la semana. No hay nubes, ni lluvia, ni mal tiempo", aseguró el fundador de Amazon, Jeff Bezos, en octubre durante un evento celebrado en Turín (Italia).
A juicio de Bezos, será posible contar con data center de hasta 1 gigavatio o más de potencia orbitando alrededor de la Tierra en un plazo de unos 10 o 20 años. "Ya ha sucedido con los satélites meteorológicos y de comunicaciones", dijo. "El siguiente paso son los centros de datos", agregó.
Google no está sola en esta búsqueda de alternativas para abaratar el consumo de los centros de datos y reducir su impacto ambiental. A principios de noviembre, la start up estadounidense Starcloud, respaldada por Nvidia, lanzó al espacio un satélite del tamaño de una nevera pequeña equipado con chips H100 de última generación. Según explicó la empresa, se espera que el Starcloud-1 proporcione una capacidad de procesamiento que multiplica por cien la de cualquier operación espacial realizada hasta la fecha.
Starcloud, que ha captado varias decenas de millones de dólares en financiación, y entre cuyos inversores está también Y Combinator, proyecta que los costes energéticos en el espacio serán 10 veces más bajos que en la Tierra. Lo que llevará, según su consejero delegado, Philip Johnston, a que "en 10 años casi todos los nuevos centros de datos se construirán en el espacio".
"En el espacio, se obtiene energía renovable casi ilimitada y de bajo coste", asegura Johnston. "El único costo ambiental será el del lanzamiento, y luego se ahorrará diez veces más dióxido de carbono durante la vida útil del centro de datos, en comparación con alimentarlo desde la Tierra". Además, en lugar de depender de agua dulce para enfriar los servidores a través de torres de evaporación, como lo hacen muchos data center en la actualidad, los centros de datos espaciales pueden utilizar el vacío del espacio profundo como un disipador de calor infinito.
Inversión disparada
El anuncio de Google llega en un momento en el que la inversión de los gigantes tecnológicos en esta infraestructura está desbocada. Google, Amazon, Microsoft y Meta tienen previsto gastar más de 350.000 millones de dólares en centros de datos este año y se estima que la cifra alcanzará los 400.000 millones de dólares en 2026.
Mientras tanto, otros actores de la industria de la inteligencia artificial, como OpenAI -creador de ChatGPT- o xAI, propiedad de Elon Musk, están levantando megacentros de datos con nombres grandilocuentes, como Stargate o Colossus, respaldados por presupuestos de cientos de miles de millones de dólares.
Estos proyectos faraónicos se anuncian mientras los datos sobre el impacto ambiental de la inteligencia artificial es todavía incierto. Se sabe que los data center hacen un uso intensivo de agua y electricidad, lo que está provocando que en países como Estados Unidos se reabran antiguas minas de carbón para hacer frente a estos requerimientos energéticos.
domingo, 21 de diciembre de 2025
El banco que anticipó la gran crisis avisa de una doble burbuja en activos 'opuestos' por primera vez en 50 años y uno de ellos es un refugio milenario

- El BIS detecta síntomas de burbuja en el oro y en Wall Street
- Alerta de precios "explosivos" y del alud de inversores minoristas
Cada vez que se da un clima propicio para ello y los activos suben con fuerza, aparece invariablemente el temor a una burbuja. Han sido muchas en la historia, desde los tulipanes del siglo XVI a las acciones-meme de la salida de la pandemia. Así seguirá siendo mientras exista la codicia humana. Sin embargo, hay unos activos más sensibles que otros. Y cuando los indicios, síntomas o miedos se posan sobre uno que ha sido sinónimo de seguridad durante milenios, la preocupación es mayor. Si el aviso lo da un organismo de altura como el Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés), el conocido como 'banco central de los bancos centrales', es que la tendencia es alarmante. Por último, si la advertencia viene acompañada de otra del mismo corte en otro de los grandes activos, es que se está en zona de claro peligro. Hay dos activos que a primera vista parecen opuestos (uno suele ser el 'refugio' en el que se esconde el dinero cuando las cosas van mal, el otro es hacia donde el dinero fluye cuando todo funciona), pero que están viviendo un momento "explosivo" al mismo tiempo, algo que no se veía en 50 años, según el BIS.
En uno de sus últimos informes, el BIS ha detectado síntomas de burbuja en Wall Street, algo que supone poca novedad en medio de un auge desmedido del sector de la Inteligencia Artificial (IA) y del intratable rally de las conocidas como Siete Magníficas, tecnológicas de mega-capitalización que están llevando en volandas al S&P 500 (más de un 14% este año). Sin embargo, en su trabajo, el organismo también ha encontrado estos indicios en el oro. El activo refugio por excelencia durante la historia de la humanidad se ha vuelto a poner muy 'de moda' (rally del 65% este 2025) en medio de incertidumbre geopolítica, compras masivas de los bancos centrales, una corriente anti-dólar entre los rivales de EEUU y una menor confianza en las divisas fiat (debasement trade) a raíz de los problemas fiscales de las grandes economías.
Esta situación es un tanto novedosa y genera cierta incertidumbre sobre el futuro. En condiciones normales, cuando una burbuja estalla en la renta variable, el dinero se refugia en liquidez en divisas fuertes y en el oro. En esta ocasión la situación parece menos clara. Por un lado, el dólar no parece ser el mejor refugio, sobre todo si la crisis llega por el lado de la IA o la deuda pública, donde EEUU tiene mucha culpa (en ambas). Pero es que el otro refugio, el oro, también presenta una tendencia peligrosa o "explosiva", según el BIS, que alerta del riesgo de burbuja. La gran pregunta es ¿dónde se 'esconderá' el dinero para capear el temporal?
Un doble repunte
"Durante el reciente repunte del mercado, las acciones estadounidenses y el oro han subido a la par. Los fuertes aumentos de precios de ambos activos y su creciente presencia en el radar de los medios no especializados han atraído importantes flujos de inversión de inversores minoristas y han suscitado un debate sobre la posibilidad de burbujas en los precios de los activos. Las burbujas se caracterizan por subidas rápidas y aceleradas de precios, que recuerdan a un comportamiento explosivo, seguidas de correcciones bruscas", presentan los autores del paper del BIS, los economistas Giulio Cornelli, Andreas Schrimpf y Marco Jacopo Lombardi.
Ante la dificultad habitual para identificar una burbuja real y el extenso y densísimo debate académico sobre qué es burbuja y qué no, estos investigadores se fijan en dos criterios para hacer su doble admonición. El primero es lo que llaman la "entrada en territorio explosivo" tanto del oro como del S&P 500 en los últimos meses. Históricamente, los precios de las acciones estadounidenses y del oro han superado el umbral de comportamiento explosivo en diferentes momentos, explican los autores. A menudo, continúan, esto ha ido seguido de una corrección significativa, como en 1980 en el caso del oro (tras haber experimentado un fuerte aumento durante la Gran Inflación) y el estallido de la burbuja puntocom en el caso de las acciones estadounidenses.
Sin embargo, señalan que estas correcciones se produjeron en un plazo variable y potencialmente largo: "Aunque la prueba ha detectado de forma fiable las burbujas del pasado, no proporciona información sobre cuándo pueden estallar". Por lo tanto, elucidan los tres economistas, durante la fase de desarrollo de la burbuja, los inversores que se sumaran a la tendencia podrían seguir beneficiándose de nuevas subidas de precios. "También hay que tener en cuenta que los últimos trimestres representan el único momento, al menos en los últimos 50 años, en el que el oro y las acciones han entrado simultáneamente en este territorio. Tras su fase explosiva, una burbuja suele estallar con una corrección brusca y rápida", remachan. Los datos recopilados por estos investigadores sugieren que "los valores altos de las estadísticas de la prueba, que apuntan a una burbuja en curso, suelen ir seguidos de períodos de rendimientos negativos o moderados", escriben en su paper.
El gráfico de los analistas para explicarlo utiliza el test BSADF (Backward Supremum Augmented Dickey-Fuller), una extensión del test ADF clásico diseñada específicamente para detectar burbujas financieras. Cuando el estadístico supera el umbral marcado por las líneas de puntos, se rechaza la hipótesis de que el precio sigue un proceso no explosivo y se concluye que hay dinámica explosiva, típica de burbujas. De este modo, el gráfico muestra cuándo y con qué intensidad el oro y el S&P 500 han entrado en fases de comportamiento anómalo, y subraya que hoy ambos lo hacen simultáneamente, elevando el riesgo sistémico percibido.

El segundo criterio tiene que ver con los inversores de 'a pie'. Para el BIS, la prueba del algodón que revela que esto es una burbuja está en la entrada masiva de inversores minoristas. Existe una teoría popular que dice que cuando el panadero de la esquina o el peluquero empiecen a contar que están invirtiendo en 'X' activo, es el momento de huir, se ha producido el 'efecto rebaño' y los últimos inversores están entrando en dicho activo impulsando su precio a la cresta o a la cima de una montaña que sufrirá una caída brusca y rápida después. Esto es un poco lo que podría estar sucediendo en el oro.
El informe del BIS argumenta esta teoría de una forma más académica, señalando que más allá de las propiedades estadísticas, también resulta ilustrativo observar otras características comunes de las burbujas. "Un síntoma típico de una burbuja en desarrollo es la creciente influencia de los inversores minoristas que intentan seguir las tendencias de los precios. En épocas de publicidad mediática y precios al alza, los inversores minoristas pueden verse atraídos por activos más arriesgados que normalmente evitarían, lo que se ve agravado por el comportamiento gregario, las interacciones sociales y el miedo a perderse algo. De hecho, las medidas del interés de los inversores minoristas en los mercados, como las búsquedas en internet, tienden a aumentar en momentos de efervescencia", aseguran desde el BIS, donde de burbujas y movimientos de mercado entienden un 'rato'.
La cuestión es que el oro siempre ha estado a salvo de burbujas tan claras por la dificultad para adquirir este metal precioso. En el pasado, las opciones pasaban por comprar joyas o lingotes con el elevadísimo coste de custodia que presentan y el riesgo que supone (siempre puede entrar alguien en casa y robarte). Todo esto ha cambiado. Ahora se puede comprar oro con un solo click, algo que está disparando su precio y generando cierto miedo en los mercados. Cada vez son más analistas los que se preguntan si hay tanto oro realmente extraído como dinero se mete en los instrumentos financieros que supuestamente están respaldados por el metal precioso.
"En esta ocasión, también hay evidencia de que la exuberancia de los inversores minoristas y su apetito por ganancias de capital aparentemente fáciles se han extendido a un refugio seguro tradicional como el oro. Desde principios de 2025, los precios de los fondos cotizados en bolsa (ETF) de oro se han mantenido consistentemente con una prima respecto a su valor liquidativo (VL) en un contexto de creciente interés de los inversores minoristas. Que los precios de los ETF superen su valor indica una fuerte presión de compra, junto con obstáculos al arbitraje", sentencian desde el organismo.
Cuando el BIS anticipó la gran crisis
De todas las organizaciones supranacionales, solo el BIS predijo correctamente la crisis financiera mundial de 2008. Su entonces economista jefe, William White, advirtió alto y claro que la Reserva Federal estaba alimentando una burbuja de proporciones épicas que sin duda estallaría. "Como explicó sucintamente Der Spiegel, William White predijo la crisis financiera que se avecinaba años antes del colapso de las hipotecas subprime en 2007. Pero los banqueros centrales prefirieron escuchar a su gran rival, Alan Greenspan (presidente de la Fed entonces), con consecuencias devastadoras para la economía mundial", señala en uno de sus últimos informes, a los que ha tenido acceso elEconomista.es, Albert Edwards, veterano veteranísimo estratega de Société Générale, bajista 'pata negra' y con reputada trayectoria.
Edwards reconoce, por "amarga experiencia", que nadie quiere escuchar a los pesimistas. Pero más allá de su vitola de "súper-bajista" fruto de 43 años de trayectoria profesional (trabajó en el Banco de Inglaterra en el 'mundo de ayer' y llamó "criminal de guerra económico" a Greenspan en 2005), insta a dar mucha importancia a la alarma del BIS: "Algunas personas clave están dando la voz de alarma ahora. Haciéndose eco de lo ocurrido en 2006, la gente del BIS acaba de emitir una nueva advertencia sobre la burbuja, destacando en particular el comportamiento exuberante de los inversores minoristas. Aunque los lectores puedan descartar mis propias advertencias como las previsibles y tediosas diatribas, quizá merezca la pena leerlo".
"Una observación clara tras cuatro décadas en el sector es que, cuando los inversores quieren justificar su propia 'locura', insisten en que sus decisiones se basaron en una narrativa de inversión convincente. Pero, en realidad, lo único que hacen es perseguir el impulso de los precios, una estrategia de inversión perfectamente respetable y, en la mayoría de los casos, rentable, pero que no debería llevar consigo ningún bagaje narrativo. En estos escenarios impulsados por el impulso, cuando la tendencia positiva de los precios comienza a resquebrajarse, cualquier inversor 'verdadero' impulsado por el impulso simplemente vendería al romperse los puntos clave de los gráficos técnicos", reflexiona el analista de SG.
El estratega y sus compañeros han descrito el auge de todo el complejo de metales preciosos como impulsado fundamentalmente por la incontinencia fiscal de los gobiernos y la anticipación de la reanudación de la expansión cuantitativa (QE) y el control de la curva (YCC, compras de los bancos centrales para relajar los rendimientos) como parte del dominio fiscal (supeditación de los bancos centrales a gobiernos fiscalmente irresponsables). De hecho, remarca Edwards, solo unas semanas después de que la Fed pusiera fin al ajuste cuantitativo o reducción de la hoja de balance (QT) tras la pandemia, ya ha comenzado una versión de la QE, aparentemente para aliviar las presiones de liquidez en los mercados monetarios (comprará Letras del Tesoro). "Sin duda, esto añadirá más combustible monetario al fuego", avisa el experto.
Es más, Edwards destaca que el oro, a pesar de su subida de más del 60% este año, es el "gran ausente" de lo que él llama la "gran fiesta de los metales preciosos". Sin ir más lejos, la plata ha subido un 125% en lo transcurrido de año y tocado niveles no vistos desde comienzos de los 80. Preguntándose si esa 'fiesta' se acabará pronto, el analista vuelve a apuntar con el dedo índice a la Fed: "La señal más bajista que jamás obtendrán de mí es que, con la política monetaria 'laxista' de la Fed, no veo qué podría hacer estallar la burbuja bursátil a corto plazo". Pero el mundo no es solo EEUU: "Las condiciones monetarias se están endureciendo rápidamente en casi todas partes, excepto en EEUU, con Asia a la cabeza. Anteriormente habíamos destacado el aumento de los rendimientos de los bonos del Estado japonés como un problema importante, pero ahora va mucho más allá. La marea monetaria está cambiando y EEUU no es una isla".