martes, 11 de noviembre de 2025

Las suites más caras: a partir de 20.000 euros la noche

 

La Suite Impériale de Le Bristol (París), de 320 m2 y un precio a partir de 45.000 euros la noche, funciona como un palacio dentro de un palacio.

  •  El mercado mundial de hoteles de lujo está en pleno auge y París lo confirma con la Suite Impériale de Le Bristol, desde 45.000 euros la noche. Es el reflejo de un sector en el que más del 40% de las reservas de alta gama ya se hacen en suites, y en el que las estancias por encima de 20.000 euros han crecido más de un 30% en cinco años, con especial tirón en Estados Unidos, Oriente Medio y Asia. España no se queda atrás: hay una suite de un hotel en Madrid que se cuela en el exclusivo ránking de las más caras.

1. Suite Impériale de Le Bristol

En la planta noble de la Rue du Faubourg Saint-Honoré, la recién estrenada y ya legendaria Suite Impériale funciona como un palacio dentro del palacio. No es tanto una habitación como un universo privado de más de 320 metros cuadrados, planteado para reconciliar herencia y vanguardia con naturalidad: salones con chimeneas originales del XVIII, biblioteca en roble francés, un comedor de aire aristocrático y ventanales a los tejados de París.

Desde su apertura en 1925, Le Bristol Paris ha sido escenario de la historia cultural y política del siglo XX y XXI y ha acogido a algunas de las personalidades más influyentes del mundo. Winston Churchill, Grace Kelly, Kim Kardashian, David y Victoria Beckham, Leonardo DiCaprio, Julia Roberts…

El conjunto se ha rematado con un gesto rotundo: una puerta de oro macizo y con un guiño contemporáneo que cambia la atmósfera: obras originales de George Condo, convertidas aquí en la columna vertebral de un relato artístico propio. Todo ello llega en el año del centenario del hotel, tras una renovación que busca definir cómo debe sentirse el lujo en el siglo XXI.

La colaboración con George Condo añade un valor artístico excepcional, transformando el interior en una galería privada donde las obras del reconocido creador dialogan con la historia y el estilo clásico del palacio.

¿Por qué esta suite es tan deseable y, al mismo tiempo, tan cara? La respuesta está en que aquí el huésped no "pide": anticipa. Un mayordomo dedicado 24 horas, un chef que cocina a puerta cerrada como si fuera la mesa más codiciada de la ciudad, tratamientos del spa La Prairie sin salir de la suite y un programa de experiencias a medida que conecta con la agenda cultural y gastronómica de París. No se trata de acumular comodidades, sino de orquestarlas para que la estancia tenga ritmo propio, del primer café de la mañana al último brindis de la noche.

La Impériale ofrece ubicación histórica, artesanía con firma, arte contemporáneo y un servicio de mayordomo dedicado 24 horas. También se ofrecen tratamientos del spa La Prairie sin salir de la suite.

Y es que La Impériale no vende vistas, que las tiene, vende sensación de pertenecer por un instante al tejido íntimo de la ciudad: estar en casa o mejor y, a la vez, en la capital del estilo. También es un termómetro de hacia dónde va el ultra-lujo. El viajero que puede pagar esas cifras no busca un catálogo de mármoles sino momentos irrepetibles; no quiere que le vean, quiere vivir algo que no existe en otra parte. Por eso el precio es alto: compra tiempo, control de la escena y la tranquilidad de que lo imposible se resuelve con una llamada. En definitiva, La Impériale ofrece ubicación histórica, artesanía con firma, arte contemporáneo y un servicio que entiende la palabra "a medida" de forma literal y cuyo precio parte de los 45.000 euros la noche.

2.- Madrid. Royal Suite Four Seasons Hotel

La Suite Real condensa un siglo y medio de historia en 431 m² y cuenta con suelos de marquetería en pino melis y Oregón, molduras con pan de oro y chimenea monumental.

En la planta noble del Four Seasons Hotel Madrid, la Suite Real condensa un siglo y medio de historia en 431 m² que fueron salón del Casino de Madrid y, más tarde, despacho y sala de juntas del antiguo Banco Español de Crédito. Su interiorismo funde herencia y presente: suelos de marquetería en pino melis y Oregón, molduras con pan de oro, chimenea monumental y ventanales de tres metros bajo techos que alcanzan los 4,80. El trazado axial ordena un gran salón-comedor, estudio, cocina, gimnasio y un vestidor que conecta dormitorio y un baño-escenario con bañera circular de mármol Michelangelo y mural de ónix. Más que una suite, es un apartamento palaciego donde artesanía española y piezas contemporáneas dialogan, rematado por el servicio preciso que define a la casa. Su precio parte de los 28.000 € por noche, lo que la sitúa entre las más exclusivas de Europa.

3.- Marbella. Villa del Mar en el Marbella Club Hotel Golf Resort & Spa

La gran residencia del Marbella Club Hotel, es una casa de playa que se vive como un pequeño resort privado de alrededor de 6.000 m².

En primera línea de la Milla de Oro, Villa del Mar, la gran residencia del Marbella Club Hotel, es una casa de playa "con apellido" que se vive como un pequeño resort privado: alrededor de 6.000 m² entre interiores y jardines, seis dormitorios y nueve baños, salones que miran al Mediterráneo y acceso directo al paseo y a la arena. A la estampa la rematan una piscina exterior climatizada de borde infinito, spa propio con sauna y baño turco, gimnasio, cine y una discreta colección de arte. La experiencia es la del club, pero de puertas adentro: mayordomo 24 h, chef y personal de servicio; todas las comodidades de una villa hecha para quienes piden privacidad sin renunciar al rito del gran hotel. Su precio es de 34.000 euros por noche, consolidándola como una de las residencias hoteleras más deseadas de nuestro país.

4.- Nueva York. The Mark Penthouse, The Mark Hotel

La penthouse de The Mark es, hoy por hoy, la suite de hotel más grande de Estados Unidos: supera los 930 m² y dispone de una espectacular terraza con zonas de comedor y entretenimiento al aire libre.

El deslumbrante penthouse de The Mark es, hoy por hoy, la suite de hotel más grande de Estados Unidos: supera los 930 m² en total y presume de una terraza privada de 232 m² en la azotea con vistas a Central Park, al Met y al skyline. Concebido por el legendario Jacques Grange, se vive como una residencia majestuosa y contemporánea, repartida en las dos últimas plantas del hotel: 5 dormitorios, 4 chimeneas, 6 baños, 2 aseos de cortesía y 2 barras. La gran sala de estar, que puede transformarse en un salón de baile, luce techos de casi 8 metros de altura, chimenea y bar contiguo. El ático incorpora además invernadero propio, salón-biblioteca, comedor elegante y una espectacular terraza con zonas de comedor y entretenimiento al aire libre. Su precio es de 75.000 dólares por noche.

5.- Dubái. Royal Mansion, Atlantis The Royal

La Royal Mansion de Atlantis en Dubái es un dúplex de 1.128 m² en Palm Jumeirah que combina salón de doble altura, cuatro dormitorios y una terraza de 476 m² con piscina infinita.

La Royal Mansion de Atlantis The Royal es hoy el emblema hotelero de Dubái: un dúplex de 1.128 m² en Palm Jumeirah que combina salón de doble altura, cuatro dormitorios y una terraza de 476 m² con piscina infinita suspendida sobre el Golfo Pérsico. Con acceso privado y servicio de mayordomo 24/7, define un protocolo de discreción que la convirtió en base de operaciones de Beyoncé durante la apertura del hotel. Desde sus ventanales, el skyline y la palmera se convierten en decoración permanente. Su tarifa declarada: 100.000 dólares por noche.

6.- Ginebra. Royal Penthouse Suite, Hotel President Wilson

La Royal Penthouse Suite del Hotel President Wilson de Ginebra domina toda la octava planta frente al lago Lemán: 1.680 m² con 12 dormitorios y salones panorámicos.

La Royal Penthouse Suite del Hotel President Wilson domina toda la octava planta frente al lago Lemán: 1.680 m² con 12 dormitorios y salones panorámicos que convierten Ginebra en un decorado privado. Con acceso por ascensor exclusivo y cristales antibalas, además de un piano de cola, está pensada para jefes de Estado y gente famosa en busca de máxima discreción. La biblioteca, la sala de billar y los servicios a medida completan un refugio que figura desde hace años entre los más caros del mundo, con tarifas que suelen moverse entre 80.000 y 100.000 dólares por noche.


¿En qué invierten las familias más ricas? Los tres activos que seducen a los multimillonarios

 


Un informe de JP Morgan indica que el 34% de las inversiones de multimillonarios incluyen activos vinculados al deporte, un 23% a arte y un 10% a automóviles


Deporte, automóviles y arte. Tres pasiones que marcan el pulso de las inversiones de las familias más adineradas del mundo. Según el último informe “2025 Principal Discussions Report” elaborado por JP Morgan 23 Wall, una división de banca privada de alto nivel dirigida solo a las mayores fortunas del planeta, el 34% de las carteras de inversión incluyen activos vinculados a equipos o estadios deportivos, un 23% a obras de arte y un 10% a automóviles, con un 75% de los encuestados que diversifica sus inversiones a escala global.

El estudio pone de relieve que las familias con mayor poder adquisitivo buscan inversiones que trascienden la mera rentabilidad, apostando también por el compromiso significativo, el legado y el impacto social. “La pasión y el propósito son tan importantes como el beneficio en el panorama actual de la gestión patrimonial”, concluye el informe.

“La propiedad ha evolucionado de un pasatiempo a un negocio sofisticado y una fuerza unificadora para las familias, ofreciendo tanto retornos financieros como oportunidades de impacto comunitario. Incluso los objetos de lujo, antes destinados únicamente al disfrute, ahora se utilizan en ocasiones como garantía para cubrir necesidades de liquidez”, explica Andrew L. Cohen, presidente ejecutivo de banca privada global de JP Morgan.

De hecho, para la mayoría de los 111 principales multimillonarios entrevistados —procedentes de 28 países y más de 15 industrias— el concepto de riqueza se ha redefinido: la “verdadera riqueza” se mide menos por el capital financiero y más por el legado de valores, relaciones e impacto que dejan atrás.

Las tensiones geopolíticas, principal riesgo para las grandes fortunas

En cuanto a los riesgos que afronta el mundo actual, el 63% de las grandes fortunas identifica las tensiones geopolíticas como su principal preocupación. Muchos de ellos, según JP Morgan 23 Wall, destacan el creciente riesgo de conflictos globales, mientras que otros apuntan a la volatilidad de los mercados, el cambio climático y el potencial disruptivo de la inteligencia artificial (IA).

Estos riesgos globales se entrelazan con inquietudes personales y sociales, desde el futuro del trabajo y la desigualdad de la riqueza hasta el impacto de la tecnología en las familias y las comunidades.

“En respuesta, las familias están reforzando estrategias estructuradas y diversificadas para proteger y aumentar su patrimonio”, señala Natacha Minniti, directora de 23 Wall International y codirectora global de la práctica de Family Office en JP Morgan Banca Privada.

El informe especifica que la mayoría de los muy ricos prefieren tener un comité profesional que les asesore o guíe, pero sin perder ellos la última palabra. Sobre la diversificación, uno de los encuestados decía que la riqueza se adquiere gracias a centrarse en una actividad, pero que se mantiene a través de ella. La mayoría de las familias miran tanto a la Bolsa como a opciones de inversión privadas, a menudo centrándose en la primera, el inmobiliario o la renta fija. Por encima de las promesas de rápida rentabilidad, valoran aquellas opciones estables y de bajo riesgo. “La inversión tradicional y aburrida no tiene nada de malo” opinó uno de los encuestados.

Aun así, buena parte de los entrevistados expresa entusiasmo por la capacidad de la inteligencia artificial para ahorrar tiempo y respaldar una mejor toma de decisiones, aunque algunos se muestran más cautos y destacan la necesidad permanente del juicio y el contexto humanos.

En línea con ello, un 79% de los participantes afirma utilizar la IA para tareas cotidianas, desde la investigación y la redacción hasta la planificación de viajes o actividades creativas, como la elaboración de cuentos personalizados o el diseño de planes para nuevos proyectos.





A. L. A.
Madrid - 06 NOV 2025 - 18:37 CET
https://cincodias.elpais.com/fortunas/2025-11-06/en-que-invierten-las-familias-mas-ricas-los-tres-activos-que-acaparan-mas-del-65-de-las-carteras.html

Tendencias en la era del malestar: antes duraban cuatro años, ahora apenas unas semanas


Las cuatro tendencias que dominaran la temporada otoño/invierno 2025 
Getty Images


Más que predecir modas, el 'coolhunter' escucha y traduce los cambios sociales, culturales y estéticos en percepciones útiles que definirán los próximos años


Nada ocurre por casualidad. Todo pasa por algo. Cuando hablas de coolhunting, no se trata simplemente de seguir las modas o identificar lo que será popular mañana. Es, ante todo, entender el presente, descifrar el contexto y reconocer los patrones (semi)invisibles que anticipan hacia dónde vamos como sociedad. Porque cuanto más comprendemos el ahora —la vida de los consumidores, el pulso de la calle, lo que emociona o irrita al mundo—, más capacidad tenemos de adaptar productos, mensajes y servicios a las verdaderas necesidades de las personas. Los coolhunters no predecimos el futuro, pero sí detectamos las primeras señales.

Pero, ¿qué es realmente el coolhunting? Es una especialidad interdisciplinar que combina observación de comportamiento, análisis cultural y creatividad aplicada. No se trata solo de captar estilos o colores que arrasarán, sino de entender cómo las personas viven, sienten y consumen. Desde el street style hasta las subculturas digitales, cada detalle aporta información que, bien interpretada, permite a las marcas conectar de forma auténtica con su público.

El análisis de tendencias es una herramienta poderosa

El análisis de tendencias es, en este sentido, una herramienta poderosa. Permite transformar observaciones en estrategias concretas: desde colecciones de moda hasta campañas de comunicación o experiencias de marca.

Como coolhunter, mi proceso combina investigación directa, observación de comportamientos, síntesis y recomendación, apoyándome siempre en referencias visuales que refuerzan la narrativa: un color que se repite, una conversación en un aeropuerto, una exposición en Berlín, una playlist de TikTok, un nuevo ritual urbano o gestos cotidianos que anticipan cambios de consumo.

Además, las tendencias no surgen en el vacío: son un reflejo de la cultura y de los cambios sociales. La sostenibilidad, por ejemplo, es mucho más que un tema de moda; surge de valores colectivos, hábitos de consumo y nuevas prioridades culturales. En este sentido, el coolhunting funciona como un puente entre cultura y comercio, ayudando a las marcas a tomar decisiones y a ser auténticas y relevantes.

Una presentación dedicada a la práctica que resalta la importancia de estar presente

Una presentación dedicada a la práctica que resalta la importancia de estar presente

 Sergi Sala

Ser coolhunter es, al final, entrenar la mirada, mirar diferente. Es aprender a ver más allá de lo evidente, a leer el presente con atención y a traducirlo en ideas que conecten con personas, emociones y contextos. Porque, en el fondo, anticipar el futuro no es más que entender profundamente lo que está pasando hoy.

Del 'cool' al contexto

La figura del cazador de tendencias nació el 17 de marzo de 1997, cuando el escritor y columnista Malcolm Gladwell publicó The Coolhunt en The New Yorker, describiendo a Dee Dee Gordon, una publicista que rastreaba las calles en busca de señales de cambio cultural. Aquello fue el germen de una profesión que, décadas después, se ha convertido en esencial para entender el consumo contemporáneo.

Hoy, marcas globales como Inditex, Roca o Seat integran equipos especializados en análisis de tendencias. Otros recurren a nosotros, coolhunters y consultores independientes, que elaboramos trend reports ad hoc o anualmente, según la empresa. En ambos casos, el objetivo es el mismo: anticipar el movimiento antes de que suceda.

El ciclo de vida de las tendencias, que antes se asumía que podía durar cuatro años, se ha comprimido hasta límites impensables

El ciclo de vida de las tendencias, que antes se asumía que podía durar cuatro años, se ha comprimido hasta límites impensables. En una era marcada por la hiperconexión y la inmediatez, la moda, el diseño y la cultura son espejos acelerados de la sociedad. Los coolhunters observamos esos reflejos para entender qué emociones, valores o ansiedades se esconden detrás.

Tendencias que nacen del malestar (y de la búsqueda de sentido)

Hoy asistimos a una transformación profunda. Ya no compramos por necesidad, sino por instinto y afinidad: elegimos aquello que nos representa, que se alinea con nuestros valores o que proyecta la identidad que deseamos tener.

De ahí surgen fenómenos que, si se magnifican, terminan siendo tendencia, como el Speak up —esa necesidad de alzar la voz ante lo que no nos gusta o importa— o el auge del movimiento Quiet: la búsqueda del silencio, la calma y la reconexión con lo físico en medio de tanto ruido digital.

Nomade Cafe

Nomade Cafe fomenta la desconexión digital 

 Clara de Nadal Trias

Barcelona, Madrid, Amsterdam, Viena, Londres, Tokio, Seúl… se han convertido en laboratorios vivos de estas nuevas formas de vivir. En la capital catalana —por ejemplo— proliferan los retiros urbanos donde se invita a meditar y aprender del silencio como Inspyria. Y cafés silenciosos en Madrid, como Nomade Café, un espacio acogedor que fomenta la desconexión digital y se promueve una zona sin portátiles.

En paralelo, el diseño en moda adapta poco a poco un lenguaje más sobrio: materiales naturales, líneas puras y ausencia de logotipos. Es el llamado quiet luxury, una estética minimalista que prioriza la calidad sobre la ostentación. No es para todos, claro, pero cada vez tiene más adeptos.

La era del menos pero mejor

Pero esta tendencia silenciosa trasciende la moda. Se manifiesta también en la arquitectura, como en el caso de EstudioQBarcelona, que apuesta por diseñar espacios que hagan sentir a las personas más cómodas tanto en su hogar como en el trabajo. Sus proyectos ofrecen dobles utilidades a los entornos para hacerlos más humanos y funcionales, además de incorporar elementos sensoriales y zonas de calma.

En la gastronomía, se refleja en el auge del slow food, los menús de kilómetro cero y propuestas de reaprovechamiento como la iniciativa Gastrorecup. Incluso en el ocio, cada vez más jóvenes optan por fiestas diurnas sin alcohol en cafeterías —como el Cafè de les Paraules, en Barcelona— y por espacios creativos donde la música convive con la conversación consciente.

A la vez, crece una fatiga tecnológica: muchos jóvenes han optado por publicar menos —ahora conocido como “publicar cero”— sobre su vida personal o hacerlo en grupos cerrados. Esta generación de digital detox busca más contacto real, relaciones tangibles y experiencias físicas que contrarresten el exceso de pantallas. Y eso es exactamente lo que ofrece la start-up Balance Phone, con el objetivo de prevenir adicciones y reducir el tiempo que se pasa delante de la pantalla.

En un contexto global de incertidumbre —guerras, crisis económica, climática y emocional— están resurgiendo también las creencias holísticas y espirituales: astrología, tarot (Horoscoffee en Barcelona, por ejemplo), rituales de autocuidado, técnicas para transitar las emociones a través del movimiento y prácticas ancestrales mezcladas con tecnología que aportan calma y sentido, como las que ya ofrece, desde hace unas semanas, Umbral, en Buenos Aires. Y es que, lejos de ser una moda pasajera, este retorno a lo simbólico es una forma de resistencia ante un mundo fragmentado.

Los nuevos arquetipos del consumo post-2025


Este año se habla de cuatro grandes perfiles de consumidor que comienzan a redefinir el mercado global. Estos arquetipos no son simples consumidores: son brújulas culturales que marcan hacia dónde se dirigen los valores del mañana.

El radical ético. Cada compra es un manifiesto. Exigen transparencia, sostenibilidad y compromiso social. La moda es una herramienta de cambio, no de adorno. Ejemplo: el auge de marcas como Patagonia o Ternua, que comunican su impacto ambiental con datos verificables.

El nómada digital. La libertad es el nuevo lujo. Prefiere movilidad, tecnología portátil y experiencias globales. En España, espacios como CoWorkStudio Las Palmas encarnan esta nueva forma de vivir.

El hedonista consciente. Busca placer con propósito: experiencias sensoriales, lujo ético y belleza sostenible. Casas como Aesop o el hotel boutique La Bionda en Begur traducen esta sensibilidad en diseño emocional y narrativa estética. También se refleja en accesorios de viaje, como las maletas de NORTVI, que combinan diseño sofisticado, lujo funcional y detalles pensados para una experiencia de uso refinada.

El minimalista sensorial. Menos es más. Prioriza calidad, textura y profundidad. En un mundo saturado, el lujo está en el silencio, en un tejido noble o en una casa donde entra la luz. Ejemplo: la firma de moda francesa Polène o el auge de la artesanía contemporánea española como los maestros tejedores Belategui Regueiro, recientemente galardonados con el Premio Academia de la Moda Española por sus tejidos exclusivos para Teresa Helbig que forman parte de la colección 1832 Sur Mer

Mirar diferente

Cinturon de Pierre Cardin

Un cinturón de Pierre Cardin puede ser una fuente de inspiración para un cazador de tendencias con ojo experto 

 Clara de Nadal Trias

En un mundo donde la velocidad y la saturación marcan el ritmo, los coolhunters nos detenemos a escuchar, observar y conectar. Porque el futuro no llega de golpe: se insinúa en los márgenes, en los gestos pequeños, en los detalles que la mayoría pasa por alto.

Y es ahí donde nace el verdadero valor del coolhunting y la pasión del coolhunter: en nuestra capacidad para traducir señales dispersas en significado y convertir la observación en estrategia para contribuir a crear un mundo más justo, cómodo y, ojalá, más accesible para todos. O, al menos, esa es la huella que me gustaría dejar. Porque, en la vida en general y en el coolhunting en particular, el secreto no es ver más, sino mirar diferente.

lunes, 10 de noviembre de 2025

El efecto Trump deja de calar en las criptos: el mercado vale menos que cuando inició su mandato

 

Imagen: Bloomberg/Canva.


  • La capitalización total es un 5% inferior que el 20 de enero, el día de la investidura 
  • El mal sentimiento del mercado y las dudas con la IA pesan más que el efecto Trump
  • Los inversores han pasado de la codicia al miedo en solo un mes 



Parece que el efecto Trump ha dejado de calar en el mercado cripto -o, al menos, se ha averiado temporalmente-. La vuelta del republicano a la Casa Blanca ha dado un gran impulso a los activos digitales este 2025. Sin embargo, la influencia del mandatario parece ahora insuficiente, cuando el sentimiento de los inversores se ha resentido. La capitalización total del mercado cripto ya es inferior que cuando el político fue investido como presidente por segunda vez.

Actualmente, el valor de todos los tokens suma 3,3 billones en dólares, según CoinMarketCap, casi un 5% menos que el 20 de enero, cuando Donald Trump inició su segundo mandato. El político ha impulsado al mercado desde las elecciones en noviembre, hace ya un año, y el bitcoin ha encadenado máximos históricos. Aunque parte de su influencia sigue reflejada en las criptos, mucho de lo que ha hecho no lo están valorando ahora los inversores.

El político americano no ha escatimado en dichos y en hechos para el mercado cripto. Lleva tiempo diciendo que Estados Unidos será la capital cripto del planeta y ya ha empezado a regular la industria. Además de aprobarse la Ley Genius en el Congreso, Trump ha lanzado sus propias criptomonedas al mercadoha creado la Reserva Estratégica de Bitcoin y ha indultado a Changpeng Zhao, también conocido como CZ, el fundador de Binance.

Estas han sido razones suficientes para que los inversores optaran por un posicionamiento alcista, que ha predominado durante buena parte del año, salvo durante los peores meses de la guerra arancelaria. Sin embargo, ese momentum se ha desvanecido. Ahora pesa más la gran liquidación del mercado cripto y, sobre todo, el contexto macroeconómico.

Se están cuestionando las valoraciones de la inteligencia artificial (IA) y si la enorme inversión en capital generará frutos. "Las bolsas siguen navegando la tensión entre las fuertes tendencias subyacentes y los ataques de ansiedad por las valoraciones. Estas dudas han dado lugar a una toma de beneficios, particularmente, en las áreas más congestionadas del mercado", dice Mathieu Racheter, responsable de investigación y estrategia de renta variable de Julius Baer, sobre las bolsas y la IA.

Es justo este sentimiento el que está pesando ahora en el mercado cripto. Las dudas en torno a la IA han llegado justo en un momento en el que los activos digitales estaban tocados tras la gran liquidación del pasado mes. A este escenario se han sumado las dudas sobre si la Reserva Federal (Fed) recortará los tipos de interés en diciembre, algo que antes se daba por hecho.

Antes de la liquidación cripto, el índice de codicia y miedo, CMC Crypto Fear and Greed Index de CoinMarketCap, se situaba en los 62 puntos y, un mes después, ha descendido a los 21 puntos, pasando de la codicia al miedo. Este indicador ayuda a los inversores a entender el sentimiento del mercado, que atraviesa horas bajas.

Esto plantea la cuestión de si los activos digitales pueden subir cuando la bolsa no lo hace. Y también cuestiona si es suficiente el apoyo de Trump a las criptos. En cuestión de un mes, la capitalización cripto ha pasado de un máximo en los 4,28 billones en dólares a los 3,3 billones, un 22,4% menos. El efecto Trump se ha esfumado muy rápido.


Los mares vuelven a rebosar petróleo: los avisperos de buques llenos de crudo se multiplican y anticipan un nefasto final para el 'oro negro'

 

Aglomeración de buques a la espera de entrar en el puerto de Singapur. Foto: iStock


  • Las reservas de petróleo en el agua se acercan a los niveles del covid
  • Por el efecto de las sanciones a Rusia y la mayor producción de la OPEP
  • Que el precio se hunda depende de donde acabe este exceso de petróleo


Que haya ocurrido antes no significa que no sea preocupante. Cada vez que el petróleo empieza a acumularse en alta mar... el resultado es conocido: los precios terminan cayendo con mucha intensidad. La última vez que esto sucedió de forma clara fue en un evento un tanto único e inédito en tiempos modernos: la pandemia del covid. Ahora, sin coronavirus de por medio, el crudo está acumulándose a toda velocidad en los avisperos de buques petroleros que se están constituyendo en los mares y que conforman una constelación cada vez más densa. Este petróleo no solo se acumula por el tráfico marítimo, también porque se están usando los buques como depósitos flotantes ante la gran oferta de 'oro negro' que se está generando en el mundo.

Las reservas de petróleo en el agua -de las cuales alrededor del 95% corresponde a petróleo en tránsito- se acercan a los niveles registrados durante la pandemia, cuando los precios del crudo Brent rondaban los 30 dólares por barril, recoge un informe reciente de Capital Economics. "Uno de los desafíos a los que se enfrenta la OPEP+ en los próximos cuatro meses es el rápido aumento del volumen de petróleo en alta mar. Los datos de transporte marítimo sugieren que el nivel de petróleo en el mar ha aumentado drásticamente en los últimos meses. Desde mediados de agosto, los datos de Vortexa indican que el volumen de petróleo en el mar ha aumentado hasta en 250 millones de barriles, alcanzando los 1.400 millones de barriles", apunta otra investigación reciente de Bank of America (BofA).

Los diferentes analistas aclaran que parte de este aumento parece ser estructural, ya que probablemente los envíos de petróleo están tardando más en llegar a los compradores. Esto se debe principalmente a que las sanciones impuestas desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania han distorsionado los flujos comerciales. Por ejemplo, el crudo ruso se está enviando a lugares más lejanos, como la India, a pesar del deseo del presidente de EEUU, Donald Trump, de que cesen estos flujos, en lugar de a Europa. También se está dando el caso de que la evasión de las sanciones, mediante transferencias clandestinas de combustible de barco a barco (ship to ship) así como mediante la operativa de las 'flotas fantasmas' de viejos buques sin seguro, esté provocando que los petroleros pasen más tiempo en el mar.

"Este aumento de los barriles transportados por mar probablemente esté relacionado con las nuevas sanciones a Rusia, ya que los buques tendrán ahora que recorrer distancias más largas y posiblemente reducir su velocidad mientras esperan a que aparezcan compradores", certifica el equipo de materias primas de BofA comandado por Francisco Blanch. "Es probable que las nuevas sanciones impuestas a Rusia hayan provocado una importante reorganización de las tarifas de transporte marítimo, como ocurrió a principios de este año. Además, los datos de transporte marítimo en el estrecho de Malaca muestran un importante retraso en los movimientos de transporte en esa zona. La reducción de la velocidad y el alargamiento de las rutas, junto con el mayor tiempo necesario para transportar los barriles rusos sancionados, probablemente justifiquen los mayores niveles de petróleo en el agua", amplían desde el banco estadounidense.

Aparte del efecto de las sanciones a Rusia, desde Capital Economics también admiten que el incremento es producto de la política de la OPEP de abrir las compuertas del crudo. "Al fin y al cabo, el grupo ha aumentado la producción en más de 1,5 millones de barriles diarios desde abril y el periodo de fuerte demanda interna estacional en muchos Estados miembros está llegando a su fin. Esto ha permitido a esos productores exportar más petróleo. De hecho, las exportaciones de crudo de Arabia Saudí aumentaron un 10% intermensual en septiembre. Mientras tanto, los datos de seguimiento de buques muestran que las exportaciones de crudo de Rusia alcanzaron su máximo en dos años, aunque esto también se debe en parte al impacto de los ataques ucranianos contra las refinerías rusas", destaca su analista Hamad Hussain.

El resultado es que el precio del petróleo está a punto de entrar en la estructura denominada contango, que se produce cuando el petróleo crudo físico (de entrega inmediata) se vende a menor precio que los futuros. Esto sucede cuando el mercado 'nada' en petróleo, cuando hay tanto crudo que los barriles ya extraídos se venden a un precio más bajo para intentar colocarlos a otro agente antes de que las instalaciones de almacenamiento colapsen. Esto es lo que está empezando a suceder ahora.

Que todo este petróleo en el mar provoque una bajada de los precios depende de dónde acabe el exceso de petróleo, señala Hussain: "La acumulación de reservas por parte de China ha actuado básicamente como una fuente de demanda. Si estos barriles en el mar acabaran en los tanques de almacenamiento de China, eso limitaría la presión a la baja sobre los precios. Pero dada la cantidad de suministro adicional de crudo, el ritmo de acumulación de reservas de China tendría que acelerarse considerablemente para evitar una acumulación considerable en las reservas comerciales de la OCDE, lo que sería coherente con una caída brusca de los precios del petróleo".

El momento es crucial. El crudo se enfrenta a una combinación explosiva como pocas veces en la historia. Ahora todo parece poco si se compara con el covid (cuando medio mundo estuvo confinado en casa sin poder moverse), pero si la pandemia no hubiera existido, la situación actual del petróleo sería casi inaudita: por un lado, la oferta crece a un ritmo muy elevado por la apertura de grifos de la OPEP (que está deshaciendo años de recortes) y la creciente producción de América (EEUU, Canadá, Brasil, Guyana, Argentina...). Al mismo tiempo, la economía parece perder algo de tracción, mientras que las energías verdes le quitan cuota de mercado al petróleo. Este cóctel explosivo de sobreoferta es el que está permitiendo que el precio del crudo cotice entre los 60-65 dólares (relativamente barato) en medio de las históricas sanciones a Rusia (segundo mayor productor del mundo).

Con todo, desde la Agencia Internacional de la Energía (AIE) vaticinaban un superávit histórico que está a punto de llegar e 'inundar' el mundo. Las últimas perspectivas de la AIE disparan su predicción de un superávit para 2026 hasta superar incluso los cuatro millones de barriles cada día (bpd), desde los aproximadamente 3,3 millones de bpd que preveía el mes pasado. Un superávit medio para el año que viene de 4 millones de bpd equivaldría a casi el 4% de la demanda mundial, un dato que supera con creces las predicciones de otros analistas y del mercado. Para comprender este gran superávit es útil señalar que España consume cada día entre 1,3 y 1,4 millones de barriles de crudo, por lo que con el petróleo que sobrará en el mercado se podría 'abastecer' a tres economías de España. Cabe recordar que, en términos de PIB, España es la decimosegunda economía del mundo.

En opinión de la AIE, (publicó su último informe en octubre) la oferta está aumentando mucho más rápido que la demanda. Este año, se espera que la oferta aumente en tres millones de bpd, frente a los 2,7 millones de bpd anteriores. El próximo año, la oferta aumentará en otros 2,4 millones de bpd más, según la agencia. Al mismo tiempo que la producción no para de aumentar gracias a la OPEP+ y los países productores de América (EEUU, Guyana, Brasil), la demanda crecerá menos de lo previsto por las turbulencias económicas a nivel mundial, y por un frenazo en el crecimiento en China.

El incremento de oferta en el grupo de países ajenos al cártel de la OPEP+ que más están aumentando la producción es llamativo de cara al año que vine: la agencia lo sitúa en 1,2 millones de barriles diarios en 2026, 200.000 barriles diarios más de lo que esperaba el mes pasado. Al mismo tiempo, la agencia ha recortado su pronóstico de crecimiento de la demanda mundial para este año a 710.000 bpd, 30.000 bpd menos que el pronóstico anterior, debido a un contexto económico más complejo. El petróleo 'invade' el mar porque los almacenes de tierra empiezan a llenarse. Ahora solo falta hacer previsiones sobre el precio. La Agencia de Información Energética (EIA) de EEUU, dependiente del Departamento de Energía, ya vaticina que el precio medio de 2026 rondará los 52 dólares por barril, 11 dólares menos que el precio actual. Y eso es solo el principio.