domingo, 14 de abril de 2019

Cómo los desechos electrónicos ‘desaparecen’ de forma ilegal

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El tráfico de residuos tecnológicos enriquece a los grupos criminales, crea un daño económico y causa un desastre medioambiental


Decenas de miles de toneladas de desechos electrónicos se envían ilegalmente cada año a países en vías de desarrollo. Millones de smartphones, ordenadores, lavadoras o neveras que cambiamos al primer signo de desgaste o tras la llegada de un nuevo modelo. Sonlos hijos tóxicos de la obsolescencia programada y la bulimia tecnológica. Representan una amenaza para la salud de las personas, un desastre medioambiental y un daño económico.
Un informe realizado por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) revela que, entre 2015 y 2016, más de 60 mil toneladas de desechos electrónicos llegaron ilegalmente a los puertos de Nigeria. En el 77% de los casos, llegaban de la Unión Europea. En particular, de Alemania y Reino Unido (alrededor del 20% cada uno), seguidos por Bélgica, Países Bajos, España e Irlanda (entre el 9% y el 6%). En muchos casos, estos residuos contienen sustancias peligrosas, como plomo, mercurio y cadmio.

Más de 60 mil toneladas de desechos electrónicos llegaron ilegalmente a los puertos de Nigeria
UNIVERSIDAD DE LAS NACIONES UNIDAS

El Convenio de Basilea de 1989 prohíbe explícitamente que un estado miembro de la OCDE exporte residuos peligrosos a países que no pertenecen a la organización. Sin embargo, el tráfico ilegal de desechos electrónicos, los e-waste o Raees (Residuos de Aparatos Eléctricos y electrónicos) no para y tampoco se limita a Nigeria. Otro país de destino es Ghana, donde en Agbogbloshie, un suburbio de la capital, Accra, existe un vertedero del tamaño de once campos de fútbol.
A finales de 2018, la investigación ‘Holes in the circular Economy’, llevada a cabo por el Basel Action Network (BAN), rastreó con el GPS los movimientos de 314 dispositivos electrónicos depositados en centros especializados o abandonados en la calle de diez países de la Unión Europea. Se descubrió que 19 de ellos, un 6%, acabaron exportados a África y Asia.

Cada año 352.474 toneladas de desechos electrónicos viajan de Europa a los países en vías de desarrollo
BASEL ACTION NETWORK (BAN)


La cifra, puesta en proporción con la entera producción continental, indica que cada año 352.474 toneladas de desechos electrónicos viajan de Europa a los países en vías de desarrollo. Una cantidad que podría llenar 17.466 contenedores. Y esto que Europa es la que mejor se comporta, en comparación con Asia y Estados Unidos, junto con Haití, el único país que no ha ratificado el Convenio de Basilea.
El truco para torear la ley es simple: se llenan coches de segunda mano con los Raees y se cargan en los llamados ‘Ro-Ro’, buques especiales para el transporte de vehículos. En la aduana se declaran solo los coches. En el caso estudiado de Nigeria, de las 60.000 toneladas de desechos exportados, 41.500 viajaron de esta manera. Las otras 18.500 toneladas se transportaron en contenedores normales, mezcladas con otros productos, como mobiliario, bicicletas o equipamiento deportivo.
Un joven busca crear un ordenador ecológico en Agbogbloshie
Un joven busca crear un ordenador ecológico en Agbogbloshie (APM)

Existen incluso grupos criminales que se disfrazan de asociaciones humanitarias y utilizan la coartada de la brecha digital para superar los controles. En algunos casos, estas organizaciones instalan software de duración limitada, específicamente diseñados para aparentar el funcionamiento del aparato justo el tiempo de pasar los controles. Lo que parece la donación de un objeto de segunda mano, en realidad es simple basura.
Una vez en África, el dispositivo vuelve a ser un Raee y se desmembra para extraer cobre, aluminio, hierro y oro. Para comprender la importancia del negocio: el 10% del oro del mundo se usa en la fabricación de dispositivos electrónicos y 50.000 teléfonos móviles contienen 1 kg de oro y 10 de plata. Además, en algunos casos, los discos duros que terminan en estos vertederos se utilizan para recuperar datos útiles para llevar a cabo delitos informáticos.

50.000 teléfonos móviles contienen 1 kg de oro y 10 de plata

En enero pasado, el Foro Económico Mundial (FEM) publicó una radiografía de la situación. En 2018, se produjeron alrededor de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos en todo el mundo. En 2050, se calcula que superarán los 120 millones. El FEM estima que se podrían obtener alrededor de 62,5 mil millones de dólares de una correcta gestión de los Raees. Especialmente de la recuperación de materiales preciosos para las industrias militar y aeroespacial. Sin embargo, solo del 20% de estos residuos es tratado de forma correcta.
En su documental Planned Obsolescence & The E-Waste Tragedy , la directora alemana Cosima Dannoritzer reconstruye el tráfico ilegal de desechos tecnológicos entre Occidente y los vertederos de China y Ghana, siguiendo el rastro de uno de los muchos monitores encontrados en Agbogbloshie. En una entrevista concedida a La Vanguardia, la directora dijo: “La exportación está prohibida, pero el tráfico de residuos electrónicos mueve más dinero que la droga: es una mafia”.

Para explicar cómo el negocio de la basura tecnológica se haya vuelto tan lucrativo, hay que agregar otra variable: la mano de obra de bajo coste disponible en grandes cantidades en los países en vías de desarrollo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT)más de la mitad de la fuerza de trabajo urbana de África subsahariana se dedica a actividades no reguladas.
En algunas áreas de Agbogbloshie, la concentración de plomo en el suelo supera en un 1000% la tolerada por las normas internacionales, mientras que la contaminación de los acuíferos del río Odaw ha causado una drástica reducción de la biodiversidad de la laguna de Korle Bu, en cuyas orillas se eleva el vertedero. Además, los trabajadores están continuamente expuestos a sustancias tóxicas como mercurio, retardantes de llama bromados o cadmio.

La exportación está prohibida, pero el tráfico de residuos electrónicos mueve más dinero que la droga: es una mafia”
 Directora de ‘Planned Obsolescence & The E-Waste Tragedy’


Todo esto no solo implica un perjuicio para el medio ambiente y la salud de las personas, sino también un fraude a los consumidores. De hecho, cada dispositivo tecnológico vendido en la UE incluye en el precio un ‘impuesto de reciclaje’, con el que se recaudan cada año unos 4.000 millones de euros. En España este impuesto añade en promedio entre 5 y 30 euros al coste del producto. Sin embargo, al menos dos tercios de los residuos tecnológicos europeos no llegan nunca a un punto verde, ya que es mucho más barato enviarlos a África.
Según el informe Global E-waste Monitor 2017en España se acumulan 930.000 toneladas de basura electrónica al año, unos 20 kilos por persona, siendo el quinto país que más residuos de este tipo produce de la Unión Europea. No obstante, en 2017, de esta cantidad se recogieron únicamente 198.000 toneladas, un 21% del total.

En España se acumulan unos 20 kilos por persona de basura electrónica al año
GLOBAL E-WASTE MONITOR 2017


En España existen también los SCRAP (Sistemas Colectivos de Responsabilidad ampliada del productor), organizaciones sin ánimo de lucro que se dedican a la recogida de envases usados y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. De acuerdo con las cifras ofrecidas por la fundación ECOTIC, los Raees gestionados en estos centros fueron 5,3 kgs por habitante en 2017. Lo que supone un incremento de casi el 25% con respecto a 2015. 
De todas formas, el problema no reside solo en el hecho de que los consumidores dejen sus desechos tecnológicos en la calle, a merced de los chatarreros, sino que muy pocas tiendas y distribuidores ofrecen el servicio de recolección de un aparato usado o roto. Según Dannoritzer, ”es ilegal que no te acepten tu viejo ordenador en una tienda de electrónica. En el precio de cualquier aparato está incluido el reciclaje, y no es barato”.
Si la preocupación por la salud de millones de personas y la destrucción de ecosistemas enteros no fuera suficiente para causar una respuesta cívica al problema, tal vez la ‘razón de la cartera’ sea más convincente.

“En el precio de cualquier aparato está incluido el reciclaje, y no es barato”
COSIMA DANNORITZER

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