domingo, 14 de abril de 2019

Silicon Valley: cuando el macrosueldo no basta

Silicon Valley: cuando el macrosueldo no basta
Google es una de las firmas de referencia en Silicon Valley (Dado Ruvic / Reuters)


El elevado coste de la vida en San Francisco incide en las retribuciones de los ingenieros tecnológicos


El sueño dorado de la Silicon Valley tiene poco de oro.... y mucho de sueño. Porque si es cierto que los sueldos que se pagan son estratosféricos, también es cierto que la vida es muy costosa y al final los reputados ingenieros que trabajan en los desarrollos informáticos del futuro pueden incluso verse obligados a apretarse el cinturón.
Hagan ustedes la prueba. En la página web Openlistings, si se busca alojamiento en la zona de Palo Alto, a cuarenta minutos del centro de San Francisco, y se introduce como filtro precio máximo “un millón de dólares”, el resultado de la búsqueda dará cero resultados. Si se sube el listón un poquito, entonces se puede conseguir un apartamento de 87 metros cuadrados con piscina comunitaria. Y es una ganga. 

El coste de la vida en San Francisco es un 64% más alto que el promedio de EE.UU.


Una encuesta llevada a cabo por la aplicación Blind el pasado verano ha desvelado que el 59% de los empleados de la bahía de San Francisco no puede permitirse comprar una casa. Openlistings, en otro informe, confirma estos datos porque revela que los ingenieros de software de las cinco grandes compañías tecnológicas del área de la bahía necesitarán más del 28% de su salario para pagar una hipoteca de un alojamiento cerca de su lugar de trabajo, un porcentaje que tiene un peso considerable en el presupuesto familiar. Los precios de los inmuebles (900.000 euros de promedio) se han duplicado desde el 2011.
¿Pero cuánto cobran los ingenieros de Silicon Valley? “Con menos de 150.000 euros al año aquí nadie quiere venir”, comenta un joven español que trabaja en una de los gigantes tecnológicos del lugar. ¿Es mucho? ¿Es poco? En términos comparativos con Estados Unidos, es un buen sueldo. Según un estudio de Indeed (2016) en San Francisco el salario promedio es un 25% más elevado que en Texas. ¿Pero da para vivir? El cálculo se hace rápido. Un alquiler de un piso de dos habitaciones en la bahía puede perfectamente por 4.000 dólares al mes (si se busca algo más pequeño en todo caso no se baja de los 2.000).
A esto hay que añadirle un seguro médico, que para una familia puede llegar a 2.500 dólares mensuales. ¿Y la guardería? Habría que añadirle otros 1.800 dólares. Si a esto le quitamos los impuestos, en promedio un 30%, no queda mucho margen para darse alegrías. El informe de Indeed asegura que en San Francisco el trabajador tiene que destinar en promedio el 37% de sus ingresos al alquiler, mientras que en Tejas, pese a que las remuneraciones son más bajas, sólo hay que reservar un 23% para el alojamiento.
Aún así, hay que distinguir allí también hay disparidades salariales, en el seno de las empresas y entre una empresa y otra. Los que más pagan, obviamente son las firmas más grandes. La revista Wired, que cita datos de la comisión bursátil SEC, indica que el sueldo promedio en Facebook supera los 240.000 dólares, mientras que en Google se sitúa en los 197.000 y Twitter en 161.000. También habría que aclararse cuando se habla de salario, porque a la hora de examinar la retribución hay que añadir también la parte en acciones y otras bonificaciones en efectivo que están vinculados al conseguimiento de objetivos. Mediante este sistema, por ejemplo, la remuneración total que se cobra en Apple es un 75% más baja que la de la firma de Mark Zuckerberg, porque hay menos bonificaciones.
“En Silicon Valley, nadie lo quiere decir expresamente, pero hay un sistema de castas”, comenta un empleado de una tecnológica. “Los desarrolladores perciben sueldos muy elevados, y como además estos trabajadores están ubicados en la misma área, eb todo lo que gira alrededor, desde vivienda, restaurantes y ocio, se disparan los precios. Pero allí también hay diferencias entre los que viven en el lado del Pacífico y los que están en la otra orilla de la bahía, porque los sueldos disminuyen”, añade esta fuente. 


“En Silicon Valley hay un sistema de castas”


En efecto, las disparidades retributivas en California existen. Más allá de los ingenieros de las cinco grandes multinacionales, el salario medio en San Francisco se sitúa en 110.000 dólares, según el 2018 Tech Town Index. La demanda de puestos de trabajo sigue elevada, con una previsión de un crecimiento del 15% en los próximos cinco años. Pero, aunque se paguen 14 dólares por hora de más comparado con el promedio de EE.UU. el coste de la vida es un 64,2% más elevado. 

“El problema lo tienen los que están en la franja media, porque tienen un menor poder adquisitivo. No obstante, hay que pensar que para muchos de ellos trabajar en Silicon Valley es una inversión personal que sale a cuenta, especialmente si reciben parte de su retribución en acciones. Les conviene quedarse unos años y esperar que el precio del título suba antes de venderlos y cambiar de lugar hacia uno más barato”, explica a este diario un empleado de una de estas grandes multinacionales. 

Un becario puede cobrar 7.000 dólares al mes, pero sus gastos son enormes


En particular, sufren los trabajadores que están en las categorías más bajas. Por ejemplo, de acuerdo con el estudio de Indeed, los salarios de los gestores y administradores de datos son sensiblemente más bajos (rondan los 80.000) que los desarrolladores de producto o ingeniería informático. Por no hablar de los becarios, que son un caso aparte. Desde una óptica europea son unos privilegiados. Cobran entre los 7.000 -10.000 dólares mensuales, incluyendo una ayuda para el alojamiento. Aún así en Silicon Valley para ellos no hay margen para muchos lujos. 

De hecho, al no poder contar con las cifras astronómicas de las categorías superiores, muchos de ellos tienen incluso que organizar y buscar soluciones imaginativas, como The Negev, una comunidad en la que las personas pagan 1.900 dólares al mes para vivir en el centro de la ciudad de San Francisco en el mismo inmueble con otras 40 personas, para compartir diferentes gastos. “Es como una extensión de una residencia universitaria. Vivimos como en una fraternidad”, contaba a Reuters Zander Dejah, informático indio de 25 años. “Y yo que pensaba que Nueva York era cara”, comenta.

“Tengo una entrevista con Google, pero cuesta decir que este es el sueño de mi vida”, dice un ingeniero


Cuenta Jean-Loup, un ingeniero francés de computación que está haciendo proyectos en la Universidad 42, que está muy cansado del estilo de vida norteamericano. “La semana que viene tengo una entrevista en Google. Pero me cuesta decir que esto es el sueño de mi vida. Aquí la gente sólo vive por el trabajo. Apenas tiene vida social y como mucho el fin de semana se va al centro comercial. Para un europeo es difícil habituarse a todo esto. Mi sueño es volver dentro de un tiempo a Francia, comprarme una casa en el campo y estar rodeado de cabras”.
De hecho, en Silicon Valley que es frecuente ver en los bares y cafeterías de estas grandes multinacionales muchos de estos jóvenes informáticos quedarse hasta tarde con su portátil a trabajar, cenando un bocadillo delante de la pantalla. Son adictos al trabajo, pero también se ven arrastrados en una política de ahorro forzoso. Para ellos, la empresa es como una gran madre, que da de comer, organiza su tiempo libre, desde partidos de ping pong o volley playa hasta la coral y el yoga en el jardín: ocio y alimento a precio asequible (o incluso gratis). Cuando cae la noche, algunos vuelven con el bus de la compañía que los devuelve a San Francisco, donde les espera un piso para compartir, pese a sus salarios altisonantes.

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