domingo, 2 de marzo de 2025

Bitcoin frente al oro: ¿puede la criptomoneda convertirse en un refugio de valor?

Varios billetes de distintas divisas, representaciones de cripto y una pulsera de oro.
Yuriko Nakao (Getty Images)


El metal precioso repunta más de un 11% en el año, el doble que lo que se revaloriza el activo digital. La elevada volatilidad del criptoactivo merma su capacidad de cobertura ante eventos adversos, incluso a largo plazo


Hay una expresión que se ha popularizado entre los criptofieles: el bitcoin es el “oro digital”. Estos inversores creen en el potencial de la criptomoneda hasta considerarla un refugio seguro a la par del metal precioso. No obstante, si se sale de la burbuja de los más creyentes, no hay consenso sobre ello y el contexto actual alimenta las dudas. Ante la política proteccionista de Donald Trump y la incertidumbre sobre los aranceles, el oro supera los 2.900 dólares por onza y marca nuevos máximos. El bitcoin, en cambio, se ha quedado estancado en torno a los 97.000 dólares, más de un 10% por debajo de su récord. En el año, el primero repunta un 11,5% con una capitalización de 20 billones, el segundo un 5% y su valor roza los 2 billones.


En un sistema financiero mundial bajo presión, los inversores buscan cobertura en el oro ante posibles eventos adversos. Esto ya ocurrió en 2018, cuando el republicano puso en marcha una ofensiva arancelaria: en ese entonces, el metal precioso llegó a revalorizarse casi un 50% en dos años. Pero las dudas macroeconómicas no son el único elemento que explica estas subidas: se suman las compras de los bancos centrales que buscan engordar sus reservas de oro, algo que, en cambio, no ocurre con el bitcoin. Aunque está habiendo mucho debate sobre la creación de unas reservas de bitcoin en Estados Unidos y en otros países, tanto la Fed como el Banco Central Europeo han cerrado, por ahora, las puertas a su inclusión.


El BCE siempre se ha mostrado muy critico hacia la cripto. En un informe publicado el año pasado dijo que había “fracasado en su promesa de ser una moneda global y descentralizada” y que su valor “sigue siendo cero”. En la última reunión de la entidad, su presidenta Christine Lagarde, negó la posibilidad de que el organismo llegue a tener reservas en bitcoin, al considerar que deben ser “líquidas y seguras”.


Los promotores de las reservas de bitcoin, en cambio, defienden que su revalorización es mayor con el tiempo. Y no están equivocados. Desde que el oro empezó su tendencia alcista en 2022, el bitcoin se dispara un 180% frente al metal precioso, que repunta un 80%. El año pasado, ambos experimentaron un año dorado, batiendo récords. El oro rozó los 2.800 dólares por onza mientras el bitcoin duplicó su precio hasta superar los 100.000 dólares en diciembre, pero las subidas del activo digital fueron estelares: se disparó un 120% frente al 17% del metal amarillo.


Carsten Menke y Manuel Villegas, analistas financieros de Julius Baer, destacan en un informe que entre los dos activos hay ciertas similitudes. Ambos son limitados: en el caso del oro, su limitación es geológica ya que es un recurso escaso y su extracción se ha vuelto cada vez más compleja. El bitcoin tiene un límite de suministro de 21 millones de tokens y cada cuatro años, o cada 210.000 bloques, la recompensa por minar bitcoins se reduce a la mitad.


Rubén Ayuso, co-gestor del Criptomonedas FIL de A&G Global Investors, cree incluso que bitcoin tiene ventajas sobre el oro: mientras este es voluminoso y costoso de transportar y almacenar, el bitcoin es digital y las transacciones son instantáneas; es más escaso que el oro que, aunque tiene una oferta finita, su cantidad no está definida; es divisible (hasta en 100 millones de unidades llamadas satoshis) y más liquido, ya que se negocia las 24 horas. También lo considera más seguro: “Mientras el oro requiere de procesos de verificación complejos, bitcoin garantiza la autenticidad y propiedad de cada moneda sin necesidad de intermediarios ni inspecciones físicas”.


Sin embargo, ante situaciones de riesgo, parecen comportarse de manera diferente. Hay un elemento que pone en duda la capacidad de cobertura de la criptomoneda ante eventos adversos: su volatilidad que, en promedio, es tres veces mayor que la del oro. Javier Cabrera, analista de mercado, explica que en caso de shock externo lo normal es que todos los activos caigan con los inversores haciendo caja después de reorganizar sus carteras. “Incluso el oro puede sufrir caídas ante un evento exógeno no esperado. Pero posteriormente se aprecia un comportamiento más sólido frente a otros activos. El bitcoin de momento no se ha comportado como activo refugio tampoco en medio plazo después de un shock”, asegura.


Además, su correlación con el Nasdaq y las acciones tecnológicas lo hacen muy sensible a sus vaivenes. En estos casos, el oro es un activo risk-off, que mantiene su valor o incluso lo aumenta, actuando como cobertura. Bitcoin, en cambio, es risk-on, y tiende a sufrir significativamente cuando aumenta la aversión al riesgo. El ejemplo más reciente es la irrupción de la start up china de inteligencia artificial DeepSeek, que desató el pánico en el sector tecnológico y un terremoto en Wall Street, tiñendo de rojo las Bolsas y el mercado cripto.


Pero si en el corto plazo la criptomoneda pionera todavía no ha demostrado ser una cobertura contra estos riesgos, los analistas coinciden en que en el largo plazo la volatilidad tiende a disminuir debido a la reducción del impacto de los movimientos extremos y a la convergencia hacia rendimientos promedio. “Puede haber mostrado una mayor correlación con activos de riesgo o acciones tecnológicas en períodos recientes, pero esta relación se debilita en horizontes más largos. Históricamente, bitcoin ha funcionado como un diversificador de cartera, con una baja correlación a largo plazo con los activos tradicionales”, afirma Blake Heimann, asociado senior de WisdomTree.


Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas, es mucho más escéptico. Ni bitcoin, ni ningún activo de elevado riesgo puede ser un refugio. Aunque reconoce que en el largo plazo ha multiplicado su valor, sigue siendo un instrumento con el que hay que tener cautela: “En momentos de derrumbe puede generar mucha desconfianza y los activos refugio sirven justamente para tener liquidez cuando hay ciertos shocks. Por ejemplo, si hay una crisis de hipotecas subprime y se necesita liquidez, ¿se busca en el bitcoin que igual ha caído también por ser un activo de riesgo? Tengo dudas que en caso de turbulencias se comporte como refugio”.


No obstante, en ciertos casos el bitcoin podría servir como cobertura. Desde Julius Baer apuntan que tanto el metal precioso como la criptomoneda pueden ser un refugio ante el riesgo de desdolarización. “Al estar valorados frente al dólar, tanto el oro como el bitcoin pueden verse como ‘antidólares’ y servir como cobertura ante su declive como moneda de reserva mundial”.


La decisión de países como China, India y Turquía de aumentar sus reservas de oro y las dudas en torno al bitcoin como reserva hacen que la demanda del oro sea prioritaria hoy en día. No descartan, sin embargo, que la criptomoneda pueda convertirse en refugio en el largo plazo, pero apuntan que todavía le falta historia. Mientras el oro ha demostrado su potencial en situaciones adversas a lo largo de miles de años de adopción, el bitcoin tan solo surgió hace 15 y todavía no se ha probado.




Elisa Tasca
Madrid - 24 FEB 2025 - 05:25 CET
https://cincodias.elpais.com/criptoactivos/2025-02-24/bitcoin-frente-al-oro-puede-la-criptomoneda-convertirse-en-un-refugio-de-valor.html