viernes, 14 de julio de 2023

El aumento de las temperaturas amenaza seriamente la estructura de los edificios



La Torre Foster de Pontegadea sobre el 'skyline' de Madrid.



El aumento global de las temperaturas está incidiendo más intensamente en las ciudades, lo que provoca peligrosas deformaciones y desplazamientos en las estructuras de los edificios




Un investigador ha detectado uno de los efectos menos conocidos del cambio climático: el debilitamiento progresivo de las estructuras de los edificios debido al calor. Este “peligro silencioso”, como lo llama el científico, afecta en mayor medida a las ciudades con suelo más blando que están cerca de la costa.

Cualquiera que esté pasando el verano en una ciudad española se habrá dado cuenta de que tanto las aceras como los edificios irradian calor al aire, aumentando considerablemente la sensación de bochorno. Esto nos puede parecer relativamente normal en el mes de julio, hasta que decidimos pasar un fin de semana en el campo. Según los estudios, las llamadas “islas de calor urbano” pueden ser hasta 3,33 grados Celsius más calurosas que las zonas rurales durante el día y unos 11,11 grados más calurosas por la noche.

Por si esto fuera poco, las infraestructuras subterráneas como los túneles de metro también emiten constantemente calor a la tierra que las rodea. Esta temperatura se va acumulando y acaba creando puntos calientes, un fenómeno que se está agravando año a año con la crisis climática.


placeholderLos colores muestran las temperaturas subterráneas en el distrito Loop de Chicago, con el morado representando las temperaturas más altas. (Alessandro F. Rotta Loria)
Los colores muestran las temperaturas subterráneas en el distrito Loop de Chicago, con el morado representando las temperaturas más altas. (Alessandro F. Rotta Loria)

Ahora, un nuevo estudio realizado por Alessandro F. Rotta Loria, ingeniero civil y medioambiental de la Universidad Northwestern, en el estado de Illinois, EEUU, ha observado el efecto del calor acumulado en la ciudad de Chicago. Los resultados, publicados en la revista Communications Engineering, aseguran que la diferencia de temperatura entre el verano y el invierno en los puntos calientes pueden amenazar las estructuras subterráneas y las de los edificios.

"Sin que [nadie] se diera cuenta, el centro de la ciudad de Chicago se estaba deformando", afirma Rotta Loria. Se trata de un "peligro silencioso" para las infraestructuras civiles de las ciudades con suelos más blandos, especialmente las cercanas al agua, afirma el investigador en declaraciones para Scientific American. "Es posible que este cambio climático subterráneo haya causado problemas estructurales de los que ni siquiera nos hemos dado cuenta".


Desplazamientos y deformaciones en los edificios

Para comprobar el efecto de la dilatación y contracción de las estructuras subterráneas con el cambio de temperatura, el investigador ha recopilado tres años de datos de temperatura de más de 150 sensores instalados en sótanos, túneles ferroviarios y aparcamientos bajo el Loop, un distrito a orillas del lago Míchigan situado en el centro de la ciudad de Chicago.

Rotta Loria utilizó una simulación informática del entorno subterráneo desde la década de 1950 hasta la actualidad y luego estimó cómo serán las condiciones en 2050. Según el investigador, algunas zonas del bajo Loop podrían levantarse hasta 12 milímetros o asentarse hasta ocho milímetros, dependiendo de la composición del suelo.

Lo preocupante de esto para Rotta Loria es que esos movimientos pueden causar grietas en los cimientos y muros de algunos edificios que pueden provocar que el inmueble llegue a inclinarse. El investigador cree que este puede haber sido el factor oculto tras los continuos problemas y gastos de mantenimiento que han generado últimamente estas estructuras en la ciudad.

Rotta Loria considera necesario una investigación multidisciplinar (ciencia urbana, mecánica y energía) que ahonde en sus resultados y ayude con las estrategias de planificación urbana para que las ciudades de todo el mundo puedan evitar posibles daños estructurales y disfunciones en sus edificios. Además, que el planeta siga aumentando de temperatura hará que el calor se continúe acumulando poco a poco bajo nuestros pies. "Es como el cambio climático", afirma el investigador. "Está ocurriendo. Quizá no lo veamos siempre, pero está ocurriendo".