domingo, 2 de septiembre de 2018

Florencia en ocho imprescindibles


Florencia en ocho imprescindibles
Panorámica del Duomo de Florencia (scaliger / Getty Images/iStockphoto)



La capital de la Toscana es una de las ciudades más bellas del mundo


Dicen que el síndrome de Stendhal, también conocido como síndrome de Florencia, causa palpitaciones y mareos en aquellas personas más sensibles artísticamente. Y es que la capital de la Toscana respira arquitectura, pintura y escultura por todos y cada uno de sus rincones. Una belleza florentina que sobrecoge. Que maravilla. Que deja sin palabras.
Porque esta ciudad es como un museo al aire libre, por el que vagar sin prisas y por el que suspirar por volver otra vez. Adentrarse en sus encantos sin la presión del tiempo, no obstante, es complicado, pero hay imprescindibles que no se pueden dejar de ver.



Dos turistas contemplan una escultura en una calle de la capital de las Toscana
Dos turistas contemplan una escultura en una calle de la capital de las Toscana (Imgorthand / Getty Images)

1. La Piazza del Duomo


¿Qué sería de Florencia sin su característica postal presidida por lacúpula de Santa Maria del Fiore? Y es que su espectacularidad y el delicado mármol blanco y verde de su fachada le confieren el merecido protagonismo del que hace alarde. Descansando en la no menos embriagadora Piazza del Duomo, la catedral se levanta imponente ante los ojos encandilados de quienes se rinden a sus pies, pudiendo otear toda la ciudad desde lo alto del Campanile de Giotto. A primera hora de la mañana, Santa Maria del Fiore amanece solitaria a la espera del frenesí habitual, por lo que vale la pena despertarse bien pronto para evitar las aglomeraciones y contemplar en profundidad toda la belleza del lugar.

El interior de la catedral, con sus suelos, sus techos y sus paredes, también hará volar nuestra mirada, perdiéndose por la grandiosidad de la cúpula, que alberga un mirador espectacular. De vuelta al exterior, vale la pena dar libertad a los pies, paseando tranquilamente por los confines de la plaza y acercándonos a las Puertas del Paraíso que visten al Battistero.



La cúpula de Brunelleschi, Florencia
La cúpula de Brunelleschi, Florencia (Ary6 / Getty Images/iStockphoto)

2. La Piazza della Repubblica


Muy cerca de la Piazza del Duomo se abre paso la della Repubblica, un lugar digno de ser visitado gracias al animado ambiente que se concentra en su interior. Porque aunque no pueda ponerse a la altura de la primera, esta plaza atesora una gran variedad de restaurantes y cafés que le otorgan un encanto muy particular.

Además, entre los edificios señoriales que la delimitan, la plaza esconde una rica historia, habiendo servido de foro durante la época romana. Con el paso del tiempo ha experimentado también otras transformaciones, y a día de hoy nos permite llegar a la Loggia del Mercato Nuovo con un apacible paseo que nos llevará a la Fontana del Porcellino. Solo hará falta que frotemos el hocico del animal y, entonces sí, volveremos a Florencia. ¡O eso dicen!



Piazza della Repubblica, Florencia
Piazza della Repubblica, Florencia (JJFarquitectos / Getty Images)

3. La Piazza della Signoria


Otra plaza, sí. Diferente, también. ¿Su encanto? La abrumadora dosis de arte con la que nos sorprende. Y es que cualquiera que sea el lugar al que se dirija nuestra mirada habrá siempre alguna obra con la que deleitarse. Entre ellas, la Fuente de Neptuno, una exquisita escultura de una perfección e imponencia tal que ha acabado por convertirse en uno de los símbolos de la ciudad.

A ella se le suman, por su parte, las esculturas a las que da cobijo la Loggia dei Lanzi, un espacio en el que recobrar fuerzas rodeados de un ambiente de lo más artístico. Y como de esculturas presume la Piazza della Signoria no cabe olvidar la ecuestre de Cosme I de Médici, Hércules y Caco y la copia del David de Miguel Ángel, dos piezas increíbles, estas últimas, que aguardan en la entrada del Palazzo Vecchio, otro símbolo indiscutible.



Piazza della Signoria de Florencia, presidida por el Palazzo Vecchio
Piazza della Signoria de Florencia, presidida por el Palazzo Vecchio (zazamaza / Getty Images)

4. El Ponte Vecchio


Este es otro de esos vibrantes lugares que acaban de tejer el encanto de Florencia. Porque no se puede concebir la ciudad sin las aguas del río Arno dividiéndola en dos y transcurriendo por los bajos del Ponte Vecchio. Un puente famoso en el mundo entero, reconocido por suscolores y construcciones colgantes, pero cuya historia sea quizás desconocida por gran parte de la población.

Y es que el espacio que hoy ocupan joyerías y orfebres antaño estaba repleto de puestos de carne, cuyos malos olores afectaban a la corte que residía en el Palazzo Pitti, muy cerca del puente. Otra curiosidad: ambas construcciones, puente y palacio, están unidas por un corredor que cruza el Ponte Vecchio a través de una terraza elevada.



Puente Vecchio
Puente Vecchio (efired / Getty Images/iStockphoto)

5. La Piazzale Michelangelo


Después de cruzar el río Arno, el otro lado de la ciudad aguarda con uno de los momentos más especiales del viaje: capturar la magia de Florencia en una panorámica para el recuerdo. Y es que la Piazzale Michelangelo disfruta de una localización, en lo alto de una colina, que la convierte en el enclave ideal para admirar la puesta de sol en el corazón de la Toscana. Al mirador se puede acceder en autobús o bien a pie, aunque la subida es bastante pronunciada, pudiendo observar las traviesas tonalidades anaranjadas tiñendo el río bien entrada la tarde.




Vista de Florencia desde la Piazzale Michelangelo
Vista de Florencia desde la Piazzale Michelangelo (ballycroy / Getty Images/iStockphoto)

6. La galería de la Academia y la Galería Uffizi


Y porque no todo el arte que hay en Florencia se encuentra disperso entre sus calles, estos dos museos ofrecen otra buena ración de historia a sus visitantes. Así, mientras la Galería de la Academiadestaca por cuidar del David esculpido con las manos de Miguel Ángel, la Galería Uffizi despunta por contar con cuadros tan emblemáticos como El Nacimiento de Venus, de Botticelli, o laAdoración de los Magos, de Leonardo da Vinci. Todas ellas obras de tal trascendencia en la historia del arte que se traducen en interminables colas en la entrada de los museos, por lo que para visitarlos es muy recomendable reservar entrada con antelación, ahorrando tiempo para seguir rastreando la ciudad.




David de Miguel Ángel
David de Miguel Ángel (sumnersgraphicsinc / Getty Images/iStockphoto)

7. La Piazza di Santa Croce


Este espacio de grandes dimensiones es un lugar ideal para sentarse, descansar y, simplemente, disfrutar del ambiente. De la gente. Pero no solo eso. Porque en uno de sus extremos, entre los amarillentos y particulares edificios de la plaza, destaca la iglesia de Santa Croce, una de las basílicas franciscanas más grandes y que sirve, además, como panteón. Y es que en su interior descansan casi 300 tumbas, como la de Miguel Ángel o la de Galileo Galilei. Rastros de la historia que comparten protagonismo con obras de artistas como Giotto, Brunelleschi o Donatello.




Mercado de Navidad de la Piazza di Santa Croce con la iglesia de Santa Maria Novella
Mercado de Navidad de la Piazza di Santa Croce con la iglesia de Santa Maria Novella (Chalffy / Getty Images)

8. La iglesia de Santa Maria Novella


Es en una coqueta plaza muy próxima a la Galería de la Academia donde se levanta esta magnífica iglesia, una parada ineludible dado su evidente encanto. Su exquisita fachada de mármol deviene magnética a los ojos de los transeúntes, contando además con un interior de lo más especial. Así, esta iglesia, una de las más importantes de la ciudad, alberga obras de arte de gran valor. Dos de las más destacadas: El Crucifijo de Brunelleschi, la única talla en madera atribuida al artista italiano, y el fresco de Masaccio La Trinidad. Ya lo hemos advertido. Florencia es arte puro. ¡Arrivederci!


Florencia es como un museo al aire libre


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.