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Ilustración: Blanca Casanova y Sofía Sisqués
El ministro de Agricultura alemán dijo que quería aumentar la reserva nacional de alimentos con latas de raviolis. La anécdota ha evidenciado un cambio de mentalidad en la sociedad ante una hipotética escalada con Rusia
En 2016, el Gobierno alemán se hizo una pregunta que sonó insólita para la población: "¿Y si mañana hubiera una guerra?" A través de un documento difundido en periódicos locales, Berlín animaba a que todos prepararan un suministro de agua potable y alimentos básicos durante cinco días en caso de emergencia. El propio Ejecutivo reconoció que un ataque contra el territorio alemán era "improbable", pero subrayó la necesidad de prepararse adecuadamente para un escenario que no debía descartarse.
La propuesta no fue bien acogida por toda la población, y las redes sociales se llenaron de críticas y memes con el hashtag #Hamsterkäufe, "compras de pánico". En una publicación, un usuario compartió una fotografía (de archivo) de un supermercado saqueado: "Así estaremos mañana, dos horas después de que se abran los supermercados", bromeó.
Casi una década después del plan del Gobierno alemán, la invasión de Rusia a Ucrania ha convertido al Kremlin en una de las mayores amenazas para la estabilidad de la OTAN. Y, Berlín, con una relación complicada con su Ejército por el peso de la Segunda Guerra Mundial, está convirtiendo el país en kriegsüchtig, una palabra que se traduce como "apto para la guerra".
Dentro de esta estrategia, el canciller Friedrich Merz levantó recientemente el famoso techo de deuda alemán para invertir más en Defensa. Uno de los planes más comentados ha sido el regreso de una forma del servicio militar obligatorio, una importante campaña de reclutamiento y un empujón en la industria armamentística. Otra de las iniciativas tiene menos peso que un tanque y menos potencia que un misil, pero es la siguiente en la lista: una reserva de raviolis.
El ministro de Agricultura y Alimentación de Alemania, Alois Rainer, afirmó que el país se encuentra en una situación de seguridad que les obliga a reflexionar, y que es importante que la seguridad alimentaria desempeñe un papel clave junto con el suministro de armamento. "Quiero crear una reserva nacional de productos elaborados que se puedan consumir nada más calentarlos. Se trata por ejemplo de raviolis enlatados, lentejas en lata u otros productos”, dijo en el pódcast Berlin Playbook de POLITICO.
Rainer no confirmó si el plan seguía adelante, pero sí sugirió que el Gobierno habría hecho cuentas para saber cuánto supondría este cambio, que el ministro ha calculado en una cifra cercana a los 90 millones de euros.
Alemania ya gasta cerca 25 millones de euros al año en mantener una reserva de 100.000 toneladas de arroz de grano largo y corto, guisantes y leche en polvo almacenadas en 150 almacenes, cuya ubicación se mantiene en secreto por miedo a saqueos. Además, hay una reserva de 700.000 toneladas de trigo, centeno y cebada, que se guarda cerca de algunos de los molinos de cereales industriales más grandes de Alemania para garantizar el suministro de harina.
El Confidencial ha tenido acceso a la lista de provisiones que recomiendan para una persona, durante 10 días, y para consumir cerca de 2.200 calorías. Una parte de estos alimentos están enlatados, como las salchichas y el chucrut. Sin embargo, en el caso de las reservas nacionales, los críticos han subrayado anteriormente que es un sistema caro y anticuado porque una gran parte de la comida está cruda y tiene que cocinarse de algún modo antes de poder comerse.
Esta ha sido una de las principales razones para que Alois Rainer mencionara las lentejas enlatadas, o los raviolis. El Ministerio de Agricultura no ha difundido más información sobre la iniciativa pero, en Alemania, las redes sociales han vuelto a hacerse eco del plan de preparación para un conflicto o desastre natural.
Algunos usuarios en redes sociales han criticado que son "el hazmerreír" de Europa por incluir una lata de raviolis con salsa de tomate en la lista de reservas nacionales. Otros han optado por tomárselo con humor, como una cuenta que publicó una fotografía de solo dos latas de raviolis: "¡No se sorprendan tanto! Todos sabemos que la guerra entre la Bundeswehr (el Ejército alemán) contra Rusia no durará más de dos días".
Pero, a diferencia con las publicaciones de 2016, un futuro conflicto o escenario bélico ya no parece tan lejano para los alemanes. "Los planes para aumentar el gasto en Defensa están ahí y creo que las palabras del Ministerio de Agricultura se dirigen específicamente a la sociedad y a la necesidad de crear esa conciencia para estar preparados ante crisis, en tiempo de paz o en tiempo de guerra", afirma Alberto Bueno, experto en defensa y profesor adjunto en la Universidad de Leipzig, a El Confidencial.
Las declaraciones del ministro de Agricultura también han puesto de relieve, para muchos expertos, los problemas del Gobierno con la reserva alimentaria. "Con el enfoque actual, la comida aún debe prepararse. Esto requiere una planificación detallada y la organización del personal, la energía, la infraestructura y la distribución. Con la nueva propuesta, se espera que estos factores críticos se vean menos afectados. Aun así, es necesario abordar y planificar la distribución, ya que Alemania es el principal centro de la Red de Refuerzo y Sostenimiento de la OTAN. Esto supondrá una carga para la infraestructura de transporte, y la organización de la logística será clave", apunta Wolfgang Müller, economista militar en el Instituto Alemán de Estudios de Defensa y Estratégicos (GIDS), a este peródico.
Sin embargo, la concienciación de la sociedad sigue siendo un escollo. "Actualmente, se estima que solo un tercio de la población cuenta con provisiones de alimentos para 10 días, según lo recomendado. Existe una clara brecha entre las zonas rurales y urbanas. Si bien existen actividades de promoción, al observar las tendencias de los últimos años, la proporción se mantiene estable", continúa Müller.
La información está disponible en las páginas oficiales, pero muchos alemanes no lo han consultado o ni siquiera saben de su existencia. Además de renovar la información pública, el experto del GIDS propone que se tome el ejemplo de los países nórdicos o Taiwán —con modelos más elaborados—, así como campañas públicas con figuras destacadas que puedan atraer la atención de los ciudadanos.
Primero el 'pack' de supervivencia, luego el búnker
Los raviolis se han convertido en una campaña casi accidental y, añade Alberto Bueno, en una anécdota. "Pero que no nos impida ver el bosque. Esto forma parte de la idea de kriegsüchtig que ya estamos viendo. Desde 2021 hasta ahora, ha habido un aumento de 30 puntos en la percepción de la opinión pública alemana en torno a la necesidad de aumentar el gasto en defensa", continúa.
Este cambio de percepción se ha ampliado a nivel europeo y, más allá de las advertencias sobre una escalada militar entre Rusia y Occidente si se llegara a un acuerdo de paz en Ucrania, la UE presentó en abril pasado su plan de preparación civil ante la previsión de una posible crisis. El objetivo es que todos los ciudadanos europeos pudieran resistir en su casa durante 72 horas en caso de que sobreviniera una catástrofe que no nos permitiera utilizar servicios como agua o la luz.
En el pack, incluyeron hornillo de gas, un generador, radio a pilas, linterna y un botiquín. También comida enlatada como ha planteado el ministro de Agricultura alemán con sus polémicos raviolis.
Sin embargo, en el caso alemán, las reservas de alimentos o los suministros son solo una parte del desafío. Un funcionario de protección civil afirmó que uno de los mayores retos es rehabilitar los búnkeres para la población. De los cerca de 2.000 que estaban habilitados durante la Guerra Fría, solo quedan ahora 579, con espacio para 478.000 personas, cerca del 0,5% de los habitantes, según cálculos de The Washington Post.
Los ejemplos a seguir son los países del norte de Europa que llevan años familiarizados con una preparación para los momentos de crisis. En el caso de Finlandia, país que comparte una frontera de más de 1.300 kilómetros, cuenta con 50.000 refugios habilitados, donde podría refugiarse más del 80% de su población.
"Durante mucho tiempo, en Alemania existía la creencia generalizada de que la guerra no era un escenario para el que debiéramos prepararnos. Eso ha cambiado", dijo Ralph Tiesler, director de la Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia en Desastres de Alemania, al periódico Süddeutsche Zeitung.
El cambio de mentalidad y las reformas en las políticas en Defensa han impactado directamente en la Bundeswehr alemana. La misión del Ejército alemán estuvo supeditada durante años al miedo a que pudiera ser mal utilizado como en la Segunda Guerra Mundial. Los políticos alemanes pusieron todos los esfuerzos en mostrar al país como una nación pacífica y el gasto militar acabo para la Bundeswehr acabó reduciéndose de un casi un 5% en los años 60 a un 1,1% en 2005.
Precisamente por eso fue tan importante el discurso del excanciller alemán Olaf Scholz poco después del inicio de la invasión rusa a gran escala en Ucrania, en el que inauguró el cambio radical en política exterior alemana, la llamada Zeitenwende. El plan incluía una inversión de más de 100.000 millones de dólares para reforzar el Ejército, pero no ha sido hasta hace pocos meses, cuando se levantó el famoso techo de deuda, que se ha impulsado realmente el papel de la Bundeswehr.
'Una buena base'
Actualmente, el Ejército alemán está encaminado a convertirse en el mejor financiado de Europa y el cuarto más grande del mundo. Según el canciller Friedrich Merz, Europa no solo necesita rearmarse para hacer frente a Rusia, sino para lograr la independencia militar de Estados Unidos. Este pasado julio, los países de la OTAN acordaron que aumentarían su gasto en Defensa al 5% de su PIB.
Los objetivos de la Bundeswehr pasan por ampliar su número de soldados de los cerca de 180.000 actuales a más de 200.000. Además, esperan que el número de reservistas "funcionales", aquellos que puedan ser movilizados y estén entrenados, alcance al menos los 60.000. Carsten Breuer, el general de mayor rango de la Bundeswehr, dijo a POLITICO que, en total, el número total de efectivos del Ejército alemán debería llegar a los 460.000.
Este año, las solicitudes para entrar en la Bundeswehr han aumentado un 20%, aunque no todos los que muestran su interés acaban formando parte de las fuerzas de Berlín. A pesar de un creciente interés, Alemania tendrá que recurrir a alguna especie de reclutamiento para hacer frente a la falta de personal militar y ya dio este agosto los primeros pasos para conseguirlo con un la aprobación de un proyecto de ley.
Fue un hito para la historia militar alemana, pero una señal más de que el país está listo para este tipo de decisiones. El economista militar Wolfganf Müller resume a El Confidencial el cambio de paradigma en la sociedad. En una lista, enumera factores como un mayor reconocimiento de la amenaza potencial por parte de Rusia. También del número de personas dispuestas a defender a su país y el territorio de la OTAN. "Consideran que el reclutamiento es necesario, apoyan unas Fuerzas Armadas Alemanas más fuertes. Y la reputación de esas fuerzas sigue siendo alta. Esta es una buena base para implementar los siguientes pasos", concluye Müller.