- Carne sin necesidad de matar animales, leche sin vacas, pescado sin océanos
- La gran pregunta no es si comeremos hamburguesas hechas de células o proteínas fermentadas en fábricas...
- ... Sino cuándo y quién liderará esa industria
La historia de la humanidad puede contarse a través de lo que comemos. Desde que dejamos de ser cazadores nómadas para sembrar los primeros granos de trigo, cada revolución alimentaria ha marcado un salto de civilización. El fuego, la agricultura, la ganadería intensiva, los transgénicos. Ahora nos asomamos a la siguiente frontera: la comida cultivada en laboratorio. Carne sin necesidad de matar animales, leche sin vacas, pescado sin océanos. Un cambio que suena a ciencia ficción, pero que ya se produce en bioreactores repartidos por el planeta. Es el equivalente moderno al Neolítico, solo que esta vez el campo fértil no está en la tierra, sino en placas de Petri y cultivos celulares.
La urgencia es evidente: el planeta se enfrenta al desafío de alimentar a una población que superará los 10.000 millones de personas en pocas décadas, en un contexto de cambio climático que pone en jaque los cultivos tradicionales y la ganadería intensiva. Y quizá el verdadero debate sea quién tendrá acceso a qué comida. Puede que la carne de pasto, el pescado salvaje o la leche recién ordeñada se conviertan en bienes de lujo reservados para unos pocos privilegiados, mientras la mayoría de la humanidad se alimente de proteínas cultivadas y fermentadas en fábricas. Igual que sucede con los tratamientos de longevidad o las terapias genéticas, donde los avances más disruptivos parecen diseñados primero para quienes pueden pagarlos, la comida del futuro también puede dividir el mundo en castas alimentarias.
Esa mirada al futuro conecta con un empeño muy personal: la construcción de la cartera disruptiva que estoy sembrando para mis hijos mellizos, con la idea de plantar 100 semillas que dentro de dos o tres décadas puedan convertirse en grandes árboles. Cada semana comparto con los lectores ese viaje, analizando sectores capaces de transformar el mundo, porque al buscar compañías para ellos también dibujo un mapa de oportunidades para todos aquellos que quieran adelantarse al mañana.
La gran pregunta no es si comeremos hamburguesas hechas de células o proteínas fermentadas en fábricas, sino cuándo y quién liderará esa industria. Y, como siempre, la bolsa ya ofrece pistas de quiénes pueden ser los arquitectos de esta nueva dieta del futuro.
A continuación os muestro cinco de esas compañías que pueden ser semillas de futuro o potenciales líderes en este sector emergente de la comida cultivada y las proteínas alternativas:
Beyond Meat (BYND, Nasdaq)
Es la pionera visible de la carne vegetal, una firma que ha conseguido situar sus hamburguesas, salchichas y nuggets en supermercados y cadenas de restauración de medio mundo. Su propuesta disruptiva consiste en demostrar que el consumidor puede disfrutar de la experiencia de comer carne sin necesidad de recurrir a un animal, con un impacto mucho menor en emisiones, agua y tierra. Aunque su cotización ha sufrido tras el boom inicial, Beyond sigue siendo la referencia cultural y comercial de esta industria, con acuerdos de distribución que la mantienen en el escaparate global.
La evolución del gráfico de Beyond Meat refleja a la perfección las dificultades que ha afrontado la compañía en los últimos años. Desde los máximos en la zona de 220-240 dólares alcanzados en 2019 y 2021, su cotización se ha desplomado hasta situarse ahora en torno a los 2,25 dólares. Este desplome, más que un final, puede interpretarse como un intento de construir un suelo estable desde el que volver a germinar. En este entorno, y pese al escepticismo que rodea al valor, me planteo seriamente plantar una semilla en la cartera disruptiva de mis mellizos. Si el futuro de la alimentación pasa por este tipo de proteínas alternativas, Beyond Meat podría seguir siendo uno de los actores principales, aunque hoy parezca una apuesta contra corriente.
Archer Daniels Midland (ADM, NYSE)
Este gigante centenario de la agricultura y la nutrición se ha convertido en uno de los grandes impulsores de la transición hacia proteínas alternativas. ADM no es una startup, sino un coloso con presencia global que ha sabido reinventarse apostando por la fermentación de precisión, la biotecnología y los ingredientes sostenibles. Su capacidad de escala, logística y músculo financiero la convierten en una pieza imprescindible para llevar estos nuevos alimentos del laboratorio a la mesa de millones de consumidores. Representa la fuerza de la industria tradicional poniéndose al servicio de la disrupción.
Analizando su curva de precios se aprecia la impecable tendencia alcista que ADM ha construido durante las últimas tres décadas, un verdadero ejemplo de consistencia a largo plazo. La corrección sufrida desde los 95 hasta los 40 dólares, muy similar en magnitud a la vivida en 2008, debe interpretarse más como una oportunidad que como una amenaza. Si en las próximas semanas el título profundiza hacia la zona de los 50 dólares, lo vería como un punto idóneo para activar compras. Ese nivel representa, en mi opinión, un suelo fértil donde plantar una semilla con la mirada puesta en el futuro de la alimentación.
Ingredion (INGR, NYSE)
Se trata de un especialista en soluciones de ingredientes y proteínas alternativas, que ha ido construyendo un catálogo diversificado de productos derivados de guisante, maíz, soja y otras materias primas vegetales. Ingredion no solo busca replicar a la carne, sino mejorar la funcionalidad de los alimentos procesados con proteínas de origen sostenible, adaptándose a las nuevas demandas de la industria y de los consumidores. Es menos mediática que Beyond, pero su enfoque más técnico y sólido, junto con una base de clientes diversificada, la sitúa como un actor clave en este nuevo ecosistema alimentario.
Del mismo modo que sucede con Archer Daniels Midland, el mercado parece confiar más en el negocio de Ingredion que en el de Beyond Meat. Basta con observar la evolución de su cotización en los últimos años: desde los 12 dólares en los que se movía en 2008 hasta los 155 alcanzados el pasado ejercicio. Desde ese nivel el título desarrolla una digestión lógica de las subidas, que podría volverse más pesada si pierde los 120 dólares. En ese caso no descarto un ajuste hacia la zona de los 90-100 dólares, que es donde considero más interesante esperar antes de plantar esta semilla, una semilla que ya germinó años atrás y que, precisamente por ello, ha perdido parte de su aura disruptiva.
Tyson Foods (TSN, NYSE)
Uno de los mayores productores de carne del planeta, símbolo de la vieja guardia de la proteína animal, que sin embargo ha decidido invertir en compañías de carne cultivada y explorar líneas de proteínas alternativas. La entrada de Tyson en este terreno es un mensaje muy potente: si un gigante de la proteína tradicional reconoce que el futuro pasa por diversificar y abrazar lo cultivado, es porque la tendencia ya no es una moda pasajera. Su tamaño y su capacidad de producción masiva pueden convertirlo en el vehículo que acelere la adopción de estos nuevos alimentos en los mercados más amplios.
Tyson Foods ha construido un suelo consistente en la franja de los 37,75-43 dólares, un rango que ha servido de soporte clave en los últimos años y que ha frenado con éxito cada intento bajista. Una eventual vuelta a esa zona debería interpretarse como una oportunidad clara de compra, un nivel de referencia donde considero que merece la pena situar órdenes para plantar esta semilla en la cartera.
Steakholder Foods(Nasdaq: STKH, antes MeaTech 3D)
He dejado para la última a esta compañía israelí de pequeña capitalización que lleva el concepto al extremo futurista: fabricar filetes mediante impresión 3D a partir de células animales. Su propuesta puede parecer hoy altamente especulativa, pero representa la vanguardia de la innovación, explorando la posibilidad de crear cortes de carne con textura y sabor indistinguibles de los tradicionales, sin necesidad de criar y sacrificar ganado.
Si logra madurar su tecnología, podría abrir un camino completamente nuevo para la producción de alimentos, marcando una ruptura radical con la ganadería tal y como la conocemos. Por el momento, el título está intentando sentar las bases de un suelo en la zona de los 4 dólares. Podría lograrlo si supera los 7 dólares. Estaremos atentos.
De las cinco compañías analizadas, si tuviera que plantar hoy semillas pensando en mis hijos mellizos, me inclinaría por Beyond Meat y Steakholder Foods. La primera por ser el icono que puede resurgir desde mínimos históricos, y la segunda por representar la apuesta futurista más pura de todo este universo.