- El PBoC aspira a convertirse en custodio de las reservas extranjeras
- Pekín intenta reforzar su posición en el mercado mundial del oro
- Aún le queda camino para igualar a grandes centros como Reino Unido
China aspira a convertirse en custodio de las reservas soberanas de oro extranjeras en un intento por reforzar su posición en el mercado mundial del metal dorado. Aparte de copar titulares por sus masivas compras del metal dorado durante los últimos tiempos, las autoridades de Pekín amplían su ambiciosa estrategia en torno a uno los activos estrella de los últimos años.
El Banco Popular de China (PBoC por sus siglas en inglés) está utilizando la Bolsa de Oro de Shanghái (SGE) para convencer a los bancos centrales de países amigos de que compren lingotes y los almacenen dentro de las fronteras del país, según personas familiarizadas con el asunto que han hablado bajo condición de anonimato con los periodistas de Bloomberg, ya que las conversaciones no son públicas. La iniciativa se ha llevado a cabo en los últimos meses y ha despertado el interés de al menos un país del sudeste asiático, según estas fuentes.
Esta medida reforzaría el papel de Pekín en el sistema financiero mundial, promoviendo su objetivo de establecer un mundo menos dependiente del dólar y de centros occidentales como EEUU, Reino Unido y Suiza. Los países han estado acaparando oro como cobertura frente a los crecientes riesgos geopolíticos, lo que ha creado la oportunidad para que el Banco Popular de China ofrezca un refugio para un activo considerado crucial como amortiguador de las crisis económicas.
La demanda de los bancos centrales ha sido un pilar fundamental en la reciente subida del metal precioso hasta alcanzar máximos históricos, y el propio Banco Popular de China lleva diez meses consecutivos comprando sin cesar. Las reservas se mantendrían en almacenes custodios vinculados a la Junta Internacional de la SGE, que depende del Banco Popular de China y fue creada por el banco central en 2014 como principal lugar de comercio de oro entre extranjeros y contrapartes chinas. El oro se compondría de nuevas compras que se contabilizarían como reservas del país extranjero, en lugar de trasladarse de las reservas existentes, según las fuentes.
Aunque la medida de China supone un paso más hacia el fortalecimiento de su papel en el comercio mundial de lingotes, aún le queda camino por recorrer para desafiar a centros consolidados como el Reino Unido. Las cámaras acorazadas del Banco de Inglaterra albergan más de 5.000 toneladas de las reservas mundiales, con un valor de casi 600.000 millones de dólares, lo que consolida el papel de la ciudad como principal mercado de este metal precioso. Los servicios de custodia, que protegen los activos en nombre de los clientes, son fundamentales para un centro aurífero, ya que contribuyen a aumentar la credibilidad y a atraer más operaciones.
Las reservas declaradas por el Banco Popular de China son menos de la mitad, lo que lo sitúa en el quinto lugar del ranking mundial de bancos centrales, según el Consejo Mundial del Oro. Sin embargo, el mercado interno chino del oro, ya sea en forma de joyas o de lingotes y monedas para inversión, es el mayor del mundo.
Impulsar aún más el comercio local debería ayudar a Pekín a acelerar su campaña para reducir la dependencia del dólar e internacionalizar el yuan. El valor del oro se ha casi duplicado hasta superar los 3.700 dólares la onza en los últimos dos años, y recientemente ha superado su récord ajustado a la inflación establecido en 1980. La vertiginosa subida podría tener aún más recorrido, ya que Goldman Sachs prevé que podría alcanzar los 5.000 dólares si solo el 1% de las tenencias privadas de bonos del Tesoro se trasladaran al oro.
China ya ha tomado una serie de medidas para abrir su mercado del oro. La SGE lanzó este año su primera cámara acorazada y sus primeros contratos offshore en Hong Kong, una medida destinada a aumentar el volumen de transacciones en yuanes. El Banco Popular de China también ha suavizado recientemente las restricciones a las importaciones de oro.
Para los posibles clientes, las cámaras acorazadas chinas podrían ser una opción atractiva para crear reservas y ayudar a eludir el riesgo de quedar aislados de los mercados financieros mundiales. Las compras de oro por parte de los bancos centrales se aceleraron después de que EEUU y sus aliados congelaran las reservas de divisas de Rusia en 2022 tras la invasión de Ucrania.