viernes, 1 de noviembre de 2024

Más de un tercio de las especies de árboles del planeta está en peligro de extinción

 

Un área deforestada de la Amazonia colombiana, en marzo de 2023.
Juancho Torres (Getty Images)


La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza advierte de que la mayor pérdida se está produciendo en los bosques tropicales y en las islas



El 38% de las especies de árboles en el mundo está en peligro de extinción ―de 47.282 evaluadas (el 80% de las que se conocen), 16.425 están amenazadas―, y el problema es especialmente grave en las islas y en los bosques tropicales. Es la conclusión de la última revisión de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) tras incorporar a su Lista Roja la primera evaluación mundial del estado de conservación de los árboles. Los datos dibujan una imagen global muy preocupante y Grethel Aguilar, directora general de la UICN, advierte de que son elementos “esenciales para mantener la vida en la Tierra por su papel vital tanto en los ecosistemas como en la subsistencia de millones de personas que dependen de ellos”. La revisión se ha presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, COP16, que se celebra en Cali (Colombia). Se estima que en el mundo existen unas 60.000 especies de árboles.


Las islas aparecen como los espacios más vulnerables debido a que la deforestación por el desarrollo urbano y a la agricultura las afecta más que en los continentes. Su aislamiento juega en su contra, de forma que si se pierde una especie en alguna isla, su recuperación por la expansión natural de otras poblaciones iguales es más complicada al estar demasiado lejanas. Las plagas y las enfermedades se suman a la larga lista de males. Y el cambio climático emerge, una vez más, como uno de los factores más devastadores, especialmente en los trópicos por el aumento del nivel del mar y de las tormentas, que, además, son de mayor intensidad y frecuencia. El trabajo “permitirá tomar decisiones más informadas y medidas donde se necesiten”, señala Malin Rivers, coordinador de la evaluación mundial de árboles en el Botanic Gardens Conservation International.


En América del Sur, con la mayor diversidad de árboles del mundo, 3.356 de las 13.668 especies evaluadas están en riesgo de extinción. En Colombia, se han designado cinco nuevas áreas clave para la biodiversidad en las que crecen siete especies de magnolia consideradas como en peligro y en peligro crítico.


En España existen varios casos paradigmáticos, sobre todo en la flora canaria: el drago (Dracaena draco subsp), catalogado en peligro, o el aderno (Heberdenia excelsa) en la categoría de vulnerable. “En la península el mejor ejemplo sería el pinsapo (Abies pinsapo) también categorizado como en peligro y que cuenta con un plan de recuperación”, señala Miguel Ángel Nuevo, ingeniero técnico agrícola y especialista en la conservación de jardines. Otros árboles con una larga tradición en España como el castaño de Indias (Aesculus hippocastanum) tampoco lo están pasando bien.


La pérdida de especies, indica la UICN, provoca un efecto en cascada que afecta a miles de otras plantas, hongos y animales, debido al papel que los árboles cumplen en los ciclos del carbono, el agua y los nutrientes, la formación del suelo y la regulación del clima. Las aves son otras de las grandes perjudicadas por esta desaparición, porque más de dos tercios de las que están amenazadas en el mundo dependen de los bosques, señala la UICN. Y también hay muchas que son fundamentales para el hombre: más de 5.000 especies de la Lista Roja se utilizan como madera en la construcción y más de 2.000 se destinan a la producción de medicamentos, alimentos y combustibles.


Francisco Lloret, investigador del CREAF y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, señala aproximadamente el 75% del problema se encuentra en los bosques tropicales que sufren una deforestación crónica. “Aunque”, añade, “es necesario mirar más allá de la Amazonia, hacia Asia y África, unas de las regiones del mundo olvidadas, pero con uno de los mayores índices de deforestación en la actualidad”. En los bosques amazónicos la tasa de deforestación “se ha ralentizado a pesar de que sigue siendo muy alta, pero se advierte claramente que depende de los gobiernos que haya”, expone.


Sam Ross, analista del proyecto Empresas Sostenibles de ZLS, advierte de que existe una presión creciente para detener la pérdida de masa forestal de aquí a 2030, pero este año han descubierto que “la mayoría de las 100 empresas de madera tropical y celulosa más importantes del mundo solo han logrado progresos limitados en la divulgación de sus compromisos en material de trazabilidad y deforestación cero”.


“Estamos hablando de que se está perdiendo diversidad, no superficie arbolada, y es muy grave porque puedes tener una masa forestal que aumente, pero con pocas especies”, añade Lloret. Por ejemplo, los bosques templados ―propios de climas templados de Norteamérica y Europa― están creciendo, a pesar de los incendios. La superficie forestal de la Unión Europea, por ejemplo, ganó unos 11 millones de hectáreas entre 1990 y 2010 como consecuencia, de su expansión natural después del abandono de las actividades agropecuarias.


La UICN sostiene que para poner coto a estas extinciones es necesario proteger y restaurar los hábitats, además de abordar trabajos ex situ mediante bancos de semillas y colecciones en jardines botánicos. Ya se están llevando a cabo acciones de repoblación, pero los proyectos deben abordar múltiples variables, porque se puede caer en la tentación, como ya pasa, de plantar árboles como una solución sencilla para combatir el cambio climático. Pero no todo vale, advierte Jean-Christophe Vié, director general de la Fundación Franklinia, que ha financiado gran parte de la evaluación mundial de árboles. “En los proyectos de plantación se deberían diversificar las especies e incluir las que están amenazadas”, apunta.


Lloret corrobora esta visión. “Podemos plantar muchos ejemplares y en muchos sitios porque absorben CO2 [el principal gas de efecto invernadero], pero las reglas generales no funcionan en todos ellos, puede ocurrir que elijamos territorios en los que los ejemplares elegidos no pueden sobrevivir y estar usando agua necesaria para otras actividades; así estaríamos perdiendo el tiempo y los recursos”, remarca el científico.





Esther Sánchez
Madrid - 28 OCT 2024 - 16:00 CET
https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2024-10-28/mas-de-un-tercio-de-las-especies-de-arboles-del-planeta-esta-en-peligro-de-extincion.html

La inteligencia artificial multiplicará por 1.000 la basura electrónica esta década

 

Pasillo con 'racks' de servidores en un centro de datos de Digital Realty en Madrid.
Alberto Ortega (Europa Press/Getty Images)


Un estudio calcula que, si no se toman medidas de reducción de residuos, los equipos que quedarán obsoletos en los centros de datos hasta 2030 provocarán un importante problema ambiental




Gigantes tecnológicos como Google, Microsoft o Meta están inmersos en una frenética carrera por desarrollar más y más herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) generativa. Esa competición está dejando su huella en el planeta. El entrenamiento y mantenimiento de estos sofisticados modelos requiere de un gigantesco poder computacional funcionando las 24 horas en los centros de datos. Eso ha disparado el consumo energético de estas infraestructuras, así como sus emisiones de carbono asociadas y el gasto de agua, empleada para refrigerar los sistemas.


Pero la huella ambiental de la IA generativa no acaba aquí. Los equipos usados en los centros de datos en los que se cocina esta tecnología hay que renovarlos continuamente, y eso produce una gran cantidad de residuos digitales, incluyendo metales altamente tóxicos, como el plomo o el cromo. Un grupo de científicos ha hecho cálculos y su conclusión es alarmante: si no se toman medidas para reducir la basura electrónica asociada a la IA generativa, esta se multiplicará por 1.000 hasta 2030, alcanzando entre 1,2 y 5 millones de toneladas.


La investigación, cuyos resultados se publican hoy en la revista Nature Computational Science, quiere contribuir a encontrar la forma de reducir la basura electrónica asociada a la IA generativa, en particular a los grandes modelos de lenguaje (LLM) como ChatGPT, Copilot, Gemini, Claude o Llama. “Soy bastante optimista respecto a la posibilidad de impulsar estrategias de economía circular entre los principales actores implicados en la IA generativa”, asegura a este periódico Peng Wang, investigador del Instituto de Medio Ambiente Urbano de la Academia China de las Ciencias, en Xiamen, y uno de los autores del estudio. “Sin embargo, tengo una profunda preocupación en cuanto a la competencia entre la tasa de expansión de la IA generativa y la adopción de la economía circular. Dado el aumento sin precedentes de la demanda de esta tecnología, para ganar esta batalla, las medidas de choque deberían implementarse de manera inminente”, añade.


Wang y sus colegas tomaron como referencia para sus cálculos el servidor de ocho unidades GPU Nvidia DGX H100, de 2023. Es, hoy por hoy, el hardware de referencia en el procesamiento de IA, que necesita equipos mucho más potentes que los empleados en el resto de programas que se ejecutan online. Los autores del estudio han construido cuatro escenarios de futuro para estimar la evolución de la IA generativa, y su demanda asociada de procesamiento de datos, entre 2020 y 2030. El primero considera una expansión limitada de la industria de los chips y las manufacturas relacionadas con la IA generativa. Sitúa el crecimiento en el 41%, el mismo que se experimentó entre 2022 y 2023, entendiendo que es imposible que el ritmo sea menor porque desde entonces se han anunciado o presentado versiones mejoradas de varios de los modelos más usados.


Los siguientes tres escenarios son el conservador (+85%), que se basa en las cifras de crecimiento cosechadas por los asistentes de voz tipo Alexa; el moderado (+115%), inspirado en los números de TikTok; y el agresivo (+136%). Para este último se ha considerado que los grandes modelos de lenguaje se convierten en “una herramienta ubicua en la vida diaria de las personas”, tomando como referencia la tasa de crecimiento de Facebook, “una plataforma usada literalmente por todo el mundo”.


De acuerdo con sus cálculos, la generación de residuos pasaría de las 2.600 toneladas registradas en 2023 a entre 0,4 y 2,5 millones de toneladas para 2030, es decir, hasta 1.000 veces mayor. Ese volumen de residuos equivaldría a descartar entre 2.100 y 13.300 millones de iPhone 15 Pro. O lo que es lo mismo, entre 0,2 y 1,6 teléfonos por ser humano ese año. La estimación asume que durante la presente década no se ejecutarán medidas de reducción de la basura digital. En términos comparativos, todos los residuos de 2022 relacionados con equipamiento de tecnología de la información, como ordenadores portátiles o tabletas, fueron 4,6 millones de toneladas. Se calcula que para 2030 podrían ser 43,2 millones de toneladas.


Las proyecciones de Peng y sus colegas no han tenido en cuenta algo que, según destacan ellos mismos, podría agravar la situación: las restricciones a la importación de semiconductores, considerados productos clave desde el punto de vista geoestratégico. Ese bloqueo podría hacer que muchos países no se beneficien de las continuas mejoras en la eficiencia de los chips. Y eso tiene su peso: el análisis de los investigadores concluye que un año de retraso en la obtención de semiconductores de última generación puede conllevar un aumento del 14% en la generación de servidores de IA generativa que llegan al final de su vida útil. En términos absolutos, ese año de retraso supondría unos 5,7 millones adicionales de toneladas de residuos. Dado que los centros de datos dedicados a la IA están bastante concentrados geográficamente, la basura digital se concentrará en Europa (14%), Asia Oriental (25%) y Norteamérica (58%), si bien acaban enviándose en su mayor parte a África y Asia.


¿Son razonables las proyecciones que dibujan Wang y sus colegas? “Creo que sí, pero me da la impresión de que la acumulación de decisiones que simplifican el modelo (necesarias, porque si no el análisis no sería viable) añaden mucha incertidumbre a los resultados y las conclusiones. Por tanto, es importante tomar con bastante cautela estos resultados”, opina Álex Hernández, investigador principal del Instituto de Inteligencia Artificial de Quebec (MILA), institución que tiene entre sus filas a Yoshua Bengio, considerado uno de los padrinos de las redes neuronales. Hernández piensa también que el hecho de que los cuatro escenarios presentados no incluyan un análisis de su probabilidad, o al menos de su viabilidad, hace que el estudio sea menos criticable, pero también menos relevante.

Montaña de residuos electrónicos a las afueras de Ciudad de México.

“Aunque predecir el desarrollo futuro del hardware es difícil, considero que la previsión del documento es un indicador razonable de los residuos electrónicos que probablemente generará la IA generativa”, apunta por su parte Shaolei Ren, profesor asociado de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de California en Riverside (Estados Unidos), en declaraciones al servicio SMC España.



Qué hacer

Ante esta situación, los autores examinan varias estrategias de economía circular para tratar de limitar la generación de residuos. La más efectiva, lógicamente, es aumentar la vida útil del hardware. Los números del equipo de científicos revelan que el 62% de los servidores de IA que se tiran cada año (3,1 millones de toneladas) se podrían mantener si se aumentara en un año su vida útil, que, según los autores, suele ser de tres. “De acuerdo con mi propia investigación, las GPU tienen un ciclo vital de entre tres y cinco años. Es decir, que los centros de datos dedicados a IA renuevan todos sus chips cada cuatro años o antes”, indica Ana Valdivia, profesora de Inteligencia artificial, gobierno y políticas del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford. La ingeniera, que no ha participado en este estudio, investiga justamente la basura electrónica.


La reutilización de algunas partes de los procesadores GPU (los usados en el entrenamiento de modelos de IA), como los módulos de comunicación, de memoria o de batería, podría reducir los residuos electrónicos en un 42% (2,1 millones de toneladas). Valdivia no ve claro que eso sea factible. “Las GPU no se pueden insertar en una economía circular porque es muy caro reciclar sus componentes, cosa que no veo que se discuta en el artículo [de Wang y sus colegas]. El 100% de una GPU acaba incinerada o en un vertedero”, sostiene la experta.


Los equipos usados en los centros de datos constan de tres elementos principales, de acuerdo con el estudio: circuitos con semiconductores, baterías y partes estructurales. Cuando se desechan, quedan materiales tóxicos, del plomo y el cromo al acrilonitrilo o los policarbonatos, pero también metales preciosos, como oro, plata, platino, níquel o paladio. Si se reciclaran adecuadamente, estos materiales podrían tener un valor de entre 14.000 y 28.000 millones de dólares, estiman Wang y su equipo.

Sin embargo, el estudio podría haber hilado más fino. “Me llama la atención que los dispositivos de enfriamiento de servidores se excluyan del análisis, cuando estos juegan un papel fundamental en este tipo de dispositivos y además representan una gran cantidad del material físico de los servidores”, señala Hernández.





Manuel G. Pascual
28 OCT 2024 - 17:04 CET
https://elpais.com/tecnologia/2024-10-28/la-inteligencia-artificial-multiplicara-por-1000-la-basura-electronica-esta-decada.html

Así es como el cerebro elimina los deshechos tóxicos... y por qué es fundamental dormir bien para ello



Imágenes de resonancia magnética del cerebro humano
Getty Images



La eliminación de productos dañinos en el cerebro, resultado de su intensa actividad diaria, se potencia cuando descansamos. Por ello, los hábitos destinados a dormir mejor ayudan a mejorar la salud neurológica.




Hasta un millón de personas en nuestro país padece enfermedades neurodegenerativas, incluyendo algunas tan importantes como el alzhéimer o el párkinson. Muchas de ellas, hasta donde sabemos, muestran una característica fisiológica común: la acumulación de una serie de proteínas alteradas en el tejido cerebral.

La eliminación de esas proteínas, explica el neurocientífico de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (Estados Unidos) Juan Piantino en declaraciones concedidas al portal de divulgación Medical News Today, es un proceso fundamental para la salud cerebral sobre el que hasta ahora sabíamos muy poco.



Gestión de residuos en nuestro cerebro

Precisamente, y según detalla el citado medio, este experto es el autor de un nuevo estudio publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences, en el que ha documentado cómo el sistema glinfático es el encargado de limpiar el cerebro de los deshechos tóxicos que genera con su actividad y en el que expone la importancia de ciertos hábitos saludables como descansar adecuadamente.

Para ello, este autor y su equipo reclutaron a cinco participantes que se sometieron a neurocirugías para eliminar tumores cerebrales. Todos ellos recibieron un contraste inerte a base de gadolinio, que se inyectó en su fluido cerebroespinal durante la operación para que alcanzase el cerebro.

Posteriormente, se les tomó un tipo especial de imagen de resonancia magnética (MRI) llamado FLAIR (siglas de fluid attenuated inversion recovery) 12, 24 y 48 horas después de las cirugías para observar el modo en el que el contraste se movía por el cerebro.



La importancia del sueño de calidad

De este modo, los investigadores pudieron observar el modo en el que el cerebro 'limpiaba' los deshechos a través de una red de espacios perivasculares, unas áreas interconectadas y llenas de fluido que rodean los vasos sanguíneos pequeños.

Un punto interesante es que observaron que la eliminación de residuos tiene lugar principalmente por la noche, durante el sueño, un hallazgo consistente con evidencias previas que han encontrado que el sueño de calidad tiene un impacto significativo en la salud de este sistema glinfático.

En la actualidad, estos autores están investigando formas de mejorar esa gestión de residuos en el cerebro sin necesidad de emplear fármacos, y a la luz de lo observado las intervenciones destinadas a mejorar la calidad del sueño se postulan como la principal posibilidad.



Posibles aplicaciones frente al cáncer

Aún con todo, hay que recordar que el estudio no afirma que este sistema funcione a la hora de eliminar del cerebro las proteínas defectuosas que se observan en los tejidos de las personas con enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el alzhéimer, por lo que no está clara la relevancia que esta clase de hitos tienen para estos pacientes.

Por el contrario, sí que se sabe que el sistema glinfático cumple un papel importante en la diseminación por el cerebro de tumores cerebrales e infecciones, como en el resto del cuerpo sucede con el sistema linfático. De esta manera, la mejor comprensión de su funcionamiento sí que podría tener aplicaciones en áreas médicas como la oncología o la investigación de las infecciones cerebrales.

En cualquier caso, este estudio profundiza en el conocimiento que tenemos de un órgano tan íntimo y a la vez tan complejo y misterioso como es el cerebro humano.




NOTICIA28.10.2024 - 07:00h
https://www.20minutos.es/salud/actualidad/cerebro-elimina-deshechos-toxicos-fundamental-dormir-bien-5644489/