lunes, 11 de noviembre de 2024

El fenómeno natural que causó extinciones y derribó civilizaciones se está acelerando

Cómo el campo magnético nos protege contra las partículas de alta energía del Sol y los rayos cósmicos. (NASA)



Un nuevo estudio muestra la aceleración de la caída del campo magnético en partes del planeta. Según sus autores, puede ser indicativo de un cambio de polaridad terrestre




Científicos chinos han descubierto que el cambio del campo magnético se está acelerando con "una rapidez excepcional", incluyendo una caída radical del mismo sobre América del Norte. Aunque no pueden afirmar exactamente por qué está pasando, esto puede ser un indicador de la llegada de un cambio de polaridad terrestre, un fenómeno natural potencialmente devastador para la civilización contra el que no tenemos defensa.

El estudio revisado por pares —publicado en la revista científica Review of Geophysics and Planetary Physics el pasado 31 de octubre— afirma que el campo magnético sobre América del Norte está debilitándose a un ritmo inusualmente rápido, mientras que el campo sobre el hemisferio oriental, incluida China, se está fortaleciendo. El equipo liderado por el profesor Fang Hanxian, de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China, afirma que entre 1930 y 1990, la fuerza del campo magnético en Norteamérica creció y era mayor que en muchas otras regiones del mundo. Sin embargo, en los últimos 30 años se ha producido un cambio significativo: en 2020, la fuerza del campo en esta región había descendido hasta situarse apenas por encima de la media global. "Este cambio es excepcional desde una perspectiva global", señala Fang.

Según su equipo, las áreas de anómalas magnéticas —regiones donde la fuerza del campo se debilita o fortalece— están cambiando constantemente de tamaño y posición. El profesor Fang sugiere que estos cambios podrían estar relacionados con el desplazamiento de los polos magnéticos. Durante el último siglo, el polo magnético del hemisferio norte ha estado desplazándose hacia el este a una velocidad de unos 10 kilómetros por año. Después del año 2000, la velocidad se aceleró significativamente, alcanzando los 50 kilómetros por año, muy por encima de la velocidad de movimiento del polo magnético del hemisferio sur.


Los efectos

El debilitamiento del campo magnético de la Tierra no es un fenómeno menor. El impacto potencial de estos cambios en el campo magnético también se ha asociado a la caída de civilizaciones antiguas. Un estudio de 2018 de la Universidad Nacional Autónoma de México encontró que, antes del colapso de la civilización maya, la región experimentó décadas de baja fuerza del campo magnético. Investigaciones del Instituto de Física Planetaria de París indicaron que los cambios repentinos del campo magnético podrían haber estado relacionados con la desaparición de civilizaciones en Irán y Siria hace unos 4.000 años.

Durante un cambio de polaridad —cuando los polos magnéticos se invierten—, la protección magnética de la Tierra podría disminuir hasta niveles críticos. Esto ya ocurrió hace aproximadamente 41.000 años, durante el evento conocido como Laschamp. Según un estudio publicado en Science, durante este evento la Tierra se quedó sin protección frente a la radiación solar y cósmica durante unos 500 años. "Si sucediera hoy, sería mucho más grave", afirma Chris Tuney, director del Centro de Investigación de Ciencias de la Tierra y la Sostenibilidad de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia. Tuney señala que, además de exponer la vida a altos niveles de radiación, "destruiría nuestras redes eléctricas y de satélites, aparte de freír todo dispositivo electrónico existente".



placeholderImagen del choque del plasma del sol contra el campo magnético terrestre. (NASA)
Imagen del choque del plasma del sol contra el campo magnético terrestre. (NASA)

 


El evento Laschamp se caracterizó por un debilitamiento extremo del campo magnético. Durante 250 años, el planeta contó solo con el 28 % de la capacidad de protección actual. El planeta sufrió la acción directa de los vientos solares, que ionizan la atmósfera y afectan directamente al clima.

Durante el evento, la destrucción de la capa de ozono y los cambios en el clima llevaron a extinciones masivas y alteraciones en el comportamiento humano, posiblemente contribuyendo al declive y extinción de los neandertales. Alan Cooper, coautor del estudio y asociado al Museo del Sur de Australia, explica que "el aumento de radiación también podría explicar la explosión de arte en las cuevas". Cooper indica que esto puede explicar por qué el arte rupestre sólo floreció en lugares protegidos.


Sin fecha de llegada

Aunque los científicos no pueden predecir exactamente cuándo podría ocurrir el próximo cambio de polaridad, saben que tarde o temprano volverá a suceder. También han observado que la fuerza del campo magnético global ha disminuido un 9% en los últimos 170 años. El debilitamiento del campo en América del Norte y el fortalecimiento en el hemisferio oriental podría ser otro indicio de que un cambio está cerca. "No podemos asegurar si sucederá ahora o dentro de 500 años, pero lo más probable es que ocurra nuevamente", apunta Fang.



Un evento Laschamp nos expondría a múltiples problemas durante cientos de años, dejándonos expuestos a tormentas mucho menores que un evento Miyake o Carrington.


La región más débil del campo magnético actualmente se encuentra sobre el Atlántico, al este de Sudamérica, un área vigilada de cerca por varias agencias espaciales, incluida la NASA. Para Fang, el campo magnético no solo es esencial para la vida en la Tierra, sino que también es "un recurso estratégico con aplicaciones en numerosos campos". Los militares lo utilizan para comunicación de larga distancia y detección por radar, y es crucial para la protección de satélites y naves espaciales frente a tormentas solares. Las observaciones recientes apuntan a que los cambios que hoy presenciamos en la intensidad del campo magnético podrían ser parte de un ciclo que, eventualmente, traiga un cambio de polaridad, con efectos potencialmente devastadores para la civilización moderna.