- Mientras valores como Nvidia disparan a tres dígitos su rentabilidad...
- … algunas firmas europeas se hunden un 50% y el sector en su conjunto cae
La industria de los semiconductores ha gobernado los índices del mundo y ha copado todos los titulares. Estos componentes son la infraestructura sobre la que se construirá el mundo de la inteligencia artificial (IA) y, ante la promesa de una revolución de esta tecnología desplegándose por todo el mundo, las 'chiperas' han vivido un rally completamente histórico. El caso paradigmático es Nvidia, que se ha disparado más de un 850% desde 2023. Aunque menos espectacular, el gigante taiwanés TSMC también ha sido especialmente notable al dispararse un 137%. Sin embargo, mientras el sector vive esta situación en el mundo, la industria de los semiconductores en el Viejo Continente vive atrapada entre las caídas bursátiles y una sensación generalizada de estancamiento y crisis.
Los rendimientos en bolsa de las europeas así lo reflejan. ASML, la firma más grande del continente en este sector, ha recortado las enormes subidas desde el arranque de 2023, que llegaron a ser del 100% hasta este verano y que ahora solo son del 21%. De hecho, la firma neerlandesa cotiza en negativo este 2024 con un descenso del 10,4%, según su último cierre. Sin embargo, esta es una de las que mejor paradas salen del sector. Infineon se desploma un 20% en lo que va de curso. AMS Osram, un 62%, STMicroelectronics cede un 43%, BE Semiconductor, un 23%, Technoprobe otro 22,4%, Soitec, un 56%, y Melexis, un 33%. Entre las más grandes, tan solo lleva la contraria a esta tendencia, la sueca Mycronic, que se dispara un 44% en lo que llevamos de 2024.
La disparidad es evidente entre este grupo y empresas como Nvidia. La razón es que la inteligencia artificial ha vivido un auténtico auge, pero todavía es una pequeña parte de la industria de los semiconductores, pese a que cope casi la totalidad de la atención. Los chips para IA generativa son solo una pequeña parte del volumen total de procesadores y solo representan una parte reducida de la fabricación.
El caso ASML
Aunque Nvidia esté en el foco del mercado, su caso en realidad no es representativo, y menos aún se puede extrapolar a Europa. La gran fortaleza que tiene la firma californiana es que los procesadores para IA generativa se vendieron a un precio medio de 40.000 dólares en 2023 frente a los 0,57 dólares a los que se distribuían un billón de chips estándar el año anterior, una diferencia de 70.000 veces, según un estudio de Deloitte. Los semiconductores más punteros engordan las cifras de ingresos totales, pero solo representan el 0,1% del volumen total.
"Los chips de IA generativa que vuelan desde las estanterías son una gran noticia para el puñado de compañías que venden ese tipo de chips o partes de esos chips, pero no contribuyen tanto a la industria general", explica el informe de la consultora, que analiza las previsiones de 2024.
ASML, aunque sea un gigante europeo, es un reflejo de ello. El entusiasmo inicial hacia la IA tiene que asentarse en ventas y volúmenes, algo que no es tan inminente en el conjunto del sector. "Aunque seguimos viendo importantes desarrollos y un gran potencial en la IA, otros segmentos del mercado están tardando más en recuperarse. Ahora parece que esa recuperación es más gradual de lo que parecía y que en 2025 también habrá algo más de cautela", calmaba los ánimos Christophe Fouquet, consejero delegado de esta firma, en la última presentación de resultados. Esta se saldó con una caída del 15,6% en esa jornada.
Si se desglosan las cuentas de la neerlandesa, se observa que sus máquinas de luz ultravioleta (EUV), las destinadas a los chips más sofisticados, representan el mismo porcentaje de ventas que hace un año. Es decir, no han vendido más gracias a la IA. Este segmento supuso el 35% de los ingresos en el tercer trimestre del año pasado y se mantiene en ese mismo porcentaje en el tercer trimestre de 2024, el último reportado. En este área se había puesto el foco, ya que se esperaba que liderase el crecimiento de la compañía. ASML vende maquinaria para fabricar chips y la demanda para fundir procesadores de computación más sencillos, para ordenadores, o automóviles, sigue estancada.
La IA no compensa la crisis del motor
Todo depende de la naturaleza de los semiconductores que se comercializan. Mientras las firmas como Nvidia son las que tienen modelos más orientados al futuro mundo de la IA, la mayoría de firmas europeas están más orientados a otro tipo de perfil. El ejemplo claro es Infineon, que está especializado en microdispositivos para el sector de la automoción, para aplicaciones industriales, alimentación de sectores y seguridad digital (como tarjetas SIM de móviles).
En ese sentido, buena parte de la industria de los semiconductores está totalmente expuesta no al futuro de la IA, sino al presente de la industria europeo y especialmente el motor, que particularmente, está pasando un momento realmente complicado. Según los últimos datos de S&P Global, el índice PMI del sector manufacturero del viejo continente está en los 46 puntos, es decir, en recesión (50 puntos marca el umbral de crecimiento). Esto es especialmente patente en el sector del motor (alemán en particular) donde la baja demanda por los altos tipos de interés, los mayores costes y la mayor competencia de modelos chinos está devastando a estas compañías, algo que ha obligado a gigantes como Volkswagen a debatir un posible cierre de varias fábricas, aunque de momento se ha saldado con recortes.
Los últimos resultados de Infineon dejaron claro este problema. La firma con sede en Munich logró en 2023 cerca de 8.240 millones de euros solo gracias al sector de la automoción, es decir, más del 50% de todos sus ingresos. Ahora, en el último trimestre de 2024, ha visto caer sus ventas a la industria del motor cerca de un 4%. La caída no ha sido solo en este último frente, pues la de seguridad digital también se ha desplomado y lo ha hecho cerca de un 26%.
"La interrupción continua de las cadenas de suministro que provocó excedentes de inventario"
Esto también se ha notado en STMicroelectronics, cuyos ingresos han caído un 26% en sus últimos resultados y sus beneficios un 67%. En los nueve primeros meses del año, los ingresos han caído un 23,2%, según explicó la propia compañía, por "una debilidad continua en el mercado industrial y unas menores ventas en el sector automotriz". En resumen, mientras las firmas más exitosas del mundo han vinculado su suerte y cotización a las esperanzas de la IA y ya están viendo cómo esto se traslada a ingresos y beneficios superiores (tal y como ocurre en Nvidia), en Europa muchas de estas firmas están atadas a la demanda de un sector secundario en horas bajas.
Esta última sucesión de malas sensaciones viene después de un momento complicado en 2023 y 2024 era para los analistas en el año que podía marcar la recuperación. Desde Deloitte explican en su último informe del sector, publicado este verano, que el año pasado fue un "periodo de recesión" a nivel global, marcado por problemas de suministro y una caída en muchos de sus segmentos. Más allá del motor, señalaban que, en aquel entonces, "las ventas para PCs y smartphones cayeron un 14% y 2,5%, respectivamente". Un mercado para el que ven una recuperación pero creen que se centrará, principalmente, en el desempeño de la IA. En resumen: "esperamos que en 2024 las ventas totales crezcan un 13%, hasta los 588.000 millones de dólares". Pero habrá claros ganadores y perdedores.
Desde Fitch y apuntando precisamente a Europa, comentan que esperan que 2025 pueda marcar la recuperación, pero esperan que este año complete "dos ejercicios de recesión marcados por los cuellos de botella en la cadena de suministros (que ha mermado los márgenes) y problemas geopolíticos". Coinciden desde PwC, donde comentan que ven varios "vientos en contra" que vienen desde 2023. Destacan por supuesto el gran daño de la inflación pero también "la interrupción continua de las cadenas de suministro que provocó excedentes de inventario". Queda por ver si ahora, con la crisis del motor emergiendo con fuerza en Europa y en particular en Alemania, la recuperación puede finalmente darse tal y como auguraban al término del primer semestre, esperando un rebote a partir de 2025.
En cualquier caso, los analistas creen que los inversores están infravalorando al sector y que las pérdidas son excesivas. En ese sentido, el consenso le otorga un potencial de revalorización del 38% al sector europeo. Todo esto debido a que creen que acabarán por sortear la travesía por el desierto en las que está caminando. Si bien creen que el beneficio por acción de las empresas del sector caerá este 2024 un 3%, esperan un potencial vigoroso del 20% para el año que viene y de otro 27% para 2026. Todo ello a medida que la industria europea vaya recuperándose.