jueves, 9 de enero de 2025

El frío se apodera de Europa, las reservas se vacían y el gas vuela : "Otra crisis es una bomba de relojería"

 


  • Los precios son un 50% más caros que hace un año por estas fechas
  • El frío, Rusia, la 'calma oscura'... hacen saltar todas las alarmas
  • BofA: "El mercado está indicando claramente un suministro insuficiente para 2025"



Europa está viviendo un momento delicado con el gas. Tras dos años de un clima sorprendentemente templado, que desactivó una voracidad extrema, la realidad es que a la tercera va la vencida y el frío se ha extendido por la región. Un ejemplo claro es Madrid, con una temperatura mínima de nueve grados este miércoles, pero que llegará a los -2 la semana que viene y que seguirá bajando hasta los -7 grados (según la Aemet). Esto no es nada comparado con la situación de países como Austria, donde se esperan 15 grados bajo cero, según la Weather Services International. En Reino Unido la situación es de heladas con un grado esta semana de media (tres menos que su media histórica). Este frío inesperado ha llegado cuando el mercado de gas ya estaba presionado por múltiples frentes y, en consecuencia, los precios han subido con fuerza y las reservas de todos los países de la UE han caído en picado.


Empezando por lo primero, el precio del gas de referencia en Europa, el cotizado en la bolsa de Holanda (TTF), ha marcado un potente ascenso, superando brevemente en el arranque de 2025 los 50 euros el megavatio hora. Recientemente se ha relajado un poco hasta tocar los 47,3 euros. A pesar de esta distensión, se trata de un 50% más que el mismo precio por estas fechas en 2024. Además, se trata de un incremento del 19% desde sus mínimos de diciembre, cuando cotizaba por debajo de los 40 euros y desde noviembre ya avanza un 31%.

Respecto a las reservas, según los datos de Gas Infraestructure Europe, la caída es innegable. El conjunto del almacenaje de toda la UE está ahora en el 69% de toda su capacidad. En el Viejo Continente la tradición desde que Rusia cortó el suministro es llenar las alforjas en octubre-noviembre e ir poco a poco vaciándolas. Este año ha sido duro ya desde diciembre llegando al arranque de este mes con las reservas llenas solo al 85%. Para entender bien el cambio que suponen estas cifras, en diciembre de 2023 la temporada invernal se arrancó con el 95% mientras que el 8 de enero de 2024 los almacenes rebosaban gas con un 84% del total.

En aquel entonces un clima más moderado hizo que la demanda no fuera tan grande como ahora, pero este problema se ha mezclado con, al menos, dos grandes frentes que han sacudido el mercado. En primer lugar, la producción de energías alternativas, como la eólica, se ha desmoronado por un efecto meteorológico conocido como la 'calma oscura' o el Dunkelflaute. Se trata de un periodo en el que "no hay viento ni luz solar", según explica la AIE, por lo que no se puede generar energía eólica. Este fenómeno se puede dar durante dos meses y arrancó ya a finales de noviembre, sacudiendo por completo la realidad del sector y provocando que para sustituir al viento los países se lanzasen con todo al gas.

Según Oxford Energy, "la producción interna de gas en Reino Unido y Europa ha caído y las importaciones por gasoductos desde Noruega, el norte de África y Azerbaiyán están casi al límite". Una situación que ha generado un "déficit que tendrá que ser cubierto por GNL", es decir, "pagando una prima adicional justo en los peores meses, durante el invierno".


Este fenómeno sumado al frío se ha mezclado con una Rusia que ha detenido los últimos envíos (a través de gasoducto que cruzaban por Ucrania). Una medida que ha afectado especialmente a los países de Europa central y oriental, que aún seguían dependiendo de forma clara de los envíos de Moscú. Destaca el caso de Eslovaquia, Austria o Hungría, los principales afectados por el corte. Unos países que han tenido que sustituir esos envíos por otros nuevos que son más caros o tirando de reservas y bajando aún más las mismas.

Además el mercado de GNL no está siendo suficiente para abastecer a todos pues la alta competencia que se ha generado en esta época del año está impidiendo una reposición total con estos envíos a través de embarcaciones. Según Bank of America "los cortes y retrasos limitaron el suministro inicial de GNL a Europa (para llenar los almacenes) a mínimos de tres años antes de iniciar el invierno. Posteriormente en Dunkelflaute llegó".

¿Cuenta atrás para otra crisis?

El banco norteamericano señala que, aunque aún no hay datos del impacto de Rusia, "la pérdida de este gasoducto amenaza con un déficit de 11 millones de toneladas métricas de gas". En resumen, "el mercado está indicando claramente un suministro insuficiente para 2025 por lo que vemos una situación similar a 2022, cuando las compras fueron insensibles a los precios y se rompió la relación precio/almacenamiento. Por lo que vemos gran volatilidad en el futuro".

Desde S&P Global comentan que esta situación sumada al modelo de abastecimiento (compra y almacenaje para las épocas de mayor demanda) supone un gran riesgo y ven que este mismo verano "podría activarse una crisis en el mercado mayorista como la que se produjo en 2022". En este caso señalan que, con un mercado tan estrecho como el actual en verano, el otro pico de demanda se podría recrudecer "una nueva guerra de ofertas entre Europa y Asia que dispare los cargamentos de GNL". Según la agencia "otra crisis es una bomba de relojería teniendo en cuenta las necesidades de inyección que se darán en el periodo estival".

La firma explica que el corte del último gasoducto pone encima de la mesa que la situación es muy similar a la de 2021. "Se pueden establecer paralelismos dado que, al igual que entonces, Europa necesitará reabastecerse para el próximo año sin las exportaciones rusas a través de Ucrania". Dada la situación y la competencia con Asia, "las reservas que se inyecten en los próximos meses podrían tener que ser compradas a precios elevados". Además volverán los temores que hubo entonces pues "la prima que veremos en el verano de 2025 sobre el invierno de 2025 contiene un elemento de riesgo".