domingo, 29 de diciembre de 2024

Luces y sombras de la economía en 2025: China y Europa estarán en el lado oscuro


Trump intenta desplazar a Xi Jinping del control sobre el planeta. PV



El año 2024 fue complicado. Sin embargo, con dos guerras en marcha, la de Ucrania y la israelí con Palestina, los mercados han permanecido en calma, sin dañar en la práctica la marcha de la economía. El frente de Rusia se está agotando, sin lograr avances significativos en Ucrania y sin recuperar el territorio perdido en Kursk, unos 700 km2. La caída de Siria supone, además, una prueba de la grave debilidad de Vladimir Putin, que pierde su capacidad de influencia no sólo en Oriente Medio, sino en todo el Mediterráneo e incluso parcialmente en África.

En paralelo, la guerra en Israel parece también cercana a una solución, después de que el Ejército hebreo consolidara sus posiciones sobre Hizbolá/Irán en el Líbano y sobre Hamás en Gaza. Otra buena noticia es que por primera vez en mucho tiempo, el petróleo no está siendo utilizado como arma de presión por parte del mundo árabe contra Occidente.

Con la llegada de Trump cualquier cosa es posible, pero se abre la posibilidad de alcanzar en ambos conflictos sendos acuerdos de paz, que darían un impulso adicional a la economía planetaria. Pero no se emocionen, no todo será coser y cantar en 2025. El 20 de enero, Trump tomará posesión como presidente de EEUU y a partir de ahí comprobaremos qué promesas está dispuesto a llevar adelante y su efecto económico. El presidente electo ha prometido básicamente tres tipos de medidas, todas ellas inflacionistas: echar a los inmigrantes de su país, subir los aranceles y bajar los impuestos.

La primera resulta imposible porque expulsar a 11 millones de inmigrantes requeriría tiempo. Los tribunales dilatarán los procesos. Sin embargo, las otras dos son perfectamente realizables. El presidente tiene potestad sobre la política comercial y parece difícil que Congreso y Senado bloqueen una medida tan popular como bajar impuestos, y menos con ambas Cámaras bajo su control.

Tengamos en cuenta que EEUU es la economía menos abierta al exterior entre las grandes potencias occidentales, con un déficit comercial del 3% sobre su PIB, principalmente con China (252.144 millones), México (162.104 millones) y Europa (125.126 millones). Los tres que están en la diana de Trump.

El presidente electo prometió un canon universal de entre el 10% y el 20% sobre todas las importaciones, independientemente de su origen. La amenaza arancelaria es palpable. Prueba de ello es que las empresas estadounidenses aceleran las importaciones y el volumen de los fletes, en particular los procedentes de China, a la que quiere imponer una tasa del 60% sobre todos los productos. Con respecto a Europa, existe el riesgo de que decida romper el acuerdo alcanzado en 2021 entre Washington y Bruselas que suspendió por cinco años los impuestos compensatorios en la disputa Airbus-Boeing.

Recordemos que en 2019, la Administración Trump impuso un arancel compensatorio del 25% sobre una amplia gama de productos alimentarios europeos, como consecuencia de la disputa Airbus-Boeing. En España, la lista incluía el aceite de oliva, el vino, las aceitunas, los quesos, las clementinas y hasta los mejillones. El impacto fue inmediato y provocó que en dos años las exportaciones nacionales de estos productos cayeran el 27%, según el ICEX.

Ahora están de nuevo en el ojo del huracán el aceite de oliva y el vino, que son casi un tercio de las exportaciones alimentarias a EEUU. A esta lista, hay que añadir los productos cárnicos o los componentes aeronáuticos.

El mayor peligro está en una guerra comercial abierta con China. La Administración Biden se despide ordenando una investigación a la industria de semiconductores china, que intensifica las tensiones comerciales con Pekín pocas semanas antes de que Trump asuma el cargo.

China expresó el lunes su "firme oposición" a la medida y anunció en represalia restricciones a la exportación de galio, germanio, antimonio y otro materiales raros ó súper duros. El gigante amarillo es el mayor productor de antimonio, usado en la industria armamentística y en la fabricación de baterías, semiconductores y paneles solares. El 48% de la producción mundial y el 63% de las importaciones estadounidenses de antimonio procede de Pekín, que también satisface el 52% del consumo de este material en Europa. Los precios del antimonio se duplicaron en los últimos tres meses.

Asimismo, China suministra el 54% del germanio utilizado por Washington en tecnología de infrarrojos y fibra óptica y el 26% de galio. Si Trump cumple con su promesa de endurecer las tarifas arancelarias, la cadena mundial de suministros, sobre todo de materias primas, sufrirá graves tensiones, como ya ocurrió en pandemia.

El conflicto comercial supondría un golpe de gracia para la economía china, la segunda del planeta, que, en estos momentos, está ahogada en deudas, tambaleándose por una crisis inmobiliaria que eliminó billones de dólares de riqueza familiar y al borde de la deflación. Su crecimiento se ha desacelerado, la inversión se ha desplomado y la confianza de los consumidores está en mínimos históricos. Su declive arrastraría al resto dentro y fuera del continente asiático.

Las tres promesas de Trump generan inflación y un choque con China afectaría al comercio mundial

La otra gran amenaza en 2025 es la inflación. Con la economía americana en un ciclo expansivo y sin desempleo, lo más probable es que la Reserva Federal baje los tipos menos de lo que se espera, como ya ocurrió en 2024, cuando no aplicó su primer recorte hasta el 18 septiembre. Sobre todo, si Trump reduce los impuestos y sube los aranceles, como ha prometido.

Por contra, el BCE puede verse forzado a reducir el precio del dinero agresivamente para intentar reactivar un crecimiento anémico ó inexistente. Se trataría de una decisión más política que técnica porque su mandato se limita a estabilizar la inflación. Pero va de alguna manera va a necesitar aplicar una terapia de choque, ante el colapso de los gobiernos de Francia y Alemania, las dos economías más grandes, lo que deja a la UE sin liderazgo político.

Alemania ha desaparecido, tal y como la conocíamos. No crece desde hace seis trimestres y es probable que continúe así en 2025. Mientras que Francia sufre graves problemas de gobernanza (tres primeros ministros en dos años) y de gestión, con un déficit fiscal cercano al 7% y una deuda sobre PIB del 110% y sin visos de frenarse. Para colmo de males, si Trump corta la ayuda a la guerra en Ucrania ó se va de la OTAN, los europeos tendrán que apechugar con su parte proporcional de los costes en defensa, lo que tensionará aún más sus maltrechas cuentas.

Europa sufrirá, el auge de los 'pigs' no compensa la caída de los colosos de Alemania y Francia

España, Portugal o Irlanda, los antiguos pigs (cerditos), son ahora los tres tigres europeos, pero su crecimiento es insuficiente para compensar la caída de los colosos europeos. En estas circunstancias, Europa será junto a China una de las víctimas propiciatorias de las políticas de Trump en 2025. La inflación y las guerras comerciales pueden pasar una costosa factura a la economía planetaria y provocar que los mercados abandonen la complacencia en la que viven y descubran la cruda realidad. Muchos analista hablan ya de una burbuja , que se pinchará si la financiación no baja o incluso se encarece y las multinacionales incumplen sus exigentes previsiones de resultados. 2025 está lleno de incertidumbres. ¡Feliz año nuevo!

PD.-¿Y España, qué? Más de los mismo. Nuestra economía está especializada en servicios, lo que está permitiendo escapar al estancamiento europeo y, además, disponemos de energía mucho más barata. Esa es la gran baza para convertirnos en un país próspero, si sabemos jugarla.

Los datos difundidos esta semana por el INE muestran que somos cada vez más dependientes del turismo, que sube más de un punto en el último año, hasta representar más del 12.3% del PIB, y generar 2.5 millones de puestos de trabajo. El problema es que se trata de un empleo barato e inestable. El 60% de los contratos son temporales o fijos discontinuos, la fórmula usada por Yolanda Díaz para encubrir el paro.

La entrada de más de un millón de inmigrantes está supliendo de mano de obra barata al sector y contribuye a tapar el agujero de la Seguridad Social. La llegada de los fondos europeos Next Generation hasta 2026 garantiza un crecimiento por encima de la media europea hasta esa fecha. Pero nadie es inmune a las tensiones internacionales.


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