sábado, 28 de diciembre de 2024

De la crisis de los 40 a la juventud de la desesperación: la infelicidad entre los jóvenes ha alterado un patrón universal de vida



De la crisis de los 40 a la juventud de la desesperación: la infelicidad entre los jóvenes ha alterado un patrón universal de vida 
(Freepik)



La crisis de los 40, antes vista como el punto más bajo de la felicidad, ahora pierde protagonismo frente a la creciente desesperación en la juventud



Durante décadas, la idea de la crisis de la mediana edad ha sido un pilar en las investigaciones sobre el bienestar humano, respaldada por un patrón universal: la llamada curva de la felicidad en forma de U. Este modelo sugería que la felicidad alcanzaba su punto más bajo alrededor de los 50 años, mientras que la juventud y la vejez representaban los momentos de mayor bienestar. Cuando somos jóvenes, tenemos mucha energía y estamos despreocupados. Y cuando llegamos a la vejez, hemos trabajado para tener buena calidad de vida.

Sin embargo, recientes estudios han detectado un cambio preocupante que desafía esta narrativa establecida. Ya no estamos tan despreocupados en nuestros mejores años de juventud, y lo de llegar a la vejez para disfrutar de la vida parece muy lejano. Un análisis encabezado por el profesor David Blanchflower, del departamento de economía de la Universidad de Dartmouth, revela que la tradicional forma de U está desapareciendo. Según este investigador, la infelicidad ha comenzado a aumentar de forma pronunciada entre los jóvenes, particularmente desde 2017, comparte desde IFL Science.

Esta tendencia, documentada en más de 80 países, muestra que la juventud, en lugar de ser una etapa de optimismo, se ha convertido en un periodo marcado por altos niveles de estrés, ansiedad y desesperación. “Nunca pensamos que el punto más bajo se daría en la juventud”, destaca Blanchflower.


El aumento de la infelicidad entre los jóvenes

Los datos recopilados en Estados Unidos y otros países reflejan un cambio alarmante en los patrones de bienestar. Entre 2020 y 2022, el 7% de los encuestados indicó que todos los días del último mes habían sido mentalmente malos, y este porcentaje casi se duplicó entre los jóvenes de 18 a 25 años. Las mujeres jóvenes son particularmente vulnerables: una de cada nueve declara que su salud mental es mala todos los días. Este fenómeno no se limita a un solo país, extendiéndose a regiones como Europa, Australia y África.

Las posibles causas de este cambio han generado un intenso debate. Según Blanchflower, factores como la proliferación de los teléfonos móviles y las redes sociales desde 2014 podrían ser determinantes. “Lo que necesitamos es algo que sea global y que afecte desproporcionadamente a los jóvenes, especialmente a las mujeres jóvenes”, señala el experto al intentar buscar una explicación lógica, añadiendo que, hasta ahora, no se han identificado otros factores de igual impacto más allá del teléfono móvil.


Un problema global que exige soluciones urgentes

Los resultados de estos estudios subrayan la gravedad de un problema que trasciende fronteras. El deterioro de la salud mental en la juventud está vinculado a indicadores como el aumento de las autolesiones, hospitalizaciones y tasas de suicidio. Ante esta realidad, Blanchflower insta a desarrollar programas piloto para mitigar este fenómeno y brindar apoyo a las nuevas generaciones. “Díganme qué podemos hacer para ayudar a estos jóvenes que están en problemas. Deberíamos estar tratando de encontrar soluciones…”, concluye.

La desaparición de la curva en forma de U plantea preguntas profundas sobre las condiciones actuales de vida y las expectativas sociales para los jóvenes. Resolver este desafío requerirá una respuesta coordinada que aborde tanto las causas como las consecuencias de un cambio que redefine un patrón universal de bienestar.