lunes, 14 de abril de 2025

Fruta en almíbar: esto es lo que dice la ciencia sobre si es recomendable o no tomar piña en lata



¿Es realmente saludable consumir piña en lata con frecuencia? 
(iStock)



Muchos recurren a formatos como las conservas en almíbar, por su durabilidad y comodidad. Pero ¿es realmente saludable consumir piña en lata con frecuencia?




La Organización Mundial de la Salud recuerda que consumir fruta a diario es esencial para una alimentación equilibrada y una buena salud digestiva. Entre sus recomendaciones, se incluye la ingesta de al menos 400 gramos de frutas y verduras al día, sin contar tubérculos. En este contexto, muchos recurren a formatos como las conservas en almíbar, por su durabilidad y comodidad. Pero ¿es realmente saludable consumir piña en lata con frecuencia?

La piña, también conocida como ananá (Ananas sativus), es una fruta tropical rica en vitamina C, potasio y bromelina, una enzima que facilita la digestión de las proteínas. Se trata de un fruto compuesto, de sabor dulce con matices ácidos, que madura de forma óptima solo en la planta. Cuando alcanza su punto, contiene alrededor de un 11% de hidratos de carbono y presenta un alto poder antioxidante, especialmente por su contenido en ácidos cítrico y málico.

Es una fruta con efectos digestivos, antiinflamatorios y antioxidantes. La bromelina, uno de sus componentes más destacados, contribuye a ablandar las proteínas y facilita su digestión en el tracto gastrointestinal. Según diversos estudios, esta enzima actúa también como inmunomodulador y potencial inhibidor de la formación de nitrosaminas, compuestos asociados al cáncer de estómago. Su consumo regular está indicado en casos de digestión lenta, pesadez estomacal o hipoclorhidria, y puede complementar dietas equilibradas en todo tipo de edades.


Qué pasa cuando la piña se conserva en almíbar

Una de las formas más comunes de consumir esta fruta en España es en formato de conserva en almíbar. Este proceso consiste en sumergir las rodajas de piña en una solución de azúcar y agua, lo que permite su conservación prolongada y facilita su uso en postres o preparaciones rápidas. No obstante, esta transformación modifica su perfil nutricional.

Al añadir azúcar, el producto resultante aumenta su contenido calórico y deja de ser comparable a la fruta fresca desde el punto de vista dietético. Aunque mantiene algunos minerales como el potasio, se pierde gran parte de la vitamina C y prácticamente toda la bromelina, ya que esta enzima es muy sensible al calor y al tratamiento industrial.

Desde el punto de vista nutricional, la piña en almíbar es una opción que debería tomarse con moderación. Por tanto, lo más recomendable es priorizar la piña natural, ya que no incorpora azúcares añadidos y conserva mejor sus propiedades. Elegir productos sin almíbar ni azúcares añadidos ayuda a mantener el equilibrio nutricional y a reducir la ingesta calórica innecesaria.