miércoles, 24 de julio de 2024

A Trump le cambian la tonadilla a 3 meses de las elecciones: ¿qué utilizará para atacar a Kamala?



Combinación de dos fotografías que muestran al expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y a la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris.
( EFE/Allison Dinner nathan Howard)



La probable nominación de Kamala Harris como candidata obliga al líder republicano a replantear su estrategia



Donald Trump tiene un nuevo enemigo. Se llama Kamala Harris y su probable nominación como candidata demócrata a la Casa Blanca tras la renuncia de Joe Biden a buscar la reelección ha obligado a la campaña de Trump a un inoportuno replanteamiento de su estrategia.

En la candidatura de Trump estaban muy cómodos con Biden de rival, más después del debate en el que colapsó y dio crédito a los muchos que opinan que a sus 81 años ya no está capacitado para dirigir al país. Pero Biden ya tiró la toalla y si los demócratas confirman a la vicepresidenta Harris como su candidata, como parece cada vez más probable, los republicanos se verán obligados a reorientar el rumbo de una nave que marchaba viento en popa hacia la victoria. Aunque las encuestas indican que Trump obtendría aún más ventaja sobre Harris que sobre Biden, su nueva probable rival presenta algunas aristas incómodas y difíciles de manejar para él.

Para empezar, Trump se ha quedado sin su mejor baza: la avanzada edad y las dudas sobre la aptitud para el cargo de Biden. Ahora va camino de medirse con una contrincante 19 años más joven que él y cuyas facultades mentales no podrá poner en cuestión. Ahora es él el más viejo de la carrera y una de las demandas más expresadas por los votantes en todas las encuestas es la aparición de nuevos liderazgos en la política estadounidense.

Harris ha hecho bandera de la defensa del derecho al aborto, cercenado por una polémica sentencia del Tribunal Supremo al que Trump llenó de jueces conservadores, y, como revelaron las elecciones de mitad de mandato, se trata de un tema en el que los republicanos llevan las de perder.

El propio Trump ha tratado de desmarcarse de los más ultraconservadores en su partido que han impulsado leyes muy restrictivas, sobre todo en los estados sureños. El expresidente plantea ahora que el asunto ha quedado resuelto porque el Supremo devolvió a los estados la potestad de regular el tema, pero los votantes, sobre todo los más moderados, ven con preocupación que muchas mujeres tienen que hacer largos y costosos viajes a los estados demócratas para tener acceso a servicios de salud reproductiva.

Harris tratará de explotar la polémica del aborto y probablemente lo hará con más vigor y soltura que el católico y octogenario Biden. También tratará de orientar la atención de los votantes hacia los antecedentes de Trump sobre los abusos a mujeres, un dirigente que dijo que tenía por costumbre agarrarlas de los genitales, que fue condenado por abusar sexualmente de una periodista en un almacén de ropa y por ocultar los pagos que su campaña hizo a una actriz porno que asegura que tuvo un encuentro sexual con él solo cuatro meses después de que naciera su hijo con Melania Trump.

Con una larga trayectoria de fiscal a sus espaldas, Harris también parece más capacitada para explotar los problemas judiciales de Trump, incluida la única condena penal de la historia de un presidente de Estados Unidos.

Harris ha entrado en la campaña con energía, sumando una cascada de apoyos entre unos demócratas que hace solo unas horas parecían irremediablemente divididos y captando 50 millones de dólares en solo 24 horas, una cifra casi récord. Desde el bando republicano, ya trabajan para desacreditarla y la campaña de Trump emitió un comunicado en el que la acusó de haber sido “tan cómplice como Biden en la destrucción de nuestra antaño gran nación”.


Espaldarazo feminista a Trump

J. D. Vance, acompañante de Trump en el ticket republicano, también trató de asociar a Harris con la herencia de Biden. “Es parte de todos sus fracasos y mintió durante casi cuatro años sobre su capacidad mental, cargando a la nación con un presidente que no puede hacer el trabajo”, publicó en X.

Identificarla con Biden y lo que los republicanos consideran su “catastrófica” gestión parece haber sido la primera respuesta al paso al frente de Harris, pero el hecho de que sean otros y no él los que estén liderando la carga contra Harris pone de manifiesto el que a partir de ahora será el gran problema de Trump. Si se emplea con la agresividad que le caracteriza en el cuerpo a cuerpo contra una rival mujer, corre el riesgo de que el electorado se convenza de que es un machista incorregible y el voto femenino, que ya fue clave en su derrota de 2020, vuelva a darle la espalda.

Según los medios locales, los republicanos ya peinan el historial de Harris en busca de asuntos con los que atacarla y ya proliferan en las redes alusiones a su supuesta indulgencia con los crímenes cometidos en la frontera con México cuando era fiscal en California. Este es un tema particularmente espinoso para Harris. Las acusaciones de tibieza contra la delincuencia fueron una de las claves de su fracaso en las primarias demócratas de hace cuatro años. El tema encaja como anillo al dedo con el mantra del “caos fronterizo” de Trump.

El 9 de julio, cuando Biden aún no se había retirado y le preguntaron cómo competiría contra una Harris candidata, Trump le achacó “tremendos costes en la frontera en muchos aspectos, especialmente en el crimen”.

La otra veta que los republicanos tratarán de explotar es la fiscal. Culpan al tándem Biden-Harris de haber aumentado sin mesura los impuestos e impulsado leyes climáticas que han alimentado la inflación de los últimos años, aunque no haya evidencia de eso y el de la inflación sea un fenómeno con muchas causas.

La carrera es aún larga, y antes de vérselas con Trump, Harris deberá confirmar que cuenta con el apoyo de su partido, pero en solo unas horas de campaña ha conseguido algo que parecía imposible para Biden: poner al equipo Trump a pensar.