miércoles, 24 de julio de 2024

Estos son los 10 grandes errores que cometemos al elegir pareja, según una psicóloga y sexóloga

 

Esta Dra. en Psicología propone atraer a la pareja ideal para elevar tus relaciones al siguiente nivel.

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¿Por qué tantas relaciones fracasan? La Dra. Emma Ribas Rabert, autora de Mindful Love: éxito en el amor, aporta las claves de una relación sana y duradera


¿Sientes que la mala suerte te persigue cuando te enamoras? ¿Encadenas relaciones en las que siempre acabas dejando a la otra persona o te acaban dejando a ti? ¿Crees que solamente te sientes atraído por gente autodestructiva, conflictiva o tóxica? ¿Has llegado a la conclusión de que los demás no saben apreciarte a pesar de que eres la persona que has conocido que más se entrega en el amor de una forma completa?

Tras sus 20 años de experiencia como terapeuta de pareja, Emma Ribas, doctora en psicología y sexóloga clínica tiene las respuestas a estas preguntas tan comunes. "Esta clase de pensamientos suelen cruzar nuestra mente conforme vamos ganando en años y en vivencias amorosas y, pese a ello, no somos capaces de establecer un vínculo de pareja estable, sano, satisfactorio y duradero", afirma la también autora de Mindful Love: éxito en el amor, su segundo libro. Pero no te engañes: aquí la suerte juega un papel secundario, según esta especialista, pues tienes la potestad de escoger a la persona a la que decides entregarle tu corazón. "¡Pero si es imposible elegir de quien te enamoras!, exclamará cualquiera en protesta. Y te contestaré que eso es verdad... a medias. Precisamente, por desconocimiento, por nuestras heridas personales o por prejuicios sociales, acostumbramos a cometer una serie de errores cuando elegimos a nuestras parejas".


Para Ribas, una parte fundamental del proceso pasa por identificar y sanar las heridas emocionales de la infancia, así como detectar las famosas 'red flags'.
Para Ribas, una parte fundamental del proceso pasa por identificar y sanar las heridas emocionales de la infancia, así como detectar las famosas 'red flags'.SHUTTERSTOCK


¿Cómo podemos saber si una relación es sana? O, al contrario, ¿cómo podemos llegar a la conclusión de que no lo es? ¿Los problemas que atravesamos en nuestro vínculo son normales y superables, o bien indicadores de que nuestra unión carece de cimientos sólidos? Y si no tenemos problemas y nos sentimos apoyados y queridos pero, aun así, no somos felices, ¿significa que no tenemos futuro juntos? ¿Cómo podemos saber si estamos o no con la persona adecuada? La Dra. enumera hasta una decena de equivocaciones frecuentes:

  1. Creer que el amor todo lo puede. Es el mito romántico por excelencia, según Ribas. "Se suele creer que, si se ama sincera y profundamente, es suficiente para sostener un vínculo en el tiempo. Pero es falso. Con quererse, no basta", defiende. Obviamente, sin amor no existe relación de pareja posible, pero sentir deseo, ternura o admiración por el otro no garantiza poder superar todas las dificultades que aparecerán a lo largo de una vida en común, explica. "Sin una mínima estabilidad económica, sin intereses y proyectos claros y comunes, sin confianza y respeto, estamos ante una relación abocada al fracaso, por mucho amor que haya".
  2. "Ya cambiará". Se supone que decidimos voluntariamente establecer vínculos románticos con alguien porque tiene una serie de virtudes que le hacen destacar por encima del resto. Para nosotros, resulta único y especial. Sin embargo, a veces hay cosas de esa persona que no nos gustan nada y las obviamos o minimizamos pensando que, con la edad, la estabilidad o el paso del tiempo, "ya cambiará". Craso error, piensa la Dra. "En primer lugar, porque esos defectos que chocan frontalmente con nuestros valores definitorios hacen que realmente esa persona no sea la idónea para nosotros, no sea 'la elegida' en el sentido más amplio del término. Y, en segundo lugar, lo más probable es que tu pareja no cambie, o que no lo haga justamente del modo en que tú quieres. De hecho, si ha sido honesta contigo, si te ha dejado claro, por ejemplo, que no cree en la monogamia y tú te has avenido a ello, sin compartir su visión, con la idea de que acabará por venir a las tuyas, eres tú quien está asentando las bases para que la relación fracase".
  3. Roles incorrectos o desiguales. Los instintos protectores y cuidadores están muy arraigados en algunos de nosotros, sobre todo entre las mujeres, a las que se les ha asignado tradicionalmente un papel maternal. "Por ello, a veces empezamos una relación con alguien con el afán de cuidarle o de enseñarle, de salvarle de las drogas o del alcohol, de apoyarle en su brillante carrera... Un lazo de pareja ha de ser una unión entre iguales. Nadie ha de cuidar del otro. No se puede sentir lástima por nuestra pareja, ni tampoco ciega adoración. Tú no eres, ni debes serlo, el padre o la madre de la otra persona, y tampoco has de buscar una figura materna o paterna en el otro. No eres su fan ni su mentor ni su coach. Y nadie debe salvar a nadie en una relación amorosa. Nunca hemos de suplir las carencias afectivas que podamos tener en otros ámbitos con nuestra pareja".
  4. Ansias por tener hijos. Buena parte de nuestra juventud la pasamos abriéndonos camino en el mundo laboral. Al alcanzar una cierta estabilidad en este campo, nos entra la urgencia por formar una familia, explica la Dra. "Pero lanzarse a una relación de pareja casi con cualquiera solamente por nuestro deseo de ser padre o madre es una idea que puede acarrear graves consecuencias". Lo más probable es que la relación fracase, asegura, y sean esos mismos hijos que tanto queríamos quienes acaben llevándose la peor parte de la separación. "Querer descendencia a cualquier precio nace inconscientemente de la presión social y de una serie de carencias y falsas expectativas que posteriormente terminan por aflorar en el momento de la maternidad o paternidad. Suele producirse entonces una crisis personal y de pareja que lleva a afrontar la propia sombra y las heridas personales". De ahí que sea vital que reflexiones profundamente sobre qué significa para ti ser padre o madre antes de tener hijos, invita. "Revisando primero tus patrones de forma previa, podrás desarrollar una maternidad y paternidad consciente y evolucionar como persona".
  5. Tener miedo a la soledad. "Así como hay personas con oído musical y otras que no, pero eso no significa que las que carezcan de él no puedan aprender a tocar un instrumento, e incluso devenir virtuosas del mismo, hay gente con facilidad para atraer a los demás y establecer relaciones de pareja y otras que no. Pero en ningún caso ello implica que no puedan las unas y las otras encontrar la persona adecuada para ellas". El problema surge cuando, en el primer caso, "uno se convierte en un adicto a los lazos de pareja, empalmando una relación amorosa tras otra, lo que a menudo se traduce en una sucesión ininterrumpida de relaciones tormentosas o tóxicas", asevera la psicóloga. En el segundo, el haber pasado mucho tiempo anhelando una pareja puede llevar a decir que sí a la primera o la segunda persona que muestra interés romántico por uno. "Así nos volvemos absolutamente dependientes de esa relación, de modo que termina por acomodarse en una unión rutinaria y cómoda, sin ilusión ni complicidad, regida por el miedo a la ruptura". En ambos casos, prosigue, estos dos modelos de personas, en apariencia muy distintas, hacen gala de un profundo temor a la soledad. "Para ser feliz en compañía, primero es menester que sepas ser feliz tú solo".
  6. Fingir ser quien no eres. Si sientes que, si te muestras tal y como eres, a esa persona que tanto quieres no le vas a gustar, y te sientes obligado a fingir constantemente, lo más probable es que, tarde o temprano, o te canses de pretender ser quien no eres, o la otra persona se acabe dando cuenta de que eres un farsante. "Si crees que debes comportarte de otra manera porque es la otra persona quien te avergüenza con indirectas o comentarios censores, o quien te 'dirige' para que seas como ella quiere que seas, te hallas en una relación altamente tóxica", alerta Ribas. Lo mejor es que salgas de ella enseguida. "Si eres tú mismo el que, llevado por la adoración hacia tu pareja, crees que no estás a su altura, debes iniciar un proceso de introspección y preguntarte si realmente estás con la persona adecuada, ya que la presión que te autoimpones estando a su lado no te hace feliz. Y, probablemente, terminará por no hacerla feliz a ella. En ambos casos, sufres un grave problema de autoestima, y si no lo resuelves, se romperá algo más que tu relación: tu salud y tu equilibrio mental".
  7. No establecer proyectos de vida. "A la hora de tener una pareja, es necesario que compartas con ella unos planes de futuro porque, de otra forma, vuestra unión tiene fecha de caducidad". Para la psicóloga, y aunque pueda parecer muy precipitado, es necesario dejar claro lo más pronto posible, si queréis tener hijos o no, si apostáis por una relación abierta o monógama, si vuestro sueño es compraros un apartamento en pleno centro de la ciudad o una casita en el campo... "Quizá pienses que son cosas secundarias y que con el tiempo uno de los dos o ambos cambiaréis de idea, pero es posible que no suceda y vuestros proyectos vitales terminen por volverse incompatibles". Por tanto, carecer de un proyecto de vida claro a la hora de iniciar una relación estable, en el que se definan prioridades, metas y proyectos medibles en el tiempo, es un gran error bajo su punto de vista. "Más aún tenerlos y 'aparcarlos' por una malentendida generosidad o creyendo que las cosas cambiarán con el tiempo. Tus prioridades íntimas y profundas son irrenunciables. Por supuesto, toda relación de pareja implica hacer concesiones y ajustes, pero jamás en aquellos planes y valores que te definen".
  8. Lo que empieza mal, termina mal. Si una historia de amor tiene un mal comienzo, difícilmente acabará bien, augura la experta. "¿Empezaste a salir con tu actual pareja en secreto, cuando él o ella o elle estaba en otra relación? Pues no dudes de que tú no serás la excepción: lo más probable es que también te sea infiel. ¿Tu pareja se mostraba muy posesiva y celosa antes de comprometerte en firme con ella? Sus celos volverán a aflorar más pronto que tarde, da igual las pruebas que le des de tu implicación en vuestro vínculo. Ten en cuenta que, si ni siquiera hemos sido capaces de ser absolutamente felices al principio de la relación, cuando por lo general lo vemos todo de color de rosa, enloquecidos por las feromonas, es altamente improbable que vayamos a serlo más adelante", advierte.
  9. "Uno no decide de quien se enamora". Se trata de otra frase que a menudo escuchamos, o que alguna vez hemos dicho. Sin embargo, Ribas no tiene dudas: es falsa. "En primer lugar, porque se instaura sobre una confusión, la de equiparar el enamoramiento con el amor, cuando no son lo mismo. El amor, al contrario que la atracción sexual, es una decisión, no una casualidad. Dicha confusión se ve reforzada por mitos culturales como los que pregonan la existencia de relaciones maravillosas, de cuento de hadas, donde nunca hay tensiones ni discusiones y donde los miembros del vínculo sexoafectivo viven por para el otro". O a la inversa: los que insisten en que toda relación que realmente valga la pena tiene que implicar exaltación y desmesura. "El interés y la pasión se pierden si no hay peligro, incertidumbre e intensidad. Pero así como no existen las historias de amor incólumes y perfectas, lo que inevitablemente conduce a la decepción, igualmente apostar por vínculos tormentosos solamente tiene un final... tormentoso".
  10. Perderse en el otro. Una relación de pareja ha de ser una unión entre dos personas adultas, que se conocen y aceptan a sí mismas en mayor o menor medida y que deciden compartir su tiempo para crear un proyecto de vida juntas. "Eso no implica que ninguna de las dos deba renunciar a cosas que sean realmente importantes para definir quiénes son esencialmente. Cuando se ama a alguien, a menudo es fácil ser excesivamente generoso y anteponer los deseos de nuestra pareja a los nuestros. También es fácil caer en el error de hacer girar nuestra vida en torno a la otra persona o de sentir tanto esa necesidad de conexión con ella que vayamos dejando atrás nuestras barreras y límites y nos perdamos como individuos independientes. Construir una relación de pareja es sumar, no dividirse".


    Cristina Galafate
    Actualizado Viernes, 19 julio 2024 - 02:07
    https://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2024/07/19/669680b2e9cf4af54a8b45b8.html