miércoles, 17 de julio de 2024

Menopausia: estas son las razones por las que no debe ser tabú



(istock)



Aunque hasta hace muy poco se identificaba esa etapa de la vida con la vejez de la mujer, esa percepción está cambiando, para comenzar a vivirse con total naturalidad




Hasta hace poco más de un lustro, la palabra menopausia estaba relegada al mundo doméstico. Apenas se hablaba de ella de puertas de casa (o de la consulta de ginecología) para afuera. Por suerte, este concepto silencioso ha cambiado —y aún cambia un poco cada día—, aumentando la cultura en torno a esta importante etapa de la vida de la mujer.

La prueba de que esto es así es sencilla. Basta con teclear en Google ‘libros menopausia’ y aparecerán en la pantalla un buen número de títulos sobre el asunto, la mayoría de ellos publicados entre 2022 y la actualidad: Con hormonas y a lo loco; Menopausia: no hay reglas; Disfruta de tu menopausia; Señoras: una guía integral de la salud en la menopausia… La lista es casi interminable.

Son varias las ventajas que ofrece este menos oscurantismo de una etapa que, en realidad, ocupa cerca de una tercera parte de la vida de las éminas. Para empezar, la posibilidad de acceder a más información desde la edad fértil y, por tanto, prepararse para ello. Para seguir, no tener que ocultar una transformación biológica que significa tantos cambios, a menudo imposibles de esconder.

Pero empecemos por saber qué es la menopausia. Esto es lo que dice la OMS: “Para la mayoría de las mujeres, la menopausia viene marcada por el fin de la menstruación, que a su vez se debe a la pérdida de la función folicular de los ovarios. Esto significa que los ovarios dejan de liberar óvulos para que sean fecundados”.


Las hormonas, la clave del asunto

Hasta ahí es sencillo entenderlo. Pero conviene saber que las hormonas tienen mucho que ver con esta situación. En concreto, la disminución de los niveles de estrógenos en la sangre, lo que supone importantes cambios físicos y emocionales en la mujer. Cambios naturales que dan lugar a “una etapa más de nuestra vida, ni mejor ni peor, solo diferente”, en palabras de Matilde Gómez Frieiro, ginecóloga, experta en menopausia y autora del libro Mujeres sin reglas (Ed. Zenith, Grupo Planeta).


Cada vez somos más las que hablamos abiertamente de este tema, porque buscamos información


La experta opina que la razón del oscurantismo tan habitual en esta etapa se ha debido a que “ha habido una generación de mujeres que ha asociado menopausia a vejez; y en esta época de culto a la juventud muchas se avergüenzan de estar en esa época de la vida, por el miedo a que se las considere mayores, cuando ellas se sienten todavía jóvenes”.


Un tabú que se ha empezado a superar

Sea como fuere, el tabú de la menopausia está desapareciendo. “Cada vez somos más las que hablamos abiertamente de estos temas, porque buscamos información. Eso supone abrir un diálogo entre nosotras y los profesionales que saben del asunto, con el fin de enfrentarnos mucho mejor a esta etapa”, afirma Gómez Frieiro.

La ginecóloga afirma que a ello han contribuido “la prensa y los medios de comunicación, que están ayudando a iniciar una conversación que interesa ya en la calle. También influye el hecho de que muchas profesionales de los medios están en esa etapa y le están dando visibilidad en redes, mediante podcast, en radio y televisión…”
Visibilidad desde la naturalidad

A este cambio de perspectiva de la menopausia debemos contribuir todas, de una manera muy sencilla, según explica Gómez Frieiro: “Simplemente hablando sobre el tema y haciéndolo con naturalidad, perdiendo el miedo a que nos clasifiquen como ‘viejas’”.

Para empezar, la especialista recomienda iniciar este tipo de conversaciones con nuestras amigas, porque “todas, absolutamente todas, vamos a pasar por esta etapa. De este modo, seremos un ejemplo para las más jóvenes, para que cuando lleguen a este momento, lo hagan con menos incógnitas”, concluye.

De hecho, la naturalidad es precisamente el modo en que la autora de Mujeres sin reglas recomienda vivir esta etapa. A lo que añade: “Y viéndole el aspecto positivo. Por ejemplo, que a esta edad ya estamos más asentadas en nuestros trabajos; tenemos algo muy valioso: la experiencia; sabemos lo que queremos y lo que no... Conocernos para entendernos debe ser la clave y hablar sin miedo de los cambios que empezamos a notar porque, aunque la mayoría pasaremos por esta fase sin muchos problemas, un 20 % de las mujeres podrían tener síntomas incapacitantes y es una pena que el desconocimiento no nos haga buscar una solución a algo que lo tiene”.