lunes, 10 de febrero de 2025

Europa tiene su propia ruta 66: está a pocos kilómetros de España y promete arrasar entre los viajeros


Fuente: iStock



Esta ruta es ideal para aquellos viajeros amantes de la aventura y los 'roadtrip'. Lo mejor de todo es su proximidad a España



No hace falta cruzar el Atlántico para vivir una road trip al estilo de la icónica Ruta 66 de Estados Unidos. A tan solo unos kilómetros de España, Portugal ofrece su propia versión de este mítico viaje: la Estrada Nacional 2, conocida como la N2. Con casi 740 kilómetros que atraviesan el país de norte a sur, esta carretera se ha convertido en un paraíso para los viajeros que buscan descubrir el Portugal más auténtico, lejos de los centros urbanos y las rutas de peaje.

La N2 comienza en Chaves, cerca de la frontera española en el norte de Portugal, y termina en Faro, en la soleada región del Algarve. A lo largo de este trayecto, los viajeros se adentran en paisajes que van desde los verdes viñedos del valle del Duero hasta las llanuras doradas del Alentejo, pasando por ciudades y pueblos con una riqueza cultural e histórica inigualable.

Lo que hace tan especial a esta carretera no es solo su longitud, que la convierte en la más larga de Portugal y la tercera más larga de Europa, sino la experiencia única que ofrece. La N2 conecta con pequeños municipios, mercados locales, termas romanas y castillos medievales. Una joya para los amantes de los viajes lentos, donde el objetivo no es llegar rápido, sino disfrutar del trayecto, saborear la gastronomía y descubrir un Portugal que ha quedado al margen del turismo de masas.

Cjaves, conocida como Aquae Flaviae por sus aguas termales, sigue conservando su puente romano y restos de su castillo medieval. Desde ahí, el viaje continúa por lugares como Lamego, con su impresionante Santuario de Nossa Senhora dos Remédios, o Peso da Régua, corazón del vino de Oporto, donde los viñedos cubren las laderas que se asoman al río Duero.


Una ruta llena de aldeas con encanto

Una de las mayores sorpresas de esta ruta son las "Aldeias do Xisto", pequeñas aldeas construidas en pizarra que parecen haberse detenido en el tiempo. Estos pueblos ofrecen una visión de la vida rural más genuina de Portugal, con paisajes que parecen sacados de un cuadro, como Talasnal o Candal, donde se puede disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.

Otro de los puntos destacados es el Centro Geodésico de Portugal, en Picoto da Melriça, desde donde se obtienen vistas panorámicas inigualables del país. Desde ahí, los viajeros pueden continuar hacia el sur, pasando por Viseu, ciudad vinícola con una rica historia, hasta adentrarse en la región del Alentejo, famosa por sus castillos, sus campos de olivos y su gastronomía.

El tramo final de la ruta nos lleva a través de las suaves colinas del sur hasta llegar a Faro, en el Algarve, donde las playas y el mar nos dan la bienvenida tras un viaje inolvidable.

Para los más entusiastas, los 35 municipios que atraviesa la N2 han creado un pasaporte especial, que permite sellar en cada parada, haciendo que la experiencia sea aún más memorable. Una excelente forma de llevarse un trocito de esta ruta a casa.