lunes, 13 de enero de 2025

Europa enfurece a EEUU por las sanciones a sus tecnológicas, ahora rendidas a Trump

 

Elon Musk y Donald Trump, frente a frente.


  • Bezos y Zuckerberg se unen a Musk en el vasallaje al presidente republicano
  • La UE se aferra a las multas para proteger sus servicios digitales y combatir los bulos



La Unión Europea está sacando de quicio a la administración Trump con sus amenazas de acciones legales por presuntas situaciones de abuso de posición de las grandes tecnológicas. El expediente abierto contra X, la red social del todopoderoso Elon Musk, se ha convertido en la paja que podría romper la espalda al camello. A ese disgusto, ahora de alcance geopolítico, se añade el rechazo a las prácticas de monopolios u oligopolios como Google, Microsoft, Apple o Amazon, todos ellos iconos estadounidenses potencialmente infractores de las leyes europeas de Servicios Digitales (DSA) o la Mercados Digitales (DMA).

La falta de transparencia, las actividades engañosas y la difusión de contenidos ilegales son los asuntos que estos días espolean a dos partes judicialmente mal avenidas. Lo próximo podría ser el empleo alegre de algoritmos y de sistemas masivos de entrenamiento de la Inteligencia Artificial (IA), muchos de ellos poco éticos, sesgados o irrespetuosos con la privacidad y protección intelectual o industrial.

Por todo lo anterior, el Viejo Continente se parece cada vez más a la aldea de los cómics de Asterix, poblada por irreductibles europeos resistentes al invasor. Con las sanciones empresariales como única fuerza choque, Bruselas solivianta a su histórico aliado, a riesgo de quedar aislada. Unos atacan con el poder global de las redes sociales y la IA, ahora sometidas a la causa hegemonista de Trump, y otros se defienden con la normativas continentales de protección del mercado. La imagen se asemeja a la de un gato panza arriba segundos antes del pisotón de un elefante. Semejante desequilibrio ha trascendido el ámbito del Nasdaq para convertirse en asuntos de estado, como ha sucedido esta semana en el Reino Unido, por efectos colaterales en Alemania y Francia. A un lado inquieta el desafecto estadounidense hacia todos los valores europeístas y, por el otro, impera el frente chino-ruso, territorio ajeno a los preceptos democráticos.

Por si fuera poco, al tándem Trump-Musk se han unido los magnates Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, dueños de Amazon y Meta, respectivamente. Todos ellos rinden ahora vasallaje a Trump en una batalla por la supremacía global, manifestada en los últimos meses y que promete acentuarse en los siguientes. Los más de 211 millones de seguidores de Musk en su red social, convierten a X en un altavoz incontrolable para cualquier estado. El fundador de Meta -matriz de Facebook, Instagram o Whatsapp-, también ha apoyado económica y mediáticamente a Trump en su ascenso hasta la Casa Blanca y ahora ha renunciado a los verificadores de datos, siguiendo el ejemplo de Musk.

Los expertos consultados por este periódico apuntan que "la arbitrariedad en la propagación de bulos está servida en la mayor red social del mundo". Además, Zuckerberg asume que Europa le pedirá cuentas por posibles incumplimientos de la DSA, igual que sucederá con Apple y a Alphabet, debido a los intereses particulares en los negocios digitales de estas empresas.

Las amenazas de sanciones de la UE vienen a ser como una piedra en el zapato de un gigante: Molesta, pero no impide caminar, correr o patear lo que se ponga por delante. La desinformación esparcida por las redes sociales, ahora con el efecto multiplicador de la Inteligencia Artificial y de sus millones de robots generadores de contenidos online, se convierten en el nuevo enemigo público occidental después de Putin. Frente a ese tsunami digital, la UE asume su creciente pérdida de influencia en el planeta.

Alejada de la batalla de la IA, sin redes sociales ni microchips, y con escaso peso en los ámbitos espaciales, energéticos y de computación cuántica, Europa viene a ser el vecino cascarrabias venido a menos, ya superado en influencia por India, Emiratos, Israel o Japón. No obstante, esa debilidad de Europa desafía a Musk con multas próximas a los mil millones de euros, equivalente al 6% de los ingresos de su imperio empresarial. Las ventas anuales de SpaceX rondan los 8.700 millones y las de X alcanzan los 7.170 millones. En total, 16.870 millones de euros, una vez que Neuralink, xAI y The Boring Company son empresas en desarrollo. Sin embargo, Tesla no entra en la ecuación, ya que se trata de una compañía donde Musk apenas controla el 13%.

Estrategia de Apple

Apple se desmarca de otras tecnológicas estadounidenses al comprometerse en la protección de la privacidad de los usuarios de Siri desde el principio. De esa forma, la multinacional evita potenciales litigios al poner un especial empeño en preservar la confidencialidad de las comunicaciones de sus usuarios. Según indica la compañía de California, "los datos del asistente conversacional nunca se han utilizado para crear perfiles de marketing y nunca se han vendido a un tercero para ningún propósito".

En ese sentido, Apple llegó a un acuerdo en este caso para evitar litigios adicionales y así poder dejar atrás las preocupaciones acerca de los procesos de evaluación de la calidad de Siri por parte de terceros que ya abordamos en 2019".

Por todo lo anterior, la compañía que lidera Tim Cook simplemente utiliza los datos de Siri para mejorar la herramienta, "y estamos desarrollando constantemente tecnologías para reforzar aun más la privacidad de Siri".Entre otros aspectos, según ha podido conocer este periódico, la información que los usuarios ofrece a Siri nunca se comparte con anunciantes.

En la misma dirección, otros analistas apuntan que los datos de Siri nunca se han utilizado para crear perfiles de marketing, ni tampoco se han vendido a un tercero con ningún fin.Respecto a las herramientas de inteligencia artificial, relacionadas con las solicitudes de Apple Intelligence que utilizan Private Cloud Compute, la compañía tiene claro que los datos de los usuarios de los iPhones, Mac e iPad y otros dispositivos de la manzana no se almacenan ni tampoco resultan accesibles para la multinacional. Al mismo tiempo, Apple Intelligence ofrece protecciones adicionales, y no se utiliza ningún dato del usuario para entrenar los modelos de base de Apple Intelligence.

El asistente de Apple también se aleja del resto de las herramientas de la competencia al no vincular los datos de las peticiones a la identidad del perfil. En ese caso, si un usuario le pide a Siri que lea sus mensajes, el software ejecuta la orden pero sin transmitirlos a los servidores de Apple.


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