domingo, 12 de enero de 2025

Por qué los mineros no son capaces de ser rentables con bitcoin disparado sobre los 100.000 dólares

 

Un centro de minado de criptomonedas en Rusia. Foto: Bloomberg.



  • El coste de minar un bitcoin asciende a los 106.000 dólares, según CoinShares
  • El precio medio trimestral más alto del activo fue de 93.700 dólares a cierre de 2024
  • Es difícil rentabilizar las operaciones con los recursos computacionales disponibles


Aunque el bitcoin sobre los 100.000 dólares parece un escenario idílico, los encargados de acuñar la criptomoneda necesitan que el precio suba más allá de los máximos históricos. Los costes de minado se han encarecido y su rentabilidad no solo depende de la cotización del activo, sino del precio de la energía, de la capacidad de computación y de la misma suerte. Algunos mineros necesitan que la cripto extienda su rally para cubrir los costes de sus operaciones.

La minería es una parte esencial para entender las criptomonedas, en particular Bitcoin. Básicamente, es el proceso por el que la red está en funcionamiento. Los mineros, gracias a un hardware especial, aportan la potencia de computación necesaria para que las transacciones sean verificadas. Este proceso se realiza a través de la resolución de complicados problemas matemáticos en un proceso que requiere una gran cantidad de energía. Los mineros compiten entre ellos por encontrar las soluciones correctas y añadir así bloques a la blockchain en un proceso competitivo que se premia recibiendo bitcoins.

El dinero en efectivo necesario para minar un bitcoin se sitúa en los 55.950 dólares, según los últimos datos de diciembre de la gestora especializada en activos digitales CoinShares. Se refiere al coste del tercer trimestre de 2024 cuando el precio medio del bitcoin en ese periodo fue de 63.785 dólares. Si se hace la resta, parece que la operación es rentable. Sin embargo, si se tienen en cuenta otros factores, como la depreciación o la remuneración a los accionistas, el coste de minar un bitcoin asciende a los 106.000 dólares. Es decir, las firmas de minería cotizadas no llegaron a fin de mes en el tercer trimestre y, difícilmente, lo harán con los precios actuales.

Esto contrasta con el contexto de euforia que atraviesa el bitcoin, que desde octubre se ha disparado un 50% y cotiza actualmente cerca de los 95.000 dólares. Para entender la importancia de esta verdadera revolución en el precio del activo digital, en 2023 llegó a rondar el territorio de los 16.000 dólares. Una remontada frenética y un tanto inesperada gracias a la victoria presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, que ha prometido apoyar la criptomoneda con una legislación favorable.


Tal y como indica el gráfico de margen de beneficios de la minería publicado por Capriole, la realidad es que a pesar de haber entrado en rentabilidad positiva en la recta final de 2024 y en este arranque de 2025, el beneficio por cada operación de minado no es excesivamente grande comparado con 2021 y 2022 o periodos en los que ha habido grandes rentabilidades. Esta cifra se calcula dividiendo el coste de una operación de minería entre los costes de producción.

Alberto Fernández, profesor del Máster en Blockchain e Inversión en Activos Digitales del IEB no coincide con que la industria necesite precios más altos del bitcoin y matiza que, si bien los márgenes no son tan altos como podría esperarse, sí que el margen "está en territorio positivo". Según sus estimaciones, los mineros necesitan como mínimo "que el precio del bitcoin ronde los 85.000 dólares". En caso de que baje de esta cifra, el experto explica que entonces los mineros pasarían a perder dinero. Aunque es una cifra más baja que la estimación de CoinShares, sigue siendo alta y está por encima del precio medio del activo en cualquier trimestre, salvo el último de 2024 (93.714 dólares). La esperanza está en que la evolución tecnológica puede permitir a los mineros ser más eficientes y reducir los costes de producción, con lo que dependerían menos de la volatilidad de precios.

El dilema de los mineros

Mientras tanto, a las firmas de minería de criptomonedas que cotizan en bolsa les está costando lidiar con el nuevo estatus del bitcoin. Por un lado, a estas empresas les sale más rentable guardar sus bitcoins (HODL o aguantar la posición en la jerga cripto) que invertirlos en su infraestructura para seguir minando. El retorno sobre el capital invertido (ROIC) es más alto en el primer caso que en el segundo, explica el informe de CoinShares.

Es la pescadilla que se muerde la cola porque, si estas firmas no invierten en computación para seguir minando, menos posibilidad tienen de ser ellos los que den con el siguiente bloque. Es decir, tienen que decidir entre seguir dedicando recursos a minar y optar a la recompensa o, simplemente, aguantar sus bitcoins en cartera –una opción mucho más fácil y rentable a corto plazo-.

Las mineras cripto cotizadas tienen otro dilema: usar sus recursos computacionales para emitir bitcoins o para inteligencia artificial (IA). Con el auge de esta tecnología, muchas empresas necesitan de los centros de datos para operar y las mineras tienen justo esa infraestructura, capacidad de computación de altas prestaciones. Es una fuente de ingresos atractiva y, sobre todo, más estable. Con la ventaja añadida de que permite diversificar el negocio.

Sin embargo, optar por abrirse a otros clientes implica dedicar menos recursos al bitcoin y eso es lo que les está penalizando, en parte. Las mineras cotizadas suponen cada vez una menor parte del hashrate del total y, por tanto, tienen menos posibilidades de dar con el siguiente bloque y optar a la recompensa. El hashrate es la capacidad de computación de la red, el conjunto de recursos destinados a la minería de una criptomoneda.

Por mucho que los precios hayan subido, este no es el único factor que determina la rentabilidad de los mineros. En abril se produjo el halving del bitcoin, que regula la recompensa que se recibe al poner en circulación un nuevo token y redujo a la mitad la cuantía a percibir: de 6,25 bitcoins a 3,125 bitcoins por bloque.

La energía es clave

La realidad es que, al mismo tiempo que la recompensa se ha reducido, los costes de la energía no han parado de subir. En Europa, directamente, estos son prohibitivos y han provocado que la actividad de la minería sea prácticamente minoritaria. En EEUU, según los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, el precio de la electricidad rozaba los 16,94 dólares el kilovatio hora en diciembre. Se trata de una cifra muy inferior a la de 2022 (con la crisis energética) pero que marca una subida del 3% respecto al año pasado y del 40% respecto a los precios previos a la pandemia.

Respecto a la diferencia Europa-EEUU, Fernández comenta que en el Viejo Continente "la minería es prácticamente irrelevante excepto en países como Islandia y Finlandia, donde sí es rentable". Explica que el resto no tiene precios energéticos suficientemente competitivos para que esta industria sea viable. En el caso de EEUU, además, la llegada de Trump tendrá "un efecto muy beneficioso para los mineros".



La mayoría de grandes mineras cotizadas están en Texas, donde el crecimiento de los precios de la energía ha sido el más agresivo de todo EEUU. Según Energy Alliance, solo de 2021 a 2023 ha habido un incremento de precios superior al 200%. Según BKV, la extrema subida de precios en el estado sureño se debe a una tormenta perfecta de factores. Los más destacados son el aumento de la población o que la electrificación continua ha aumentado de manera constante la demanda. Además, las condiciones climáticas severas, los crecientes costes de los servicios públicos y el envejecimiento de la red eléctrica del estado son otros factores que impulsan la factura.

Aunque, en última instancia, destaca una potente demanda que se ha asentado sobre "un resurgimiento de la industria manufacturera (por la fortaleza de la economía de EEUU", dice Fernández. A esto hay que sumarle el crecimiento "explosivo" de los centros de datos IA que consumen mucha electricidad, añade. Esto último justifica la idea de que en el medio plazo los precios seguirán al alza, pues, "a medida que la IA se siga expandiendo estos centros lo harán también y se convertirán en un factor clave respecto al consumo".

Las empresas minan menos

En los últimos resultados de las tres mayores firmas del sector, Marathon, TeraWulf y Hive Digital, han informado de pérdidas por los costes operativos. Destaca el caso de Marathon pues, a pesar de que sus ingresos aumentaron hasta los 131 millones de dólares en el tercer trimestre, los gastos se dispararon un 40%, eclipsando cualquier despertar de la rentabilidad. Terawulf amplió sus pérdidas hasta los 22 millones de dólares, pero tuvo que reducir su producción de bitcoins un 43%. "El coste energético del minado aumentó año tras año y esto se ha mezclado con que la recompensa por el minado se ha reducido a la mitad", justifican.

Otro ejemplo es Riot, que ha disparado sus pérdidas un 93% debido al halving, principalmente, y la energía. Sin embargo, a pesar de la sangría, la minera espera que un contexto favorable con Donald Trump y un bitcoin resistiendo en estos niveles pueden acabar derivando en una mejora de la situación. Esto le ha llevado a incrementar su producción de bitcoins hasta los 516 en diciembre (respecto al mes anterior). Esto es un 17% más bajo que el año anterior por estas fechas, ya que la menor rentabilidad le ha hecho ir reduciendo su actividad a lo largo del año.

Para las firmas más pequeñas será realmente difícil pues "acceder a esta industria requiere de grandes inversiones y luchas por contratos eléctricos que cada vez son más complicados", apunta Fernández. En ese sentido, "los pequeños mineros que no tengan un flujo de caja optimizado pueden tener problemas, mientras que las grandes pueden maximizar ganancias con ventas mínimas en momentos bajistas y vendiendo durante etapas de precios más altos", añade.

El equilibrio para los mineros de bitcoin es difícil. La rentabilidad de sus operaciones depende de muchos factores y de condiciones cambiantes. Aunque siempre va a favorecer un precio del bitcoin más elevado, el resto de los factores tienen que cuadrar. Los máximos históricos del bitcoin pueden no ser suficientes para algunos mineros.