sábado, 31 de agosto de 2024

No es 'Black Mirror', es una realidad: así nos "espían" los coches para denunciar nuestros hábitos de conducción y disparar el precio de los seguros, según esta demanda

 



  • Tras una querella contra GM en Texas, se debate sobre la invasión de la privacidad que supone esto
  • Por su lado, Ford ha patentado una tecnología para detectar excesos de velocidad e informar directamente a la policía y las aseguradoras.


Tras la demanda del estado de Texas a General Motors por la presunta venta de registros de conducción de quienes conducen uno de sus modelos, se ha abierto el melón de la grave invasión de privacidad que supone la recogida de información que hacen las marcas sobre el uso que le dan sus usuarios a los vehículos, así está la situación:

Esta demanda establece que a través del sistema telemático OnStar que implementan los modelos de General Motors, se recopilaron datos de 16 millones de conductores que posteriormente fueron vendidos a las aseguradoras de vehículos, generando así un incremento del precio de las primas de seguro e incluso perdidas de cobertura para muchos clientes.

Entre los datos facilitados, se encuentran los hábitos de conducción como las horas de inicio y finalización de viajes, excesos de velocidad o frenadas bruscas, cuando los usuarios utilizan o no el cinturón de seguridad, y cuando conducen de noche, todo ello recopilado para generar un sistema de puntuación de conducción y poder calificar así a los usuarios (un sistema digno de un capítulo de Black Mirror).


La demanda viene dada por considerar que "En ningún momento General Motors informó a los clientes que su práctica consistía en vender cualquiera de sus datos, y mucho menos sus datos de conducción", asegurando que GM logró su objetivo a través de la utilización de prácticas engañosas y confusas , utilizando las aplicaciones móviles GM o los servicios de vehículos conectados, los cuáles constaban de más de 50 páginas de documentación previa a tomar posesión del vehículo en el concesionario.

Estas revelaciones publicadas tenían el objetivo de camuflarlo todo con que GM utilizaba los datos recopilados para mejorar la seguridad y funcionalidad de los coches, al promocionarse su servicio OnStar como una herramienta de protección contra robos o de seguridad para, en caso de colisión, tener una respuesta automática y contactar con los servicios de emergencia.

Ahora, GM se ha limitado a informar de que se encuentran estudiando la denuncia, y desde Texas, se solicita la celebración de un juicio, la imposición de sanciones a GM y la destrucción total de los datos recopilados por la empresa.

Ford, el otro protagonista con su nueva patente y la venta de datos a intermediarios

La polémica acompaña a este sistema que ha desarrollado la marca americana, denominado como "Systems and Methods for Detecting Speeding Violations" (sistemas y métodos para detectar los excesos de velocidad), permite una vigilancia digna de la novela 1984, pues concede a los coches Ford la capacidad no solo de detectar y documentar el exceso de velocidad de cualquier vehículo cercano a ellos, si no además, de enviarlo automáticamente a las autoridades.

Funciona a través de sensores, cámaras y GPS que se encargan de detectar cuando otros coches exceden los límites de velocidad, enviando directamente el suceso documentado a la policía, y permitiendo así que esta emprenda acciones legales basadas únicamente en estas "denuncias ciudadanas automatizadas".

Una polémica que llega tras revelarse que, al igual que ha ocurrido con GM y como desveló el New York Times este mismo año, Ford (entre otras empresas del automóvil), vende la información recopilada de las conductas y hábitos de los conductores a empresas intermediarias como LexisNexis o Verisk (analistas de datos), quienes posteriormente, los venden a las compañías de seguros para que estos a su vez, lo utilicen para subir los precios de los seguros bajo la premisa del análisis de las conductas de los conductores en carretera.

Eso, unido a lo sucedido con General Motors, ha supuesto un incremento de la presión sobre las autoridades para establecer una serie de leyes que limiten el control ejercido por las marcas de automóviles, respetando así la privacidad de los conductores, como ya ha ocurrido en Texas con el Fiscal General iniciando acciones legales contra la empresa GM.