sábado, 31 de agosto de 2024

China urge la construcción de defensas globales ante un evento cósmico catastrófico



Impacto del cometa Shoemaker-Levi 9 en Jupiter. 
(Justinas Vitkus/CC)



Científicos chinos urgen una respuesta inmediata "a largo plazo" ante un nuevo estudio que aumenta el riesgo de impacto catastrófico de asteroide que barrería una gran región del planeta o la humanidad




El riesgo de impacto de un asteroide con la Tierra es mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora. Así lo afirman investigadores del programa de exploración espacial de China, que advierten que las evaluaciones anteriores subestiman el número de asteroides potencialmente peligrosos que podrían poner en peligro nuestro planeta. Según estos científicos, la mejor opción para minimizar la posibilidad de que un asteroide colisione con la Tierra es el desarrollo de un sistema de defensa nuclear.

El equipo chino, liderado por Zhang He, del Instituto de Ingeniería de Sistemas de Naves Espaciales de Pekín, sostiene que los datos actuales sobre asteroides cercanos a la Tierra sólo representan una fracción del verdadero número de cuerpos celestes que podrían amenazar nuestro planeta. “Puede haber una brecha significativa entre el número de asteroides cercanos a la Tierra que se han descubierto y el número real que existe”, afirman en un artículo publicado este mes en el diario académico Scientia Sinica Technologica.


Amenaza que necesita respuesta ya

Este escenario plantea una amenaza seria que, según los investigadores chinos, podría requerir medidas extremas. En su análisis, concluyen que, en algunas situaciones, sólo cohetes armados con cabezas nucleares serían capaces de desviar un asteroide lo suficientemente grande como para causar una catástrofe global. “Una explosión nuclear tiene un rendimiento sorprendente para la autodefensa”, escriben en su artículo.

Mientras que China explora la creación de un escudo nuclear, otros países están adoptando enfoques diferentes. La NASA ejecuta ejercicios de impacto de asteroides cada dos años para preparar la respuesta global ante una posible colisión. Estos ejercicios incluyen el uso de datos de seguimiento de asteroides en tiempo real y ponen énfasis en la cooperación internacional para la planificación de emergencias y estrategias de desviación de asteroides. Sin embargo, no contemplan el desarrollo de un sistema defensivo antiasteroide.

La NASA también realizó el primer experimento para estudiar cómo puede la humanidad influenciar en la trayectoria de un asteroide potencialmente peligroso con su misión DART (Double Asteroid Redirect Test) de la NASA, que impactó con éxito contra la luna del asteroide Dimorphos para alterar su órbita. La prueba demostró la viabilidad del método de impacto cinético pero este método tiene limitaciones y no podría aplicarse en asteroides de mayor tamaño o cuando el tiempo de advertencia es muy limitado. Un efecto secundario de DART, sin embargo, ha demostrado la posibilidad de que algunas estrategias tengan efectos secundarios con potenciales resultados letales: un nuevo estudio apunta a que millones de pequeños fragmentos de roca espacial fueron expulsados en la colisión de 2022. Esta nube de objetos puede estar en curso de colisión con la Tierra y Marte, lo que nos haría experimentar la primera lluvia de ‘estrellas fugaces’ causada por el ser humano.


placeholderDimorphos visto desde DART 11 segundos antes del impacto. (NASA)
Dimorphos visto desde DART 11 segundos antes del impacto. (NASA)

 

Los investigadores chinos insisten en la urgencia de desarrollar tecnologías que puedan responder rápidamente a una amenaza de un posible impacto inminente o futuro. El estudio señala la necesidad de contar con la capacidad de lanzar ojivas nucleares desde la Tierra hacia un asteroide dentro de un margen de tiempo extremadamente reducido, que podría variar entre siete días y un mes. Además, afirman que es fundamental desarrollar un sistema de precisión para el impacto, con un margen de error inferior a los 100 metros después de un vuelo de larga distancia, algo extremadamente difícil.

El estudio apunta que ningún país dispone de la capacidad para lanzar ojivas nucleares al espacio con tan poca antelación. Los cohetes actuales requieren un tiempo considerable para su montaje y puesta en marcha, lo que limita su utilidad en una emergencia. Por este motivo, el equipo de Zhang propone la investigación y el desarrollo de nuevos vehículos de lanzamiento con capacidades de respuesta rápida, así como la posibilidad de desplegar armas nucleares con antelación en puntos estratégicos del espacio, como el punto de Lagrange, donde las fuerzas gravitatorias de la Tierra y el Sol se equilibran. Esta medida permitiría reducir significativamente el tiempo de respuesta en caso de una amenaza inminente, algo que tiene una lógica aplastante pero que va en contra del Tratado del Espacio Exterior de 1967 y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares prohíben el uso y despliegue de armas nucleares en el espacio, algo que mencionan en su trabajo.


Otros métodos

Los científicos chinos subrayan la importancia de explorar todas las posibles vías para proteger a la Tierra de un impacto devastador. Además de la opción nuclear, consideran vital seguir investigando métodos alternativos, como el impacto cinético y las armas láser de alta potencia. Estos enfoques, aunque menos efectivos en escenarios de tiempo limitado, podrían ser útiles en combinación con otras tecnologías en un sistema de defensa planetaria más amplio.

Su enfoque contrasta con los esfuerzos liderados por la NASA y otros organismos internacionales, que se centran en la preparación y la planificación a largo plazo. Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, explica que los ejercicios hipotéticos de impacto son fundamentales para preparar una respuesta coordinada en caso de una amenaza real. “Estos escenarios hipotéticos son complejos y requieren un esfuerzo significativo para diseñarlos, con el fin de que sean útiles y desafiantes para los participantes del ejercicio y los responsables de la toma de decisiones”, afirma Chodas.