martes, 18 de noviembre de 2025

La teoría de que la realidad es una simulación ya existía hace siglos gracias a la religión


La teoría de la simulación se popularizó gracias a la película de 1999 'The Matrix'. (Warner Bros / Village Roadshow Pictures)



Aunque la idea parece nueva, llevamos cientos de años pensando que el mundo que nos rodea podría ser una creación virtual influenciada por la tecnología y antiguas creencias religiosas sobre el alma y el universo



En la película más comentada del último año del siglo XX, The Matrix, un pirata informático llamado Neo descubre que el mundo en el que vive y trabaja no es real. Se trata de una realidad virtual, creada por una inteligencia artificial.

En su momento, la idea parecía ciencia ficción. Sin embargo, en los años transcurridos desde entonces, ese concepto se ha convertido en una teoría cada vez más creíble: la hipótesis de la simulación. Esta teoría plantea que, como Neo, los seres vivos son personajes dentro de una simulación generada por ordenador, o, como se plantea en este libro de 2025, en un enorme videojuego multijugador. Según la hipótesis, el mundo físico que nos rodea es en realidad parte de una realidad virtual.

La teoría de la simulación plantea preguntas que antes estaban reservadas a los místicos y eruditos religiosos: ¿por qué estamos aquí? ¿Hay más en la realidad de lo que podemos ver? ¿Existe un creador? ¿Somos algo más que nuestros cuerpos físicos?

La ciencia y la tecnología pueden ser modernas, pero en cierto modo, esta hipótesis se hace eco de ideas que las tradiciones religiosas han explorado durante siglos.


¿Vivimos en un juego?

La teoría de la simulación se popularizó gracias al trabajo del filósofo Nick Bostrom. El argumento básico es el siguiente: si la tecnología sigue avanzando, los humanos serán capaces de crear mundos virtuales indistinguibles de la realidad física y personajes de inteligencia artificial que no diferirán de los seres biológicos. Esto sugiere que es posible que una civilización más avanzada ya haya alcanzado ese punto, y que nosotros estemos dentro de una de sus simulaciones.

Físicos, matemáticos, tecnólogos e informáticos han abordado la cuestión, mostrando una amplia variedad de opiniones sobre las probabilidades de que vivamos en una simulación. El astrónomo David Kipping intentó calcular las probabilidades y llegó al 50/50. Algunos dudan de que la pregunta sea respondible y otros consideran la teoría imposible, como en este artículo de 2025, que sostiene que ningún sistema puramente algorítmico puede explicar el universo.

La hipótesis de la simulación no implica necesariamente que las personas en ella sean solo inteligencias artificiales carentes de alma. En The Matrix, por ejemplo, los protagonistas también existen fuera del mundo virtual.


Inteligencia superior

La teoría de la simulación sugiere la existencia de una inteligencia mayor que la nuestra que estaría fuera del mundo físico y podría haber creado nuestro universo, conectando con creencias fundamentales de muchas religiones. El filósofo David Pearce llamó al argumento de Bostrom "el primer argumento interesante sobre la existencia de un Creador en dos mil años".

Las religiones abrahámicas del judaísmo, el cristianismo y el islam, por ejemplo, adoran a un único creador. El Libro del Génesis y el relato del Corán describen a Dios creando el mundo. Según estos textos, Dios simplemente habló, y todo sucedió.

De manera similar, la hipótesis de la simulación plantea que el mundo se creó por medio de órdenes, es decir, de código. Hoy en día, los usuarios de inteligencia artificial emiten instrucciones verbales que generan imágenes y vídeos prácticamente indistinguibles de la realidad.

Los programas de inteligencia artificial incluso pueden crear personajes que insisten en que no son virtuales, fenómeno que se ha descrito como la teoría de las instrucciones.

En agosto de 2025, Google lanzó Genie 3, que permite crear mundos realistas que se pueden recorrer como en un videojuego. Antes, estos mundos virtuales debían diseñarse manualmente, lo que limitaba su tamaño y complejidad. Hoy, gracias a la inteligencia artificial, la idea de crear mundos virtuales inmensos ya no parece una fantasía.


Cuerpo y alma

Otra similitud entre la teoría moderna de la simulación y las religiones tradicionales es la relación entre el alma y el cuerpo.

Una versión de la hipótesis, la versión del juego de rol, sostiene que la simulación es como un videojuego multijugador. Cada personaje representa a un jugador externo que lo controla, de modo que en algún sentido los personajes tienen libre albedrío.

El término avatar viene del sánscrito, lengua de muchos textos hindúes, budistas y jainistas. En el hinduismo, designa la encarnación de una deidad en forma humana.

La idea de la encarnación, o del alma entrando en el cuerpo, es uno de los mayores misterios de muchas religiones. Describiendo el desarrollo del feto, los hadices del profeta Mahoma hablan de un momento en que "el alma es insuflada en él". La Biblia también utiliza la metáfora del aliento: "El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en un ser viviente".

Otra metáfora común es que el alma se pone el cuerpo, igual que uno se pone la ropa. Rumi, poeta sufí, comparó el cuerpo con una prenda que puede quitarse o cambiarse.

Una metáfora similar aparece en el Bhagavad Gita: "Así como dejas de lado la ropa usada y te pones otra nueva, el Ser deja sus cuerpos gastados y toma otros nuevos".

Si pensamos en el alma como el jugador de un videojuego de realidad virtual, y el cuerpo como su personaje —que ha olvidado el mundo exterior—, los paralelismos entre religión y simulación son claros. El juego puede terminar o el personaje morir, pero el jugador sigue existiendo fuera del juego. Algunas religiones enseñan que el alma puede reencarnarse y vivir muchas vidas, como si el jugador jugara una partida tras otra, encarnando personajes distintos.


Inmersos en un sueño

Existe una similitud aún más fundamental entre la teoría de la simulación y algunas enseñanzas religiosas: la idea de que el mundo físico no es real, o no es todo lo que existe.

Esto está presente en el hinduismo y el budismo, que lo denominan maya, es decir, una ilusión. Suele explicarse mediante la imagen de que el mundo es como un sueño del que se puede despertar. De hecho, se dice que Buda significa "el que ha despertado".

El Samadhiraja Sutra, o Sutra del Rey de Samadhi, enseña:

Conoced todas las cosas de esta manera:
Un espejismo, un castillo de nubes,
Un sueño, una aparición,
Sin esencia, pero con cualidades que pueden percibirse.

Paramahansa Yogananda, monje hindú fallecido en 1952, escribió Autobiografía de un yogui, obra que introdujo la meditación y el yoga en Occidente. Al explicar el concepto de maya, que se traduce como ilusión, comparó la realidad física con actores en una película, tecnología innovadora en los años veinte, cuando él llegó a Estados Unidos. Como se ha escrito en este libro de 2023 sobre Yogananda, si viviera hoy, probablemente usaría la metáfora de los videojuegos.

En una escena crucial de The Matrix, el mentor de Neo, Morfeo —cuyo nombre procede del dios griego de los sueños— le dice que ha vivido en un mundo de sueños. La hipótesis de la simulación también propone que vivimos en un mundo soñado, aunque virtual y mantenido por inteligencia artificial. Quizá la única reacción posible sea la que expresa Neo: "Vaya".