jueves, 31 de octubre de 2024

La IA transforma el sector financiero: el 83% de los bancos europeos ya la utiliza

 



  • Advierten de que tiene el potencial de aumentar la desigualdad económica



La Inteligencia Artificial (IA) está transformando numerosos sectores de actividad económica, también el financiero, desde la banca hasta la gestión de riesgos, y el 83 % de los bancos europeos ya emplea esta tecnología cuando hace seis años la usaba solo la mitad de las entidades bancarias europeas.

Son datos expuestos en una ponencia impartida por el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València (UV) Santiago Carbó en un programa de formación de IA aplicada en el Colegio de Economistas de Valencia.

Ese 83 % se eleva al 98,3 % si se tiene en cuenta los bancos europeos que están inmersos en diferentes fases de implementación de la tecnología.

Entre las aplicaciones en las que más uso se da a la IA se encuentra el 'trading algorítimico', que ejecuta operaciones financieras automáticamente; el 'Robo-advisors', asesores financieros automatizados que optimizan inversiones; y en detección de fraudes, en los que la IA identifica patrones de transacciones fraudulentas en tiempo real.

Carbó señala que la IA se aplica a numerosos sectores y se estima que el PIB mundial en 2030 podría ser hasta un 14 % más alto debido al uso de esta tecnología.

Sería el sector de servicios, que abarca la salud, la educación, los servicios públicos y la recreación el que obtendría mayores beneficios, con un incremento de la productividad de hasta un 21 %.

Potencial para aumentar la desigualdad económica

No obstante, el economista ha advertido de que la IA tiene el potencial de aumentar la desigualdad económica si no se aplican las políticas adecuadas, ya que las economías más ricas son las que se están preparando mejor para el nuevo panorama.

Algunos de los factores que pueden impulsar esa brecha son el desplazamiento de empleos de baja cualificación, el acceso desigual a esta tecnología y la concentración de poder en grandes empresas tecnológicas.

Para paliar esta situación, Carbó propone inversión en infraestructuras tecnológicas, programas de educación digital y una regulación que asegure el acceso inclusivo a las tecnologías.

El experto también alerta de la importancia de la regulación en cuestiones de privacidad, ya que la IA emplea grandes volúmenes de datos personales para su funcionamiento, y en el aspecto ético; pues la automatización de decisiones que impactan en la vida de las personas requerirían supervisión humana, como pueden ser los procesos de selección de personal, en los que el sesgo de la IA puede generar discriminaciones.



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