viernes, 25 de octubre de 2024

El dato que desmonta el milagro económico de España: producir más no siempre genera prosperidad

 

Vista aérea de Sanlúcar de Barrameda, con la bandera de España ondeando al viento. Foto de iStock.
  • El PIB per cápita de España solo ha crecido un 0,1% desde el año 2019
  • El PIB agregado aumenta con fuerza por el crecimiento de la población
  • La economía de España lleva años creciendo de forma extensiva


La economía de España se ha convertido en el motor de crecimiento de la zona euro. El PIB agregado español se está expandiendo a un ritmo que casi triplica al de la eurozona, al mismo tiempo que genera empleo y se enfría la inflación. Siendo todo lo anterior cierto y remarcable, hay un dato o indicador que desmonta este milagro o historia de éxito. Es cierto que el PIB agregado es un buen indicador económico, pero tiene un punto débil: no dice casi nada del bienestar de los ciudadanos. Por ejemplo, la India o Pakistán suelen presentar crecimientos del PIB muy elevados, pero eso a veces ni siquiera implica una mínima mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. Algo así está sucediendo en España. Los motores que están provocando este intenso crecimiento del PIB tienen poco que ver con la mejora de vida de los ciudadanos españoles. De este modo, el dato que desmonta el milagro es el PIB per cápita, un indicador algo más depurado y que apenas ha crecido en España en los últimos cuatro años... e incluso en los últimos 15.

Los datos de PIB agregados muestran que España e Italia lo ha hecho realmente bien desde el covid, al menos cuando se compara con las otras grandes economías de la zona euro. El PIB agregado de España se encontraba en ambos casos un 4,7% por encima del nivel previo a la pandemia en el segundo trimestre de 2024, todo hace prever que España se va a quedar sola, puesto que Italia no va a lograr mantener ese ritmo por más tiempo. Pero centrar el análisis en el PIB global o agregado sería como escoger a 'burro grande, ande o no ande'. En términos de prosperidad, quizá, compensa más un burro más pequeño, pero más rápido y próspero.

El crecimiento del PIB puede venir por diferentes fuentes o motores, y España está hipotecando el futuro para crecer coyunturalmente ahora. Por ejemplo, crecimiento de la población en edad de trabajar y que se incorpore al mercado laboral genera de forma automática un mayor producto o PIB. Esto es porque un número superior de personas están trabajando y produciendo, sin embargo, a la hora de repartir esa producción entre la población total, el PIB per cápita se mantiene o incluso puede ser inferior si la productividad presenta un crecimiento negativo.

Otra opción es que en una economía en la que la población se mantiene constante se incremente la tasa de empleo sin afectar a la productividad. Este escenario es algo más positivo, puesto que suele desembocar en un incremento del PIB per cápita y la prosperidad. No obstante, el escenario ideal es el que aumenta la tasa de empleo (trabaja un mayor porcentaje de la población) y la productividad al mismo tiempo. Esta combinación 'mágica' genera fuertes incrementos del PIB per cápita y, por ende, de la productividad, pero requiere también de una inversión que está prácticamente estancada.

Así, el modelo productivo español sigue estando anclado a la incorporación en masa de capital humano, principalmente del extranjero, y no mejora la capacidad de crecimiento de la productividad de cara a los próximos años. Las proyecciones del Ministerio de Economía recogidas en el Plan Fiscal así lo estiman: el PIB potencial caerá progresivamente y se verá reducido a la mitad (1%) en una década.

Crecimiento intensivo vs extensivo

¿Qué ha pasado en España en estos años de fuerte crecimiento del PIB agregado? Judith Arnal, investigadora principal en el Real Instituto Elcano y consejera independiente del Banco de España, lo explica a la perfección realizando una comparación entre el crecimiento de Italia y el de España en los últimos cuatro años: "El PIB de España se ha apoyado en el aumento de la población, el consumo público y las exportaciones de servicios, mientras que Italia se enfoca en la inversión y las exportaciones de bienes. Por otro lado, las fuertes diferencias en el crecimiento de la población, con la de España subiendo un 3,6% entre principios de 2019 y de 2024 e Italia cayendo un 1,4%, explican también que mientras el PIB per cápita de Italia a finales de 2023 se encontraba un 4,7% por encima del nivel previo a la pandemia, en España estaba solo un 0,1% por encima". La renta per cápita ha pasado de los 25.420 euros de 2019 a los 25.620 de hoy, según los últimos datos de Eurostat. Lo que es más grave, echando la vista atrás, el PIB per cápita es hoy solo un 4% más alto que en 2007.

El PIB per cápita de España está estancado

El dato de crecimiento de PIB per cápita desde 2019 es revelador. España lo ha hecho peor que Italia. Arnal explica que "el PIB per cápita real finalizó el año 2023 en Italia un 4,7% por encima del año 2019, frente a un modesto 0,1% en España. Por su parte, en Alemania, el PIB per cápita real en 2023 aún estaba un 0,9% por debajo del año 2019". La experta añade que esta fuerte diferencia entre la evolución de las cifras de PIB global y PIB per cápita viene lógicamente explicada por el denominador, es decir, por la diferente evolución de la población.

"España fue el país de la zona euro donde la población experimentó un mayor crecimiento (un 3,6%, pasando de los 46,9 a los 48,6 millones de habitantes). En el extremo opuesto se encuentra Italia, con una caída de su población del 1,4%, pasando de los 59,8 a los 58,9 millones de habitantes. Esto sugiere que el crecimiento del PIB estaría siendo más intensivo en Italia y más extensivo en España, es decir, más basado en el aumento de la población en el caso español", sentencia Arnal.

Es decir, el crecimiento económico de España está siendo más extensivo frente al de Italia, más intensivo. Además, otra de las diferencias radica en la fuerte expansión del consumo público en España. En el primer trimestre de 2024, el consumo público se situó un 11,8% por encima del último trimestre de 2019 en España, seguida de Alemania, con un aumento del 7,9%. En el extremo opuesto está Italia, con un crecimiento del consumo público entre estos dos períodos del 5,1%. "El consumo público ha aumentado sustancialmente en estos años como respuesta a la pandemia primero y la crisis inflacionista después, pero una vez que las tensiones parecen haberse reducido, conviene monitorizar esta variable para evitar incrementos estructurales del consumo público", sentencia la investigadora.

Por otro lado, esta experta destaca que el consumo de los hogares se encuentra levemente por encima de los niveles previos a la pandemia en España, una buena noticia en un contexto en el que los precios y la bajada de los tipos de interés aliviarán a las familias. Por el contrario, la inversión (formación bruta de capital fijo o FBCF), vital para producir más en el futuro, se encuentra todavía muy lejos.

Capital acumulado por trabajador

"En Italia, la FBCF se encontraba en el primer trimestre de 2024 un 30,7% por encima del último trimestre de 2019 (aunque este dato tiene truco por el superbonus del Gobierno). El otro país con unos niveles de FBCF superiores al inicio de la pandemia es Francia, pero muy lejos de Italia, con un incremento del 1,7%. Y tanto España como Alemania presentaban en el primer trimestre de 2024 unos niveles de FBCF un 2,2% y un 3,9%, respectivamente, por debajo del último trimestre de 2019. Se trata de unas cifras llamativas, especialmente a la luz de los fondos puestos a disposición bajo el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), que llaman a la aceleración de la canalización de estos recursos públicos al conjunto de la economía. Esto podría sugerir que Italia está siendo más expeditiva en la canalización de los fondos del MRR y resalta la importancia del empleo de estos recursos como forma de estimular la inversión", apunta la economista española.

Uno de los 'debes' de España es la inversión por ocupado, que en términos económicos se define como stock de capital fijo por empleado y que mide el valor de los activos fijos de los que dispone cada trabajador para producir: maquinaria, espacios, software... toda herramienta o recurso capaz de generar valor añadido. Este indicador cerró 2023 siete puntos por debajo del nivel previo a la pandemia, y el Banco de España también se hizo eco. "Desde un punto vista macroeconómico, existe un amplio consenso sobre que un menor stock de capital humano reduce el crecimiento", explicó el supervisor en el informe anual. "Este impacto no solo provendría del efecto directo del nivel formativo sobre la productividad individual, sino que también se materializaría a través de otros canales como la complementariedad del capital humano con la inversión en capital físico o tecnológico".

Indicadores relevantes.

Tomando datos de Eurostat con paridad de poder adquisitivo (PPA), la productividad del trabajo por ocupado español es de 74.930 euros, mientras el valor del capital fijo por empleado asciende a 285.800 euros –una cifra compleja de extraer con las bases estadísticas actuales-. La productividad del capital viene a reflejar que el mercado laboral español es capaz de producir 0,26 euros por cada euro invertido en activos fijos. Es decir, necesitamos aproximadamente cuatro euros para producir uno.

¿Qué nos diferencia de Europa? El conjunto de la Eurozona produce 81.700 euros con un valor de activos fijos de 275.900 euros. Esta comparativa viene a decir que los países del euro producen más que España con menos: por cada euro invertido, producen 0,30 euros. Menos inversión, teniendo en cuenta que buena parte del empleo creado se da en sectores donde es más necesario el capital humano que el capital físico, y también menos capacidad productiva.

De modo que parece evidente que el fuerte crecimiento económico en España se debe en gran parte al drástico incremento de la población, producto de la llegada de extranjeros, del consumo público y de las exportaciones de servicios (lideradas por el turismo). Este crecimiento, que ha sido útil para salir del bache que generó la pandemia del covid, puede no ser sostenible por mucho tiempo. Por ello, Arnal pide medidas para incrementar la productividad y lograr un mayor crecimiento del PIB per cápita, un crecimiento más intensivo que extensivo… un burro que ande mejor y más rápido, aunque no sea tan grande.