martes, 8 de octubre de 2024

Encuentran una nueva relación entre el envejecimiento y los dolores traumáticos



(istock)



Los resultados de una investigación reciente sugieren que la pérdida de seres queridos tiene una influencia aún más profunda de lo que pensábamos



Perder a un ser querido es una experiencia devastadora pero, ¿hasta qué punto puede afectarnos este dolor? Un equipo de científicos de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia y del Centro de Envejecimiento Butler Columbia ha descubierto que el duelo tiene un efecto tan fuerte en nosotros que es capaz de acelerar el proceso de envejecimiento. Así es: el duelo puede acelerar tu envejecimiento biológico.

Lo cierto es que la conexión entre el duelo y la salud a lo largo de la vida es bien conocida. Pero, aún así, hay etapas particulares de nuestra existencia que pueden ser especialmente vulnerables a problemas de salud y un aumento en la mortalidad. Por ejemplo, perder a un hermano o a un padre durante la infancia es un evento realmente traumático que se asocia con un deterioro en la función cognitiva, problemas de salud mental, y un mayor riesgo de desarrollar problemas cardiometabólicos, entre otras cosas. Y si tenemos la coyuntura vital de que se juntan varias pérdidas repetidas, los riesgos para la salud pueden agravarse aún más.

En este estudio, publicado en la revista Jama Network, los investigadores descubrieron que las personas que perdieron a un padre, pareja, hermano o hijo mostraron signos de envejecimiento biológico acelerado en comparación con aquellos que no tuvieron esa pérdida.

"Nuestro estudio muestra fuertes vínculos entre la pérdida de seres queridos a lo largo de la vida, desde la infancia hasta la edad adulta, y un envejecimiento biológico más rápido en los EE. UU.", explicó Allison Aiello, profesora de longevidad saludable James S. Jackson en Epidemiología y autora principal del estudio.


Marcadores de envejecimiento

El envejecimiento biológico se determina mediante marcadores de ADN llamados relojes epigenéticos ya que, conforme vamos envejeciendo, nuestros tejidos, células y órganos comienzan a funcionar con menor eficiencia, lo que, a su vez, nos inclina a aumentar nuestras probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas.

“Pocos estudios han analizado cómo la pérdida de un ser querido en diferentes etapas de la vida afecta a estos marcadores de ADN, especialmente en muestras de estudio que representan a la población estadounidense”, apuntó Aiello.

A tenor de los resultados, los investigadores sugieren que los efectos de la pérdida de seres queridos en el envejecimiento se manifiestan mucho antes de la mediana edad y pueden contribuir a las disparidades de salud entre diferentes grupos raciales y étnicos.

Para llegar a esta conclusión, los científicos utilizaron datos del Estudio Longitudinal Nacional de Salud de Adolescentes y Adultos de EE. UU., que comenzó en 1994 y ha seguido a 20.000 personas. Y calcularon cuatro relojes biológicos: DunedinPACE, Horvath, PhenoAge y GrimAge. DunedinPACE mide el ritmo del envejecimiento, mientras que los otros tres miden la aceleración de la edad epigenética.

"A medida que envejecemos, nuestras células, tejidos y órganos funcionan con menor eficiencia"

Las pérdidas se clasificaron en dos grupos: las experimentadas durante la infancia o la adolescencia (hasta los 18 años) y las que tenían lugar en la edad adulta (de 19 a 43 años), así como un análisis del número acumulado de pérdidas a lo largo de la vida de una persona. La conclusión fue clara: cuantas más pérdidas se experimentaban, más rápido se producía el envejecimiento biológico. El impacto fue más pronunciado cuando se produjeron dos o más pérdidas en la edad adulta.


¿Por qué afecta a la salud?

Los investigadores no están completamente seguros de cuál es el motivo por el que perder un ser querido también afecta a nuestra salud física, pero está claro que resulta más que importante contar con recursos para lidiar con la esta pérdida. Según los expertos, esto “es esencial” para quienes se enfrentan al duelo.

“Todavía no entendemos completamente cómo la pérdida conduce a una mala salud y una mayor mortalidad, pero el envejecimiento biológico puede ser un mecanismo como se sugiere en nuestro estudio. Las investigaciones futuras deberían centrarse en encontrar formas de reducir las pérdidas desproporcionadas entre los grupos vulnerables”, concluye Aiello.