domingo, 16 de noviembre de 2025

China sufre un desplome sin precedentes de la inversión y deja a la economía sin motores en pleno vuelo

 

Foto: iStock


  • La inversión en activos fijos presentó una acusada caída en octubre
  • Débiles datos de ventas minoristas, vivienda y producción industrial


En economía hay varias verdades que, aunque parecen simples, suelen ser difíciles de refutar. Una de ellas es que sin inversión presente no hay crecimiento futuro. Los cimientos del progreso (nuevas fábricas, infraestructuras, innovación, maquinaría...) dependen de que los agentes económicos apuesten por el mañana y para ello necesitan confianza en el presente y en el futuro. En China, esa apuesta parece estar desvaneciéndose o evaporándose de una forma muy rápida. Tal y como señala la literatura económica y cualquier manual de macroeconomía, esta situación llevará forzosamente a China a presentar un crecimiento inferior al actual.

La segunda mayor economía del mundo atraviesa una caída sin precedentes de la inversión, un fenómeno que no solo refleja la pérdida de dinamismo interno, sino que anticipa tiempos difíciles para su potencial de crecimiento. Las últimas cifras, publicadas este viernes, por la Oficina Nacional de Estadística confirman que la inversión en activos fijos se hundió un 12,2% interanual en octubre, arrastrando consigo al sector manufacturero, la construcción y la infraestructura. Esta inversión en activos fijos se contrajo igualmente un 1,7% en los primeros diez meses del año, una caída récord para este período.

Por categorías, la inversión en infraestructura entró en contracción, con un descenso del 0,1% interanual en lo que va del año, la primera desde 2020. La inversión en el sector manufacturero, que había tenido un desempeño superior durante varios años, se desplomó hasta solo el 2,7% interanual. La inversión del sector privado cayó al -4,5% interanual, mientras que incluso la inversión pública se ralentizó hasta el 0,1% interanual y probablemente entrará en contracción el próximo mes.

En términos generales, se trata de una caída histórica que no vaticina nada bueno. Desde los medios económicos y las casas de análisis se es consciente de que se lleva anunciando el 'estallido' de la economía china desde año años, por lo que estos datos de hoy parecen algo más, pero no lo son. No quiere decir que China vaya a entrar en recesión o a sufrir una crisis total, pero lo que parece evidente es que China no va a poder seguir creciendo al un ritmo tan elevado... y sin crecimiento es difícil mantener otros aspectos del país que hasta el día de hoy se han sostenido en el milagro económico del país.

"El impulso del crecimiento se ha disipado claramente en octubre", certifica Raymond Yeung, economista jefe para la Gran China del Australia & New Zealand Banking. Los esfuerzos del Gobierno por abordar el exceso de capacidad y la competencia excesiva han "afectado a la cartera de inversiones", sintetiza. "Si bien la magnitud de las caídas ha resultado algo sorprendente, la persistente debilidad de la inversión no lo ha sido. Las políticas antiinvolución que buscan reducir la competencia excesiva de precios y la tendencia a disminuir las inversiones redundantes podrían estar contribuyendo a la presión a la baja", soslaya Lynn Song desde ING.

Tommy Wu, economista de Commerzbank, advierte que el problema no se limita a una desaceleración coyuntural, puesto que "la débil demanda interna, las señales de pérdida de impulso en las exportaciones y una producción industrial todavía decente implican que la sobreoferta persiste: los bienes no se venden, sino que se almacenan". En otras palabras, las fábricas chinas siguen produciendo, pero el consumo y la inversión no acompañan, de modo que los inventarios crecen y la economía se atasca en una dinámica de exceso de capacidad. Wu apunta que esta situación "requiere medidas de estímulo para apoyar la economía", aunque Pekín no parece dispuesto a actuar de inmediato: "El gobierno no tiene prisa por impulsar el crecimiento en el cuarto trimestre; es probable que un nuevo paquete de estímulos se anuncie en el primer trimestre del próximo año".

El stock acumulado es gigante, y poco a poco recuerda a lo que sucedía en la Unión Soviética, donde la falta de incentivos y los problemas con la cadena suministros forzaban a las empresas a trabajar con un stock de un año, lo que incrementaba los costes sobremanera, desaceleraba la innovación (para que vas a invertir en hacer algo mejor si primero debes vender la mercancía que tienes acumulada) y terminaba lastrando todo el crecimiento del país. La sobrecapacidad se ha convertido en un monstruo difícil de controlar para las autoridades chinas, y sus llamaradas más patentes son la deflación con la que constantemente coquetea el país y la necesidad de inundar mercados como Europa con bienes a precio de derribo.

Una cascada de datos negativos

El diagnóstico de Commerzbank revela un cuadro preocupante. Las ventas minoristas apenas crecieron un 2,9% interanual en octubre, mientras la inversión inmobiliaria se desplomó un 23,1%, arrastrando también las ventas de viviendas, que se hundieron un 26,1%. Las nuevas construcciones y los proyectos terminados retrocedieron en torno al 30%, evidenciando un colapso prolongado del sector que durante años fue uno de los principales motores de crecimiento del país. Además, la inversión en infraestructuras (que en el pasado servía de amortiguador ante los ciclos económicos) también se ha contraído tras un primer semestre de fuerte gasto público. En la misma línea, la producción industrial subió un 4,9% el mes pasado con respecto al año anterior, el menor aumento desde principios de este año. La previsión media de los economistas era de un aumento del 5,5%.

Como explica Wu, el desajuste entre la oferta y la demanda está generando un "crecimiento decente del lado de la producción frente a una demanda interna débil", una combinación que conduce a la acumulación de inventarios. En el tercer trimestre, el crecimiento de la formación bruta de capital fue positivo pese a la caída de la inversión, lo que sugiere que el aumento del PIB provino del almacenamiento de bienes no vendidos. Si las exportaciones siguen perdiendo fuelle, ese exceso de inventario podría agravarse, dejando al descubierto la fragilidad de un modelo que durante décadas dependió de la inversión y las exportaciones como pilares de su expansión.

El comercio exterior, tradicional válvula de escape para la economía china, tampoco ofrece alivio. Las exportaciones cayeron un 1,1% en octubre, con una contracción del 25,2% en los envíos a EEUU y un débil avance del 3,1% hacia el resto de los mercados. Esta pérdida de tracción exportadora se suma a un contexto de deflación interna y de menor crédito, factores que limitan la capacidad de recuperación de la demanda. Paradójicamente, la producción industrial todavía creció un 4,9% interanual, aunque por debajo del 5,8% registrado en el tercer trimestre, lo que confirma que la economía produce más de lo que puede absorber o vender.

Con todo, de una forma burda y sencilla se podría decir que China se encuentra atrapada en una extraña economía con demasiada oferta, poca demanda y un gobierno que, por ahora, prefiere esperar antes de lanzar nuevos estímulos. Pekín podría estar tratando de evitar un nuevo ciclo de deuda y burbujas financieras, pero la inacción tiene su precio. La inversión, motor histórico del 'milagro chino', se ha detenido (sin que haya arrancado el consumo interno, lo que deja a China volando sin ningún motor), y con ella se detiene la promesa de crecimiento futuro. Si no se restablece pronto la confianza empresarial ni se apoya la demanda de los hogares, China corre el riesgo de consolidarse en una senda de bajo crecimiento que marcaría el fin de su era de expansión vertiginosa.

La tregua con EEUU traerá poco alivio

Los analistas de Capital Economics siguen pensando que el desplome de la inversión puede revertirse parcialmente en breve. Lo más preocupante, subrayan, es que los indicadores de producción, que se habían mantenido bastante bien el trimestre anterior, se desaceleraron notablemente en octubre. "Prevemos que la economía se mantendrá débil durante los próximos trimestres. La tasa de desempleo, según las encuestas, disminuyó ligeramente y nuestro Indicador del Mercado Laboral repuntó, lo que señala cierta mejoría en el mercado de trabajo . Sin embargo, la prolongada caída del mercado inmobiliario seguirá lastrando la actividad, al igual que un entorno externo más adverso", escriben en una nota los economistas Zichun Huang y Julian Evans-Pritchard.

Ambos analistas consideran improbable que el reciente acuerdo comercial entre EEUU y China ofrezca un alivio significativo. Además, con los tipos de interés ya bajos y el déficit presupuestario ya elevado, el margen y la disposición para proporcionar un apoyo político adicional sustancial parecen limitados, advierten.

"La desaceleración de la producción industrial, junto con las exportaciones, debe ser monitorizada de cerca. Las señales de que la demanda externa y la actividad manufacturera se están desacelerando representan riesgos significativos para las perspectivas generales, dada la debilidad de la demanda interna", aquilatan desde ING.

Ampliando más la óptica, desde el servicio de estudios del banco holandés estiman que, tras la continua debilidad de los datos de octubre y un repunte de la inflación, que podría reducir el impulso del deflactor del PIB, los riesgos para su previsión de crecimiento del PIB del 5% (el objetivo de Pekín) para 2025 parecen estar algo equilibrados a la baja de cara al tramo final del año.

"Se ha reducido la urgencia de implementar nuevas medidas de apoyo político. El crecimiento superior al previsto en los tres primeros trimestres del año probablemente mantendrá a la economía encaminada a alcanzar su objetivo de crecimiento para 2025 sin necesidad de mucha intervención adicional. Con los ambiciosos objetivos fijados por el primer ministro Li para 2030, que apuntan a un PIB de 170 billones de yuanes, junto con la meta del presidente Xi de duplicar el crecimiento para 2035, desde 2020, se trata de una carrera de fondo, no de una de velocidad. Por lo tanto, la reciente pausa en los nuevos estímulos probablemente sea solo una pausa, y no un cambio de rumbo", remata el economista Lynn Song.


sábado, 15 de noviembre de 2025

El peligro de una burbuja IA se extiende y salta una alarma clave: Oracle se desploma un 30% tras apostarlo todo

 

Larry Ellison, ceo de Oracle (Bloomberg)


  • La empresa tiene un flujo de caja negativo tras inversiones masivas en la tecnología
  • Su ratio de endeudamiento se ha disparado un 500%
  • En el último mes se desmorona ante la idea de unos retornos menores



La era de la IA está entrando en una etapa complicada. Tras meses y meses de euforia desatada y subidas rampantes para todo aquel que pudiera vincular este fenómeno a sus ingresos, ahora llega el momento de rendir cuentas. Desde los resultados de Palantir las caídas de las tecnológicas se han ido extendiendo. Estos fueron la mecha que hizo a los analistas preguntarse si las enormes inversiones en el sector tendrán un retorno y cada presentación implica ya un examen que puede acabar con desplomes.

Este es el caso de Oracle, uno de los candidatos más inesperados pero fuertes en la carrera de la IA. La empresa de Larry Ellison entró con todo anunciando miles de millones de dólares de inversión para conquistar el negocio de los centros de datos. Principalmente, el rol que se ha ganado en el brillante futuro de la IA ha sido el de suministrador de capacidad informática para sostener esta tecnología. La firma aterrizó en una nueva dimensión dentro de este rol con su acuerdo con Chat GPT y Softbank para una inversión conjunta de 100.000 millones de dólares inicial y 500.000 millones de dólares en total, el proyecto Stargate.

El proyecto consiste en el desarrollo de 4,5 gigavatios de capacidad IA y, paralelamente, Oracle se ha convertido también en uno de los grandes suministradores de ChatGPT, con unos 30.000 dólares al año de ingresos por su negocio de centros de datos. Sin embargo, esta historia de éxito parece haberse gripado con un desplome del 30% en bolsa en el último mes y recorta las alzas en 2025 (que era su gran año) a solo un 31% en un verdadero viaje de ida y vuelta.

No es la única que ha vivido este proceso, aunque sí es la que más lo ha sentido. El último mes Meta cede un 13,94%, Microsoft un 2% y Nvidia pierde un 9% desde sus máximos de octubre (gana un 4% en los últimos 30 días). Amazon sube un 10% aproximadamente en este periodo.

Si bien todas las empresas han apostado por invertir en la IA como si no hubiera un mañana, el riesgo con Oracle se ha vuelto mucho más delicado. La empresa lo ha apostado todo al futuro y se ha metido en una espiral de deuda de la que solo podrá salir airosa si consigue unos retornos muy elevados. Si la inversión acaba siendo algo decepcionante, el lastre que emergerá en sus cuentas será el más alto del sector.

De momento las expectativas siguen siendo optimistas y la gran mayoría de expertos cree que el negocio de infraestructura de Oracle crecerá hasta multiplicarse por 10, superando todos los peligros… pero los nervios se extienden. La empresa ha contraído una deuda de 96.000 millones de dólares frente a los 75.000 millones de hace un año. Por su parte los analistas creen que esta cifra se disparará hasta los 290.000 millones de dólares (según Morgan Stanley). En base a las ventas de bonos y la hoja de ruta que la empresa ya ha establecido.

Sam Altman: ""la gente sobreinvertirá y perderá dinero"

La agencia de calificación crediticia Moody's también ha señalado riesgos significativos debido a la dependencia de Oracle de un número reducido de empresas de IA. S&P Global advirtió que, para 2028, un tercio de los ingresos de Oracle dependerá de un solo cliente, en referencia a su dependencia de OpenAI. Algo que provocó que "aumente el riesgo crediticio".

De los cinco gigantes tecnológicos (Amazon, Google, Microsoft y Meta) Oracle es el único con flujo de caja libre negativo. Su ratio de endeudamiento se ha disparado hasta el 500%, muy superior al 50% de Amazon y al 30% de Microsoft. Estos, en cualquier caso, también están tomando decisiones traumáticas para apostar por la IA. En el caso de Amazon esta reconoció en una carta enviada a sus empleados que recorta 14.000 puestos de trabajo para conseguir liquidez con la que alimentar la IA.

"Algunos podrían preguntarse que sentido tiene despedir cuando hay un buen rendimiento. (...) Esta generación de IA es la tecnología más transformadora y estamos convencidos de que necesitamos una estructura más ágil, con menos capas, para avanzar lo más rápido posible", comentaba la firma en una carta a sus empleados que luego publicó en su página web.

Recuerdos de las puntocom

Según el último estudio de GQG Partners, las grandes tecnológicas de EEUU ya destinan entre el 50% y el 70% de su EBITDA a inversiones en activos fijos que, en su gran mayoría son centros de de datos o infraestructura de nube. Un comportamiento que comparan con lo que ocurrió en la burbuja de las puntocom cuando AT&T destinaba un 72% de su EBITDA a inversiones en activos fijos (redes e infraestructura para internet). También lo comparan con la burbuja energética cuando Exxon dedicaba un 65% de su Ebitda en la época del petróleo caro poco antes de que Rusia y Arabia Saudí inundaran el mercado frente al shale oil de EEUU, algo que llevó a un desplome en su cotización y que llegase a abandonar el Dow Jones.

Ahora no hay sensación de un estallido de burbuja, pero muchos de los principales agentes de la industria advierten que tal vez se ha llegado demasiado lejos y que el riesgo de que se está sobre invirtiendo está ahí. El director ejecutivo de Goldman Sachs, David Solomon, afirmó que prevé que "mucho capital invertido no generará rentabilidad". El fundador y presidente ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, calificó la situación actual como "una especie de burbuja industrial". El mismo Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, advirtió que "la gente sobreinvertirá y perderá dinero" durante esta fase del auge de la IA.

"La operación de Oracle podría resultar costosa , ya que la empresa prevé pérdidas considerables en el alquiler de centros de datos"

Desde Yale comentan que "si bien las perspectivas comerciales sobre la IA entre los líderes empresariales eran entusiastas, existen ya importantes focos de preocupación, que iban más allá de los temores de seguridad, y que cuestionaban las estrategias de inversión desenfrenadas". De hecho, según una encuesta de la universidad "el 60% de los directores ejecutivos encuestados no creía que el auge de la IA hubiera derivado en una sobreinversión; sin embargo, el 40% restante expresó serias dudas sobre el rumbo de este entusiasmo, y consideró inminente una corrección".

Según la firma, el éxito se está concentrando en un conjunto "muy pequeño de empresas", que "están acaparando los grandes contratos". La institución asevera que "Casi a diario se publican noticias sobre inversiones multimillonarias de compañías conocidas como OpenAI, Nvidia, CoreWeave, Microsoft, Google y algunas otras. Si las ambiciosas promesas de la IA no se cumplen, la interdependencia entre estos grandes actores del sector podría desencadenar una reacción en cadena devastadora, provocando un colapso generalizado similar a la Gran Crisis Financiera de 2008".

En el caso concreto de Oracle comentan que la euforia por su participación en OpenAI fue excesiva y que se está inviertiendo demasiado con un claro riesgo de que ese gran acuerdo con el gran referente de la nueva tecnología no sea tan lucrativo como parece. "La operación de Oracle podría resultar costosa , ya que la empresa prevé pérdidas considerables en el alquiler de centros de datos, principalmente a OpenAI".

No hay un riesgo total ni Oracle ha colapsado. Sin embargo, ha unido su destino a la IA como ningún otro y se convierte así con sus caídas en un indicador viviente de una nueva tendencia. Las dudas ya dominan el panorama, tal vez se ha invertido demasiado y los retornos no serán los suficiente. Las recompensas son enormes si todo sale bien, pero los riesgos son igual de importantes. Ahora los inversores dejan atrás el optimismo desaforado y entran en una nueva fase donde el vértigo empieza a imponerse.


viernes, 14 de noviembre de 2025

Los gráficos, mapas y fotos que muestran la lenta muerte de la Amazonía y por qué el mundo debería preocuparse


BBC, Getty Images


La conferencia de Naciones Unidas sobre el clima de este año (COP30) se celebra en Belén, ciudad del norte de Brasil, a menudo descrita como la puerta de entrada a la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo.

Se trata de un lugar simbólico, 10 años después de la COP de París, en la que se alcanzó un acuerdo histórico destinado a frenar las emisiones de gases que calientan el planeta hasta umbrales seguros.

Esos esfuerzos aún no han dado sus frutos, ya que las emisiones siguen aumentando, y la Amazonía, que absorbe grandes cantidades de C02 de la atmósfera, será clave en las medidas para dar por fin un giro a la situación.

Pero el futuro propio de la Amazonía no está claro, tras décadas de deforestación y ahora de impactos climáticos, alertan los científicos.

En el estado de Pará, cuya capital es Belén, los niveles de destrucción de la selva tropical son de los más altos de la Amazonía.

Por ello, la BBC analiza en detalle el estado de la Amazonía y las amenazas que se ciernen sobre ella.


Brasil, que ocupa el 60% de la Amazonía, dice que intentará conseguir un acuerdo que proteja firmemente las selvas tropicales, a menudo situadas cerca del ecuador, con árboles altos, en su mayoría de hoja perenne, y una exuberante vegetación que se sustenta gracias a las elevadas precipitaciones y a la humedad.

Pero la Amazonía también contiene llanuras aluviales, pantanos y sabanas.

Abarca más de 6,7 millones de kilómetros cuadrados de América del Sur, más del doble del tamaño de India, y es uno de los focos de biodiversidad más ricos del planeta.

Contiene:

  • al menos 40.000 especies de plantas
  • 427 especies de mamíferos, entre ellos osos hormigueros y nutrias gigantes
  • 1.300 especies de aves, entre ellas el águila arpía y el tucán
  • 378 especies de reptiles, desde la iguana verde al caimán negro
  • más de 400 especies de anfibios, entre ellos la rana venenosa y el sapo liso
  • y unas 3.000 especies de peces de agua dulce, entre ellos la piraña y la enorme arapaima, que puede pesar hasta 200 kilogramos.

Muchas de estas especies no se encuentran en ningún otro lugar.


Además, cientos de grupos indígenas viven en la región.


El río Amazonas es el más caudaloso del mundo y, con sus más de 1.100 afluentes, constituye con diferencia el mayor recurso de agua dulce del planeta.

Estas aguas desembocan en el océano Atlántico y desempeñan un papel importante en el mantenimiento de las corrientes oceánicas que pueden influir en los sistemas climáticos regionales y mundiales.

Y sus bosques son importantes sumideros de carbono, a pesar de que se ha descubierto que algunas zonas degradadas emiten más CO2 del que almacenan.

La Amazonía es también una importante fuente de alimentos y medicinas. De ella se extraen metales, incluido el oro, y podría convertirse en un importante productor de petróleo y gas.

La destrucción de grandes extensiones de bosque también ha convertido a la región en un gran proveedor de madera.

¿Qué está pasando hoy?

Las organizaciones conservacionistas afirman que se ha perdido hasta un 20% de la selva y que una superficie similar se ha degradado a causa de actividades humanas como la agricultura, la ganadería, la tala y la minería, y ahora también por la sequía y el aumento de las temperaturas inducidos por el clima.

El último punto álgido de deforestación se produjo en 2022, cuando se talaron casi 20.000 km2 de bosques, un aumento del 21% con respecto a 2021 y el peor año desde 2004, según el Programa de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) de Amazon Conservation.

Tras un cambio de gobierno en Brasil en 2023, la tasa de deforestación de la Amazonía brasileña se redujo inmediatamente a la mitad -aunque no en las regiones controladas por otros países- y el mundo se alegró.

Pero pronto se descubrió que algunas partes de la Amazonía habían sufrido graves daños de los que tal vez no se recupere.

Esto no es sólo producto de años de deforestación, sino también de la crisis climática, que se perfila como una nueva amenaza para el ecosistema amazónico.


Fuente de la imagen,Reuters/Amanda Perobelli

Pie de foto,La sequía ha estado afectando a los ríos que atraviesan la Amazonía, como el Tapajós.

Un aumento significativo de la temperatura y prolongados episodios de sequía han repercutido en su funcionamiento básico, haciendo que el bosque, habitualmente húmedo, sea más seco y susceptible a los incendios forestales.

En septiembre de 2024, por ejemplo, hubo 41.463 focos de incendio en la Amazonía brasileña, la cifra más alta para ese mes desde 2010, según la agencia espacial brasileña, el INPE.

"Cada vez hay más sequías e incendios, lo que ha provocado un aumento de la degradación de varias zonas de la Amazonía", afirma Paulo Brando, profesor asociado de captura de carbono en ecosistemas de la Universidad de Yale (Estados Unidos).

"Esta degradación en diferentes partes se perfila como una gran amenaza para la Amazonía", alerta.

Los "ríos voladores" interrumpidos

Así es como surge el problema. La gigantesca región amazónica tiene sistemas climáticos internos: sus bosques hacen circular la humedad del océano Atlántico creando lo que se conoce como "ríos voladores" en el cielo.

Estos ríos atmosféricos dejan caer primero la lluvia sobre la parte oriental de la Amazonía, cerca del Atlántico.

A continuación, el agua vuelve a elevarse en el aire, desde el suelo y la vegetación (mediante un proceso de evapotranspiración), y se desplaza más hacia el oeste antes de caer sobre otra parcela de la selva tropical.

Esta circulación de agua de una parcela de selva tropical a otra se produce en toda la Amazonía y explica en parte cómo la inmensa selva ha florecido.


Fuente de la imagen,AFP via Getty Images/NELSON ALMEIDA

Pie de foto,Los ríos atmosféricos transportan vapor de agua a lo largo de la selva.

Pero esa circulación de humedad, advierten los expertos, se ha interrumpido ahora.

Las zonas amazónicas que han sido deforestadas y degradadas no pueden hacer circular adecuadamente la humedad del océano y, como resultado, una cantidad mucho menor de ésta vuelve a entrar en la atmósfera a través de la evapotranspiración.

"Los minisistemas de circulación de la humedad que estaban interconectados en toda la Amazonía están ahora rotos", afirma Matt Finer, científico de Amazon Conservation y coautor de un reciente informe sobre el papel de los ríos voladores y el destino de la Amazonía.

La región más afectada es la Amazonía occidental, más alejada del Atlántico, sobre todo el sur de Perú y el norte de Bolivia, dice.

"La supervivencia de las selvas tropicales de Perú y Bolivia depende en realidad de que haya bosques intactos en Brasil, al este, ya que si se destruyen esos bosques, se rompe el ciclo del agua que crea los ríos voladores y no puede llegar a la Amazonía occidental. Todo está conectado", explica.

Este problema es especialmente grave en la estación seca, de junio a noviembre.


Fuente de la imagen,AFP via Getty Images/Pedro Pardo

Pie de foto,En los últimos años, los ríos de la selva amazónica han registrado niveles de agua inusualmente bajos.

¿Punto de inflexión?

En el pasado, la selva húmeda ha sido muy resistente a los incendios forestales, pero en las zonas donde no llueve esa resistencia se está debilitando.

Algunos científicos temen que el ecosistema de la selva tropical esté llegando a un punto de inflexión del que no podrá recuperarse y se perderá para siempre.

"Estos son los primeros signos del punto de inflexión que estamos viendo en algunas partes del Amazonas", afirma Finer.

Erika Berenguer, investigadora asociada del laboratorio de ecosistemas de la Universidad de Oxford (Reino Unido), coincide en que el riesgo es cada vez mayor, pero, al igual que Finer, afirma que algunas zonas se ven más afectadas que otras.

"Es un proceso muy lento que se está produciendo en ciertas partes", explica.


Fuente de la imagen,The Washington Post via Getty Images/Rafael Vilela

Pie de foto,La agricultura, la cría de ganado y la minería han arrasado con miles de hectáreas de selva.

Aguas problemáticas

Una menor circulación del agua en los cielos de la Amazonía no sólo significa un bosque menos sano, sino que también tiene enormes repercusiones en el río Amazonas y sus numerosos afluentes, afirman los expertos.

Varios ríos de la cuenca del Amazonas han registrado niveles récord de estiaje en los últimos años, y en 2023 se produjo la peor sequía de los últimos 45 años.

Las condiciones secas de 2023 y la primera mitad de 2024 fueron provocadas en parte por El Niño, un sistema meteorológico natural en el que las temperaturas de la superficie del mar aumentan en el este del océano Pacífico, afectando a los patrones de precipitaciones globales, especialmente en América del Sur.


Fuente de la imagen,NurPhoto via Getty Images/Rafael Guadeluppe

Pie de foto,Millones de personas, buena parte de ellas indígenas, viven en la cuenca del Amazonas.

El desastre minero

Como si la deforestación y la crisis climática no fueran suficientemente perjudiciales, la minería ilegal -en particular la del oro- también ha causado daños incalculables al ecosistema de la selva tropical.

"Y ahora también se han empezado a extraer minerales de tierras raras en la región", afirma Berenguer.

Estos minerales se utilizan en vehículos eléctricos, turbinas eólicas, teléfonos móviles y satélites, por lo que son fundamentales para la economía moderna.

Aunque la minería no causa mucha deforestación, contamina los ríos, el suelo y la vegetación con sustancias químicas como el mercurio, que luego pueden envenenar a animales y seres humanos.

Según los expertos, también existe un vínculo cada vez mayor entre los mineros ilegales y la delincuencia organizada, incluidas las bandas que trafican con armas.

"Las redes criminales se están expandiendo por toda la Amazonía, lo que dificulta mucho el control de las autoridades sobre el terreno", señala Matt Finer.


Fuente de la imagen,Reuters/Ueslei Marcelino

Pie de foto,La minería ilegal no solamente está destruyendo aéreas selváticas, sino que también está contaminando tierras y ríos de los que dependen los pueblos indígenas.

El hecho de que la Amazonía se extienda por ocho países, cada uno con su propio sistema jurídico y su propio régimen de aplicación de la ley, se suma al reto de hacer frente a la delincuencia transfronteriza.

Otro posible motivo de alarma es el descubrimiento de grandes cantidades de hidrocarburos enterrados bajo la selva.

Según InfoAmazonia, entre 2022 y 2024 se descubrieron reservas equivalentes a unos 5.300 millones de barriles de petróleo.

En el reporte se afirma que la región alberga casi una quinta parte de las reservas recientemente descubiertas en el mundo, lo que la convierte en una nueva frontera para la industria de los combustibles fósiles.

Incluso antes de estos descubrimientos y de las últimas investigaciones sobre los ríos voladores, el Panel Científico para la Amazonía demostró que más de 10.000 especies de plantas y animales corren un alto riesgo de extinción debido a la destrucción de la selva tropical.

La importancia más allá de la región


La Amazonía sigue siendo un potente sumidero de carbono, capaz de absorber grandes cantidades del principal gas que calienta el planeta, el CO2.

En 2022, se estimaba que contenía 71.500 millones de toneladas métricas de carbono, por encima y por debajo del suelo, según el informe del Programa de Monitoreo de la Amazonia Andina (MAAP) publicado en 2024.

Esto equivale a casi dos años de emisiones mundiales de CO2 a los niveles de 2022.

Pero la deforestación, en la que se tala y quema la vegetación, y el impacto del cambio climático en la selva tropical amenazan con convertir más zonas de la región en emisores netos, afirman los científicos.

Perder la Amazonía equivaldrá a perder la lucha contra la crisis climática, añaden.


Fuente de la imagen,REUTERS/Amanda Perobelli

Pie de foto,Solo en 2022, más de 20.000 kilómetros cuadrados de selva fueron deforestados.

Los bosques tropicales también producen una cubierta de nubes que refleja la luz solar hacia el espacio y tiene un efecto refrigerante sobre el planeta.

Mientras esto continúe, se ralentizará el calentamiento de la Tierra.

"Así como los bosques tropicales como la Amazonía tienen la capacidad de almacenar carbono y limitar el calentamiento, también tienen la capacidad de enfriar el planeta", afirma Tasso Azevedo, científico forestal brasileño.

"Por eso llamamos a la Amazonía el gigantesco aire acondicionado para este mundo que se calienta", dice.

Y, como ya se ha señalado, la mayor cuenca de agua dulce del mundo influye notablemente en el clima mundial.

Los científicos afirman que el vertido masivo de agua dulce en el Atlántico ayuda a determinar las corrientes oceánicas, y que las alteraciones de este vertido afectarían tanto a las corrientes como a los patrones meteorológicos regionales y globales que ayudan a modelar.


    • Navin Singh Khadka, Antonio Cubero y el equipo de Periodismo Visual
    • Título del autor,BBC World Service