sábado, 29 de febrero de 2020

Coronavirus: los inesperados beneficios de la epidemia de covid-19 para el medioambiente

Niño en bicicleta

GETTY IMAGES

El coronavirus ha reducido las emisiones en China.

El alivio muy probablemente será momentáneo. Y su causa es fundamentalmente una mala noticia. Pero una de las consecuencias inesperadas del brote de coronavirus ha sido un aire más limpio y la reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático.
El cierre de fábricas y comercios en China, junto a las restricciones de viaje impuestas para hacer frente a la epidemia de covid-19, se ha traducido en una bajada sustancial en el consumo de combustibles fósiles en el país asiático.
Y eso ha producido una caída de al menos un 25% en sus emisiones de dióxido de carbono, según cálculos de Lauri Myllyvirta, del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), con sede en Estados Unidos.
"La demanda de electricidad y la producción industrial (de China) permanecen muy por debajo de sus niveles habituales, según varios indicadores", destacó Myllyvirta en un análisis publicado en el portal especializado Carbon Brief la semana pasada.
"Es probable que esto haya eliminado una cuarta parte o más de las emisiones de CO2 del país en las dos semanas que siguieron a las vacaciones del año nuevo chino, el período en que la actividad normalmente se habría reanudado", dijo entonces el experto.
Calle vacía en ChinaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl parón de la economía china como producto del brote de coronavirus ha tenido consecuencias ambientales positivas.
Y, por lo pronto, la tendencia se ha mantenido: Myllyvirta calcula que durante las últimas tres semanas China emitió 150 millones de toneladas métricas (mtm) de CO2 menos que durante el mismo período el año pasado.
Para hacerse una idea, 150 mtm es más o menos el equivalente a todo el dióxido de carbono que la ciudad de Nueva York emite durante un año.
Y una reducción del 25% de las emisiones de China equivale a una reducción del 6% global.
Aunque, para Myllyvirta, "la pregunta clave es si los impactos serán sostenidos, o si serán compensados o incluso revertidos por la respuesta del gobierno chino a la crisis".

¿Alivio temporal?

Fábrica en ChinaDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionUna reducción del 25% en las emisiones de CO2 de China equivale a una reducción del 6% a nivel global.
Las autoridades quieren que los trabajadores regresen rápidamente a las fábricas ubicadas en las áreas menos afectadas, y para ello han puesto a su disposición aviones, trenes y buses especiales.
Y las medidas destinadas a estimular la economía eventualmente podrían hacer rebotar el consumo de combustibles fósiles, y por ende las emisiones, por encima de los promedios históricos, como pasó después de la crisis financiera mundial y la recesión económica interna de 2015.
"El cambio en las emisiones de CO2 no es permanente. Y en el gran esquema de las cosas, no será visible en nuestras emisiones totales", valoró el experto en cambio climático y medio ambiente del Imperial College de Londres Joeri Rogelj.
Pero Dominic Moran, profesor de Economía Agrícola y de Recursos en la Universidad de Edimburgo, Escocia, es más optimista.
"Algunos dirán que la demanda acumulada de bienes conducirá a un derroche de rebote después", le dijo al diario británico The Independent.
Mujer en chinaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl cierre temporal de fábricas y las restricciones de viaje han hecho caer en picada las emisiones de CO2 en China.
"Pero el 20% de la economía mundial se está cerrando lentamente, uno de cada cinco vuelos globales está siendo cancelado. Y las cosas ya no van a volver a ser iguales", aventuró.
La clave de esto estaría en un posible cambio de comportamiento por parte de los consumidores, en China y a nivel mundial, ya sea como resultado del impacto económico de la crisis o de una mayor toma de conciencia.
"Cualquier impacto sostenido en el uso de combustibles fósiles provendría de una menor demanda", explicó Myllyvirta.
"Si la demanda de los consumidores se reduce, por ejemplo, debido a los salarios no pagados durante la crisis, entonces la producción industrial y el uso de combustibles fósiles podrían no recuperarse, aunque exista la capacidad", ejemplificó el analista de CREA.
Trabajador en ChinaDerechos de autor de la imagenEPA
Image captionAlgunas fábricas ya han empezado a reabrir en las zonas menos afectadas.
Y Moran cree que la crisis también tiene el potencial de hacer cambiar a largo plazo el comportamiento y los hábitos de consumo de la gente, por ejemplo haciendo que se lo piensen dos veces antes de emprender un largo viaje que podría terminar en una cuarentena.
En ausencia de estos cambios, sin embargo, la importancia de la reducción de emisiones de CO2 por causa del coronavirus dependerá sobre todo de la extensión y duración de la crisis.
"Reducir un 25% el consumo de energía de China y sus emisiones durante dos semanas solo reduce las cifras anuales en aproximadamente 1%", recordó Myllyvirta.
Pero si la crisis se extiende, o termina paralizando importantes sectores en otros países, la reducción de emisiones podría acabar siendo verdaderamente significativa para los volúmenes anuales.

Estos son los motivos por los que tus padres tenían más sexo que tú

Estos son los motivos por los que tus padres tenían más sexo que tú
La verdadera revolución sexual de nuestro tiempo es recuperar las ganas. FOTO: GETTY

Nuestra adicción al móvil y a las plataformas de televisión en streaming y la medicación para superar la epidemia de depresión y ansiedad están detrás de la falta de ganas. Los estudios apuntan a una bajada considerable de los encuentros sexuales


Son varios los estudios que desde hace unos años presentan una realidad paradójica. En una sociedad hipersexualizada, en la que el bombardeo de imágenes y publicidad de componente sexual es constante, con mayor apertura a la hora de hablar y experimentar en el sexo, estas relaciones están en horas bajas. Hasta un 15% menos de encuentros de este tipo tuvieron los estadounidenses en la década de 2010 en comparación con los noventa. Así lo recogía en 2017 la archicitada publicación de Jean M. Twenge, Ryne A. Sherman y Brooke E. Wells en Archives of Sexual Behavior, la revista académica internacional referente en investigación sexual. Y lo confirmaba a El País Semanal Pedro Nobre, El Científico del Sexo, creador y director del SexLab de la Universidad de Oporto y director del primer doctorado en sexualidad de Europa: «Si hablamos de nuestro entorno, de los países desarrollados, parece que es así. Hay menos sexo hoy entre las parejas y, a la vez, hay más masturbación».

Tu smartphone y Netflix

Más que la disminución de cantidad, lo que los expertos subrayan es el lugar al que se ha relegado la sexualidad. Entendida esta no solo como el acto sexual, sino también como comunicación y afectividad compartida en un espacio de intimidad. En un artículo de Time, Jean M. Twenge, una de las firmas del citado estudio, explica cómo la infinita oferta de entretenimiento a golpe de clic ha influido en este cambio. «Hay otras muchas formas de entretenerse. Ya sea tu smartphone, tus redes sociales o un vídeo en streaming». Entretenimiento que nos acompaña también a la hora de ir a la cama.
Una idea con la que coincide la psicóloga clínica y sexóloga Carme Sánchez: «La sexualidad se ha convertido en una parte más del ocio. El problema es que exprimimos demasiado el día. Nos acostamos tarde leyendo, viendo series, trabajando hasta altas horas, mirando las redes sociales… No dormimos lo que deberíamos y eso puede provocar estrés, irritación, ansiedad, malestar», explica a S Moda. Un ocio que en la mayoría de los casos es «muy pasivo», que «refuerza nuestra tendencia perezosa», interfiere en la libido y además nos aísla«Muchos pacientes dicen que les resulta más cómodo poner porno y masturbarse que implicarse y dar placer al otro. Lo veo en la consulta y en mi entorno. Incluso el ocio sexual es más pasivo».

La medicación para la depresión

Este estilo de vida rodeado de pantallas, con una tendencia al hiperconsumo acelerado y a la ocupación constante, pero de manera cada vez más individualista, nos marca. En Conexiones perdidas,  libro del periodista Johann Hari que acaba de sacar en España Capitán Swing, el británico ahonda y denuncia, a través de su propia experiencia como consumidor de antidepresivos desde la adolescencia y tras entrevistar a expertos, cómo estos factores sociales (nuestra cultura del trabajo, el problema de la soledad, la omnipresencia de la tecnología o el enfrentamiento a un futuro incierto) se encuentran entre las principales causas -en su opinión, con más peso que lo estrictamente biológico- de la actual epidemia de ansiedad y depresión. La primera afecta a más de 260 millones de personas en el mundo y la segunda, a más de 300 millones, según la OMS. Cifras que aumentan exponencialmente en cada nueva generación.
Un problema de salud que condiciona en muchos casos el deseo sexual y las ganas de compartir tiempo y espacio con otras personas. «El agotamiento y la percepción de insatisfacción con nuestras vidas van ligados a un bajo autoconcepto y autoestima, lo que repercute de forma directa en la búsqueda y vivencia de nuestra sexualidad y vida íntima, que queda relegada a las últimas posiciones en nuestras prioridades», explica Berta Pinilla, médico psiquiatra y psicoterapeuta en el Grupo Doctor Oliveros. Y lo hace de varias formas. “Dentro de la sintomatología de la depresión está el bajo deseo sexual”, apunta Carme Sánchez, pero el estrés y la ansiedad también pueden bloquear esas ganas, aumentando su nivel incluso a la hora de tener relaciones sexuales; a las personas que padecen esta incapacidad de practicar sexo por ansiedad se las denomina ansiosexuales.
Otras veces, como apunta la sexóloga, son los propios tratamientos antidepresivos -cuyo consumo aumentó en un 14,7% en España entre 2012 y 2016- los que acentúan la baja libido. “Algunos fármacos tienen este efecto secundario y está destacado en los prospectos. Esto hace que las personas que los toman tengan la sensación de que el remedio no ayuda”. Un ejemplo lo deja una lectora de The Guardian, que contaba al periódico a través de su consultorio sobre salud sexual su frustración porque el tratamiento antidepresivo que sigue por prescripción de su médico que, además, le dificulta alcanzar el orgasmo. En estos casos, Sánchez recomienda, “en primer lugar, tratar la depresión. Y después, seguir trabajando lo demás mientras se va bajando la dosis de medicamento con la ayuda de un médico”.

¿Por qué es importante reconquistar la intimidad y recuperar el contacto?

«La irrupción del sexo me hizo recordar algo de mí. Fue hermoso acabar acompañada, dar direcciones, conectar con el cuerpo del otro. Desde el accidente, cada vez que intentaba coger [tener sexo] se me tapaban los oídos. Ni siquiera tocarme podía, no llegaba al punto de sentir la necesidad o me distraía en el medio algún pensamiento fuera de lugar. El placer corporal se me había disuelto en algún momento, algo me parecía mal. Como si me sintiera observada. Moral de colegiala»

Litio, Malén Denis

El texto es un fragmento de Litio (Caballo de Troya, 2020), una novela de la escritora y periodista feminista Malén Denis que recoge el malestar generacional a través de una protagonista cuya historia transcurre mientras atraviesa un duelo y (se) envía cartas «intentando constatar su propia existencia». El capítulo al que pertenece esta cita, según cuenta la autora en conversación con S Moda, recoge «la idea de que estar con un otro, en cuerpo, es como una especie de despertar en el que todas esas capas, que son los miedos, las angustias, todo el hipotético y lo que pasa en el campo de lo que no está pasando actualmente, de repente cobra otro espesor con el que empieza a revivir».
Ante la desconexión del otro y de nosotros mismos, la doctora Berta Pinilla comparte la importancia de reforzar el contacto como forma de estar presente: «Mantener el contacto, tanto físico como afectivo, es necesario y clave en nuestro bienestar. Hay que prestarle la atención que merece». El sexo y el roce tienen múltiples beneficios demostrados, asegura. «Hace que se liberen sustancias como la serotonina, las endorfinas o la oxitocina, muy relacionadas con la sensación de bienestar. Ayuda a aliviar el dolor, mejora el ánimo y la calidad del sueño y disminuye el estrés, además de otros beneficios. Compartir espacios de intimidad y sentirse deseado mejora nuestra autoestima, la conexión y comunicación con la otra persona».
Ese contacto y cuidado con el otro, que para Malén trasciende la corporalidad y el tacto, pasa también por «socializar la experiencia de falencia que nos produce todo; el crecer y darnos cuenta de que nos sentimos fallados, ausentes, deficientes…». Cuando lo hacemos, explica, «el sistema mismo que nos impuso estas ansiedades para que sigamos consumiendo, tiembla». Y concluye: «Creo que tiene un poder político y económico mucho más grande de lo que parece todo lo que es la intimidad: el rol político de la intimidad».


MARÍA LÓPEZ VILLODRES | 27 FEB 2020 23:59

viernes, 28 de febrero de 2020

¿Cuántos directivos van todavía con traje a la oficina?



Los españoles son los jóvenes europeos que más desfasado encuentran el traje. Dreamstime



Sólo el 17% de los europeos llevaría chaqueta y corbata al trabajo.
Un ejecutivo en traje termina una reunión y va a recoger a sus hijos al colegio, después vuelve a la oficina y desde allí se marcha a un concierto sin tiempo de pasar por casa para cambiarse. La persona que está en la fila de delante del auditorio también es un ejecutivo de la misma edad, pero viste unos pantalones Dockers, camisa de Scalpers y zapatillas de Pompeii. Su jornada ha sido idéntica, pero el primero es un ejemplar en riesgo de extinción y el segundo representa ese espíritu cool al que los jóvenes se abonan en masa.
Los Millennials no quieren ataduras (sólo la de los cordones de sus zapatillas chulas) y menos las de un código de vestimenta en el trabajo. Según el estudio Work Dress Code Study, elaborado por We are testers y Dockers, que se presentará en unos días, las empresas que no imponen el traje como código de vestimenta son un 75,7% más atractivas para los trabajadores. En la actualidad, seis de cada diez empresas europeas tienen un código formal, al menos para ocasiones específicas. El 33,7% requiere que se lleve ropa de negocios en todo momento, el 27,1% sólo en ocasiones concretas, como reuniones con clientes y eventos.
¿Y cómo les gustaría vestir a estos trabajadores? Según el citado estudio, uno de cada cuatro hombres afirma que trabaja mejor con un traje, y el 17% de los europeos elegiría vestir traje y corbata de forma voluntaria en su jornada laboral. Al 75% le gustaría tener libertad para elegir sus propios outfits.
El traje se ha asociado tradicionalmente con la profesionalidad y el conocimiento. Además, la necesidad de impresionar a los demás (24,4%), mostrar autoridad (24,3%) o proyectar la imagen de alguien influyente (20,2%) son las razones que esgrimen los encuestados para usar este conjunto. Seis de cada diez personas considera que no está obsoleto en contextos laborales, pero los Millennials, una vez más, tienen algo que decir: un alto porcentaje de esta generación considera el traje como una prenda desfasada. Y especialmente los españoles son los europeos que lo encuentran más pasado de moda.
La aparición de nuevas profesiones, el fin de los despachos y las tendencias de la moda han abierto la veda a los looks más relajados. Eso que surgió en Estados Unidos y en Europa a finales de los ochenta y principios de los noventa con el nombre de los "viernes informales", se ha contagiado al resto de la semana a la misma velocidad que el afterwork, que hace tiempo que dejó de ser sólo los jueves. La vida social después del trabajo es muy valorada por los europeos y muchos trabajadores consideran que la moda casual les permite conseguir un equilibrio entre la vida personal y laboral.
Hay estereotipos que lo son con razón. El 30% de los hombres europeos ve como un desafío elegir laropa para el trabajo y al 75% les gustaría tener ayuda para no fallar. Con o sin personal shopper, un 41% de los europeos encuestados va de compras de manera muy frecuente;un 42,2% compra entre tres y diez veces en un año, y el 14%, sólo de forma ocasional. Los más jóvenes son los que compran ropa de manera más regular.
El consumo de marcas conocidas se ha asociado con una mayor capacidad adquisitiva y proyección de una buena imagen, lo que puede extrapolarse a la oficina si se tiene en cuenta que el 80% de los trabajadores encuestados compra enseñas reconocidas y de alta calidad para presentar una imagen profesional en el trabajo. Parece que ahora las zapatillas pueden sacar más lustre a la proyección profesional que un par de zapatos recién encerados.

EL ARMARIO LABORAL

  • Sólo uno de cada cuatro 'Millennials' afirma que trabaja mejor en traje, segúnel informe 'Work Dress Code Study' de Dockers.
  • Las empresas que no imponen el traje como código de vestimenta sonun 75,7% más atractivas para los trabajadores.
  • Seis de cada diez empresas europeas todavía tienen un código formal de vestimenta, al menos para ocasiones específicas.
  • El 30% de los profesionales europeos ve como un desafío elegir la ropa para el trabajo cada mañana.
  • Un 41% de los encuestados a de compras de manera muy frecuente.

Adiós al plástico: 10 productos que pronto serán hechos con material biodegradable

Foto:

¿Pensabas que, pese a todo, el plástico era eterno? Ni muchísimo menos: estos son los materiales (sostenibles y biodegradables) que ya lo están empezando a sustituir


Hay una tendencia clara en todo el mundo: la eliminación (o al menos reducción) del plástico en el uso y la fabricación de todo tipo de productos. Muchas empresas están haciendo verdaderos esfuerzos para sustituirlo por otros materiales, pero en el subconsciente colectivo tendemos a pensar que muchos de los productos de plástico que conocemos nunca podrán ser fabricados con otros materiales.
¿Seguro? La experiencia nos demuestra que nada es imprescindible y que incluso en muchos productos que nunca habríamos imaginado se puede eliminar el plástico o, como poco, reducirlo al máximo. Estos son algunos de ellos:
1.- Botellas. Las botellas de plástico pueden ser sustituidas por otras de materiales alternativos como el aluminio y el vidrio. En caso de no poder sustituirlo, la mejor estrategia para reducir su impacto es aplicar las 'tres R': reducir, reciclar y reutilizar.
2.- Bolsas de la compra. Estas sí que tienen sus días contados. De hecho, ya hay cadenas de supermercados donde no están disponibles y son sustituidas, por ejemplo, por la tela y el papel. Las bolsas derivadas de celulosa, además, son reciclables y biodegradables.
3.- Cubiertos de un solo uso. El bambú se erige como alternativa sostenible al plástico para este tipo de utensilios. Es resistente y se puede lavar sin problema.
4.- Film de empaquetado. Este producto genera una importante cantidad de residuos, pero ya existen alternativas con materiales biodegradables que permiten un manejo más sostenible. Un ejemplo son los sistemas a base de fibras de origen vegetal (celulosa) que sustituyen las tradicionales (y dañinas) anillas plásticas para el transporte de latas de bebida.
5.- Pajitas. Su alternativa ecológica es el papel. Las pajitas de este material ya están disponibles en el mercado: se trata de un papel grueso, especialmente tratado para estar en contacto con alimentos, lo que aporta seguridad al mismo tiempo que los mantiene rígidos durante horas.
6.- Cepillos de dientes. Los utensilios de limpieza bucal son un ejemplo de productos que parecían destinados a fabricarse siempre con plástico... hasta ahora. Las alternativas ecológicas pasan por cepillos biodegradables y compostables, realizados a base de madera o de bambú, que ya están en el mercado.
7.- Platos y vasos desechables. Las vajillas desechables, por su propia comodidad, han amenizado infinidad de cumpleaños, fiestas y reuniones, pero el plástico está obligado a desaparecer. A día de hoy, ya se pueden adquirir platos y vasos desechables realizados a base de hojas de platanero, almidón de maíz o papel, todos ellos reciclables y compostables.
8.- Bastoncillos para los oídos. En sustitución del plástico, cualquier usuario puede recurrir a los bastoncillos de bambú, que son naturales, ecológicos y biodegradables.
9.- Trapos y bayetas. En estos casos, los plásticos son fácilmente sustituibles por trapos de algodón, que incluso se pueden generar a partir de ropa ya sin uso. Una alternativa más absorbente son las bayetas compostables de celulosa, que ofrecen un gran rendimiento y se pueden lavar muchas veces.
10.- Poliéster y telas sintéticas. El poliéster no es biodegradable, procede principalmente del petróleo (no renovable) y en su lavado genera microplásticos que acaban en ríos y mares. La principal alternativa son las fibras de origen natural, donde el algodón supone una gran parte de la producción mundial, aunque su crecimiento se encuentra limitado por superficie. En esta situación, las fibras naturales procedentes de la celulosa suponen una alternativa sostenible para las prendas del futuro.

El 80% de la basura del mar es plástico

Hay motivos más que de sobra para reducir el plástico o directamente prescindir de él. Según la Comisión Europea, más del 80% de la basura hallada en el mar es plástico, debido a su lento proceso de descomposición. El plástico es ingerido por animales como tortugas, focas, ballenas y aves, además de por peces y mariscos, por lo que, antes o después, acaba llegando a nuestros platos.
La cantidad de plásticos destinados a embalaje en Europa supone 20,4 millones de toneladas de este material al año; un 39% del plástico total producido. Se calcula que, para el sector de la alimentación, se producen anualmente 12,8 millones de toneladas de plástico. Es por ello que en este sector existe un importante campo para la investigación y la aplicación de materiales alternativos, como aquellos derivados de la celulosa.
Los plásticos de un solo uso como platos, cubiertos, pajitas o bastoncillos para los oídos quedarán prohibidos a partir de 2021

La lucha contra el plástico no solo la libran las empresas sino que, de hecho, la estrategia viene de mucho más arriba. Es la propia Unión Europea la que, dentro de su batalla contra el cambio climático en los países comunitarios, insta a los distintos gobiernos a prescindir de este material. De hecho, los plásticos de un solo uso como platos, cubiertos, pajitas o bastoncillos para los oídos quedarán prohibidos a partir de 2021.
Para la eurodiputada Frédérique Ries, responsable de la tramitación parlamentaria del texto por el que se prohíben estos objetos, la normativa "reducirá la factura de los daños medioambientales en 22.000 millones de euros", que es el coste estimado de la contaminación por plástico en la UE hasta 2030.

Proponiendo alternativas al plástico

Una de las empresas que participan en esta tendencia es Ence, empresa productora de celulosa que trabaja para generar materiales y productos fabricados a partir de materias primas renovables y biodegradables que sustituyan al plástico en muchos de estos productos de uso común entre la mayoría de ciudadanos.
Ence emplea celulosa procedente de madera certificada, de origen local y renovable, base del papel y de una larga serie de productos biodegradables alternativos a los materiales derivados del petróleo. Dentro de su plan estratégico, la compañía también tiene como objetivo estar presente en la producción de viscosa, una fibra textil de origen natural.
Además, la compañía desarrolla nuevas líneas de investigación para la aplicación de micro y nanocelulosas con las que elaborar nuevos materiales. A partir de la pasta de celulosa, se trabaja en su adecuación para aplicaciones de interés en los sectores químico, de producción de plásticos, papel, embalajes, cosmética y tratamiento de aguas.
Uno de los pilares de Ence es el compromiso con la sostenibilidad. Con un modelo de negocio que busca la contribución a la economía circular, Ence fabrica sus productos con materiales naturales, renovables y reciclables —como la madera— que suponen una alternativa al plástico y a otros materiales no sostenibles.


AUTOR
EC BRANDS   26/02/2020 05:00

Cómo Tim Cook ha desbancado a Steve Jobs de Apple

Tim Cook, consejero delegado de Apple.



El consejero delegado de la tecnológica se ha ganado la confianza del mercado y del equipo



El sábado 11 de agosto de 2011, Steve Jobs, enfermo de cáncer, llamó a su sucesor en funciones en Apple, Tim Cook, para proponerle ese mismo día que fuera el consejero delegado de la compañía. Cook aceptó con el temor de que el cofundador de la empresa tecnológica, acostumbrado a entrometerse en todo, no le permitiera gestionar Apple a su modo. El consejo de administración también recelaba: temía que el mercado, acostumbrado a la figura de Jobs, no supiera reconocer los puntos fuertes de Cook (Mobile, Alabama, 1960). Este accedió al puesto sabiendo que iba a trabajar dentro del modelo que había diseñado su antecesor, al que todos consideraban insustituible. A diferencia de lo que hizo Jobs cuando regresó en 1997 a la compañía que había fundado en 1976, Cook no tenía intención de derribar lo que no funcionaba para luego reconstruirlo. Pensaba mantener el barco con el rumbo que seguía. Por tanto, tal y como relata Leander Kahney en el libro La Apple de Tim Cook (Empresa Activa), a nadie sorprendió que no anunciara de inmediato grandes cambios que pudieran preocupar a los inversores y seguidores de la marca. Lo primero que quería era ganarse su confianza.
El nuevo ejecutivo, que había llegado en 1998 a Apple Park, la sede de la multinacional en Cupertino (California), decidió que todo cambio que realizara lo haría en silencio y entre bambalinas, en la misma línea que sus anteriores contribuciones a la compañía, en la que había ejercido como responsable de operaciones y de ventas internacionales. Empezó por implicarse en los asuntos administrativos del día a día, algo para lo que Jobs no tenía paciencia. Adoptó una estrategia más activa en relación con los ascensos y las estructuras de reporte corporativo, además de centrar más a Apple en la educación  y de poner en marcha un nuevo programa de donaciones complementarias a las aportaciones que hacían los empleados a entidades benéficas. Jobs, en cambio, había cancelado muchas iniciativas de este tipo.
Porque el ambiente que deseaba generar Cook en la compañía era de camaradería, algo que no existía hasta entonces. Por ello decidió enviar a los empleados correos electrónicos en los que se dirigía a ellos como equipo. Y sobre todo lanzaba mensajes esperanzadores: “Confío en que nuestros mejores años estén por llegar y en que juntos sigamos haciendo de Apple ese lugar mágico que es en la actualidad”. Tras este primer comunicado, inició una serie de reuniones en el famoso auditorio conocido como Apple Tower Hall, iniciativa con la que comenzó a difundir los valores dentro de la compañía. Cook mantuvo una línea de comunicación abierta a todo el mundo, al igual que Jobs, a través de varias direcciones de correo electrónico, respondiendo personalmente a algunos de los centenares de mensajes que recibió después de su nombramiento.
Jobs fue un consejero delegado único, de los que permanecen en el recuerdo, porque además era el director de producto de Apple, esto es, la persona que decidía sobre qué tipo de dispositivo se lanzaba al mercado. Su sucesor no ha asumido este papel, tampoco tiene necesidad de hacerlo, aunque algunos analistas vaticinaron que fracasaría al no estar ligado al producto. En opinión del analista Horace Dediu, experto en telefonía y en estrategia comercial de la compañía, Cook ha demostrado que lo importante en una compañía madura no son tanto los productos como la logística: cadena de suministro, distribución, finanzas y marketing eficientes. Y cree, por tanto, que Cook es el mejor consejero delegado que ha tenido Apple hasta la fecha.

APUESTAS E INCERTIDUMBRES

Generalista. Steve Jobs nunca fue en realidad un consejero delegado, afirma el analista Horace Dediu, quien cree que fue un ejecutivo, en este sentido, espantoso. “Fue siempre el jefe de producto. Alcanzó el éxito a pesar de sí mismo”. De hecho, cree que cuando una empresa se convierte en un gigante como Apple, lo que se requiere es tener un máximo ejecutivo mucho más generalista. “Y eso es lo que siempre ha sido Cook”.
Cómo innovar. Aunque el consejero delegado cuenta con el apoyo de los empleados, hay dudas sobre su gestión, sobre cómo Apple puede seguir innovando de la misma manera que lo hacía bajo el mandato de Jobs. Es una obsesión dentro de la empresa, en la que incluso los empleados bromean diciendo que las paredes están repletas de pósters con preguntas como ‘¿Has innovado hoy?’. Tim Cook valora la innovación a todos los niveles.
Medioambiente. Bajo su gestión, ha puesto verdadero énfasis en las iniciativas medioambientales. Mientras el Gobierno de Trump niega el cambio climático, Apple realiza inversiones en energías renovables, silvicultura responsable y fabricación sostenible.