viernes, 28 de febrero de 2020

¿Cuántos directivos van todavía con traje a la oficina?



Los españoles son los jóvenes europeos que más desfasado encuentran el traje. Dreamstime



Sólo el 17% de los europeos llevaría chaqueta y corbata al trabajo.
Un ejecutivo en traje termina una reunión y va a recoger a sus hijos al colegio, después vuelve a la oficina y desde allí se marcha a un concierto sin tiempo de pasar por casa para cambiarse. La persona que está en la fila de delante del auditorio también es un ejecutivo de la misma edad, pero viste unos pantalones Dockers, camisa de Scalpers y zapatillas de Pompeii. Su jornada ha sido idéntica, pero el primero es un ejemplar en riesgo de extinción y el segundo representa ese espíritu cool al que los jóvenes se abonan en masa.
Los Millennials no quieren ataduras (sólo la de los cordones de sus zapatillas chulas) y menos las de un código de vestimenta en el trabajo. Según el estudio Work Dress Code Study, elaborado por We are testers y Dockers, que se presentará en unos días, las empresas que no imponen el traje como código de vestimenta son un 75,7% más atractivas para los trabajadores. En la actualidad, seis de cada diez empresas europeas tienen un código formal, al menos para ocasiones específicas. El 33,7% requiere que se lleve ropa de negocios en todo momento, el 27,1% sólo en ocasiones concretas, como reuniones con clientes y eventos.
¿Y cómo les gustaría vestir a estos trabajadores? Según el citado estudio, uno de cada cuatro hombres afirma que trabaja mejor con un traje, y el 17% de los europeos elegiría vestir traje y corbata de forma voluntaria en su jornada laboral. Al 75% le gustaría tener libertad para elegir sus propios outfits.
El traje se ha asociado tradicionalmente con la profesionalidad y el conocimiento. Además, la necesidad de impresionar a los demás (24,4%), mostrar autoridad (24,3%) o proyectar la imagen de alguien influyente (20,2%) son las razones que esgrimen los encuestados para usar este conjunto. Seis de cada diez personas considera que no está obsoleto en contextos laborales, pero los Millennials, una vez más, tienen algo que decir: un alto porcentaje de esta generación considera el traje como una prenda desfasada. Y especialmente los españoles son los europeos que lo encuentran más pasado de moda.
La aparición de nuevas profesiones, el fin de los despachos y las tendencias de la moda han abierto la veda a los looks más relajados. Eso que surgió en Estados Unidos y en Europa a finales de los ochenta y principios de los noventa con el nombre de los "viernes informales", se ha contagiado al resto de la semana a la misma velocidad que el afterwork, que hace tiempo que dejó de ser sólo los jueves. La vida social después del trabajo es muy valorada por los europeos y muchos trabajadores consideran que la moda casual les permite conseguir un equilibrio entre la vida personal y laboral.
Hay estereotipos que lo son con razón. El 30% de los hombres europeos ve como un desafío elegir laropa para el trabajo y al 75% les gustaría tener ayuda para no fallar. Con o sin personal shopper, un 41% de los europeos encuestados va de compras de manera muy frecuente;un 42,2% compra entre tres y diez veces en un año, y el 14%, sólo de forma ocasional. Los más jóvenes son los que compran ropa de manera más regular.
El consumo de marcas conocidas se ha asociado con una mayor capacidad adquisitiva y proyección de una buena imagen, lo que puede extrapolarse a la oficina si se tiene en cuenta que el 80% de los trabajadores encuestados compra enseñas reconocidas y de alta calidad para presentar una imagen profesional en el trabajo. Parece que ahora las zapatillas pueden sacar más lustre a la proyección profesional que un par de zapatos recién encerados.

EL ARMARIO LABORAL

  • Sólo uno de cada cuatro 'Millennials' afirma que trabaja mejor en traje, segúnel informe 'Work Dress Code Study' de Dockers.
  • Las empresas que no imponen el traje como código de vestimenta sonun 75,7% más atractivas para los trabajadores.
  • Seis de cada diez empresas europeas todavía tienen un código formal de vestimenta, al menos para ocasiones específicas.
  • El 30% de los profesionales europeos ve como un desafío elegir la ropa para el trabajo cada mañana.
  • Un 41% de los encuestados a de compras de manera muy frecuente.

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