lunes, 10 de febrero de 2020

¿Preocupado por tu intimidad? Trucos y consejos para reducir la información personal en la red

¿Preocupado por tu intimidad? Trucos y consejos para reducir la información personal en la red

La mitad de los usuarios cambiaría su estilo de vida online con el objetivo de reducir el tiempo que pasa con sus dispositivos (Urupong / istockphoto)


Más de la mitad de usuarios de internet siente que es imposible mantener la privacidad online


Imaginemos una persona que se paseara por la calle llevando en la mano una pancarta con sus datos personales. O alguien sentado en un parque que entregara a cualquiera que pasara por allí una tarjeta con los datos de su cuenta corriente ¿Lo veríamos como algo normal? Obviamente no, y sin embargo, acciones de este tipo se llevan a cabo constantemente en el mundo de las redes sociales sin que sus autores se den cuenta de lo que están haciendo.
Esto no significa que, como usuarios, no seamos conscientes de los peligros que acechan en la red. Según un reciente estudio de la empresa de ciberseguridad Kaspersky, casi la mitad de los usuarios cambiaría su estilo de vida online con el objetivo de reducir el tiempo que pasa con sus dispositivos y de aumentar asimismo su privacidad. Unos objetivos que son coherentes con los datos que hablan de un aumento del 60% en los robos de contraseñas durante el pasado año.
Otros estudios, no menos preocupantes, apuntan asimismo que las aplicaciones preinstaladas en los móviles recopilan una gran cantidad de información sin que prácticamente nos demos cuenta de ello. No es de extrañar, pues, que más de la mitad de los usuarios de Internet (56%) sienta que es imposible mantener la privacidad en el mundo digital, y que una de cada tres personas (32,3%) se muestre insegura acerca de cómo puede proteger su privacidad online.

Más de la mitad de los usuarios de Internet siente que es imposible mantener la privacidad en la red

La encuesta en que se basa el estudio de Karspersky ha revelado además que, aparte de la seguridad, hay muchas áreas en las que los usuarios de la red desean mejorar: el 29,1% de los encuestados pretende reducir el tiempo de uso de pantallas durante el año que viene, y el 18,3% afirma que dejará de dormir con el teléfono móvil junto a la almohada, muestra de que la desintoxicación digital está creciendo. Por otra parte, un cuarto de los encuestados eligió hacer más copias de seguridad y limpiar su escritorio de forma habitual, y el 11.2% quiere eliminar de Facebook a los “amigos” que nunca conoció en persona.
Pero como todos los propósitos que suelen hacerse en relación con nuestro consumo de las redes sociales, es muy posible que al final no se lleven a cabo, una paradoja que ha sido analizada en un reciente estudio donde se destaca que, aunque los usuarios tenemos una preocupación declarada por la privacidad digital, a la hora de la verdad no tomamos las medidas adecuadas para garantizarla cuando utilizamos las redes sociales. Ni siquiera la experiencia sobre el uso que se puede hacer de nuestros datos, como demostró el escándalo de Facebook y Cambridge Analytica, parece empujarnos a un cambio de hábitos.
Aunque los usuarios tenemos unapreocupación declarada por la privacidad digital, a la hora de la verdad no tomamos las medidas adecuadas
Aunque los usuarios tenemos unapreocupación declarada por la privacidad digital, a la hora de la verdad no tomamos las medidas adecuadas (courtneyk / istockphoto)

“Todo lo que subas a las redes sociales probablemente ya no te va a pertenecer”, advierte Marc Rivero, coordinador del master en Ciberseguridad de La Salle. “Obviamente, las redes sociales sí permiten crear grupos donde puedes compartir información, pero se trata de una plataforma de terceros, por lo que el control no lo tiene el usuario. Por ejemplo en Facebook puedes hacer grupos para compartir información, donde no te pueden etiquetar ni compartir la ubicación de las imágenes. Hay métodos que se pueden usar pero volvemos al principio número uno: cuando subes la imagen a esta plataforma queda en su poder”.
Rivero recomienda leer siempre los términos del servicio al darnos de alta en una plataforma y, sobre todo, recordar que “en las plataformas gratuitas está claro que el producto eres tú, y van a usar tus datos estadísticos para mandarte campañas dirigidas o para otro tipo de escenarios”. Si queremos evitar este tipo de intrusiones, la solución es compartir el mínimo de información posible y ser restrictivo en materia de permisos.

“En las plataformas gratuitas está claro que el producto eres tú, y van a usar tus datos”


Pero más allá de las medidas que tomemos para proteger nuestra privacidad, ésta depende en igual medida de nuestro entorno. “Existe una estrecha relación entre privacidad y ciberseguridad”, destaca Jorge Flores, fundador y director de la web Pantallasamigas.net, dedicada a fomentar el uso seguro de las tecnologías entre jóvenes y adolescentes.
“Con las exposiciones de video en directo y las diferentes herramientas que te permiten comunicaciones de video, es necesaria una reflexión, no solo acerca de lo que tú estás sacando de ti, sino de lo que estás publicando de otras personas y que ya no tiene una moderación posible”.
En este sentido Flores destaca la facilidad con que se puede conseguir información acerca de nuestra vida privada gracias a la inteligencia artificial y el reconocimiento facial, que “están ligando, cada vez más, fotos teóricamente anónimas a identidades completas”.
Por ello insiste en que “nuestra privacidad depende de las demás personas, y al mismo tiempo nosotros somos depositarios y responsables de la privacidad de los demás”. Una idea que en su opinión no acaba de penetrar, “siempre nos han vendido que tenemos que cuidar nuestra privacidad, pero esto es solo una parte de todo lo que influye en ella”.
Educar a los más jóvenes en el buen uso de las redes sociales partiendo desde el ejemplo es crucial
Educar a los más jóvenes en el buen uso de las redes sociales partiendo desde el ejemplo es crucial (kupicoo / istockphoto)

Para tomar conciencia de esta responsabilidad, Flores recalca la importancia de educar a los más jóvenes en el buen uso de las redes sociales partiendo desde el ejemplo de los padres, “y esto es lo que normalmente no hacen”. Pone como ejemplo la publicación “compulsiva” de fotos de los hijos que algunos padres llevan a cabo en las redes sociales: “¿Algún padre ha pedido permiso a su hijo para publicar una imagen? ¿Por qué no? Si lo hacemos, primero estamos fomentando el debate sobre esa cuestión, segundo le estamos respetando, y tercero le estamos diciendo que eso es algo importante y hay que pedir permiso”.
Otra práctica muy agresiva en materia de intimidad es el etiquetado, “porque estás dando mucha información de alguien sin ni siquiera haberle preguntado, aunque la aplicación te permita después quitarle la etiqueta, dentro de las reglas siempre hay que considerar cuando se comparte la información de otra persona, pues no tenemos todo el contexto para saber si esa información puede perjudicarle ahora o en otro momento”.

Nuestra privacidad depende de las demás personas,nosotros somos responsables de la privacidad de los demás”


Luchar contra estos hábitos resulta en todo caso difícil pues “son estilos de vida que hemos asumido”, entonces es muy difícil en ese momento poner la balanza y echar el freno. “Sabemos cosas pero no le dedicamos la intensidad necesaria. Hay tantas noticias sobre intrusión o atentados a la privacidad que al final la gente opina que si no les atacan por un lado lo harán por el otro”, lamenta Flores.

Los consejos


Si a pesar de todo tenemos la suficiente fuerza de voluntad para tratar de llevar una vida digital más segura, podemos acudir a la guía sobre Privacidad y seguridad en internet publicada por la Agencia Española de Protección de Datos. Aunque si queremos comenzar por algo más sencillo, aquí van diez consejos para blindar la información que compartimos en la red:
- Comprobar los ajustes de privacidad en las redes sociales. Dedicar unos minutos a investigar autorizen a difundir nuestros datos.
- Utilizar contraseñas seguras, de 12 caracteres o más, y que combinen letras y dígitos. Además, es conveniente que cada dispositivo tenga una contraseña diferente. Es complicado para nuestra memoria, y da pereza recordarlas todas, pero resulta una medida excelente para la privacidad.
Cerrar la sesión en los ordenadores, especialmente en los de acceso público. Los navegadores almancenan mucha información sobre nuestras búsquedas, incluidas contraseñas, que quedará a merced de cualquiera que acceda al mismo terminal si no bloqueamos debidamente nuestro perfil.
No guardar información sensible en servicios online. Datos como DNI, pasaporte o números de cuentas corrientes no están seguras en los servidores de la nube.
- Realizar periódicamente copias de seguridad de la información que queramos conservar, y guardarla en un dispositivo offline. El peligro no es sólo que nos roben información, sino también que nos la borren.
- No difundir el correo electrónico principal ni el número de teléfono. Es interesante sopesar la idea de crear una cuenta específica para las compras online. Así, de paso ahorraremos recibir mucho correo basura.
- Utilizar, por supuesto, un antivirus, y mantenerlo actualizado.
Comprobar los permisos que otorgamos a las aplicaciones de móviles y tabletas. Las aplicaciones móviles solicitan permisos para acceder a contactos o archivos en el almacenamiento del dispositivo y utilizar la cámara, micrófono, geolocalización y demás. Algunas no pueden funcionar sin estos permisos, pero otras utilizan esta información para el marketing (o cosas peores). Por suerte, es relativamente sencillo controlar qué aplicaciones reciben permisos. Lo mismo sucede con las extensiones de navegador, que también tienden al espionaje.
Deshabilitar los servicios de seguimiento y localización cuando no se estén utilizando, y borrar periódicamente las cookies y el historial de búsqueda del navegador.
Vigilar cuando se utilice una wifi pública. Éstas redes no cifran el tráfico, por lo que es mucho más fácil ser espiado. Si se utilizan, evitar la transimisón de información sensible (nombres de usuario, contraseñas, datos bancarios...). Una alternativa es utilizar una conexión VPN (Virtual Private Network) o red privada virtual, que permite conectarse de forma segura con otros servidores.
Hay que tener siempre presente que nuestra información es el precio a pagar por los servicios de la red que a priori se nos permite utilizar libremente: nada es gratis en el mundo virtual.

  

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