viernes, 31 de agosto de 2018

"La inteligencia artificial puede convertir a millones de personas en una clase inútil"


Foto: Yuval Noah Harari.
Yuval Noah Harari.


El autor de 'Sapiens' edita nuevo libro en España en el que plantea preguntas importantes acerca de nuestro presente. Sus respuestas no son nada tranquilizadoras


El gran éxito de 'Sapiens' consagró a Yuval Noah Harari (1976) como uno de los autores de ensayo más importantes del mundo. Sus textos son recomendables desde diferentes puntos de vista: cuentan con una narrativa ágil, suelen intercalar historias entretenidas e interesantes, y sus conclusiones, se compartan o no, sugieren reflexiones necesarias. Con su primera obra analizó el pasado, con 'Homo Deus' nos describió un futuro probable, y con '21 lecciones para el siglo XXI' (Ed. Debate), que se pone a la venta hoy en España, se centra en los dilemas que plantea nuestro presente, ese instante de transición entre los cambios vertiginosos que se esperan y las estructuras sociales y las tradiciones que se dejan atrás.
PREGUNTA. Es llamativo que en un instante histórico en el que se valora especialmente la innovación, en el que se nos describe, como ha hecho usted en 'Homo Deus', un futuro muy diferente, tejido con enormes cambios tecnológicos, la respuesta política haya sido el regreso a líderes fuertes. Muchos de ellos están al frente de los países más importantes del mundo (Trump, Xi JingPin, Putin, Netanyahu), y las nuevas tendencias están del lado de los Salvini, Orbán o Erdogan. ¿Cómo entender esta contradicción?
RESPUESTA. Las innovaciones tecnológicas son disruptoras para la economía, la sociedad y el sistema político. La gente teme estas disrupciones. Quieren que alguien les brinde una visión del futuro clara: ¿dónde estaremos dentro de 30 o 50 años? Pero ninguno de los partidos políticos tradicionales está proporcionando tales visiones. Mientras que en el siglo XX la política era una batalla entre grandes visiones del futuro, hoy ni la izquierda ni la derecha tienen una visión clara de cómo lidiar con el surgimiento de la inteligencia artificial y la biotecnología.
A falta de una visión del futuro clara, la gente quiere tener una identidad segura que dé sentido a sus vidas, que no pueda ser afectada por lo que el futuro depare. Esta es la atracción que generan las historias nacionalistas y religiosas que pretenden ser verdades absolutas y eternas, y que por tanto no pueden ser modificadas por ninguna revolución tecnológica. Líderes como Trump, Orbán y Erdogan no tienen una visión real para el futuro, pero triunfan vendiendo fantasías nostálgicas sobre el pasado. En mi propio país, Israel, el Gobierno está llevando esto al extremo, prometiendo retroceder 2.500 años, hasta los tiempos bíblicos. El Gobierno israelí confía en la Biblia para justificar la ocupación de Cisjordania y el maltrato de millones de palestinos.
Las tradiciones antiguas son en realidad bastante nuevas. Son mucho más construcciones sociales que verdades eternas

Sin embargo, debería quedar claro que las fantasías nostálgicas del nacionalismo y la religión son simplemente ficciones. Los humanos han existido durante más de dos millones de años, mientras que todas las naciones y religiones que conocemos son el producto de los últimos 3.000 años. Todas las 'tradiciones antiguas' son en realidad bastante nuevas. Son mucho más construcciones sociales que verdades eternas. Y lo que es todavía más importante, esas fantasías nostálgicas del nacionalismo y de la religión no van a resolver los grandes problemas del siglo XXI. ¿Cómo lidiamos con el cambio climático? ¿Qué hacer cuando la inteligencia artificial empuja a miles de millones de personas fuera del mercado de trabajo? ¿Cómo utilizar los nuevos y enormes poderes de la ingeniería genética? No encontraremos las respuestas a estas preguntas en la Biblia, porque las personas que escribieron la Biblia sabían muy poco sobre el calentamiento global y aún menos sobre genética y computadoras.
P. En cuanto a la economía, es también llamativo cómo este entorno disruptor nos está conduciendo hacia un mundo mucho más concentrado, en el que menos empresas tienen un peso cada vez mayor. Y si eso es un problema para la economía productiva y la financiera, lo será más todavía con el desarrollo del capitalismo inmaterial.
R. Como siempre ha ocurrido, todo dependerá de nuestra capacidad para regular y administrar el poder. En la antigüedad, cuando la tierra era el activo más importante, la política era una lucha para controlarla, y si demasiada tierra se concentraba en muy pocas manos, la sociedad terminaba por dividirse entre aristócratas y plebeyos. En los últimos 200 años, las máquinas y las fábricas se volvieron más importantes que la tierra, y las luchas políticas se centraron en controlar la maquinaria. Cuando la propiedad de las máquinas se concentró en muy pocas manos, la sociedad se dividió entre capitalistas y proletarios. En el siglo XXI, los datos eclipsarán tanto la tierra como la maquinaria como el activo más importante, y la política será una lucha para controlar el flujo de datos. Si los datos se concentran en muy pocas manos, la humanidad podría dividirse, no ya en clases, sino en diferentes especies.
Tenemos mucha experiencia sobre cómo regular la tierra y la maquinaria, pero ninguna acerca de cómo regular los datos

Pero esto no es inevitable. Al igual que en épocas anteriores los humanos aprendimos a regular la propiedad, la tierra y la maquinaria y a construir sociedades más equitativas, también en el siglo XXI podemos aprender a regular la propiedad de los datos. No será fácil. Tenemos siglos de experiencia acerca de cómo regular la propiedad de la tierra y de la maquinaria, pero mucha menos en cómo regular la propiedad de los datos, que es intrínsecamente una tarea mucho más difícil, porque a diferencia de la tierra y las máquinas, los datos están en todas partes y en ninguna al mismo tiempo, pueden moverse a la velocidad de la luz y puedes crear de ellos tantas copias como quieras.
P. En cuanto al trabajo, tampoco las previsiones son demasiado optimistas. La robotización amenaza con llevar a numerosas personas a un paro estructural. Usted ha sido poco complaciente en este sentido y siempre ha señalado que la desestructuración social a causa de las nuevas tecnologías es un peligro muy real.
R. Las revoluciones gemelas en biotecnología y tecnología de la información nos darán poderes casi divinos de creación y destrucción. Pero la tecnología no nos dice cómo debemos usarlos. En el siglo XX, algunas sociedades utilizaron el poder de la electricidad, los trenes y la radio para crear dictaduras totalitarias, mientras que otras sociedades usaron exactamente los mismos instrumentos para construir democracias liberales. Igual ocurre con la biotecnología y la tecnología de la información, que pueden ser utilizadas para crear diferentes tipos de sociedades.
La inteligencia artificial expulsará a cientos de millones de personas del mercado laboral; serán una nueva clase inútil

El peor de los escenarios es que la humanidad se divida en diferentes castas biológicas, lo que nos llevará a una situación mucho peor que la del 'apartheid'. La inteligencia artificial expulsará a cientos de millones de personas del mercado laboral y las convertirá en una nueva 'clase inútil'. La gente perderá su valor económico y su poder político. Al mismo tiempo, la bioingeniería hará posible la actualización de una pequeña élite, que se convertirán en superhumanos. La rebelión y la resistencia serán casi imposibles debido a un régimen de vigilancia total que monitoreará constantemente no solo lo que cada individuo hace y dice, sino incluso lo que siente y piensa. La fusión de la biotecnología y la 'infotech' en forma de sensores biométricos significa que el Gobierno podrá controlar directamente tu corazón y tu cerebro.
El mejor escenario posible es que las nuevas tecnologías logren liberar a todos los humanos de las enfermedades y del trabajo duro y nos permitan explorar y desarrollar nuestro verdadero potencial; que la bioingeniería sirva para curar a los seres humanos en lugar de mejorar a una pequeña élite; que la inteligencia artificial elimine muchos empleos, pero que, con las ganancias obtenidas, proporcione a todos servicios básicos y gratuitos; que nos permita tener la oportunidad de perseguir nuestros sueños, ya sea en el campo del arte, los deportes, la religión o la construcción de comunidades; que la vigilancia de vanguardia sirva para espiar no a los ciudadanos sino al Gobierno, garantizando así que no haya corrupción, y que los sensores biométricos no se utilicen para permitir que la policía nos conozca mejor sino para conseguir que nos conozcamos mejor a nosotros mismos.
¿Qué crees que sucederá si los estadounidenses saben que los chinos están produciendo miles de superhumanos?

¿Cuál de estos escenarios se hará realidad? En la actualidad, parece que nos dirigimos hacia el escenario distópico, principalmente debido a las crecientes tensiones mundiales. No se pueden regular la bioingeniería y la IA a nivel nacional. Por ejemplo, si la mayoría de los países prohíben la ingeniería genética de bebés humanos pero China lo permite, muy pronto todos copiarán a los chinos, porque nadie querría quedarse atrás. ¿Qué crees que sucederá si los estadounidenses saben que los chinos están produciendo miles de superhumanos? La única forma de regular eficazmente tales tecnologías disruptivas es a través de la cooperación global.
P. ¿Qué papel va a jugar la religión? En el mundo occidental parece estar perdiendo peso, pero regresa en forma de diferentes integrismos. ¿Tenderá a desaparecer o cobrará una nueva vigencia?
R. La religión ha perdido gran parte de su importancia y de su poder. Tanto es así que la gente realmente se ha olvidado de lo importante que fue la religión. En épocas anteriores, la religión era responsable de abordar numerosos problemas prácticos, como aumentar el suministro de alimentos, curar enfermedades y proteger contra los accidentes y la violencia. La gente rezaba a los dioses para que le concediesen comida, salud y seguridad. En la era moderna, la religión ha perdido estas funciones, porque, francamente, nunca fue muy buena en la provisión de alimentos, salud y seguridad. El conocimiento y la pericia de los sacerdotes no tenía que ver con la lluvia, la sanación o la magia, sino con la interpretación. Un sacerdote no es alguien que sabía cómo curar la enfermedad a través de la oración y la magia, sino alguien experto en justificar por qué fracasó la oración, y por qué, a pesar de ello, se debe seguir creyendo en los grandes dioses, aunque parezcan sordos a nuestros ruegos.
Los científicos también saben cómo tergiversar la evidencia, pero al final el signo distintivo de la ciencia es la voluntad de admitir el fracaso y probar un rumbo diferente. Es por eso que los científicos han aprendido gradualmente a hacer mejores medicamentos, mientras que los sacerdotes solo han aprendido a contar mejores excusas. Por eso incluso los creyentes dejaron de depender de la religión para curar sus enfermedades y confiaron en los médicos.

Las bombas cibernéticas bien podrían ser empleadas en resolver un argumento doctrinal sobre los textos medievales
Sin embargo, la religión ha conservado una función muy importante. Todavía define la identidad de las personas. La religión no puede curarnos o darnos comida, pero nos dice con quién debemos compartirla y al lado de quién debemos luchar. En el siglo XXI, la división de humanos en judíos y palestinos, españoles y marroquíes, o rusos y polacos todavía depende de mitos religiosos más que de hechos científicos. Desde una perspectiva científica, todos los humanos somos muy similares.
Por lo tanto, no importa lo mucho que desarrolle la tecnología en las próximas décadas, porque los argumentos sobre las identidades religiosas continuarán influyendo en el modo en que las usaremos. Los misiles nucleares y las bombas cibernéticas más recientes bien podrían ser empleados en resolver un argumento doctrinal sobre los textos medievales.
P. Ha afirmado en sus libros que los algoritmos van a tomar muchas mejores decisiones sobre nuestras vidas que nosotros mismos. La pregunta obvia es en qué lugar deja eso al ser humano.
R. Para ganar autoridad, los algoritmos no necesitan ser perfectos. Simplemente necesitan ser mejores, en promedio, que los seres humanos. Y eso no es tan difícil, porque los humanos a menudo cometemos errores terribles con las decisiones más importantes de nuestras vidas: qué estudiar, con quién casarnos, a quién votar en las elecciones.
En el momento en que la IA tome mejores decisiones que nosotros en política, economía e incluso en el amor, nuestro concepto de la humanidad y de la vida tendrá que cambiar. Los humanos estamos acostumbrados a pensar sobre la vida como el drama de la toma de decisiones. La democracia y el capitalismo de libre mercado ven al individuo como un agente racional que toma decisiones sobre el mundo; las narraciones culturales, ya sean obras de Shakespeare o comedias de Hollywood, generalmente giran en torno a la necesidad de que los héroes tomen una decisión particularmente crucial: ¿ser o no ser? ¿Casarse con un galán apuesto que no es de fiar o con un 'geek' serio y confiable? La teología cristiana y la musulmana se mueven en el mismo terreno, argumentando que la salvación o la condena eternas dependen de tomar la decisión correcta. ¿Qué pasará entonces con nuestra comprensión de lo que es la vida cuando dependamos cada vez más de la inteligencia artificial para que tome decisiones por nosotros?
¿Cómo es la vida cuando las personas delegan la toma de decisiones en un algoritmo externo?

En la actualidad, dependemos de Amazon para que nos elija libros o de Google Maps para girar a la derecha o a la izquierda en el siguiente cruce. Pero con la información y el poder computacional suficientes, pronto podríamos confiar en las indicaciones que la inteligencia artificial nos dé acerca de qué estudiar, con quién casarnos o a quién votar. Y si es así, la vida humana dejará de ser ese drama de toma de decisiones. La democracia y el capitalismo de libre mercado tendrán poco sentido. Lo mismo ocurrirá con la mayoría de las religiones y obras de arte. Imagina una obra de Shakespeare en la que las decisiones cruciales de sus personajes son tomadas por el algoritmo de Google. La vida de Hamlet sería muy cómoda, pero ¿tendría algún sentido?¿Cómo es la vida cuando las personas delegan la toma de decisiones en un algoritmo externo? Hasta ahora no tenemos modelos para dar sentido a ese tipo de vida.

AUTOR
ESTEBAN HERNÁNDEZ

10 destinos para viajeros que se adelantan a las modas

Los acantilados de Vágar, en las islas Feroe (Dinamarca).

Los acantilados de Vágar, en las islas Feroe (Dinamarca).

De las danesas islas Feroe a las montañas de Kirguistán, lugares espectaculares por descubrir que reciben cada vez más aventuros y viajeros independientes



Desde las islas más remotas de Filipinas, convertidas en paraísos para buceadores sin fronteras, hasta regiones inhóspitas como Kamchatka o Yibuti, objeto de deseo para los más aventureros, pasando por nuevas ciudades como Tiflis que comienzan a tener en cuenta los viajeros que huyen de los destinos más trillados. Estos son algunos rincones del planeta que suenan cada vez con más fuerza. Propuestas para viajeros inpedendientes, aventureros y exploradores, y que conviene preparar con conciencia antes de lanzarse.
El Nido de Palawan, en Filipinas.ampliar foto
El Nido de Palawan, en Filipinas. GETTY IMAGES

1. Palawan (Filipinas) y las islas Bacuit

Nuevas mecas del buceo

Cada vez hay que ir más lejos para encontrar paraísos de los de postal. Afortunadamente, siempre nos quedarán las Filipinas: más de 7.000 islas para escoger y rincones casi inéditos, como Palawan, una isla hacia el suroeste, hacia Borneo, con impresionantes paisajes y fondos submarinos comparables a los mejores del sureste asiático, pero mucho menos concurridos. En el norte de la isla la costa serpentea entre calas y playas aisladas. Aquí encontraremos los sitios más conocidos (algunos de ellos ya suenan en las conversaciones entre los aventureros submarinos y amantes de la playa), como El Nido, la puerta de entrada al fabuloso archipiélago de Bacuit. A las aguas de la bahía de Bacuit muchos las comparan con las del sur de Tailandia o con la bahía de Halong en Vietnam. Todo aquí es un descubrimiento: la isla de Cadlao es una especie de Tahití transportado a Filipinas con una atractiva laguna en la que se puede bucear con tubo entre jardines de coral a poca profundidad. O Tapiutan, que ofrece las mejores paredes para el buceo además de buenas playas. A las Bacuit se viene sobre todo a bucear con tubo: hay más de 20 puntos de inmersión.
Atardecer en la región de Zlatibor, en Serbia.ampliar foto
Atardecer en la región de Zlatibor, en Serbia. GETTY IMAGES

2. Serbia

Poner los Balcanes de nuevo en el mapa

Puestos a descubrir nuevos lugares sobre el mapa ¿por qué no animarnos a conocer Serbia? Arrastra una historia muy dura pero ya hay muchos descubriendo que quedan pocas huellas de la guerra. Hoy es un país cordial y acogedor y está retomando el papel que siempre tuvo en los Balcanes. Belgradose ha convertido en uno de los destinos más animados del mundo, una ciudad abierta y audaz. Quizás no sea bonita en el sentido más convencional, pero caminando se encuentran obras maestras de art nouveau y los restos del legado de los Habsburgo entre vestigios otomanos. Y desde la capital se puede organizar un viaje por el país: para los que buscan ciudades llenas de referencias culturales es imprescindible pasarse por Novi Pazar, con una numerosa población musulmana, y en la que no faltan el café, las costumbres y la cocina turca, aunque también veremos muchos monumentos ortodoxos. Hay montones de cafés y restaurantes. Y para descubrir la naturaleza, nos acercaremos a los pueblos de Zlatibor, una romántica región de montañas. Aquí están las principales estaciones de esquí, en el Tornik, el pico más alto de la zona, con 1.496 metros, y el Obodica. Un destino original y diferente para los que siempre están a la búsqueda de nuevos horizontes.
Un oso en la región rusa de Kamtchatka.ampliar foto
Un oso en la región rusa de Kamtchatka.  GETTY IMAGES

3. Kamtchatka (Rusia)

Un viaje al lejano Este

Moscú queda muy lejos de esta península en el remoto Este que, aunque a menudo se confunde con Siberia, es todavía más inaccesible y en invierno más frío. Kamchatka es hoy uno de los pocos lugares de la Tierra donde el viajero puede sentirse como si fuera el primer hombre en descubrirlo. Aunque han pasado más de 300 años desde que los rusos llegaron aquí, sigue siendo un lugar de difícil acceso. Durante la época soviética era innacesible para los extranjeros y todavía hay muy pocos turistas que se animan a viajar a este confín del mundo para escalar sus humeantes volcanes, practicar heliski en los glaciares o contemplar desde un kayak los osos devorando salmones.
Viajar a Kamchatka requiere tiempo, paciencia y dinero. La falta de carreteras adecuadas y la necesidad de permisos hace que muchos lugares solo sean accesibles con helicóptero o con grandes vehículos especiales. Incluso llegar a los rincones más famosos como el lago Kurilskoe o el valle de los Geíseres no es fácil.
Los volcanes Koriakski, Aváchinski y Kozelski se pueden ver desde la capital de Kamchatka en un día despejado, algunas veces humenado ligeramente. Y se calcular que en este estado viven entre 15.000 y 30.000 osos. La mejor opción para verlos de manera segura es el lago Kurile, a unos 200 kilómetros de la capital, aunque hay que ir con agentes armados.
Surferos en la península de Nicoya, en Costa Rica.ampliar foto
Surferos en la península de Nicoya, en Costa Rica.  GETTY IMAGES

4. Santa Teresa (Costa Rica)

El último paraíso surfero

Ya ha corrido la voz sobre los sofisticados rincones hippies de Montezuma y Santa Teresa. En la temporada seca, la zona se llena de surfistas de todo el mundo y de nómadas hambrientos de belleza natural y emociones en las aguas a ambos lados de la península de Nicoya. En medio, y en la punta más mericional de Nicoya, está la primera reserva natural del país. Hoy esta zona es más accesible que hace unos años, con mejores carreteras y barcos más regulares.
En esta esquina suroccidental de la península de Nicoya hay un buen oleaje, buen ambiente y una imaginativa cocina local. En las colinas se esconden elegantes alojamientos boutique y restaurantes. Y también hay cada vez más residentes extranjeros que lo eligen como ese rincón del mundo en el que uno decide retirarse del mundanal ruido.
La playa de Santa Teresa es alargada, espectacular y famosa por su rompiente veloz y potente y ofrece buen surf casi a todas horas. En el extremo norte de la playa, Roca Mar, es un imporesionante rompiente de rocas, el favorito de los locales. La playa termina al norte del pueblo y da paso a Hermosa, un precioso arenal que hace honor a su nombre. No faltan los hotelitos, las pensiones más o menos sencillas, cafés y tiendas de surf.
Ruinas de Kuélap, en Perú.ampliar foto
Ruinas de Kuélap, en Perú.  AGE

5. Kuélap (Chachapoyas, Perú)

La alternativa a Machu Picchu

Es difícil eclipsar al Machu Picchu, pero Perú es muy grande y está lleno de rincones excepcionales. Al norte del Altiplano, la sierra norte sigue siendo un lugar poco visitado, a pesar de la espectacularidad de los picos de los Andes y de los bosques que extienden desde la costa hasta la profunda selva amazónica, entre reliquias de reyes incas y ruinas de los guerreros que vivieron en otros tiempos en estos bosques envueltos en la niebla.
Los bosques nubosos de Chachapoyas han desvelado recientemente su gran tesoro arqueológico: la imponente fortaleza de Kuélap, una fabulosa ciudadela de piedra que es el yacimiento mejor conservado y más espectacular de la zona. Las vistas panorámicas son excepcionales y el valor de estas ruínas precolombinas enorme. Fue construida entre los años 500 y 1493, y son millones de metros cúbicos de piedra en buen estado de conservación. El acceso es a través de tres profundas y estrechas puertas que constituían un ingenioso sistema de seguridad que obligaba a los atacantes a formar en fila india, por lo que podían ser derrotados con facilidad. Dentro hay varios niveles con vestigios dispersos de más de 400 viviendas circulares, algunas de ellas decoradas. La estructura más enigmática, llamada El Tintero, tiene la forma de un gran cono invertido y en su interior, una cámara subterránea contiene los restos de sacrificios de animales, por lo que los arqueólogos creen que se trataba de un edificio religioso.
No muy lejos está Chachapoyas, una tranquila localidad rodeada de bosques y nubes que fue una de las primeras fundadas por los españoles y la base desde la que comenzó la explotación de la región del Amazonas.
Terraza en la localidad de Karavostasi, en la isla griega de Folégandros.
Terraza en la localidad de Karavostasi, en la isla griega de Folégandros. GETTY IMAGES

6. Isla de Folégandros (Cícladas, Grecia)

Un escondite griego

Era uno de los secretos del Mar Egeo, pero últimamente ya hay muchos descubriendo islas como ésta, en las Cícladas, bañadas por el mar de Creta. Folégandros es conocida (cada vez más) por el encantador pueblo de Hora: edificios de piedra natural, entre construcciones blancas y azules, con una calle principal que serpentea entre plazas arboladas y mesas aire libre. Su imagen idílica hace difícil imaginar que desde la época romana y hasta la dictadura militar fue un escabroso y aislado lugar de destierro.
Pese a todo, Folégandros sigue siendo uno de los lugares más tradicionales de las Islas griegas, con solo 650 habitantes y con playas vírgenes en las que en lugar de sombrillas hay olivos para hacer sombra. El complemento perfecto son sus hoteles familiares con vistas estupendas.
Algunas recomendaciones para disfrutar a tope: subir a la capilla de Panagia del siglo XVII, el punto más alto, desde donde nos aseguramos una puesta de sol increíble. O hacer un tour de playas, desde la principal, la de Agali, hasta la de Agios Nikolaos a la que se llega después de una caminata por la costa o en una lancha que sale cada hora desde el puerto de Agali. Y hay más: la playa escondida de Livadaki, a la que solo podremos llegar en lancha. O las tabernas de pescadores para probar platos típicamente griegos. Y como punto y final, una visita al pueblo de Chora, lleno de rincones para enamorarse, con flores fucsias en los balcones azules, pasadizos.
El golfo de Adén, en Yibuti.ampliar foto
El golfo de Adén, en Yibuti. GETTY IMAGES

7. Yibuti

El fin del mundo

Cada vez se escucha más este nombre entre los grandes viajeros, y eso a pesar de su diminuto tamaño (Yibuti es el segundo país más pequeño del África occidental). Hay pocos lugares en el mundo con paisajes tan surrealistas: lagos saldos, llanuras hundidas, chimenéas calizas, mesetas basálticas, gargantas impresionantes, además de muchos rincones para practicar el submarinismo o la observación de tiburones (en el golfo de Tadjoura). Es un país muy poco desarrollado donde se intenta conseguir un turismo ecológico, incluyendo estancias sostenibles en el interior, junto a las tribus nómadas.
Aquí está por ejemplo el punto más bajo del contienente africano, el lago Assal, o paisajes extraterrestres como el lago Abbé, con cientos de chimeneas en forma de aguja. El yacimiento rupestre de Abourma conserva muy bien unos interesantes petroglifos y las montañas Goda ofrecen a los más montañeros un paseo por espectaculares paisajes. Se pueden organizar diversas caminatas guiadas por nómadas afar siguiendo antiguas rutas de sal por el oeste de Yibuti. Los expatriados han encontrado su escapada preferida en la Plage des Sables Blancs a siete kilómetros al este de Tadjoura, con su arena blanca y sus instalaciones para descansar, practicarf buceo o kayak.
Eso sí, hay que informarse sobre la situación de seguridad de determinadas zonas antes de viajar, ya que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España recomienda "viajar con extrema precaución" al país, evitando ciertas zonas.
El puente de la Paz sobre el río Mtkvari en Tiflis (Georgia).ampliar foto
El puente de la Paz sobre el río Mtkvari en Tiflis (Georgia).  GETTY IMAGES

8. Tiflis (Georgia)

Descubrir el Caúcaso

Por el momento, no hay muchos viajeros que elijan Georgia como destino. Por ahora, porque el Caúcaso empieza a figurar en el mapa de los deseos de quienes recorren el mundo en busca de rincones originales. El país es una mezcla de influencias culturales que se ven en su arte y su arquitectura, pero a la vez, es un país perfecto para el senderismo, los paseos a caballo, el esquí o el rafting, entre picos espectaculares en los que aún viven lobos y osos, y los ríos descienden por escarpados desfiladeros.
La puerta de entrada es Tiflis, la capital, un buen primer punto de contacto y la constatación de que el futuro trata de hacerse un hueco en el tortuoso pasado de Georgia. Calles sinuosas con casas inclinadas nos llevan hasta el ultramoderno puente de la Paz sobre el río Mtkvari, pasando entre antiguas plazas e iglesias de piedra. Los cafés, relajados y bohemios, se dan la mano con clubs modernos y nuevos hotelitos con encanto y hostales. Y mientras, la silueta de la fortaleza de Nariqala lo domina todo. Enfrente, el futuro: en forma de palacio presidencial con una cúpula ovoide, una obra del siglo XXI que se asoma al otro lado del río.
Una casa en Saksun, localidad de Streymoy, una de las islas Feroe.ampliar foto
Una casa en Saksun, localidad de Streymoy, una de las islas Feroe. GETTY IMAGES

9. Islas Feroe

Escapada al tranquilo Norte

Apenas 50.000 habitantes comparten las 18 islas que forman las Feroe, un archipiélago danés pero que está en medio del Atlántico, a medio camino entre Escocia e Islandia. Aquí se vive tranquilo, muy tranquilo, y con un buen nivel de vida. Las Feroe salen menos en las revistas de viajes que Groenlandia o que las islas Svalbard, pero son un nuevo destino a tener en cuenta para los que buscan una naturaleza salvaje, aire puro y una cultura nórdica auténtica. ¿Y que se puede ver en estas diminutas islas más allá de las aves y los rebaños de ovejas (hay más ovejas que habitantes)? Pues hay paisajes impresionantes y pintorescos pueblos de pescadores, pero sobre todo, es un lugar casi aislado que representa la auténtica cultura nórdica. De hecho, las islas son un país autónomo autogobernado dentro del Reino de Dinamarca, algo parecido a Groenlandia.
Naturaleza, naturaleza y más naturaleza… en las Feroe uno se siente envuelto en ella, y lo único que hay que hacer es senderismo (hay muchos senderos, de todo tipo) para ver lugares como la catarata de Gásadalur, el lago Sorvágsvatn, la profunda garganta de Gjógv, los acantilados de Vestmanna y el cabo de Enniberg, o aficionarse al birdwatching y ponerse a ver los frailecillos de Mykines. El complemento son las pinceladas culturales de rincones como Tinganes, Tórshavn o Kirkjubour, la antigua capital, donde presumen de tener la casa de madera más antigua del mundo todavía en uso.
Viajar por las Feroe es fácil: las islas están conectadas a través de una buena red de carreteras, puentes y ferrys.
Caballos pastando en las cercanías del lago de Issyk-Kul, en Kirguistán.ampliar foto
Caballos pastando en las cercanías del lago de Issyk-Kul, en Kirguistán. GETTY IMAGES

10. Kirguistán

El corazón montañoso de Asia

Kirguistán llegan sobre todo los amantes de las montañas, los nómadas en potencia y los aventureros por libre. No tiene el atractivo de las grandes ciudades históricas de la vecina Uzbekistán, pero sus paisajes son insuperables: valles de montaña, lagos que relucen y reflejan el paisaje, praderas de verano (jailoos) que cobran vida durante unos meses al año, y pastores seminómadas que habitan en yurtas. El país está abriendo las puertas a los viajeros con un programa de alojamiento a casas particulares y facilidades en los trámites de acceso. El invierno es difícil, pero en verano las carreteras y sendas están abiertas y los turistas de los países cercanos llegan a las orillas del lago Issyk-Kul, de aguas sorprendentemente cálidas. Su gran profundidad y su actividad geothermal con una cierta salinidad garantizan que nunca se congele. Quien se anime, los caballos son una oportunidad para ver los campos kirguises y unirse a galope a los nómadas en la alta montaña. Kirguistán es otro país con recomendaciones de seguridad por parte del Ministerio de Exteriores de España, que se deben estudiar con atención antes de viajar y que afectan, por ejemplo, a la zona fronteriza con Tayikistán.
https://elviajero.elpais.com/elviajero/2018/08/29/actualidad/1535567515_150824.html