viernes, 17 de agosto de 2018

La próxima recesión económica se acerca y hasta siete factores pueden ser el desencadenante

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  • La curva de tipos se está aplanando y eso es sinónimo de crisis financiera
  • La subida del petróleo nunca ha sido un apoyo para el crecimiento global


En EEUU la expansión económica dura ya más de nueve años, lo que convierte a este ciclo en uno de los más largos de la historia. Según el la Oficina Nacional de Investigación Económica de EEUU, la expansión comenzó de forma oficial en junio de 2009 y poco a poco se encamina a su décimo año consecutivo. En el caso de la Eurozona fue en 2014, cuando se dio por finalizada la crisis de deuda soberana que afectó a esta región de forma un tanto aislada. Son años de crecimiento y cada vez más riesgos que pueden revertir esta tendencia, según los expertos del banco francés Natixis.
David F. Lafferty, estratega jefe de Natixis, destaca en un informe reciente publicado por la entidad que "podemos decir que existe casi un 100% de certeza de que una recesión se aproxima a EEUU y al mundo en algún punto". 
La próxima recesión tendrá un efecto considerable sobre los mercados financieros, "dadas las actuales valoraciones y las fuertes expectativas de crecimiento, por lo que es poco probable que las acciones puedan resistir a una recesión y salir ilesas", señala Lafferty.

Los siete peligros

Los economistas de Natixis creen que unos tipos de interés a corto plazo más elevados por los cambios de política de la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) en 2019 pueden poner cierta presión sobre las condiciones financieras globales.

"Hasta ahora, las subidas de tipos de la Fed sólo han logrado que los tipos de interés reales (descontando la inflación) sean menos negativos. Pero los tipos de la Fed ya han alcanzado el 2%, cerca del nivel de la inflación subyacente, por lo que los tipos reales van a empezar a ser positivos. Hasta ahora el dinero ha sido más que gratis, pero finalmente en 2019 los tipos reales serán positivos". Esto quiere decir que endeudarse va a tener un coste real para el prestatario (el agente que necesita financiación), mientras que los agentes que necesiten refinanciar deuda que vence tendrán que pagar un 'precio'.
El aplanamiento de la curva
La segunda razón tiene que ver mucho con la primera y es el aplanamiento de la curva de tipos. la curva de tipos en EEUU se está aplanando, y si la tendencia continúa podría terminar invirtiéndose, lo que casi en el 100% de las veces ha sido síntoma inequívoco de que la próxima recesión está a la vuelta de la esquina (10 meses de media según la Fed de San Luis). Según el consenso de los economistas, la pendiente de la curva de rendimientos es el mejor predictor de recesiones.
En condiciones normales, la curva de tipos tiene una pendiente positiva. La explicación es lógica: grosso modo, no es lo mismo prestar dinero a alguien durante tres meses o un año que hacerlo con una promesa de devolución a diez o veinte años. La deuda o los bonos con vencimientos más largos suelen ofrecer un interés superior (prima a plazo), porque un mayor espacio de tiempo es sinónimo de incertidumbre.
La incertidumbre y el pesimismo por el futuro de la economía pueden tensar los mercados monetarios y con ello los tipos a corto plazo. Los inversores tienden a buscar mayor seguridad cuando se muestran pesimistas respecto al futuro y esto lo pueden encontrar en los activos seguros a mayor plazo (que se pueden mantener en cartera hasta su vencimiento con un cupón considerable), lo que mantiene relativamente estables o la baja los rendimientos de estos bonos frente a los de corto plazo. Esto a su vez erosiona la rentabilidad de la banca (margen por intereses) cuyo negocio principal se basa en pedir prestado a corto y prestar a largo plazo.
Tensiones comerciales
Otro factor de riesgo, según Natixis, es un incremento de las tensiones comerciales significante que "termine interrumpiendo las cadenas globales de suministro". Esta situación llevada al extremo puede conducir al mundo a la estanflación, es decir, bajo o nulo crecimiento económico acompañado de una inflación elevada, producto de las distorsiones provocadas por los aranceles y las subidas de precios de algunos bienes y servicios que se movían en las cadenas globales libremente (antes de los aranceles).
Reforma fiscal en EEUU
El cuarto factor reside en la reacción de la economía de EEUU cuando el estímulo de la reforma fiscal vaya desapareciendo: "Mientras que algunos efectos secundarios permanecerán siendo positivos, el impacto de la bajada de impuestos se irá desvaneciendo en 2019 y 2020", comenta Lafferty.
El Brexit
El Brexit y la falta de acuerdo "también pueden generar más incertidumbre para las empresas y los consumidores que obstaculizará el crecimiento". Además, la estabilidad en la Unión Europea puede depender del éxito o fracaso de la salida del Reino Unido.
La desaceleración de China y emergentes
El sexto factor es la desaceleración del crecimiento en China, la ralentización del crédito (que limitará la inversión en capital) y los precios de la vivienda que comienzan a enfriarse. Dentro de su último boletín mensual, el BCE ha dedicado un artículo al mercado inmobiliario del 'gigante asiático' en el que reconoce que "un retroceso severo del mercado de la vivienda podría afectar considerablemente a la economía china, con posibles efectos sobre la economía mundial". El BCE cree que existe un riesgo importante de que esta corrección se produzca en algunas ciudades, lo que "podría provocar un endurecimiento más general de las condiciones de financiación".
A esto hay que añadir los problemas que tendrán a corto plazo los países emergentes para seguir creciendo. La petición de ayuda de Argentina al Fondo Monetario Internacional para detener la caída del peso y las turbulencias que está viviendo Turquía son un aviso claro de que los excesos en algunos países emergentes pueden tener un final complejo. El crecimiento de los emergentes es a día de hoy muy relevante para la economía mundial.
¿Subida del petróleo?
Por último, aparece la posibilidad de que la falta de inversión durante los últimos años en la industria del petróleo pueda crear cuellos de botella en este mercado y el precio del crudo suba con fuerza. Desde Natixis ven el precio del oro negro en los 60-65 dólares por barril, un nivel aceptable y compatible con un crecimiento económico mundial sincronizado, pero "los riesgos geopolíticos en Oriente Medio y las disrupciones en la producción en algunos países pueden empujar al precio del petróleo, lo que históricamente no ha sido bueno para el crecimiento global.

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