lunes, 30 de noviembre de 2015

¿Por qué no todos vemos los colores de la misma forma?

Colores
No es tan simple como parece.

Los colores son una de las primeras cosas que les enseñamos a los niños sobre el mundo.
Les mostramos un banano maduro y declaramos con toda la confianza que es amarillo.
Para la mayoría de nosotros, no hay nada que debatir: los bananos son amarillos.
Sin embargo, el color no es algo tan objetivo como podríamos pensar: nuestro cerebro decide qué color estamos viendo, basándose en la luz que le llega a través de nuestros ojos, y hay un alto grado de variabilidad en la manera en la que vemos los colores.
¿Cómo pueden los colores engañar a nuestro cerebro?
De muchas maneras...

Sombras y posiciones

COLORES DATA PIC
El sombreado y el posicionamiento pueden cambiar lo que creemos de lo que vemos.

¿Tres o cuatro colores?
Rojo, rosado, verde y blanco. Esos son los cuatro colores que muchos piensan que hay en esta imagen (©Brainden).
Pero en realidad sólo hay tres: rojo, verde y blanco.
Cuando los cuadros rojos están al lado de los verdes, el cerebro los interpreta como rojos. Cuando están al lado de los blancos, los ve como rosados.

Compara A y B
ilusión ópticaImage copyrightEdward H. Aldelson
La mayoría de las personas piensan que el cuadrado A es negro y el B es blanco.
Pero A y B son del mismo tono de gris en esta imagen.
El cerebro se ajusta así porque los cuadros hacen parte de un patrón cuadriculado.

¿Qué número?
Si tu visión es normal, deberías poder ver el número 6.
Pero si tienes el tipo de daltonismo que te impide distinguir entre el rojo y el verde, te quedará difícil.
Esta es una de las cartas de Ishihara, que en el examen para el daltonismo.

Los matices de la felicidad

Image copyrightTHINKSTOCK
Image captionTu estado emocional también afecta la manera en la que ves los colores.
Cómo vemos los colores, no obstante, depende de mucho más que sólo nuestros cuerpos.
Nuestras emociones y hasta la época del año puede cambiar la manera en la que nuestros ojos y cerebros interpretan lo que vemos.

Verano
Al amarillo lo vemos diferente según la estación, señalan científicos de la Universidad de York, Inglaterra.
VACA CON FLORESImage copyrightTHINKSTOCK
En verano, el amarillo se ve más "verdoso", mientras que en invierno, parece más "rojizo".
Es resultado de vivir en un ambiente en el que el nivel de luz verde aumenta en verano.
Cuando los árboles están llenos de hojas, nuestros ojos se adaptan. Con más verde a nuestro alrededor, nuestro cerebro tiene que recalibrar su comprensión del amarillo.

El Rey León
Investigadores en Rochester, Nueva York, notaron que sentirse triste puede afectar nuestra habilidad de identificar los colores.
En una prueba, le mostraron a los participantes muestras a las que les habían quitado casi todo el color y luego les pidieron que identificaran qué color estaban viendo.
Al grupo que había visto la triste muerte de Mufasa en "El rey león" le quedaba más difícil ver los azules y amarillos que a los que no habían visto la película.
Los psicólogos creen que la dopamina -que controla los centros de placer y recompensa en nuestros cerebros- influye en la forma en la que distinguimos esos colores.
Aunque los colores parezcan una de las cosas más sencillas de nuestro mundo, son un misterio que los científicos están apenas empezando a desentrañar.

El frenesí por el azul y el dorado

¿Recuerdan la locura que desató a principios de este año la foto de un vestido que apareció en las redes sociales y luego en la prensa mundial, porque había gente que lo veía de un color y otra de otro?
Vestido famosoImage copyrightPA
Image captionLa foto y el vestido real.
Confirmó que dos personas pueden ver la misma cosa de una manera muy diferente debido a la forma en la que nuestro cerebro aborda la luz.

Fuente de luz
El color que se refleja de un objeto cambia dependiendo del tipo de luz que tiene a su alrededor.
El ojo humano debe ser capaz de identificar el color de las cosas en una variedad de condiciones de iluminación: una fresa debe verse roja tanto bajo la esplendorosa luz del mediodía como al atardecer.
No obstante, ocasionalmente, la fuente de luz puede ser problemática.
En el caso del famoso vestido, la iluminación era muy ambigua, carecía de puntos de referencia para ayudarnos a decidir de qué color era.
Por ello hubo quienes vieron la luz amarilla y otros, azul.
Vestido famoso explicación
Un fenómeno
Dado que la luz siempre está cambiando, nuestros cerebros tratan de filtrar ese efecto para deducir cuál es el color principal de un objeto.
A ese fenómeno de percepción se le conoce como 'constancia del color': cuando las superficies parecen mantener la apariencia cromática que tendrían bajo plena luz del día, aunque la iluminación cambie.
Sin embargo, la constancia del color no siempre funciona.
Si tu cerebro vio la luz que alumbraba al vestido como amarilla, entonces lo viste negro y azul; si tu cerebro interpretó la fuente de luz como azul, al vestido lo viste dorado y blanco.
Así que el factor clave en la manera en la que ves el vestido es la suposición que hace tu cerebro sobre el color de la luz que le rodea.

Colores confusos

Antes de irnos, tres colores que nos son familiares pero... ¿serán lo que parecen?
Negro, rosado, blanco
El negro científicamente, no es un color. Los objetos negros absorben la luz; los otros colores la reflejan hacia nuestros ojos.
La luz rosada no existe realmente: para crear el rosa, nuestros cerebros tienen que mezclar longitudes de onda rojas y violetas.
El blanco es todos los colores: la luz blanca es una mezcla de todos los colores del espectro visible.

Helen Czerski

Un truco infalible para quitarse una canción machacona de la cabeza


Un estudio propone una llamativa fórmula para combatir temas del verano, villancicos y similares



¿Cuántas veces tarareó usted, contra su voluntad, El taxi, de Pitbull, el pasado verano? ¿Cuántas otras su compañero de trabajo se lanzó con una melodía tonta y usted la repitió durante el resto de la jornada? ¿Ha empezado ya con el villancico de moda? Ocurre en los cerebros mejor amueblados: escuchamos los primeros compases de una canción y ya no hay forma de sacarlos de nuestra cabeza. Pues bien, una investigación publicada en Quarterly Journal of Experimental Psychology, la publicación de la Asociación Americana de Psicología, concluye que la solución a este molesto problema es tan simple como mascar chicle.
La idea del estudio, según cuentan los autores, surgió a partir de unpost anónimo de Internet que aseguraba que mascar palos de canela acababa con cualquier canción pegadiza de la que nos resultara difícil deshacernos. Intrigados con el asunto, los investigadores, científicos de la Universidad de Reading (Inglaterra), descubrieron que al parecer el movimiento mecánico que hacemos con la mandíbula cuando estamos masticando chicle, en el que se utilizan las mismas habilidades motoras que en el habla, puede detener la formación de recuerdos musicales molestos.
La idea del estudio, según cuentan los autores, surgió a partir de un post anónimo de Internet que aseguraba que mascar palos de canela acababa con cualquier canción pegadiza
El estudio en el que se llegó a estas conclusiones se dividió en tres experimentos. Por un lado, un grupo de personas escucharon la canciónPlay Hard, de David Gueta, y apuntaron cuántas veces habían pensado en ella durante los días siguientes. Un segundo grupo de participantes escuchó la misma canción, pero en su caso debían fijarse tanto en las veces en las que habían pensado en ella como las veces en las que esta había sonado en sus cabezas. En ambos casos, mascar chicle resultó ser eficaz para disminuir el número de recuerdos y reproducciones interiores.
Con el tercer ensayo, los científicos intentaron responder a otra cuestión: si las canciones pegadizas se pueden parar con cualquier actividad motora y no solo la que se produce cuando masticamos (chicles o palitos de canela). En este caso, el tema elegido fuePayphone, de Maroon 5. Tras escucharla, un grupo mascó chicle y otro tamborileó con los dedos. Aunque esta nueva acción introducida logró en cierta medida combatir el efecto plasta, no fue tan eficaz como el que se consiguió masticando. ¿Tiene chicle a mano? Consuma sin miedo su ración de reggaeton.

http://elpais.com/elpais/2015/11/27/buenavida/1448613952_394784.html

¿Cómo se fabrica un celular chino?

Xiaomi es una de las empresas que contrata la fabricación de sus celulares a Wingtech.
Xiaomi es una de las empresas que contrata la fabricación de sus celulares a Wingtech. PHOTO: REUTERS

El sonido de los dedos martilleando los teclados de las computadoras retumba en una oficina llena de centenares de jóvenes ingenieros. En sus cubículos de paredes bajas, estos ingenieros examinan circuitos en sus pantallas y esbozan los diseños de los nuevos teléfonos inteligentes.
Así es como se hacen los celulares más baratos del mundo.
Las instalaciones son propiedad de Shanghai Wingtech Communications, que cuenta entre sus clientes a muchas de las marcas de smartphones de más rápido crecimiento del mundo, incluyendo las chinas Xiaomi, Huawei y Meizu y la india Micromax.
El mercado de teléfonos inteligentes chino se ha transformado en los últimos años. Hasta hace poco estaba lleno de imitaciones poco fiables, conocidas como shanzhai o “fortaleza de la montaña” en chino. Ahora el país tiene un creciente número de marcas fuertes que puedan competir a nivel global, poniendo presión sobre grandes fabricantes como Samsung Electronics. Mientras tanto, muchos de los fabricantes de shanzhai han cerrado sus puertas.
Una de las razones detrás de este cambio es la maduración de lo que se ha llamado la cadena roja de suministro, una red de suministro de teléfonos inteligentes más baratos que involucra a más fabricantes chinos de componentes y firmas manufactureras que la cadena tradicional de suministro de electrónica. La mejora en la calidad de estos proveedores—como Wingtech, Shanghai Huaqin Telecom Technology y Longcheer Holdings—ha ayudado a las marcas chinas a reducir la brecha tecnológica con fabricantes globales sin dejar de competir en precio.
Aunque las marcas globales de teléfonos inteligentes como Apple también hacen la mayoría de sus teléfonos en fábricas chinas, confían más a menudo en contratistas taiwaneses como Foxconn y proveedores de componentes más internacionales.
El ascenso de la cadena roja de suministro es una de las razones detrás de un auge mundial de los smartphones baratos en todo el mundo, desde India a Brasil. Si rastrea el origen de la cadena de suministro de un teléfono barato en cualquier parte, y verá que en muchos casos termina en China.
Wingtech comenzó en 2006 como una de las muchas casas chinas de diseño independientes (IDH, en la jerga de la industria) que vendían diseños de aparatos telefónicos a clientes que luego los comercializaban con sus propias marcas. Estos IDH impulsaron el crecimiento inicial de la industria de teléfonos inteligentes de China, ya que ayudaron a cientos de nuevas empresas con poca experiencia móvil a construir sus propios teléfonos inteligentes en pocos meses. Estos primeros smartphones chinos tenían muchos problemas de calidad, y muchos eran imitaciones o marcas sin nombre.
En 2008, Wingtech dio el salto a la fabricación y abrió su propia fábrica. Se convirtió en un fabricante de diseño original (ODM, por su sigla en inglés), lo que significa que ofrece a los clientes una línea de servicios desde el diseño hasta la fabricación e incluso algún servicio postventa. Desde entonces, ha pasado de tener un centenar de clientes a sólo un puñado—las marcas chinas e indias más grandes. Se dice que sus principales clientes son Xiaomi, que utiliza Wingtech como su contratista para el ensamblaje de su línea de teléfonos de bajo costo Redmi, y otro de los principales fabricantes de celulares de China, Huawei.
“No somos sólo un fabricante por contrato como Foxconn”, dijo Deng Anming, gerente estratégico de Wingtech. “Nuestra competitividad principal es nuestra capacidad de investigación y diseño.”
Una portavoz de Meizu dijo que Wingtech era un verdadero socio que ofrece precios competitivos. Xiaomi, Huawei y Lenovo declinaron hacer comentarios. Micromax no respondió a una solicitud de comentarios.
Actualmente, Wingtech sólo apuesta en grande. El mercado de fabricación de teléfonos inteligentes por contrato es muy competitivo, y los contratistas obtienen pequeños márgenes de ganancia. Además, después de años de crecimiento vertiginoso, el mercado de teléfonos inteligentes de China ha alcanzado la saturación y comenzado a encogerse.
Un producto que fracasa puede fácilmente significar muchas pérdidas. Deng dijo que la compañía se compromete a hacer un teléfono para un cliente sólo si piensa que se convertirá en un éxito de ventas, ya que la gran escala es lo que le permite negociar los precios de sus componentes y ampliar su margen de ganancia. En 2014, Wingtech tuvo una ganancia neta de alrededor de US$14,6 millones y un margen neto del 2,2% según un documento presentado por la bolsa de valores de su empresa matriz.
Hace poco, The Wall Street Journal realizó un recorrido por el centro de investigación y fábrica de Wingtech en la ciudad industrial de Jiaxing, cerca de Shanghai. Wingtech no permitió sacar fotos de algunas áreas debido a la confidencialidad del cliente.
Diseño:
Como la mayoría de los fabricantes por contrato, Wingtech hace mucho más que fabricar dispositivos. Trabaja con los clientes para diseñar productos, ofreciendo costos más bajos, debido a su gran escala, de lo que sus clientes podrían lograr por hacerlo todo por su cuenta.
Wingtech se trasladó en febrero a una nueva sede en Shanghai, en donde trabajan cerca de 600 empleados. El edificio blanco tiene pisos abiertos llenos de jóvenes ingenieros sentados frente a sus computadoras. Cada uno de ellos está abocado a un paso específico del desarrollo de teléfonos inteligentes.
Gran parte del trabajo se lleva a cabo fuera de miradas indiscretas. Los proyectos secretos de los grandes clientes como Xiaomi, Huawei, Lenovo, Meizu y Micromax se realizan detrás de puertas cerradas, más allá del salón principal de la compañía.
Los contratistas chinos como Wingtech pueden ayudar a los clientes a desarrollar un nuevo modelo de smartphone en sólo seis meses.
Pruebas:
Una vez que se define el diseño, vienen las pruebas de fiabilidad. Piense en un “American Ninja Warrior” para teléfonos. Antes de que se lo considere listo para la línea de montaje, cada teléfono es sometido a todo tipo de pruebas en este centro especialmente construido para ello por Wingtech a un costo de US$2 millones.
Los teléfonos son conectados a una computadora que abre y cierra cada aplicación una y otra vez durante varias horas para comprobar si hay problemas técnicos. Las pantallas de los aparatos parpadean sin cesar, como si el aparato estuviera poseído. Después, los aparatos son sometidos un examen visual—una serie de diagramas similares a ilusiones ópticas y gráficos de colores—para probar el foco y la captura de color de sus cámaras. Hay una prueba de caída, una prueba de calor, una prueba en frío, una prueba de presión, una prueba de humedad. Los teléfonos están atrapados dentro de un dispositivo que parece como los que se usan para hacer las resonancias magnéticas, el cual mide la fuerza de la señal, atados a la cabeza de un maniquí para ver si la cabeza o la mano del usuario inhibirán el sonido.
Fabricación:
A una hora del centro de investigación y desarrollo de Shanghai se encuentra la fábrica de Wingtech. Como cualquier típica fábrica de electrónica china, se encuentra en un parque industrial en las afueras de la ciudad y es en sí misma una pequeña ciudad para sus empleados. Los 9.000 trabajadores viven en los dormitorios en el predio, y la empresa tiene una sala de cine, un café de Internet y otras instalaciones recreativas para ayudar a retener a los trabajadores. La alta tasa de rotación de personal es un problema perenne para las fábricas de electrónica de China. Los trabajadores jóvenes con frecuencia abandonan el trabajo debido a su carácter monótono.
Wingtech fabrica en el lugar sus propios circuitos y algunas otras partes como la carcaza de los teléfonos inteligentes. Estos procesos de fabricación de componentes han sido siempre altamente automatizados en toda la industria. Los paneles de circuitos vacíos se deslizan por un túnel largo, en donde distintas máquinas van aplicando cada uno de los diminutos componentes del panel en la posición correcta. Un robot comprueba que todo está alineado correctamente antes de las partes sean soldadas en un horno. En otro edificio mucho más ruidoso, maquinarias pesadas cortan y moldean el metal y el plástico.
Luego viene el ensamblaje final, por mucho, el paso más intensivo de mano de obra. Los trabajadores pasan por un túnel de viento para eliminar todo residuo externo antes de que puedan entrar en la planta de ensamblaje llevando sombreros y protectores de zapatos. Diversos sombreros de colores separan a los trabajadores regulares de montaje de los jefes de equipo y los funcionarios superiores.
El montaje final de los smartphones todavía se realiza principalmente a mano, aunque Wingtech y otros como Foxconn han estado tratando e automatizar más partes del proceso. La dificultad radica en los cortos ciclos de vida de los productos de los teléfonos inteligentes y los movimientos más delicados que son necesarios para poner todas las piezas juntas hacen que una línea de ensamblaje totalmente automatizada sea demasiado costosa como para implementarse.
Pero hay pequeños avances. Por ejemplo, Wingtech añadió este año una máquina que prueba el conector de audio de cada teléfono en la línea de montaje. Antes, un trabajador escuchaba cada teléfono de forma manual.
A partir de ahí, los dispositivos son empacados y enviados fuera de la fábrica. El año pasado, Wingtech vendió cerca de 50 millones de unidades de celulares por contrato, dice Deng, aunque sólo algunos fueron fabricados por la empresa. La fábrica de Wingtech tiene capacidad para fabricar 2,5 millones de teléfonos al mes, y subcontrata la producción a otras fábricas si tiene exceso de pedidos.
Join In (Holding) Co., una empresa china de bienes raíces que cotiza en bolsa, adquirió el mes pasado el 51% de Wingtech.
Aunque la industria de teléfonos inteligentes de China se enfrenta este año retos como el de un mercado saturado, Deng dice que es optimista a medida que nuevas marcas de celulares chinos están saliendo al extranjero.
“La industria de teléfonos inteligentes de China está entrando en una edad de oro”, dijo.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Egipto está segura “al 90%” de que hay una cámara junto a Tutankamón

Interior de la tumba del rey Tutankamón en Luxor. / MOHAMED ABD EL GHANY (REUTERS)


El ministro de Antigüedades Mahmud al Damati apunta que aumentan las posibilidades de encontrar la tumba de Nefertiti



La Egiptología parece estar a punto de sumar un eslabón de oro a su cadena de fascinantes descubrimientos. Al ministro egipcio de Antigüedades, Mahmud al-Damaty, le gusta definirlo como “el descubrimiento del siglo”. Y esta vez, no exagera. Los estudios realizados los últimos días con un “sofisticado radar” apuntan “con un 90% de seguridad” a la existencia de una cámara secreta adyacente a la tumba del faraón Tutankamón, tal como había sugerido este verano el célebre arqueólogo británico Nicholas Reeves. De confirmarse, sería la más importante revelación arqueológica proveniente de Egipto desde que Howard Carter maravillara al mundo al encontrar la tumba de Tutankamón, el faraón niño.
Sin embargo, Reeves y las autoridades egipcias discrepan respecto a quién pertenecería la cámara funeraria. Reeves está convencido que el secreto mejor guardado hasta la fecha por los arquitectos del Antiguo Egipto esconde la momia de Nefertiti, la esposa de Akenatón. Los restos de la reina, de legendaria belleza, nunca se han encontrado. De acuerdo con los historiadores, Nefertiti desempeñó un importante papel en la revolucionaria reforma religiosa que lideró el faraón Akenatón al crear un efímero credo monoteísta en el siglo XIV a.C.. En cambio, los expertos egipcios se inclinan por otras candidatas, como Kiya, la segunda esposa de Akenatón y madre de Tutankamón, o su hija primogénita Meritatón, fruto de su matrimonio con Nefertiti.
“Ahora ya podemos decir que hemos encontrado otra tumba o una cámara detrás de la cámara funeraria de Tutankamón”, ha declarado al-Damaty en una conferencia de prensa celebrada el sábado en la ciudad de Luxor, donde se encuentra el impresionante Valle de los Reyes, auténtica joya arqueológica del Antiguo Egipto. El ministro ha estimado “en aproximadamente un 90%” las posibilidades de que el análisis preliminar sea correcto. La incertidumbre y excitación se mantendrá aún durante unas semanas, el tiempo que necesitan los científicos para estudiar con detenimiento los resultados de una exploración iniciada el pasado jueves.
“Los resultados de un examen con radar detrás de la pared norte [de la cámara funeraria de Tutankamón] son muy claros …parecen indicar que hay una distinción clara entre la roca dura y otra cosa”, ha declarado Reeves desde Luxor. “ Si tengo razón y hay una continuidad [a través de un pasillo] de la tumba, ello nos llevará a otra cámara funeraria. Yo creo que es la de Nefertiti, y todas las pruebas apuntan en esas dirección”, insistió el egiptólogo británico, que el pasado mes de agosto expuso su revolucionaria teoría al concluir que, por sus modestas dimensiones y anómala construcción, el monumento funerario de Tutankamón debería ser el anejo de otra tumba de mayores dimensiones, probablemente, correspondiente a una reina.
De ser cierta su intuición, la tumba secreta podría albergar un tesoro aún más maravilloso que el que acompañó a Tutankamón en su muerte hace unos 3.300 años. El ajuar del faraón niño, recopilado en un antecámara, la cámara del tesoro, la cámara funeraria y el anexo, sumaba más de 5.000 preciosos objetos. Buena parte de ellos se pueden presenciar en el Museo Egipcio de El Cairo. A diferencia de los monumentos funerarios de otros faraones descubiertos por los arqueólogos, el de Tutankamón permaneció durante siglos al resguardo de bandidos y cazatesoros.
Los resultados del escaneado llevado a cabo por el experto japonés Hirokatsy Watanabe confirma la existencia de puertas tapiadas que las pinturas habrían tratado de ocultar, tal como había sugerido Reeves. A principios de noviembre ya se realizó una prueba temográfica a partir de rayos infrarrojos que disparó las esperanzas de los investigadores. El análisis detectó la existencia de puntos fríos y corrientes de aire que indicaban la existencia de una cámara secreta. Sin embargo, en la rueda de prensa, el ministro al-Damaty mostró un punto de cautela al recordar que, de momento, solo disponen de “resultados preliminares”. Se abre una tensa espera.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/11/28/actualidad/1448717873_350821.html

El zar contra el sultán


Las disputas entre Putin y Erdogan retratan un anacronismo, y ponen en evidencia las similitudes de ambos presidentes


Más que un estado feudal tártaro, el Kanato de Astracán fija el origen del primer conflicto –1568– entre el imperio ruso y el otomano, predisponiendo una hemorragia bilateral que abarca desde entonces el inventario 15 guerras oficiales y que acaba de concederse el estrambote del avión SU-24 derribado al sur de Anatolia por la aviación de Ankara.
Resulta difícil anticiparse a las secuelas de este presumible casus belli, entre otras razones porque el ardor guerrero de sus protagonistas, Vladímir Putin y Tayyip Erdogan, parece adjudicarles el papel de zar y de sultán a la usanza de los conflictos pretéritos o al antojo de sus respectivas egolatrías.
La egolatría les acerca, como sucede con muchos otros paralelismos. Incluidos la edad –63 y 61 años– y la subordinación de la "guerra total" al Estado Islámico a sus intereses particulares.
Erdogan ha aprovechado la emergencia yihadista para depurar a brochazos a la insurgencia kurda
Erdogan ha aprovechado la emergencia yihadista para depurar a brochazos a la insurgencia kurda, de la misma manera que Putin ha antepuesto a cualquier otro criterio su interés geopolítico –la base siria de Tartus– y la custodia de Al Asad, derivando el curso de los bombardeos no tanto al territorio comprometido por el ISIS, como a la resistencia que lleva cuatro años intentando derrocar la tiranía de Damasco.
No hay una guerra en Siria. Hay varias guerras superpuestas a la que termina de añadirse el anacronismo del conflicto ruso-turco. Igual que Putin responsabiliza a la minoría turcomana de su vinculación al yihadismo, Erdogan, musulmán suní, abomina de las intenciones con que su homólogo del Kremlin aspira a salvaguardar a la minoría chií que representa Al Asad, y que explica la solidaridad coreográfica de Irán y de Hezbolá.
Coinciden en el culto a la personalidad, en la megalomanía y en la ambición de perpetuarse en el poder
Se mueven con habilidad, Putin y Erdogan, en la guerra psicológica. El primero ha mutado de actor maldito a necesario porque Hollande privilegia la derrota del Estado Islámico a las viejas discrepancias geoestratégicas –Ucrania, por encima de todas– mientras que Erdogan abusa de su posición de aliado imprescindible en la estrategia de la OTAN.
Se explica así que hayan trascendido ambos su papel natural y responsable. Y que hayan convertido el conflicto bilateral en un soberano ejercicio de propaganda en atención a sus hinchadas nacionales. Ambos han manejado el miedo como un instrumento de cohesión. Y como una manera propicia de rebasar principios invulnerables en cualquier sociedad aseada.
Putin y Erdogan han formalizado a sus anchas el concepto de la democracia imitativa. Tanto en Rusia como en Turquía se celebran los rituales de las elecciones y se traslada la sensación de una euforia plebiscitaria, pero los procesos se resienten de la propia intimidación que ejerce la jefatura del Estado. Les gusta a Putin y a Erdogan, por ejemplo, amordazar a la prensa crítica, controlar las redes sociales y perseguir a la oposición, muchas veces con procedimientos antidemocráticos. Porque Erdogan y Putin se reflejan esencialmente en el papel del autócrata, estableciendo por añadidura una suerte de identificación entre el destino de su pueblo y el propio. Más todavía cuando ambos han apelado al orgullo nacionalista, distanciándose Putin del comunismo y alejándose Erdogan del modelo laico y republicano que había diseñado Atatürk en la construcción de la Turquía moderna. Putin se ha convertido en un zar y en protector de la cultura eslava, con todas las implicaciones territoriales –Crimea– y los resabios decimonónicos que implica semejante autoridad, mientras que Erdogan, un sultán en estado de trance, intenta reconstruir con misiles y alminares el orgullo del imperio otomano.
Por eso su papel, como el de Putin, se recrea tanto en el paternalismo político y en el alarde castrense como en el poder religioso, introduciendo la moral y el Corán como argumentos identitarios a costa de las libertades.
Nunca habían trabajado tanto los tribunales en el nuevo espacio legislativo de las ofensas religiosas, ni se podría haber sospechado que el pianista más ilustre del país, Fazil Say, expiara una condena de diez meses de prisión por haber ironizado en Twitter con la promesa del paraíso.
El premio Nobel Orhan Pamuk abandera la rebelión de los intelectuales frente a la islamización, aunque el caso de las Pussy Rioten Rusia, condenadas a prisión por sus performances blasfemas, demuestran que Putin también asume las dos espadas en el régimen moscovita.
No porque crea en Alá, sino porque ha mutado de jefe de la KGB en patriarca de la Iglesia ortodoxa, reivindicando los valores cristianos, restaurando esa moral que tanto le jalean los escritores reaccionarios occidentales, incluso obteniendo las bendiciones del papa Francisco, cuyos elogios al pope se explican en la lucha común contra el aborto y en la discriminación de los derechos a los homosexuales con la que Putin pone a salvo la entidad sagrada de la familia en cuanto embrión de la patria.
Putin y Erdogan podrían intercambiar sus papeles. Ambos coinciden en el culto a la personalidad, en la megalomanía, en la opulencia –el nuevo palacio del sultán abarca 200.000 metros cuadrados– y hasta en la ambición de perpetuarse en el poder. El presidente ruso va camino de gobernar casi dos décadas gracias a los enroques y a la devoción que ha inculcado en su pueblo, mientras que Erdogan, menos apreciado que el colega ruso y bastante discutido en los ambientes cosmopolitas de Estambul, ha convertido su mayoría absoluta en los comicios del 1 de noviembre en un estímulo para gobernar 20 años, sepultar a Atatürk y aspirar incluso a convertir Turquía, he aquí la embarazosa paradoja, en un estado miembro de la UE.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/26/actualidad/1448564076_400589.html