domingo, 30 de noviembre de 2014

Así fue mi semana en una web de citas para ricos



A Uniqdate solo acceden 360 personas. Todos son adinerados. Todos buscan romance. Y un redactor se ha colado entre ellos


Pongamos que es usted una persona de éxito profesional, que tiene entre 30 y 55 años. En su sector se le rifan (bueno, en el entorno laboral le dirán que es un hot ticket o algún otro anglicismo), gana un buen dinero en largas jornadas de trabajo; dinero que luego invierte en viajes y mantener un tren de vida de lujo. Pero, ay, tanto desarrollar su carrera le ha privado de otro gran aspecto de la vida, aquella pequeñez que dicen que da la felicidad junto con la salud y el dinero: está usted solo. Ni novia, ni nada que pueda convertirse en ello. Si este es su caso, para usted se ha creado la red socialUniqdate, que se publicita como la primera celestina con derecho de admisión.
Para explorar la web, creamos perfiles de mujer y de hombre. Por el motivo que sea, la mujer recibió 20 visitas en una semana. El hombre, tres
Para conocer mejor los entresijos de esta web con 360 miembros, creamos un perfil masculino y otro femenino. Pongámosle que la mujer era una abogada que trabajaba en el despacho de su abuelo, con una carrera de esas que lleva años antepuesta a la vida personal, y que el hombre se dedicaba al negocio bancario por enchufe y le gustaban los deportes de riesgo. Por el motivo que sea, la mujer recibió 20 visitas en una semana y el hombre, tres, pero lo sorprendente vino al tratar de entablar conversación. Nadie contestó a nuestra abogada, pero sobre el 50% de las chicas sí hablaron con nuestro gestor, aunque es cierto que después algunas no estaban dispuestas a compartir su modo de ganarse la vida.


En las imágenes que acompañan los perfiles masculinos se adivina una media de edad sobre 45-50 años, con predilección por las fotos personales relajadas. Muy cuidadas. Sin casi trajes ni corbatas, bastantes playas paradisíacas, algunos yates y coches antiguos y alguna que otra pulserita con la bandera de España. Las mujeres parecen más jóvenes, sobre unos 35-40 años. Predominan los planos frontales y americanos, de nuevo con bastantes arenales bañados de mares cristalinos, pero en estos casos ningún vehículo a motor y, desde luego, con una iluminación mucho menos preparada. Todo, eso sí, es el colmo de lo chic.
Cuando alguien accede a través de Facebook, tenemos un algoritmo que analiza su perfil, viendo las cosas que ha dado Me Gusta, fijándose en restaurantes, marcas de moda, de lujo... Que lleven un estilo de vidapremium
Miguel Candau, uno de los responsables de Uniqdate

La web es sencilla. Puede accederse a través de un explorador o por una aplicación de Android, sin equivalente en Apple. Al pasar el ratón sobre uno de estos postulantes, aparece información muy básica. Nombre, estudios y ubicación y, de vez en cuando, alguna frase vagamente reveladora, del orden de: “VIVE LA VIDA AL MÁXIMO” o “No sabía que ponerme... y me puse feliz!!”. Tras pinchar, se abre una página de chat.
Detrás de este proyecto y al frente de una plantilla de siete personas están Hugo Vailanti y Miguel Candau. El segundo, con experiencia en empresas de telecomunicaciones como Orange y estudios en el ESIC: Business & Marketing School, cuenta que para control de los futuros miembros usan un sistema de verificación en dos etapas.
“Cuando alguien accede a través de Facebook, tenemos un algoritmo que analiza su perfil, viendo las cosas que a las que ha dado Me Gusta, fijándose en restaurantes, marcas de moda, de lujo... un estilo de vida premium”, explica por teléfono. En caso de que el candidato no tenga Facebook, Candau explica que buscan información manualmente tratando de comprobar si son ciertas sus afirmaciones sobre nivel de estudios y trabajo. Si pasan este primer filtro, las fotografías del candidato se envían a “los relaciones públicas” de la empresa y estos “hacen una votación para ver si entran o no en Uniqdate”.
Han recibido 2.800 solicitudes y admitido cerca de 360 miembros. Su intención es seguir aumentando hasta los 6.000
Candau define “el derecho de admisión” como su “modelo de negocio”. Tras unos inicios en los que los usuarios masculinos debían pagar una cuota de 120 euros al mes, ahora han bajado el cobro a 32, con posibilidad de contratar el servicio durante un año. Las mujeres, como en cualquier otra web de este tipo, lo tienen gratis.


Según asegura, de las 2.800 solicitudes que han recibido han admitido a cerca de 360 miembros. Su intención es seguir aumentando socios hasta llegar a los 6.000, con números equiparables para cada sexo. Para ellos es importante mantener la paridad. El perfil de usuario que buscan es “personas de éxito profesional y con un estilo de vida elevado, a las que les guste cenar en buenos restaurantes, irse a playas de ensueño y que quieran conocer gente similar, cosa que en otros datings no pueden”.
Para mostrar ese estilo de vida exclusivo, Uniqdate utiliza algo llamado Uniqbook, una suerte de álbum digital de recortes donde se van seleccionando experiencias premium. No queda claro si hay que haberlas vivido o simplemente deseado. Algunos de los ejemplos son la marca Bulgari, el restaurante Sublimotion, el club Liv Miami Night o el artista Takashi Murakami, por lo que no parece ser realmente necesario haber comido en ese lugar o tener colgada en el cuarto de baño una acuarela del genio pop japonés.
Otra usuaria, anónima, comenta que algunos hombres le parecen modelos. “Encima tienen pasta”, añade. “Si estos no ligan en la vida real, ¿quién lo va a hacer?”.
Pero, bueno, lo importante. ¿En este sistema se liga? Un usuario masculino, al que llamaremos Agripino, cuenta que, en las dos semanas que lleva, habrá hablado con 50 mujeres. De estas, sobre un 60% contestó a sus chats y, asegura, que “si lograba mantener la conversación durante dos, tres días”, estas suelen aceptar quedar en la vida real. Otra chica, digamos que Germánica, asegura que hay cierto número de hombres que les parecen irreales, como modelos. Que algunas de las fotos son demasiado cuidadas. Que le cuesta creer algunos de los perfiles. La idea detrás de la web es que le sirva a hombres acomodados y con un mínimo estético. Hombres que no siempre tienen tiempo para cortejos tradicionales. O que prefieren la discreción. A Germánica esto le atrae tanto como le intriga. “Encima tienen pasta”, añade. “Si estos no ligan en la vida real, ¿quién lo va a hacer?”.

http://elpais.com/elpais/2014/11/28/icon/1417167554_781812.html

¿Cuál es el mejor lugar del mundo para colocar vallas publicitarias?

Times Square
El tamaño del nuevo anuncio en Times Square es similar al de un campo de fútbol.

La emblemática intersección de Times Square en Nueva York estrenó esta semana el anuncio interactivo más grande del mundo.

Se extiende por toda la cuadra que separa las calles 45 y 46 de Broadway y mide unos 100 metros de largo y mide el equivalente a ocho pisos de altura (23 metros).
El primero en estrenarla por un costo no revelado es Google, pero reportes indican que los futuros anunciantes podrían pagar unos US$2,5 millones al mes.
Ese es el precio para que millones de ojos fijen sus miradas en la gigante pantallas de luces. Se estima que unos 300.000 peatones visitan Times Square a diario, un número que aumenta a medio millón si se toma en cuenta a a las personas que pasan por allí en autos y autobuses.
Piccadilly Circus en Londres también está experimentando una transformación.
La compañía de componentes electrónicos TDK, cuyo aviso estuvo adornando la turística intersección por 24 años, anunció que no renovará su contrato.
El icónico espacio ahora espera un anunciante. El aviso se divide en varias pantallas y programas de televisión. Se trata de un clásico telón de fondo para indicar que una acción transcurre en Londres.
La serie de la BBC "Sherlock" y la película "Harry Potter y las reliquias de la muerte" lo muestran. El apocalíptico filme de Danny Boyle "28 Days Later" lo muestra sin electricidad. Y en "The 39 Steps" de Alfred Hitchcock es posible es posible apreciar cómo lucía en el pasado.
Picadilly Circus
TDK ya no arrendará el espacio que ocupó por 24 años en Picadilly Circus.
Dos millones de consumidores pasan por allí cada semana, de acuerdo con Sinead Hensey, gerente de marketing de la consultoría Wildstone, quien está a cargo de vender el espacio.
Casi el 70% de ellos van a pie, lo que generalmente significa que se mueven a un ritmo más lento y por lo tanto, pasan más tiempo viendo el anuncio, explica Hensey. Cuando los anuncios están en el corazón de una ciudad, la publicidad suele tener público las 24 horas.
Lugares como Times Square y Piccadilly Circus son famosos por sus vallas, dice Hensey. Piccadilly Circus fue el primero en contar con anuncios de luz brillante en el año 1900. Coca-Cola ha tenido un espacio en Times Square desde la década de 1920.
Gracias a las millones de fotos tomadas por turistas, los avisos no solo se exponen a quienes pasan frente a ellos.
Pero, ¿cuál es el mejor lugar para tener un aviso? La respuesta es más compleja de lo que parece.

Dinámica mundial

Mucho dependerá de lo que la compañía esté tratando de vender y a quién, afirma Matthew Miller, editor del sitio web sobre mercadeo Campaign Asia-Pacific.
El precio, la demografía y el número de personas que va de compras también entran en el análisis. "Hay más ciencia de la que la gente puede darse cuenta".
Pero lo principal es el número de "impresiones" que el anuncio obtendrá, lo que esencialmente significa cuántas personas lo verán, sostiene Ron Schultz de Billboard Connections. Por eso es que Times Square es considerado un sitio tan ideal: "Se encuentra en la cúspide en términos de visibilidad".
En el resto del mundo la dinámica es similar.
Bandra
Bandra, un suburbio del oeste de Bombay, India.
Shibuya
Para los expertos, el cruce de Shibuya es la mejor locación de Tokio.
Tokio es un buen ejemplo. Es difícil imaginar la capital japonesa sin sus luces de neón, aunque nunca se haya estado ahí.
El cruce de Shibuya es la mejor locación, asegura Tsuyoshi Kaneda, director de compra de medios en Magna Globa Japón, cuyo trabajo es negociar la compra de los espacios publicitarios en nombre de sus clientes.
El de Shibuya es el cruce de peatones más transitado del mundo. Se estima que unas 2.500 personas cruzan la calle cada vez que las luces cambian. Lo que quiere decir que cerca de un millón de peatones al día son abrumados por las invitaciones a consumir que les envían las vallas publicitarias luminosas y enormes.
Anunciar durante dos semanas cuesta unos US$195.000, dice Kaneda.

Locaciones congestionadas

Además de Tokio, las grandes y crecientes ciudades de Shangai, Bombay y Sao Paulo son también puntos atractivos para los avisos publicitarios.
Las ciudades indias de Bombay, Calcuta y Chennai los tienes. La primera ofrece el espacio publicitario más costoso: un anuncio de 36 metros por 42 en Bandra. Está ubicado en un tramo de carretera que conecta a los dos distritos de negocios de Bombay y está entre las calles más transitadas de la ciudad, según explica Amid Gupta de Global Advertisers.
Anuncio en Times Square
Times Square y zonas por el estilo funcionan mejor para una audiencia más variada.
Lo más difícil de anunciar en estas locaciones congestionadas es destacar. El aviso mamut de Times no es el primero en hacer un esfuerzo por lograrlo.
En Shibuya es posible comprar bloques de cuatro espacios publicitarios que también permiten el uso de audio para captar la atención de la audiencia, explica Kineda. Según él, cualquier característica única añadida siempre puede representar una ayuda.
La valla publicitaria más grande del mundo se encuentra cerca del aeropuerto Rey Khalid en Arabia Saudita. Mide 250 metros de largo y 12 de alto y capta a quienes transitan desde y hacia la terminal.
Los aeropuertos son un mercado propio. Hordas de pasajeros que a menudo esperan de brazos cruzados. Los anunciantes son los únicos que se deleitan con los retrasos de vuelos.
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La historia de las vallas publicitarias

Valla de 1944
  • El primer espacio para un anuncio fue arrendado en Estados Unidos en 1867.
  • La primera valla fue expuesta en 1889 en una exposicién en París.
  • A finales de los años 20, aumentaba la popularidad de los automóviles, así que los anunciantes abandonaron las estaciones de ferrocarril y se concentraron en las vallas de carretera.
  • En 2005 fueron instaladas las primeras pantallas digitales
  • En 2010 se construyó en Carolina del Norte un aviso "perfumado" que emite olor a pimienta y carbón, con el objetivo de promover un tipo de carne.
Fuente: Asociación de anuncios al aire libre de Estados Unidos (OAAA, por sus siglas en inglés).
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El aeropuerto con más tráfico en todo el mundo sigue siendo el de Atlanta, Georgia, en Estados Unidos, por el que pasa un total de 94 millones de pasajeros al año. Le siguen la pista el aeropuerto internacional de Pekín y el Heathrow de Londres.
Es posible que en los próximos 20 años los lugares que hoy son considerados puntos ideales para la publicidad cambien. Se espera que China supere a Estados Unidos en lo que se refiere al aeropuerto con más tráfico, mientras que India le quitará eventualmente el tercer lugar a Reino Unido de acuerdo a las cifras más recientes de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Las vallas en aeropuertos no solo están destinadas a una audiencia que está de paso.
"Los aeropuertos son una mejor opción que las ciudades del interior, si lo que se quiere es conectar con ejecutivos de alto nivel, consumidores ricos o líderes mundiales de opinión", señala Erik Bottema, director de la sección de mercadeo de aeropuertos de Kinetic.
"Times Square y zonas por el estilo funcionan mejor para una audiencia más variada".

Cambios

Y así como los retrasos de vuelos son amigos de quienes anuncian en aeropuertos, el tráfico y la congestión son aliados de las vallas publicitarias de carreteras.
Chiswick
Anunciar en las torres de Chiswick en Londres cuesta unos US$2,3 millones al mes.
En San Francisco hay una ubicación privilegiada justo cuando se sale del puente de la Bahía, la principal entrada a la ciudad, explica Schultz. Por allí circulan unos 280.000 pasajeros al día y en 2010 los motoristas perdieron un total de 600.000 horas por cada kilómetro y medio recorrido debido a los retrasos.
En Reino Unido, el cuadro es similar. La consultoría Wildstone rompió en dos ocasiones récords de renta publicitaria por anuncios en carreteras, dice Hensey, primero en el paso subterráneo de Euston y luego con las torres Chiswick, ambos en Londres.
Se ubican en vías congestionadas, con audiencias de unas 100.000 personas al día que avanzan a paso lento. Ambos puntos cuestan unos US$2,3 millones al mes. "No puedes evitar verlos".
Pero el mundo de los anuncios publicitarios está cambiando, asevera Miller. Las pantallas digitales se están imponiendo con propuestas interactivas e innovadoras.
La aerolínea de bajo costo Hong Kong Express desafió a los consumidores a tocar el botón de una pantalla interactiva durante la misma cantidad de tiempo que dura un viaje de Hong Kong a Tokio: un total de cuatro horas y media a cambio de un billete gratis de vuelta.
Los consumidores tendrán que esperar para ver si Google le saca provecho a su aviso gigante en Times Square y supera una oferta como esa.

BBC News   29/11/2014
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/11/141127_economia_anuncios_publicitarios_finde

Fetichismo de la innovación



La verdadera religión de hoy en día son los hallazgos tecnológicos. Somos rehenes de Silicon Valley. Todo lo que hace el ciudadano se integra en un perfil singular que puede ser rentabilizado y optimizado



Durante los últimos siete años hemos sido rehenes de dos tipos de disrupción. Una llega cortesía de Wall Street; la otra proviene de Silicon Valley. Las dos juntas forman un excelente número de poli bueno/poli malo: la primera predica la escasez y la austeridad mientras que la otra celebra la abundancia y la innovación. Pueden parecer distintas, pero en realidad se alimentan mutuamente.
Por un lado, la crisis financiera global, y la consiguiente presión para rescatar a los bancos, agotó lo poco que quedaba del Estado de bienestar. Como resultado, ha habido una mutilación del sector público, en ocasiones hasta el extremo de liquidarlo, cuando era el único tope contra la invasión de la ideología neoliberal, con sus tenaces esfuerzos por crear mercados en cualquier ámbito. Los pocos servicios públicos que han sobrevivido a los recortes, o bien han alcanzado precios prohibitivos, o bien se han visto forzados a experimentar con mecanismos de supervivencia nuevos y a veces populistas. Un ejemplo de esto último sería el auge del micromecenazgo, mediante el cual, en lugar de depender de la generosa e incondicional financiación del Gobierno, se obliga a las instituciones culturales a sacar dinero directamente de los ciudadanos: frente a la ausencia de alternativas, hay que optar entre el populismo de mercado —¡el público sí que sabe!— o la extinción total.
En cambio, el segundo tipo de disrupción ha sido recibida, en líneas generales, como una evolución positiva. Todo se está digitalizando e interconectando y las instituciones pueden elegir entre innovar o morir. Tras cablear al mundo entero, Silicon Valley nos aseguró que la magia de la tecnología ocuparía naturalmente cada rincón de nuestra vida. A partir de esta lógica, oponerse a la innovación tecnológica equivaldría a renunciar a los ideales de la Ilustración: Larry Page y Mark Zuckerberg son simplemente los nuevos Diderot y Voltaire, reencarnados en empresarios con pinta de empollones.
Y entonces sucedió algo bastante extraño: hemos terminado creyendo que la disrupción del segundo tipo no tenía nada que ver con el primero. De ahí que el auge de los cursos online masivos y abiertos (MOOC en sus siglas en inglés) se haya narrado sin referencia a los menguantes presupuestos de las universidades: no, la arrasadora moda de los MOOC no era sino el resultado natural de la defensa de la innovación por parte de Silicon Valley. Los hackersconvertidos en empresarios han llevado la “disrupción” a las universidades, de la misma manera que crearon disrupciones en la música o el periodismo. Tampoco el auge de las aplicaciones para el autochequeo médico se ha vinculado al desafío que supone para los debilitados sistemas sanitarios una población, no solo envejecida, sino también aquejada de obesidad y otros problemas de salud. Parecía que los sistemas sanitarios estaban viviendo su “momento Napster”.
Con el micromecenazgo se obliga a las instituciones culturales a sacar dinero directamente de la gente 
Cada vez que entran en colisión los dos tipos de disrupción, merece la pena fijarse en cómo la una está enredada con la otra, aunque solo sea por recordarnos a nosotros mismos que este evangelio de la innovación, que tanto ruido hace, se promulga al ritmo de una banda sonora latente mucho más oscura. Uno de los ejemplos de colisión más recientes ha ocurrido en el Teatreneu, un club de comedia de Barcelona. Como otras muchas instituciones culturales de España, el club se enfrentaba a públicos cada vez más reducidos, después de que el Gobierno, desesperado por recaudar más fondos para cerrar sus agujeros presupuestarios, subiera los impuestos de las entradas del 8% al 21%.
Los administradores del Teatreneu encontraron una solución ingeniosa: en asociación con la agencia de publicidad Cyranos McCann, instalaron en la parte de atrás del respaldo de cada butaca sofisticadas tabletas capaces de analizar expresiones faciales. Con el nuevo modelo, los visitantes entran gratis en el club, pero tienen que pagar 30 céntimos por cada risa que la tableta sea capaz de identificar —con un tope de 24 euros (que equivalen a 80 risas) por espectáculo—. Una aplicación de móvil facilita el pago; el precio total de la entrada por lo visto ha subido seis euros. Y está el extra de poder compartir tu selfie sonriendo con tus amigos: el camino de lo gracioso a lo viral nunca fue más corto.
Desde el punto de vista de Silicon Valley, este es un ejemplo perfecto de disrupción bien hecha: la proliferación de sensores inteligentes y la ubicua conexión a Internet crea nuevos modelos de negocio y nuevos flujos de ingresos. También crea empleo para numerosos intermediarios que fabrican programas y aparatos informáticos. Nunca hemos tenido tantas opciones para pagar por bienes y servicios sin apenas esfuerzo: podemos hacerlo a través de nuestros smartphones, pero también, cada vez más, por medio de nuestros documentos nacionales de identidad (MasterCard, por ejemplo, se ha asociado recientemente con el Gobierno de Nigeria para lanzar un documento nacional de identidad que funciona también como tarjeta de débito).
Para Silicon Valley, esta es una historia más de cómo una tecnología llega a sustituir a otra —todo se concreta en la disrupción del dinero en efectivo—. Esta explicación puede que satisfaga, e incluso motive, a los empresarios y a los inversores de capital riesgo. Pero, ¿por qué habríamos nosotros de aceptarlo sin más? ¿Tanto debemos amar la innovación —la verdadera religión de hoy en día— como para no darnos cuenta de que el precio real de un hallazgo tecnológico es que el arte, al menos en el ejemplo de Barcelona, se vuelva más caro?
Al ocultar la existencia del otro tipo de disrupción, la financiera, este marco tecnocéntrico nos ofrece una versión un tanto superficial de qué nos está pasando y por qué. Sí, celebremos el hecho de que ahora podemos pagar más fácilmente por cualquier cosa. Pero, ¿no debería preocuparnos también la forma tan trivial en que, gracias a esta misma infraestructura, consiguen fácilmente cobrarnos más que antes, y por más cosas?
Solo cuando se paga en efectivo, las transacciones de mercado no están conectadas unas a otras
Tal vez pueda hacerse mucho dinero creando una disrupción en el dinero, ¿pero se trata de verdad de algo que queramos someter a disrupción? El dinero en efectivo no deja rastro. Cuando se paga en efectivo, la mayoría de las transacciones de mercado son singulares, en el sentido de que no están conectadas unas a otras. Cuando pagas a través del móvil, o tu selfie es almacenado para la posteridad o compartido en una red social, de repente existe un registro que puede ser explotado por anunciantes y por otras empresas.
Que el ejemplo de Barcelona esté encabezado por una empresa de publicidad no es una coincidencia: el registro de cualquier transacción es una oportunidad perfecta para reunir información que podría ser útil a la hora de personalizar nuestra experiencia publicitaria. Esto significa que ninguna de las transacciones electrónicas que hacemos está completa del todo nunca: su historia, aunque solo sea por medio de la sombra de sus datos, nos sigue a todas partes, creando una serie de conexiones forzadas entre nuestras actividades; pero quizás nos interese más que esas actividades permanezcan separadas. De repente, tu risa en un club de comedia se analiza junto a los libros que has comprado, las páginas web que has frecuentado, los viajes que has hecho, las calorías que has quemado: ahora que existe una mediación tecnológica, todo lo que haces se integra en un perfil singular que puede ser rentabilizado y optimizado.
El origen de la disrupción tecnológica es cualquier cosa menos tecnológico. Ha sido inducida por las crisis políticas y económicas que nos asolan, y sus consecuencias afectarán profundamente a nuestra forma de vivir y de relacionarnos unos con otros. Valores tales como la solidaridad son muy difíciles de sostener en un entorno tecnológico que prospera gracias a la personalización y a las experiencias únicas e individuales.
Silicon Valley no miente: es cierto que nuestras vidas cotidianas están sufriendo disrupciones. Pero están provocadas por fuerzas mucho más malignas que la digitalización o la conectividad. Y este fetichismo de la innovación que padecemos no puede servirnos de excusa para asumir sin más el coste de las recientes turbulencias económicas y políticas.

http://elpais.com/elpais/2014/11/24/opinion/1416850643_127519.html

sábado, 29 de noviembre de 2014

Cómo es la vida nocturna de Caracas, la ciudad más violenta de Sudamérica

Petare de noche
Petare, el barrio más peligroso de Caracas, de noche.

"Ahí, donde están todas esas luces, hay una fiesta de bandas criminales. Ahí, con seguridad, va a haber dos o tres muertos esta noche".

La predicción la hace Óscar Pineda, un oficial de la policía en Petare, el barrio popular más grande de Caracas y, según cifras oficiales, el más peligroso.
Es sábado en la noche. Petare no parece intimidado porque estemos en la ciudad con más homicidios de Sudamérica: 122 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a Naciones Unidas.
La gente, el reggaetón y, dice Pineda, la anarquía, se apoderaron de la noche del barrio.
Plaza Venezuela
La famosa Plaza Venezuela es un lugar predilecto para muchos para hacer el llamado "botellón".
Mientras tanto, en gran parte de las áreas más acomodadas de la ciudad, el silencio y la oscuridad marcan la pauta de la noche.
Hoy, aquella saltona salsa de Richie Ray y Bobby Cruz que dice "en Caracas la bomba se baila en la punta del pie" es una generalización forzada.
O como dice Ricardo Mucuchíes, uno de más asiduos conocedores de la noche caraqueña, "Caracas está mucho más apagada que cuando yo empecé en los años 90".
"Hoy ya no hay movida de calle", le dice a BBC Mundo el ahora dueño del modesto Puto Bar, y antes socio de legendarios y hoy extintos bares de la capital venezolana, como La Belle Époque y La Mosca.
La inseguridad, la crisis económica y la polarización política hicieron que en la última década la noche de Caracas dejara de ser lo que era.
Sabana Grande
El Callejón de la Puñalada en Sabana Grande tiene varios bares uno pegado del otro. No cualquier caraqueño se atreve a ir.


Hay, pero menos

Ahora bien: los caraqueños, que como buenos venezolanos les gusta la juerga, no han dejado de pasarla bien.
En la zona tradicionalmente más activa, Las Mercedes, las areperas y los carritos que venden perros calientes compiten las 24 horas del día por decenas de entrantes y salientes de los diferentes bares y discotecas de moda.
Otro lugar frecuentado es el centro comercial San Ignacio, donde decenas de bares, uno detrás de otro, ofrecen una variada gama de posibilidades nocturnas.
También hay diversos centros culturales que no cierran hasta media noche, como Trasnocho Cultural y Patana Cultural.
Y la vida de teatro, así como la de standup comedy, han incluso tenido un relativo auge en los últimos años, sobre todo por el descenso de la producción de telenovelas, de las que el país era uno de los más importantes exportadores.
Pero ni Las Mercedes ni el San Ignacio, coinciden decenas de caraqueños consultados por BBC Mundo, son lo que eran.
"Hemos tenido una disminución de locales nocturnos que merma en la cantidad de personas, que años atrás si no podía entrar a un local, se quedaba en una esquina conversando", le dice a BBC Mundo Rafael Solórzano, quien como funcionario de la alcaldía de Baruta, la localidad de Las Mercedes, estuvo al frente del cierre de varios de esos negocios.
Motorizados en Sabana Grande
Hay quienes dicen que la noche caraqueña está tomada por los llamados motorizados.


La calle

Muchos caraqueños han optado por realizar actividades colectivas para recuperar la calle de noche: unos trotan, otros montan en bicicleta, algunos hacen picnic y unos más hacen yoga en las plazas.
Y todo esto lo organizan a través de redes sociales, mensajes de texto y carteles que reparten por la ciudad.
En Sabana Grande, una zona menos opulenta que las anteriores, hay más movimiento de fiesta en la calle, protagonizado por los llamados motorizados, hombres en moto que tienen estigma de anárquicos y problemáticos.
Hay dos áreas donde la gente estaciona su carro sobre la calle, y se baja a tomar y escuchar música a pesar de que beber en la calle está prohibido desde 2001: Plaza Venezuela y Los Cortijos, ambas zonas de mala reputación como destino nocturno y últimamente acallados por la policía.
Redoma de Petare
Otro lugar favorito de los motorizados: la Redoma de Petare.


La economía

Ernesto "Punky" Burguillos es uno de los cantantes de salsa más cotizados de la ciudad hace dos décadas: conoce la Caracas que era una capital de la salsa en el continente, y la de hoy.
"La gran diferencia con antes es que hoy, para salir de noche, tienes que tener mucho dinero", dice Burguillos, cantante principal de Juan Sebastián Bar, una de las contadas ofertas de salsa que tiene la ciudad.
La inflación en Venezuela ha estado disparada durante los últimos años, golpeando la capacidad adquisitiva de la gente.
Burguillos se queja de esto, y pone el ejemplo del costo de un trago de whisky en el Juan Sebastián: 1.000 bolívares (unos US$20, según la taza más alta del cambio oficial), lo que equivale a un cuarto de un salario mínimo.
La mayoría, sin embargo, prefiere la cerveza, que sigue siendo relativamente barata (menos 100 bolívares) porque es considerada, en palabras de funcionarios del gobierno, "la bebida del pueblo".
Los Cortijos
Los Cortijos, otro lugar donde se hace botellón, últimamente es acallado por la policía.


La política

La alcaldía de Caracas, en manos del oficialista Jorge Rodríguez, inaugura este viernes un ambicioso festival de música en la capital: 48 agrupaciones, 9 días y precios bajos.
Pero la previa del festival, más que el evento en sí mismo, fue una controversia política, pues la invitación a Chino y Nacho, dos artistas que han expresado abiertamente sus simpatías por la oposición, generó todo tipo de críticas desde el chavismo.
La banda, finalmente, anunció que no asistirá al festival.
Según Mucuchíes, además de la economía y la inseguridad, es esta profunda polarización política del país algo que también ha afectado la vida nocturna de la ciudad.
"¿Tú puedes creerlo?", se pregunta. "Yo conozco gente que no deja tocar en su bar a bandas que son afiliadas al gobierno".
"Y mientras ese peo (problema) se mantenga, la oferta de bares y de opciones culturales va a seguir de para abajo, porque la polarización se chupa toda la energía de la gente".
Eso es lo que parece haber ocurrido con el templo de la salsa de Caracas, El Maní es Así.
"El Maní era el sitio de salsa más importante de un patio que también era importante", dice Burguillos, el cantante, en referencia a Caracas.
"Pero hoy con suerte te toca una banda en vivo ahí", cuenta a BBC Mundo.
Hace unos años, El Maní fue comprado por testaferros cercanos al gobierno nacional, según versiones que BBC Mundo recogió con sus trabajadores.
"Desde entonces, el ambiente cambió", concluye Burguillos.

Las Mercedes
Las Mercedes era una zona de discotecas exclusivas. Hoy quedan pocas.

De nuevo, la inseguridad

Según Juan José Espinoza, autor de la guía recién lanzada Caracas Bizarra, en la ciudad hay iniciativas para reanimar la oferta nocturna, como las ferias del libro municipales o el Eje Nocturno, una ruta por bares, museos y plazas en el centro de Caracas organizada ocasionalmente por la alcaldía.
Pero apunta que son excepciones: "Si yo quiero ir al centro de Caracas en día cualquiera a tomarme una cerveza, probablemente solo encuentre abierto los bares de mala muerte, y quizás no sea tan seguro para mí".
Por eso es que la vida nocturna de muchos caraqueños se ha reducido a hacer la fiesta en la casa, como dice Mucuchíes: "En vez de arriesgarse, la gente ahora prefiere llevarse su botella y armar su bochinche en la casa".
Es usual, de hecho, que las fiestas juveniles sean de quedarse a dormir, porque los padres prefieren no manejar de noche para evitar asaltos o secuestros exprés.
Y por la mañana, se levantan y desayunan juntos, sea en la casa o en una arepera.
Pero en Petare, la historia sigue siendo distinta: allí, en la concurrida y famosa Redoma, por la noche decenas de motorizados se reúnen a beber y escuchar regguetón a todo volumen.
Incluso, a veces, prenden pólvora, hacen carreras de velocidad y tocan sus bocinas en son de celebración.
De vuelta con el oficial Pineda en Petare, BBC Mundo le pregunta si podemos ir a esa fiesta "de malandros" donde según él habrá muertos esta noche.
El oficial se niega: "Nosotros somos la autoridad, pero ellos tienen el poder, tienen más armas y si llegamos a arrestarlos con seguridad salgan de la cárcel en pocas semanas, así que no vale la pena arriesgarse".
La policía, admite, es incapaz de lograr que una noche de fiesta no termine con dos o tres muertos.

BBC Mundo, Caracas  28/11/2014
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/11/141121_venezuela_caracas_vida_nocturna_dp