Pese a la crisis, crece el número de personas que consideran que tienen motivos (de sobra) para dejar su trabajo.
A Elisa Domínguez más de uno la llamó loca cuando decidió dejar su empleo fijo en Valencia como secretaria de dirección de una multinacional norteamericana. “Llevaba trabajando dos años, tenía un sueldo decente y estabilidad laboral. El problema es que no adivinaba perspectivas de mejora, ni en el puesto ni en el salario. Me veía con 15 años más, en el mismo sitio y sin que nada hubiera cambiado, así que decidí dejar todo e irme junto a mi pareja al extranjero”.
Para esta joven profesional del Turismo el principal motivo para marcharse fue la falta de opciones que sus superiores le dieron. “Yo ya había alertado varias veces de que no estaba satisfecha y lo único que sabían decirme era aquello de ‘esto es lo que hay’. Cuando les dije que me iba, se quedaron a cuadros. Pensaban que no tendría el coraje suficiente”. Ahora, Elisa trabaja en Edimburgo en una empresa del sector turístico y tiene un blog personal, tuvidaendosmaletas.com en el que aconseja, a través de su experiencia, a mujeres como ella, recién llegadas a la treintena e insatisfechas con su empleo, a dar el paso y dejar su puesto de trabajo incluso saliendo al extranjero. No obstante, Domínguez recomienda pensar mucho el paso antes de darlo: “Hay que contar con un plan. En mi caso, que además implicaba la dificultad añadida de irse de España, hice cursillos de inglés antes, estudié condiciones económicas del país de destino para conocer el coste de la vida… No se debe dejar el trabajo a lo loco”.
El último Eurobarómetro sobre condiciones laborales en el viejo continente ofrece una cifra alarmante: un 80% de los españoles que tienen un empleo está insatisfecho con sus condiciones laborales. Nada que ver con el 94% de daneses o el 88% de los británicos que declara encontrarse a gusto en su trabajo. Entre los motivos para el descontento están el estrés, la excesiva carga de trabajo, una jornada laboral demasiado larga o un ritmo difícil de seguir. Un 40% apuntó también las dificultades para conciliar su vida laboral y familiar como una de las razones principales para explicar su descontento.
Un 80% de los españoles que tienen un empleo está insatisfecho con sus condiciones laborales, según el Eurobarómetro
Esta estadística conecta con otra que dibuja un panorama sombrío sobre el empleo español. Un 76% asegura que permanece en su empresa porque no tiene otro remedio o porque carece de alternativa alguna, según datos de la consultora de recursos humanos MOA BPI Group. Insatisfacción y falta de oportunidades para dar el paso y plantar a la empresa que nos está haciendo infelices: un cóctel ciertamente explosivo contra la satisfacción laboral en nuestro país.
Para Ana María Lisbona, profesora del departamento de Psicología Social y de las Organizaciones de la UNED y vicedecana de Innovación, Tecnología e Internacionalización, la decisión de irse de un trabajo puede tener múltiples causas, además de las dificultades para progresar profesionalmente. “Muchas veces el mal ambiente es un motivo de peso para dejar un empleo. También la frustración cuando se trata de personas con iniciativa y autonomía que quizá no están buscando un ascenso ni más dinero, sino un reconocimiento por parte de sus superiores que no siempre llega”.
Dejar el trabajo, una decisión ‘viral’
J. S.
Hay numerosos expertos que no dudan en asegurar que losmilennials (la nueva generación de los nacidos desde mediados de los 80 a mediados de los 90, nativos digitales, y que aman su creatividad por encima de todo) no temen dejar su puesto de trabajo. Habrá que creerlos si nos atenemos a casos como el de Marina Shifrin, que decidió anunciar a su jefe que “lo dejaba” bailando en un vídeo que, un año después, acumula casi 19 millones de reproducciones en YouTube y ha dado paso a una legión de imitadores.
Según Lisbona, el hecho de que un trabajador decida dejar una empresa puede suponer también un fracaso para la propia organización. “Resulta mucho más caro despedir a una persona que retenerla. Es importante conservar el talento y, por ejemplo, si en una empresa se están yendo muchos trabajadores, es el momento de ver qué está fallando, si el problema está en un departamento, en el tipo de trabajo o en un gestor determinado. Hay que pensar sobre esto incluso en el caso de aquellos empleos que no son agradables y en los que la tasa de abandono es mayor”.
Pero la pregunta del millón es: ¿qué hago si no puedo permitirme dejar mi trabajo? “Hay trucos como apoyarte en los compañeros o buscar otros aspectos de tu vida que te satisfagan más. Existe un concepto, la resiliencia, que es la capacidad que tenemos las personas de superar condiciones adversas. Muchas veces se trata de olvidarte de lo negativo y construirte tu trabajo a medida, con todo aquello que te satisfaga”, concluye Lisbona. Si la consigna de mirar el lado bueno de la vida no funciona, no queda más remedio que buscar en otro lado.
Empleo malo, empleo bueno
El diagnóstico de un empleo como “malo” siempre implica que existe un empleo “bueno”. Además de habitar idealizado en nuestra mente, hay organizaciones, como Great Place to Work, que ponen nombre a aquellas empresas más atractivas para trabajar y que se eligen cada año entre 62.000 de 45 países en todo el mundo. Para Nicolás Ramilo, director general de Great Place to Work en España, “la antítesis de un gran lugar para trabajar sería, desde el punto de vista de un empleado, aquel en el que no confían en las personas para las que trabajan, no sienten orgullo por lo que hacen y no disfrutan de sus compañeros. Desde el punto de vista de la organización, sería aquel en el que no se cumplen los objetivos organizacionales, las personas no entregan lo mejor de sí mismas, no hay un sentimiento de equipo, y no se genera un ambiente de confianza”.
Y, por tanto, ¿cuáles serían las razones de una persona para coger un trabajo y no otro? “Sin duda, la posibilidad de un empleado de tener confianza en su superior. Los trabajadores valoran por encima de cualquier otra práctica o beneficio que los líderes deleguen, transmitan confianza, sean competentes, cercanos e íntegros. Los profesionales en busca de nuevas oportunidades laborales valoran que las Mejores Empresas para Trabajar apuesten por una gestión integral de las personas, según la cual cada trabajador es único y se le trata como tal. Hablamos de organizaciones en las que la comunicación interna y externa es más transparente, donde se celebran los éxitos, se reconoce el esfuerzo y se comparte información importante para el refuerzo del compromiso mutuo”, concluye Ramilo. Los ejemplos pueden encontrarse entre las últimas elegidas por Great Place to Work. Google, SAS Institute y Net App responden a la descripción anterior y conforman el podio de las mejores empresas para trabajar del año 2014. Si alguien se ha enamorado, ya sabe dónde tiene que enviar el currículum.
http://economia.elpais.com/economia/2014/11/27/actualidad/1417083569_652322.html
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