
- La IA y la Fed impulsan el PIB de EEUU, mientras el beneficio empresarial sigue al alza
- La tregua de EEUU y China, y el pacto inversor con Japón, suavizan la guerra comercial
A solo cinco días de que se cumpla el primer aniversario de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, puede ya afirmarse que la economía global presenta unas expectativas mucho más positivas que las auguradas inmediatamente después del triunfo del político republicano. Hasta cinco factores confluyen en el cierre de 2025 para desencadenar un círculo virtuoso, capaz de prolongarse a 2026, que resultaba inimaginable a principios del pasado verano.
Dos de ellos tienen que ver directamente con EEUU. En primer lugar, el modo en que la principal potencia mundial esquiva la recesión que se daba por segura a principios de este año -gracias en buena parte a las masivas inversiones ligadas a la Inteligencia Artificial-. En segundo lugar, EEUU (y en cierta medida toda la economía global) cuenta con el estímulo que suponen las rebajas de tipos de interés de la Reserva Federal, la última de ellas consumada esta misma semana.
En tercer puesto, la guerra comercial que prometió Trump ya antes de llegar a la Casa Blanca es una realidad desde abril, pero en esta semana se ha visto mitigada por la tregua parcial de un año acordada entre EEUU y China. En cuarto lugar, igualmente sustancial es la reactivación de los grandes acuerdos de inversión a escala bilateral, como el pacto entre Washington y Tokio para movilizar un capital de 500.000 millones de dólares. En último lugar, en lo que al sector privado se refiere, también hay buenas noticias, dado que los expertos prevén un incremento de los beneficios de las cotizadas europeas del 13,4% en 2026 y del 12% en Wall Street en el próximo ejercicio.
La propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, dijo una frase clave a comienzos de octubre que define la situación de la economía global: "Va mejor de lo que esperábamos, aunque todavía peor de lo que debería". El cauto optimismo que trasladaba la dirigente se tradujo, precisamente, en las revisiones al alza del PIB que han hecho tanto las entidades multilaterales como el consenso privado de analistas, todas bajo la confianza de esta serie de puntales que consiguen sostener el PIB mundial.
A continuación, se exponen detallados esos cinco cisnes blancos que propician que la economía global, según las estimaciones del FMI, crezca por encima del 3% tanto este año como el próximo.
La Inteligencia Artificial sale al rescate de la economía de EEUU
El año 2025 comenzó con la previsión de una contracción de la economía estadounidense de hasta un 1% pero, junto a unos efectos menos perniciosos de la guerra comercial, otro actor ha irrumpido en el tablero con efectos más positivos de los esperados. "La inversión en Inteligencia Artificial es lo que mantiene a EEUU bien alejado de la recesión", sentencia con toda claridad el economista jefe para esa área geográfica de BNP Paribas, James Egelhof. Y lo explica con cifras: "Solo la inversión en centros de datos para el desarrollo de la futura IA sumarán en 2025 650.000 millones de dólares a escala mundial, el doble que hace tan solo dos años. De ellos, un gigante como Amazon aporta por sí solo 200.000 millones, el equivalente al PIB de Costa Rica". El resto de las siete magníficas estadounidenses son también las protagonistas absolutas de este auge tecnológico, sin que ni siquiera China pueda –de momento– eclipsar ese liderazgo. En el hedge fund Apollo Global apuntan, en un reciente informe, "que no hay ninguna inversión productiva que iguale en importancia a la destinada a la Inteligencia Artificial en EEUU", pero es más que suficiente para preservar al PIB de toda contracción.
La gran pregunta estriba en si esta efervescencia en torno a la IA degenerará en una burbuja. No lo creen así ni siquiera en los ámbitos académicos. Desde la Universidad de Oxford, el profesor Carl Frey asegura que "no estamos aún en absoluto en un escenario de crisis de los tulipanes", en referencia a las turbulencias globales que ese vegetal provocó en el siglo XVII, y que convirtió a dicha crisis en el ejemplo canónico de una crisis mundial.
La Reserva Federal cumple con su ruta de rebajas de tipos
El banco central estadounidense parecía abocado a vivir en 2025 un annus horribilis que lo paralizara, atrapado entre los continuos ataques de la Casa Blanca, la amenaza de un repunte descontrolado de la inflación y un cierre de la Administración que lo ha dejado ciego en cuanto al acceso a estadísticas clave. Pese a todo, la Fed cumple con la hoja de ruta que su presidente, Jerome Powell, dejó entrever en la reunión de Jackson Hole del pasado agosto, basada en priorizar el estímulo al mercado de trabajo, mientras deja –por ahora– en un plano más secundario el regreso de la inflación a niveles en torno al 2%.
En consecuencia, tras la reunión de su Comité de Mercado Abierto de esta semana, las tasas volvieron a bajar y se sitúan en su nivel más reducido de los últimos tres años. El abaratamiento del precio del dinero seguirá estimulando así a la economía estadounidense. Pero, al mismo tiempo los expertos de CaixaBank Research destacan el beneficio que supone que, a ambos lados del Atlántico, el BCE y la Fed comiencen a acompasar los ritmos de sus políticas monetarias.
Dichos analistas recuerdan que la institución presidida por Christine Lagarde ha rebajado los tipos, desde 2024, de la eurozona con mucha mayor celeridad e intensidad que su homólogo americano. Desde septiembre pasado, la Fed comienza a colocarse a su altura, lo que acaba con un desequilibrio entre ambos bancos centrales, y "supone una fuente de estabilidad" para la economía global.
Es cierto, no obstante, que existe incertidumbre sobre hasta qué punto Jerome Powell podrá mantener este ritmo de reducciones de tasas, y se plantean serias dudas acerca de una rebaja adicional de tipos en el mes de diciembre.
La 'paz' entre Trump y Xi
Donald Trump y Xi Jinping se dan una tregua, aunque solo sea parcial, en la guerra comercial iniciada magnate nada más llegar a la Casa Blanca, y eso alivia la presión sobre el crecimiento económico global.
Acomienzos de la legislatura de Trump y tras los anuncios del ya famoso Liberation Day (Día de la Liberación) la tasa media efectiva de aranceles de Estados Unidos estaba en torno al 19,5%, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la más alta desde el año 1933 y que dista poco de poder reducirse a corto plazo.
"Tras una escalada sin precedentes de aranceles impuestos al resto del mundo en abril, Estados Unidos revierte parcialmente su postura, suspendiendo la aplicación de tasas más altas a la mayoría de sus socios comerciales", explicaba el consejero económico y director del Departamento de Estudios del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en la presentación del informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés) a comienzos de octubre.
Esto redujo ligeramente la tasa arancelaria efectiva de EEUU hasta el 17% y la entidad ya preveía, por aquel entonces, que la economía global había resistido al embite arancelario a pesar de ese incremento del proteccionismo por parte de la Administración Trump.
Precisamente, Trumpacordó con Xi reducir los aranceles "inmediatamente" al 10%, lo que acortaría su tasa efectiva arancelaria un poco más, pero las tarifas todavía siguen marcando máximos históricos en el comercio con China, ya que, tras lo firmado, solamente caen hasta el 47%.
Con todo, ambas potencias han aliviado, también, la tensión sobre las tierras raras y Pekín suspenderá durante un año las restricciones a la exportación de estos preciados elementos muy utilizados en el sector tecnológico. También ambos acordaron suspender las tarifas portuarias a ambos lados del Pacífico. Algo de lo que también se beneficiarán otros socios.
La "edad de oro"de Japón y EEUU
Pero esta no fue la única acción que hizo el magnate en el continente asiático.Trump aprovechó su viaje a Corea, en el contexto de la cumbre de la Asia?Pacific Economic Cooperation (APEC), para reunirse con Xi, pero también para conocer a la recién nombrada primera ministra de Japón, Sanae Takaichi. Ambos mandatarios ratificaron el acuerdo para "la edad de oro" de Japón, que fija un arancel fijo del 15% al país del sol naciente, tras haber amenazado a Tokio con tarifas del 25% en el Liberation Day, y la creación de un fondo de 550.000 millones de dólares para que Japón invierta en Estados Unidos. Eso sí, Washington tendrá la última palabra sobre dichas inversiones en suelo estadounidense.
Posteriormente, Trump y Takaichi firmaron un segundo acuerdo que establecía un marco de cooperación entre Estados Unidos y Japón para garantizar el suministro de minerales críticos y tierras raras. Dicho acuerdo sugería que parte de la inversión se destinaría al desarrollo de tierras raras necesarias para tecnologías avanzadas.
La realidad es que, finalmente, los aranceles del Liberation Day no se aplican en su totalidad y la economía evita el gran golpe que se venía anunciado desde comienzos de la legislatura del magnate estadounidense.
El economista José María Rotellar explicó a elEconomista.es que estas son buenas noticias tanto para el mundo y para Estados Unidos. "La teoría económica es clara, las políticas proteccionistas lastran el crecimiento y el principal país que lo sufre es el país que lo aplica", y eso ahora se corrige.
La propia Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, instó a "mantener el comercio y la globalización como motores de crecimiento para la economía mundial". Lo cierto es que el PIB mundial se ha multiplicado casi por nueve desde 1960, época en la que los teóricos dan inicio a la conocida como Globalización moderna, en la que el aperturismo jugó un papel fundamental en el desarrollo de las economías más avanzadas y aquellos países emergentes.
Beneficios históricos
Tanto la bolsa europea como la estadounidense cotizan en máximos históricos. Los principales índices están en sus niveles más altos y parece que el mercado va a seguir subiendo por un motivo: las estimaciones de beneficios empresariales son positivas y eso debería alimentar todavía más a los inversores de los principales parqués del globo.
La expectativa es especialmente favorable para Europa, donde los analistas ven un aumento de las ganancias del 13,4% en el Stoxx 600, frente a un 12% en el S&P 500. Las estimaciones de los expertos apuntan a un beneficio neto conjunto superior a los 2,4 billones de dólares entre las empresas del S&P 500 en el ejercicio de 2025, lo que supone un crecimiento interanual cercano al 10%.
El estratega sénior de inversiones en Vontobel, Mario Montagnani, afirmó que "la temporada de resultados deparó sorpresas sólidas, con efectos arancelarios mínimos, marcando una inflexión en el impulso y sugiriendo que las revisiones anteriores quizá fuesen demasiado pesimistas". Y esto, tal y como dijo Rotellar "se traslada intrínsecamente a la economía" y eso es lo que ha hecho que el golpe que venía al mundo fuese una finta que le roza el pómulo y le permite remontar la pelea.
